Hoy tengo el placer de ofreceros unas imágenes muy interesantes tomadas por el estudio de uno de los mejores fotorreporteros de la historia de España. Me refiero a Cristóbal Portillo Robles, nacido en Cehegín (Murcía) en 1897 y fallecido en Madrid en 1957.
El joven Cristóbal estudió en Granada, descubriendo desde bien temprana edad su pasión y vocación profesional por la fotografía. De este modo, en 1915, cuando contaba con tan sólo 18 años, emigró a París para estudiar a fondo la profesión de fotógrafo.Su estancia en la capital francesa no estuvo exenta de ciertas experiencias traumáticas, como fueron los bombardeos sobre la ciudad que se sucedieron durante la Primera Guerra Mundial, y de los que Portillo tuvo que ser testigo con su corta edad.
Finalizada su formación fotográfica en Francia tras dos años de aprendizaje, regresa a España convertido en un gran retratista, labor que tuvo la oportunidad de desarrollar y perfeccionar con motivo de su servicio militar en la localidad norteafricana de Larache. Allí ejerce como retratista de los mandos y oficiales del ejército español.
El Estado convocó en 1920 unas oposiciones para la plaza de fotógrafo de la aviación, obteniendo Cristóbal la misma y siendo destinado por ello a la Escuela de Pilotos de Getafe.
En esta intensa etapa profesional viajó a Francia, Inglaterra, Alemania e Italia, donde obtuvo un gran número de fotografías de multitud de lugares.
En 1931, ya en Madrid, abrió su propio estudio fotográfico en la galería de un último piso en la la calle Concepción Jerónima nº 3, mudándose poco después a la Plaza del Ángel nº 16/17. Consigue gracias a su profesionalidad que este estudio sea uno de los más reconocidos y florecientes de Madrid. No en vano, en él llegaron a trabajar hasta 18 personas.
La obra fotográfica de Cristóbal Portillo tiene dos grandes facetas. Por un lado,la más comercial y necesaria para su sustento diario, es la de fotógrafo independiente, en la que atendía los encargos de empresas y particulares. En paralelo desarrolló también su labor como redactor gráfico en prestigiosos periódicos y revistas de época como Hoja del Lunes, ABC, Mundo Hispánico, Luna y Sol.
En el terreno estríctamente personal, Cristóbal Portillo contrajo matrimonio con Purificación Espadas Padial. De esta relación nacieron sus cinco hijas.
Tras una vida dedicada a la fotografía, Cristóbal Portillo nos dejó el 9 de febrero de 1957, tras una enfermedad que no consiguió separarle de su actividad profesional más que en sus últimos momentos.
A su muerte, sus familiares toman las riendas del estudio fotográfico.Así, su hermano Lorenzo Portillo (1895-1964), sigue fotografiando firmando sus trabajos con el pseudónimo “Reflejos” y las propias hijas de Cristóbal continúan al frente de la labor profesional del prestigioso Estudio hasta 1997.
Su obra está en nuestros días siendo divulgada principalmente por el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid, desde que en 2002 adquirió la friolera de 941.299 imágenes fotográficas en diferentes soportes y formatos que constituyen su obra. Esta ingente cantidad de material se encuentra custodiada y descrita en un total de 65.676 registros a los que hay que añadir un fondo documental compuesto por 104 carpetillas.
El contenido abarca desde eventos y actos políticos, culturales o institucionales, hasta una gran cantidad de material aeronáutico, pasando por amplios reportajes sobre urbanismo, especialmente centrado en la ciudad de Madrid.
Entre el material de Portillo se encuentra un precioso reportaje realizado en Toledo probablemente para ilustrar una publicación relacionada con la fabricación artesanal del mazapán de Toledo. De este modo, un miembro del estudio de Portillo viajó a Toledo visitando varios obradores. Las imágenes, tomadas en los años 60 (por ello el autor es algún miembro del estudio de Cristóbal Portillo tras la muerte de éste), dan fe de la elaboración del dulce toledano por antonomasia cuando se producía aún de forma totalmente artesanal usando hornos de leña o carbón Así, fotografió la fábrica de Mazapán de José Barroso, situada en uno de los inmuebles más bellos de la ciudad: la Casa de la Moneda de la calle Núñez de Arce.
Aquí vemos el acceso al inmueble. Se observa al inicio del patio la portentosa reja de forja obra de Julio Pascual:
Ya en otro obrador, en este caso en el del histórico de "Santo Tomé" (gracias a Juan Ignacio de Mesa por la identificación del lugar y de las personas) fueron tomadas excelentes fotografías de las labores habituales en el proceso de fabricación del mazapán. En esta foto aparece el señor Polo (que también era el encargado de la barca que pasaba el Tajo el día Del Valle) con la almendra preparada para ser molida:
Aquí aparecen muchas mujeres empleadas del obrador de Santo Tomé cortando la masa de las figuritas:
Esta es la fase en la que se usa una brocha (con el Sr. Leoncio en primer término) para untar una capa de huevo que confiere el típico aspecto dorado al mazapán tras la cocción:
Aquí observamos cómo la masa es introducida en el horno. El maestro hornero que figura en el centro de la imagen era Andrés Mejía García Patos, aunque todo el mundo le conocía por el nombre de Luis:
Aquí vemos a la señorita Pity terminando de decorar una de las típicas anguilas de mazapán. Al parecer el escamado de las mismas fue una innovación decorativa creada por el obrador de Santo Tomé:
Vemos en esta estampa varias torres con cajas para colocar en su interior las anguilas:
Además de este reportaje, el fondo toledano de Portillo tiene dos fotos más. Una de ellas es esta vista de Toledo con el Cigarral del Carmen en primer término. Este cigarral acoge hoy la mejor biblioteca privada de libros antiguos de España, dentro de la colección recopilada por su dueño D. Javier Krahe. Por el estado de terminación de la restauración del Alcázar, cuyas obras finalizaron hacia 1965, pienso que es una imagen tomada hacia 1963, por lo que lo más probable es que se obtuviera tras la muerte de Cristóbal por algún miembro de su estudio:
Para finalizar, esta vista del callejón más estrecho de Toledo, el Callejón de la Soledad:
Esperando que os haya gustado esta curiosa serie de fotos de la fabricación de una de nuestras señas de identidad gastronómicas, os dejo con una vista actual de la casa contigua a la preciosa Casa de la Moneda, que ahora acoge el Consejo Consultivo. Aún es legible en ese inmueble anejo un cartel de otra fábrica de Mazapán, de Ángel Barroso, probablemente familiar de José:
sábado, 24 de marzo de 2018
La fabricación artesanal del mazapán en Toledo en el fondo fotográfico de Cristóbal Portillo
viernes, 9 de marzo de 2018
Cuatro rarísimas fotos tomadas en Toledo a finales del siglo XIX
En la historia de la fotografía ha habido una larguísima sucesión de hitos tecnológicos, a veces ligados a avances en las técnicas de los propios fundamentos físico-químicos que obran el milagro fotográfico, y en otras ocasiones ligados a avances más palpables como son las cámaras fotográficas y todos sus complementos y accesorios.
En esta apasionante historia se intercalan algunos casos muy curiosos, que hoy son muy importantes pues ayudan sobremanera a la datación de ciertas joyas fotográficas.
Uno de ellos es la aparición de la cámara Frena nº1, aparecida en Inglaterra entre 1893 y 1894.
Las fotografías obtenidas con esta cámara son muy características pues presentan todas unos bordes aserrados, debidos a la forma que tenían los negativos específicamente fabricados para estas cámaras, que fueron de las primeras en poder cambiar de negativo con cierta rapidez gracias a un ingenioso mecanismo interno.
Recientemente, los geniales gestores de "Photos of the past" identificaron 4 fotografías tomadas en Toledo por un viajero británico anónimo a finales del siglo XIX que hoy tengo el placer de ofreceros. En las cuatro se observa el mencionado borde aserrado. Comenzaremos por ver una maravillosa vista de la calle Ancha con la catedral al fondo. La esquina que aparece a la izquierda es además otro lugar importante en la historia de la fotografía española, pues acogió durante décadas la sede de Fotografía Rodríguez:
La segunda es un vista muy bella de la Puerta del Cambrón. Aparecen en ella algunas mujeres que bien podrían ser recoveras bargueñas, y como siempre que me paro a reflexionar sobre alguna imagen antigua, pienso que esas personas -a buen seguro tan humildes y anónimas- es como si revivieran por unos instantes cuando miramos estas fotografías más de un siglo después:
La tercera imagen es una vista del Torno del Tajo desde el Puente de Alcántara. Es una gozada ver con qué fuerza rompía el agua en el azud de los molinos de San Servando, sin que ello supusiera que, una vez superados los primeros metros de agitación, se generasen las asquerosas espumas que hoy tenemos la desgracia de ver. Aunque más asqueroso aún es tener que escuchar que tenemos que asumir como normal que el batido o agitación del agua genere semejante "fiesta de la espuma" a diario (Dejen de tomarnos por tontos, señores de la Confederación Hidrográfica de Tajo):
La última imagen es una vista de la Catedral desde la Plaza del Ayuntamiento. Aparecen varios personajes, alguno de ellos sacerdote, bien abrigados con capas castellanas, lo que nos da idea de que las fotografías debieron tomarse en los meses de otoño-invierno:
Esperando que este breve repaso a una pequeña parte de la historia de la fotografía a partir de cuatro rarísimas fotografías os haya gustado, me despido agradeciendo a "Photos of the past" este hallazgo que hoy comparto con todos vosotros.
En esta apasionante historia se intercalan algunos casos muy curiosos, que hoy son muy importantes pues ayudan sobremanera a la datación de ciertas joyas fotográficas.
Uno de ellos es la aparición de la cámara Frena nº1, aparecida en Inglaterra entre 1893 y 1894.
Las fotografías obtenidas con esta cámara son muy características pues presentan todas unos bordes aserrados, debidos a la forma que tenían los negativos específicamente fabricados para estas cámaras, que fueron de las primeras en poder cambiar de negativo con cierta rapidez gracias a un ingenioso mecanismo interno.
Recientemente, los geniales gestores de "Photos of the past" identificaron 4 fotografías tomadas en Toledo por un viajero británico anónimo a finales del siglo XIX que hoy tengo el placer de ofreceros. En las cuatro se observa el mencionado borde aserrado. Comenzaremos por ver una maravillosa vista de la calle Ancha con la catedral al fondo. La esquina que aparece a la izquierda es además otro lugar importante en la historia de la fotografía española, pues acogió durante décadas la sede de Fotografía Rodríguez:
La segunda es un vista muy bella de la Puerta del Cambrón. Aparecen en ella algunas mujeres que bien podrían ser recoveras bargueñas, y como siempre que me paro a reflexionar sobre alguna imagen antigua, pienso que esas personas -a buen seguro tan humildes y anónimas- es como si revivieran por unos instantes cuando miramos estas fotografías más de un siglo después:
La tercera imagen es una vista del Torno del Tajo desde el Puente de Alcántara. Es una gozada ver con qué fuerza rompía el agua en el azud de los molinos de San Servando, sin que ello supusiera que, una vez superados los primeros metros de agitación, se generasen las asquerosas espumas que hoy tenemos la desgracia de ver. Aunque más asqueroso aún es tener que escuchar que tenemos que asumir como normal que el batido o agitación del agua genere semejante "fiesta de la espuma" a diario (Dejen de tomarnos por tontos, señores de la Confederación Hidrográfica de Tajo):
La última imagen es una vista de la Catedral desde la Plaza del Ayuntamiento. Aparecen varios personajes, alguno de ellos sacerdote, bien abrigados con capas castellanas, lo que nos da idea de que las fotografías debieron tomarse en los meses de otoño-invierno:
Esperando que este breve repaso a una pequeña parte de la historia de la fotografía a partir de cuatro rarísimas fotografías os haya gustado, me despido agradeciendo a "Photos of the past" este hallazgo que hoy comparto con todos vosotros.
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