Como ya os he dicho en alguna ocasión, mi abuelo Eduardo vivía en Santo Tomé y siempre tenía su cámara a mano para inmortalizar los momentos más diversos. Resulta que el gélido 17 de Noviembre de 1969 Luis Buñuel estaba rodando su genial Tristana en esta preciosa calle, tan sólo tres días después de la boda de mis padres que, provisionalmente, también se habían mudado a vivir a la casa de Santo Tomé. Obviamente, mi abuelo no iba a dejar escapar esta maravillosa oportunidad de fotografiar desde su propia casa al genial director y a alguno de los actores (se reconoce perfectamente a Fernando Rey, no así a Catherine Deneuve) grabando escenas de esta película que ya en su día fue candidata al Oscar a la mejor película de habla no inglesa y que hoy es objeto de culto por parte de cinéfilos de todo el mundo.
Y desde el balcón Juan Bouso, mi tía Mariíta y mi padre no perdían detalle...
Actualización (28 de Abril de 2008): Añado estas otras fotografías del rodaje de Tristana en Toledo. Estas fotos ya no son de mi abuelo sino de los autores que figuran al pinchar en ellas.
Actualización (16 de Mayo de 2008): Añado dos fotos más de Buñuel en Toledo.
Otra actualización (30 de Noviembre de 2009): Añado las excelentes fotografías de José Ponos realizadas en San Pedro Mártir y que han sido publicadas en ABC con motivo del 40 aniversario del rodaje de Tristana. En este enlace tenéis el texto que acompaña las fotos. Mil gracias al autor y a ABC por permitirme la reproducción de las imágenes:
jueves, 27 de marzo de 2008
La Sinagoga del Tránsito y su entorno o "los dominios de Juanjo"
Pocos lugares de Toledo son tan visitados, y por ello fotografiados como la Sinagoga del Tránsito y su entorno (Museo del Greco, Paseo del Tránsito y demás). Situada en plena judería (es lo que tienen las sinagogas), es de obligada visita para propios y extraños desde el comienzo del turismo entendido como el actual. Por ello pronto proliferaron tiendas de damasquinado en sus inmediaciones, siendo actualmente muchas las que perviven. Pero de todas ellas, sin duda, la que disfruta de un mejor emplazamiento es la del amigo Juanjo, en la misma puerta de la Sinagoga.
En homenaje a él y a toda la familia Simón Partridge aquí van estas fotos antiguas que dan fe de lo mucho (o poco, según se mire) que ha cambiado esta zona y del estado en que se encontraba el solar donde ahora está la tienda.
Estas muestran el entorno inmediato, es decir, la Casa-Museo de El Greco:
Y esta está tomada justo desde la tienda, y muestra la esquina de un edificio modernista-historicista que apenas ha cambiado.
En homenaje a él y a toda la familia Simón Partridge aquí van estas fotos antiguas que dan fe de lo mucho (o poco, según se mire) que ha cambiado esta zona y del estado en que se encontraba el solar donde ahora está la tienda.
Estas muestran el entorno inmediato, es decir, la Casa-Museo de El Greco:
Y esta está tomada justo desde la tienda, y muestra la esquina de un edificio modernista-historicista que apenas ha cambiado.
martes, 25 de marzo de 2008
Escuela de Gimnasia y Avenida de la Reconquista
Si es probable que las fotos que suelo poner no las hayáis visto nunca, las imágenes de hoy sí es seguro que nunca antes las habéis visto ya que forman parte de la colección privada de mi abuelo. Algunas de ellas han sido por vez primera reveladas la semana pasada después de que mi madre me diera algunos viejos negativos que andaban por casa. La verdad es que todas ellas son documentos históricos de gran valor, al menos por lo curioso.
Para ir por partes hablaré primero de las “deportivas”. Mi abuelo era muy, pero muy, aficionado al deporte. Y juntando esta afición con otra de sus pasiones, la fotografía, tomó estas instantáneas de la histórica Escuela Central de Educación Física, que fue el primer centro español de nivel en formación deportiva, muy ligado al mundo militar. Como muchos saben, sus instalaciones eran enormes y abarcaban todo el entorno de la actual avenida de Europa, Parque de las tres Culturas y Avenida del General Villalba Riquelme (no confundir con su hijo, el de las peripecias mil con las reliquias de Santa Teresa durante la Guerra Civil), llamada así en honor a este general que fue muy importante para la Escuela antes de los años 20, creo recordar. No es por tanto, como muchos creen erróneamente, una avenida dedicada a un “militar franquista” (en 1936 ya estaba jubilado).
El caso es que mi abuelo tomó estas fotografías en los ejercicios dedicados a salto con pértiga y baloncesto, así como en un concurridísimo partido de hockey, algo muy raro en España en esa época. Fijáos en la rigidez de la pértiga, en la ausencia de colchoneta y en la altura que, pese a todo ello, cogía el saltador con ese peculiar estilo.
Pero sobre todo observad el entorno, con referencias aún reconocibles como la plaza de toros o el Hospital de Tavera, para daros cuenta de cuánto ha cambiado esa zona desde entonces. Por ejemplo, en la foto de baloncesto, la hilera de árboles al fondo (cipreses) es el actual Paseo de San Eugenio o camino del cementerio y muchos de esos cipreses aún perduran.
Aparte de esta colección deportiva pongo una joya más. Se trata de una foto muy especial para mí por las personas que aparecen y por el lugar. Aunque no lo creais es, efectivamente, la actual Avenida de la Reconquista en los años previos a la guerra civil. Era entonces un camino de tierra con árboles a los lados, que seguía (y sigue) la traza de una cañada y probablemente de una antigua calzada romana. Las personas que aparecen son a la derecha mi bisabuela, a la izquierda mi tía abuela Pepita y en el centro una amiga de ambas. La foto, muy natural, la tomó (cómo no), mi abuelo. ¿Quién podría reconocer hoy esa avenida si no fuera por los edificios del fondo? Fijáos también en los pinos de la derecha (Campo Escolar), entonces muy pequeños y hoy (los que quedan) con alturas enormes que superan los 25 y 30 metros.
Para ir por partes hablaré primero de las “deportivas”. Mi abuelo era muy, pero muy, aficionado al deporte. Y juntando esta afición con otra de sus pasiones, la fotografía, tomó estas instantáneas de la histórica Escuela Central de Educación Física, que fue el primer centro español de nivel en formación deportiva, muy ligado al mundo militar. Como muchos saben, sus instalaciones eran enormes y abarcaban todo el entorno de la actual avenida de Europa, Parque de las tres Culturas y Avenida del General Villalba Riquelme (no confundir con su hijo, el de las peripecias mil con las reliquias de Santa Teresa durante la Guerra Civil), llamada así en honor a este general que fue muy importante para la Escuela antes de los años 20, creo recordar. No es por tanto, como muchos creen erróneamente, una avenida dedicada a un “militar franquista” (en 1936 ya estaba jubilado).
El caso es que mi abuelo tomó estas fotografías en los ejercicios dedicados a salto con pértiga y baloncesto, así como en un concurridísimo partido de hockey, algo muy raro en España en esa época. Fijáos en la rigidez de la pértiga, en la ausencia de colchoneta y en la altura que, pese a todo ello, cogía el saltador con ese peculiar estilo.
Pero sobre todo observad el entorno, con referencias aún reconocibles como la plaza de toros o el Hospital de Tavera, para daros cuenta de cuánto ha cambiado esa zona desde entonces. Por ejemplo, en la foto de baloncesto, la hilera de árboles al fondo (cipreses) es el actual Paseo de San Eugenio o camino del cementerio y muchos de esos cipreses aún perduran.
Aparte de esta colección deportiva pongo una joya más. Se trata de una foto muy especial para mí por las personas que aparecen y por el lugar. Aunque no lo creais es, efectivamente, la actual Avenida de la Reconquista en los años previos a la guerra civil. Era entonces un camino de tierra con árboles a los lados, que seguía (y sigue) la traza de una cañada y probablemente de una antigua calzada romana. Las personas que aparecen son a la derecha mi bisabuela, a la izquierda mi tía abuela Pepita y en el centro una amiga de ambas. La foto, muy natural, la tomó (cómo no), mi abuelo. ¿Quién podría reconocer hoy esa avenida si no fuera por los edificios del fondo? Fijáos también en los pinos de la derecha (Campo Escolar), entonces muy pequeños y hoy (los que quedan) con alturas enormes que superan los 25 y 30 metros.
domingo, 16 de marzo de 2008
La Calle Ancha y el Puente nuevo de Alcántara
Esta entrega va a ocuparse de uno de los lugares más céntricos y conocidos de Toledo: la Calle Comercio, o “calle Ancha” como todos los toledanos la llamamos. Para los que paseamos por ella a menudo, son fotografías que nos dan idea (una vez más) de lo sutiles pero profundos que son los cambios que el siglo XX produjo en esta calle, o mejor dicho, en los que por ella pasamos, ya que lo que es la calle poco ha cambiado. Desde las más antiguas, en las que se puede ver los últimos burros que por ella hubieron de acarrear los cacharros más diversos (los burros que hoy día pasan son algo distintos, sólo dan patadas a papeleras y pintan grafitis), guiados por personas de enormes y oscuros ropajes, fuese cual fuese la estación del año, hasta las fotos más “sesentosas” donde ya aparece alguna impúdica pantorrilla al aire. Las tiendas, adaptándose a las épocas en cuanto a apariencia y mercancía, me resultan graciosas porque me recuerdan a mi padre cuando se refiere a que tal o cual tienda estuvo allí “de toda la vida”…¿qué tienda diría la señora del burro que estaba allí “de toda la vida”? En fin, supongo que a todos nos pasa. Yo también uso esas expresiones, pero sobre todo para referirme a bares, que no sé qué es peor.
En cualquier caso, como veis, las estampas son siempre bellas en esta calle, con la imponente torre de la Catedral presidiendo el horizonte según nos acercamos a Las Cuatro Calles y Hombre de Palo.
Como regalito extra, pongo unas de mis preferidas: las que muestran los rudimentarios métodos de construcción del Puente Nuevo de Alcántara -son fotografías de Pedro Román Martínez-, por el que siguen pasando miles de coches cada día…¿Quién diría viendo esa estructura de andamiajes que iba a aguantar tanto?
Este Puente fue testigo también del transporte de los famosos "Postes de Juanelo", monolitos de granito (a modo de columnas) que en un primer momento se dirigían a formar parte del Artificio de Juanelo, curiosamente situado en época de Felipe II justamente junto a donde se sitúa este puente en la actualidad, pero que finalmente se quedaron a medio camino. Extraídos de una cantera en la localidad toledana de Orgaz, la tradición popular asigna su traída a Toledo desde Orgaz exclusivamente a la labor realizada por Juanelo Turriano y su hija, a pesar de que son unas columnas de 75 pies de largo y 5 de diámetro. Los postes permanecieron cerca de la cantera hasta que fueron llevados para formar parte de la basílica realizada por Franco en el paraje conocido como “Cuelgamuros”, tras la Guerra Civil española (Valle de los Caídos). Las medidas actuales de estos monolitos son de 11,50 metros de altura y 1,50 de anchura cada uno. Una copla se dice en Orgaz a éste respecto:
“Los postes de Juanelo ya van andando, llegarán a su sitio Dios sabe cuando.”
En las fotos podéis ver el momento del traslado junto al lugar en que debieron colocarse en el siglo XVI pero que por ironías de la historia sólo pasó unos instantes en su traslado a Cuelgamuros.
En cualquier caso, como veis, las estampas son siempre bellas en esta calle, con la imponente torre de la Catedral presidiendo el horizonte según nos acercamos a Las Cuatro Calles y Hombre de Palo.
Como regalito extra, pongo unas de mis preferidas: las que muestran los rudimentarios métodos de construcción del Puente Nuevo de Alcántara -son fotografías de Pedro Román Martínez-, por el que siguen pasando miles de coches cada día…¿Quién diría viendo esa estructura de andamiajes que iba a aguantar tanto?
Este Puente fue testigo también del transporte de los famosos "Postes de Juanelo", monolitos de granito (a modo de columnas) que en un primer momento se dirigían a formar parte del Artificio de Juanelo, curiosamente situado en época de Felipe II justamente junto a donde se sitúa este puente en la actualidad, pero que finalmente se quedaron a medio camino. Extraídos de una cantera en la localidad toledana de Orgaz, la tradición popular asigna su traída a Toledo desde Orgaz exclusivamente a la labor realizada por Juanelo Turriano y su hija, a pesar de que son unas columnas de 75 pies de largo y 5 de diámetro. Los postes permanecieron cerca de la cantera hasta que fueron llevados para formar parte de la basílica realizada por Franco en el paraje conocido como “Cuelgamuros”, tras la Guerra Civil española (Valle de los Caídos). Las medidas actuales de estos monolitos son de 11,50 metros de altura y 1,50 de anchura cada uno. Una copla se dice en Orgaz a éste respecto:
“Los postes de Juanelo ya van andando, llegarán a su sitio Dios sabe cuando.”
En las fotos podéis ver el momento del traslado junto al lugar en que debieron colocarse en el siglo XVI pero que por ironías de la historia sólo pasó unos instantes en su traslado a Cuelgamuros.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)