La Agencia Magnum fue creada en el año 1947 por varios de los reporteros de guerra más famosos de la historia: Robert Capa, David Seymour (más conocido como Chim), Henri Cartier-Bresson, George Rodger y Bill Vandivert, además de Maria Eisner y Rita Vandivert. La aportación inicial de cada uno de los fundadores fue de 400 dólares, constituyendo una de las primeras cooperativas en el mundo de la fotografía, lo que supuso por primera vez que los propios fotógrafos fueran los propietarios de sus derechos, ya que hasta entonces solía ocurrir que la publicación o empresa que comprase las fotografías se hacía con cualquier derecho de reproducción de las mismas. Este sistema redundó además en una mayor libertad e independencia de los fotógrafos a la hora de elegir los temas o lugares a fotografiar.
Desde entonces, Magnum se convirtió un una referencia en el mundo de la fotografía, con sedes en Londres, París, Nueva York y Tokio.
Cómo no, Toledo fue durante el siglo XX objetivo de los mejores fotógrafos de Magnum, tanto durante la Guerra Civil como en los años del franquismo y la transición.
Comenzando por orden cronológico, os ofrezco en primer lugar la fotografía que el archiconocido Robert Capa hiciera en un ruinoso Zocodover a un jovencísimo miliciano. El húngaro supo captar una instantánea que muestra cómo en la España de esos días los derechos de la infancia no eran demasiado respetados, y menos en tiempos de guerra. El incipiente bigotillo del muchacho, en edad de andar correteando con sus amigos, contrasta con sus atuendos bélicos. El fusil que casi le gana en altura completa la triste imagen, y siempre nos quedará la duda de cual fue el destino final del chaval... ¿qué sabría el pobre de comunismos, fascismos, repúblicas y demás asuntos por lo que le hacían luchar?:
Ya en 1961 fue la célebre fotógrafa Inge Morath, austriaca nacionalizada estadounidense, la que tomó una maravillosa fotografía en Toledo. Morath era conocida como La Dama de la Fotografía, y tomó esta imagen tan sólo unos meses antes de casarse con Arthur Miller, que se divorció de Marilyn Monroe precisamente en 1961. Se trata de una imagen llena de detalles: en la confluencia de la Calle Sixto Ramón Parro con el ensanche que todos los toledanos conocemos como "Los Cuatro Tiempos" (en la casa que actualmente alberga un restaurante con ese nombre existía un dibujo que representaba las cuatro estaciones del año: los cuatro tiempos) podemos ver unos operarios regando la calle, mientras una pareja se aleja junto al chorro difuminado de agua. A la derecha, un anciano camina de frente y a la izquierda una mujer lleva un niño en brazos. La imagen está presidida por un primer plano de un mozo que bien pudiera llevar pescado a la pescadería situada donde hoy existe Artesanía Pinilla:
La fotografía de Morath bien merece ser ampliada para apreciar los detalles:
Poco después, otro de los grandes mitos de Magnum, probablemente el mejor fotógrafo francés del siglo XX, considerado el padre del fotoreportaje, Henri Cartier-Bresson visitó Toledo. Fue en 1963, y nos dejó esta preciosa fotografía de un orfanato gestionado por religiosas. No he conseguido ubicar exactamente el lugar, por lo que ruego a quien lo reconozca me lo comunique:
En plena transición, fue el influyente fotógrafo checo nacionalizado francés Josef Koudelka quien retrató el Toledo de esos días. Su fotografía más célebre es la que tomó junto a la Catedral, bajo el Arco de Palacio: unos militares pasan serios por delante de un hombre, mientras un buen elenco de coches de la época contempla la escena.
Koudelka también retrató la ciudad desde el Valle:
En los años ochenta, el siciliano Ferdinando Scianna se acercó desde su particular punto de vista al Alcázar de esos días, con su museo del Asedio:
Como curiosidad final os dejo uno de los primeros retoques fotográficos del siglo XX en España. Tras la toma de Toledo, Franco acudió al Alcázar a felicitar José Moscardó en persona. De esta fotografía, en la que aparece un demacrado Moscardó tras el largo asedio junto a Franco, disponemos de dos versiones. En la que creo que es original, aparece una persona (tal vez un periodista o algún miembro de la comitiva) en medio de los dos, mientras que en la segunda versión (aparecida con mayor profusión en medios y archivos de la época) esa persona había "desaparecido". Y la verdad es que para contar con menos medios que hoy día (en 1936 el Photoshop no estaba inventado) el resultado era creíble. ¿Alguien sabe quien es ese tercero en discordia?
domingo, 17 de mayo de 2009
Toledo tras el Asedio del Alcázar
Continuando con la serie de entradas dedicadas a la Guerra Civil en Toledo, hoy voy a traeros imágenes de los días que siguieron al Asedio del Alcázar. Se trata de fotografías básicamente tomadas en el otoño de 1936 y principios de 1937. Una gran parte de ellas forman parte de la serie que tomara el alemán Erich Andres, nacido en Leipzig en 1905 y fallecido en Hamburgo en 1992. Fue tal vez el único fotógrafo profesional que tomara imágenes de la Guerra Civil Española desde el punto de vista del ejército nacional, a diferencia de los famosos reportajes que desde el lado republicano hicieran fotógrafos como Robert Capa, Hans Namuth, Georg Reisner, Gerda Taro o David Seymour.
Erich Andres trabajaba como fotógrafo para la agencia oficial de noticias alemana durante el III Reich, razón por la que se desplazó a España al iniciarse el conflicto. Tomó 2.649 fotografías en el recorrido que realizó en nuestro país y que comenzó en La Coruña, retratando el ambiente de las ciudades de la retaguardia franquista, así como los principales monumentos de pueblos y ciudades tras ser ocupadas por el ejército de Franco. Este archivo fue vendido en 1994 por su viuda, Hildegard Andres, a la compañía Central Order, a la que sucedió Content Mine International AG, que en 2004 lo ofreció al Ministerio de Cultura, que finalmente aceptó la compra depositándolo en el Archivo General de la Guerra Civil Española. Tras su digitalización, el archivo está disponible en el Portal de Archivos Españoles del Ministerio de Cultura.
Su vida fue azarosa: hacia 1920 se forma como tipógrafo; en 1923 pierde su trabajo y abandona la casa de sus padres en Dresde; en 1927 gana un concurso fotográfico en Hamburgo y comienza su vagabundear por el sur de Europa; en 1931 fue rechazado en la Escuela Superior de Arte de Lerchenfeld; en 1932 se producen sus comienzos como reportero autodidacta y amateur en Hamburgo, sin cursar ningún estudio sobre fotografía, realizando reportajes fotográficos en innumerables periódicos de Hamburgo; tras el viaje a España en la Guerra Civil, trabajó como fotógrafo de la Luftwaffe en la Compañía de Propaganda; tras la derrota de Hitler es excarcelado de un Campo de Detención, comenzando una vida normal jalonada con algunas publicaciones y exposiciones.
Sus fotos en Toledo fueron tomadas en septiembre y octubre de 1936 y retratan una ciudad desolada tras los meses del asedio. La mayoría de ellas corresponden al Alcázar (o lo que quedaba de él):
Desde la destruida fortaleza las vistas de la ciudad ofrecían un paisaje de devastación entre la belleza de los monumentos:
Las consecuencias de las voladuras de las minas republicanas eran aún examinadas. Aparecieron los restos metálicos de un camión en un patio toledano que no consigo identificar pero que supongo que estaría en las cercanías del Alcázar:
La Plaza de Zocodover que encontró Erich Andres era una completa escombrera:
Estas tres no son de Erich Andres pero fueron tomadas en esos días:
Muchas viviendas fueron fotografiadas por Erich Andres:
Esta imagen muestra lo que años más tarde sería la tienda de Bahamontes en la Plaza de la Magdalena:
En aquellos días seguían apareciendo entre los escombros del Alcázar cadáveres de asaltantes republicanos. Son fotos que ya os puse en la entrada del Asedio, pero hoy os ofrezco como curiosidad macabra una hipótesis: un grupo de milicianos fue fotografiado antes del asalto por Hans Namuth y Georg Reisner rapándose dejando un mechón de pelo, que parece ser el mismo que aparece en algunos de los cadáveres. Es probable que pertenecieran al mismo grupo:
También es impactante, desgarradora y horripilante la visión del mismo cráter de las explosiones de una las minas antes y después de contener decenas de cadáveres allí arrojados por las tropas nacionales:
En los días previos al Asedio del Alcázar, el Cristo de la Calle Santo Tomé fue objeto de las primeras polémicas al ser empapelado con carteles de mítines de tendencia izquierdista. En la imagen del Archivo Rodríguez puede verse el Cristo con los carteles anunciadores del mitin que el día 31 de mayo de 1936 ofreció Margarita Nelken:
Tras el Asedio, Erich Andres tomó fotografías del Cristo después de ser destrozado por simpatizantes del bando republicano. Resulta patética la imagen en la que sólo pueden apreciarse ya las muñecas de la imagen clavadas en el travesaño y colgando de él:
Poco después, la Iglesia organizó un acto de desagravio a la imagen:
También son documentos gráficos excepcionales estas fotografías del Archivo Rodríguez que fueron tomadas en una procesión que sacó a la calle a la Virgen del Sagrario como celebración del final del Asedio. Impresiona ver la plaza en total ruina adornada improvisadamente hasta en los puntales que sostenían milagrosamente el Arco de la Sangre:
Para finalizar, os dejo dos fotografías de la colección de D. Luis Alba. La primera tiene la curiosidad de ofrecer una de las primeras imágenes de D. Luis Moreno Nieto ejerciendo como periodista en una reunión con el General Varela:
La otra nos muestra una alocución de Franco a sus tropas en las ruinas del Alcázar. Es una imágen de gran calidad por la composición de la toma:
Entradas relacionadas:
- El Asedio del Alcázar en imágenes
- Imágenes de Hans Namuth y Georg Reisner
- Imágenes del Archivo Alfonso en la Guerra Civil
- Toledo en la Pre-Guerra Civil
- Patrimonio destruido durante la Guerra Civil
- Guerra y Paz: fotos de 1936 comparadas con la actualidad
Erich Andres trabajaba como fotógrafo para la agencia oficial de noticias alemana durante el III Reich, razón por la que se desplazó a España al iniciarse el conflicto. Tomó 2.649 fotografías en el recorrido que realizó en nuestro país y que comenzó en La Coruña, retratando el ambiente de las ciudades de la retaguardia franquista, así como los principales monumentos de pueblos y ciudades tras ser ocupadas por el ejército de Franco. Este archivo fue vendido en 1994 por su viuda, Hildegard Andres, a la compañía Central Order, a la que sucedió Content Mine International AG, que en 2004 lo ofreció al Ministerio de Cultura, que finalmente aceptó la compra depositándolo en el Archivo General de la Guerra Civil Española. Tras su digitalización, el archivo está disponible en el Portal de Archivos Españoles del Ministerio de Cultura.
Su vida fue azarosa: hacia 1920 se forma como tipógrafo; en 1923 pierde su trabajo y abandona la casa de sus padres en Dresde; en 1927 gana un concurso fotográfico en Hamburgo y comienza su vagabundear por el sur de Europa; en 1931 fue rechazado en la Escuela Superior de Arte de Lerchenfeld; en 1932 se producen sus comienzos como reportero autodidacta y amateur en Hamburgo, sin cursar ningún estudio sobre fotografía, realizando reportajes fotográficos en innumerables periódicos de Hamburgo; tras el viaje a España en la Guerra Civil, trabajó como fotógrafo de la Luftwaffe en la Compañía de Propaganda; tras la derrota de Hitler es excarcelado de un Campo de Detención, comenzando una vida normal jalonada con algunas publicaciones y exposiciones.
Sus fotos en Toledo fueron tomadas en septiembre y octubre de 1936 y retratan una ciudad desolada tras los meses del asedio. La mayoría de ellas corresponden al Alcázar (o lo que quedaba de él):
Desde la destruida fortaleza las vistas de la ciudad ofrecían un paisaje de devastación entre la belleza de los monumentos:
Las consecuencias de las voladuras de las minas republicanas eran aún examinadas. Aparecieron los restos metálicos de un camión en un patio toledano que no consigo identificar pero que supongo que estaría en las cercanías del Alcázar:
La Plaza de Zocodover que encontró Erich Andres era una completa escombrera:
Estas tres no son de Erich Andres pero fueron tomadas en esos días:
Muchas viviendas fueron fotografiadas por Erich Andres:
Esta imagen muestra lo que años más tarde sería la tienda de Bahamontes en la Plaza de la Magdalena:
En aquellos días seguían apareciendo entre los escombros del Alcázar cadáveres de asaltantes republicanos. Son fotos que ya os puse en la entrada del Asedio, pero hoy os ofrezco como curiosidad macabra una hipótesis: un grupo de milicianos fue fotografiado antes del asalto por Hans Namuth y Georg Reisner rapándose dejando un mechón de pelo, que parece ser el mismo que aparece en algunos de los cadáveres. Es probable que pertenecieran al mismo grupo:
También es impactante, desgarradora y horripilante la visión del mismo cráter de las explosiones de una las minas antes y después de contener decenas de cadáveres allí arrojados por las tropas nacionales:
En los días previos al Asedio del Alcázar, el Cristo de la Calle Santo Tomé fue objeto de las primeras polémicas al ser empapelado con carteles de mítines de tendencia izquierdista. En la imagen del Archivo Rodríguez puede verse el Cristo con los carteles anunciadores del mitin que el día 31 de mayo de 1936 ofreció Margarita Nelken:
Tras el Asedio, Erich Andres tomó fotografías del Cristo después de ser destrozado por simpatizantes del bando republicano. Resulta patética la imagen en la que sólo pueden apreciarse ya las muñecas de la imagen clavadas en el travesaño y colgando de él:
Poco después, la Iglesia organizó un acto de desagravio a la imagen:
También son documentos gráficos excepcionales estas fotografías del Archivo Rodríguez que fueron tomadas en una procesión que sacó a la calle a la Virgen del Sagrario como celebración del final del Asedio. Impresiona ver la plaza en total ruina adornada improvisadamente hasta en los puntales que sostenían milagrosamente el Arco de la Sangre:
Para finalizar, os dejo dos fotografías de la colección de D. Luis Alba. La primera tiene la curiosidad de ofrecer una de las primeras imágenes de D. Luis Moreno Nieto ejerciendo como periodista en una reunión con el General Varela:
La otra nos muestra una alocución de Franco a sus tropas en las ruinas del Alcázar. Es una imágen de gran calidad por la composición de la toma:
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