Pierre Eleonor Ernest Lamy fue uno de los pioneros franceses que fotografiaron España en formato estereoscópico a mediados del siglo XIX y cuyo legado constituye una joya documental de valor incalculable que permite ver con nitidez y en tres dimensiones nuestro país hace más de siglo y medio.
Lamy, que había nacido en 1828, visitó España a la edad 35 años en 1863, tal como atestigua su firma en en libro de visitas de la Alhambra de Granada, que recoge su entrada a las 9 de la mañana del 23 de mayo de aquel año.
Por entonces es ya un experimentado fotógrafo que ha dado el salto a la comercialización de cartulinas estereoscópicas, regentando al menos desde 1860 un negocio en la rue Meslay de París con su socio Elie Lacroix. Pronto se instaló de forma independiente en otras dependencias parisinas en el 24 de rue d'Enghien, y luego en el 44 de rue de Clichy, donde estuvo hasta 1875, y por último en el 38 rue de Turbigo, según las sensacionales investigaciones de Juan Antonio Fernández Rivero recogidas en el imprescindible libro "Una imagen de España: fotógrafos estereoscopistas franceses (1856-1867)". Afamado retratista, también publicó una serie de imágenes con mujeres semidesnudas:
En aquel viaje de 1863 a España, realizado para obtener vistas para comercializar en su colección, recaló en varias ciudades: Madrid, Aranjuez, Córdoba, Sevilla, Granada, Málaga, Alicante, Valencia, Barcelona y -como no podía ser de otra forma- Toledo. Lamy publicó su catálogo español en 1864, siendo las correspondientes a Toledo dieciséis, numeradas entre la 19 y la 34.
Las tomas realizadas en Toledo son de extraordinaria belleza, jugando muy bien con el efecto estereoscópico -que por desgracia solo puede ser disfrutado en toda su grandeza con un visor- al colocar elementos en planos sucesivos generando una admirable sensación de profundidad y realismo cuando son contempladas en tres dimensiones. Lamy contaba con el muy reciente avance técnico de las cámaras de doble objetivo, que permitían obtener el par estereoscópico de modo simultáneo. Del mismo modo se había mejorado la sensibilidad de las placas, con una fijación de la imagen algo más rápida disminuyendo el tiempo de exposición, lo que permitía poder situar a personas en las escenas sin que salieran muy movidas. Hoy estoy en condiciones de poder ofreceros la totalidad de ellas, nada más y nada menos que 152 años después de ser tomadas.
¿Preparados para un viaje de un siglo y medio hacia atrás en el tiempo? Vamos allá. Veremos lugares perfectamenete reconocibles, con algunos personajes reales ataviados con el sombrero castellano tan usual en Toledo por entonces, admiraremos un río aún vivo pero con riberas casi desérticas, entraremos de lleno en la vida de la Calle Ancha con personas mirándonos desde los balcones (recomiendo ver las ampliaciones con paciencia) y contemplaremos nuestra ciudad antes incluso de que llegara a ella el ferrocarril.
Siguiendo el orden del catálogo del propio Lamy, la serie comienza con la número 19 con título Le Tage pres du Pont d´Alcantara:(Nota: veréis que presento varios formatos. Ello se debe a que existían otras ediciones, incluso algunas piratas, con presentaciones y numeraciones diferentes. En ocasiones también hay tomas muy similares con diferencias muy pequeñas: ello se debe a que Lamy tomaba por precaución tomas casi consecutivas para tener repuesto en caso de daño en la placa original):
La número 20: Entrée a Tolède par le pont d´Alcantara
Nº 21: Moulins Mauresques sur le Tage:
Nº 22: Puerta del Sol
Nº 23: Porte de Visagra
Nº 24: Une rue à Tolède
Nº 25: Façade de la Cathédrale
Nº 26: Entrée à l´Alcazar
Nº 27: Collége Militaire
Nº 28: Le Tage et la maison du passeur
Nº 29, 30 y 31: Vue de Tolède prise de l´Ermitage de Santiago
Nº 32: Vue de Tolède et du pont Saint-Martin
Nº 33: Vue du pont Saint-Martin
Nº 34: Le Tage près du pont Saint-Martin
El trabajo de Ernest Lamy abarcó, según figura en el Depósito Legal francés, nueve series registradas entre los años 1861 y 1878, con colecciones de vistas de París, residencias imperiales, Pirineos, España, Italia, Suiza, Saboya, Auvergne o Tirol. En 1878 vendió sus fondos al fotógrafo Ernest Lize, su socio en aquellos momentos.
Ernest Lamy falleció en el año 1891, dejando para la historia una herencia fotográfica sensacional que más de un siglo y medio después sigue sorprendiendo y haciendo disfrutar a quienes hoy tenemos la suerte de admirarla.
No quiero terminar esta entrada sin agradecer a Paco de la Torre y Laura Valeriano la cesión de alguna de estas fotografías así como sus aportaciones técnicas. Espero que os haya gustado esta inmersión en el siglo XIX toledano.
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