Uno de los mayores tesoros de la arquitectura civil mudéjar de España es la denominada Casa de Mesa, también citada a menudo como Salón de Mesa. Se trata de los únicos restos conservados de un palacio mucho mayor que fue construido entre 1360 y 1380 a tenor de la decoración de las yeserías con decoración propia del mudéjar toledano consistente en un fondo de palmas dobles sobre las que resalta la flora naturalista gótica con hojas de roble y vid.
Debe su nombre a la familia que lo adquirió en la primera mitad del siglo XVII y que lo poseyó al menos hasta finales del XIX.
En el solar que ocupa se ha localizado históricamente la vivienda de Don Esteban Illán (1151-1208), quien fuera destacado alguacil y alcalde de Toledo.
Se sabe que el rico salón mudéjar era propiedad en el siglo XV de la familia Manrique, condes de Paredes, hasta al menos 1534 en que conocemos que Alonso de Manrique, hijo del primer conde Rodrigo Manrique y que llegó a ser Cardenal de Sevilla, habitaba la casa.
En 1551 es vendida por su entonces propietario Gómez Enríquez de Ayala al Cardenal Silíceo el cual instaló allí el primitivo Colegio de Doncellas Nobles, encargando algunas reparaciones a Alonso de Covarrubias. El caso es que el estado del inmueble en 1558 era de casi ruina según informó el propio Covarrubias, por lo que fue vendido en febrero de ese año a Arias Pardo, Señor de Malagón y Mariscal de Castilla y esposo de Luisa de la Cerda de la Casa de Medinaceli. Esta familia restauró y agrandó el palacio conservando el salón mudéjar pero incorporando al resto un estilo clasicista más propio de la época.
El edificio llegó como decía al principio a manos de la familia Mesa en el siglo XVII y fue alquilado por éstos en varias ocasiones con usos tan diversos como teatro o convento. En 1845 estuvo a punto de ser derribado por su mal estado. Fue arrendado a la Sociedad Económica de Amigos del País y en 1917 por la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, que aún lo conserva como sede.
En 1866 fue escenario del nacimiento de tal vez una de las asociaciones culturales más antiguas de Toledo, El Liceo de Toledo, que se reunió allí por vez primera:
A finales del siglo XIX, en 1872 y en 1892, la familia Mesa puso a la venta la Casa sucesivamente por el precio de 10.000 y 25.000 duros como prueban estos anuncios en varios periódicos de la época:
Desconozco si se produjo la venta, pero al año siguiente, en 1893, está documentada la visita al inmueble de María de Mecklemburgo-Schwerin (María Pavlovna), gran duquesa rusa:
De esa época, finales del XIX, datan sus primeras fotografías que fueron obra del gran Casiano Alguacil:
Todavía en el siglo XIX, en 1897 fue fotografiada por los alemanes Hauser y Menet:
A comienzos del siglo XX fue protagonista de bastantes fotos incluyendo algunas para postales:
A partir de 1917 se convirtió en sede de la Real Academia:
Fue precisamente la Real Academia la que instó a la declaración de la Casa de Mesa como Monumento Histórico Artístico, lo que logró en 1922:
Dos años después, durante unas obras de restauración, aparecieron restos interesantes en el inmueble de los que se hizo eco la prensa:
Se trata en definitiva de una joya más de la ciudad, bastante desconocida por desgracia para la mayoría de toledanos y visitantes, por lo que os animo a todos a visitarla en los días que se abre al público para la celebración de algún acto. Os aseguro que merece la pena.
La Casa de Mesa en Google Maps:
Ver Toledo Olvidado en un mapa más grande
Enlaces interesantes para saber más:
- Notas históricas sobre la llamada Casa de Mesa por Julio Porres
- El arte mudéjar y el Salón de la Casa de Mesa por Balbina Martínez Caviró
- Historia de la Casa de Mesa
sábado, 9 de abril de 2011
La barbarie anticlerical en la Guerra Civil en Toledo fotografiada por Pelayo Mas
El catalán Pelayo Mas Castañeda (1891-1954) era hijo de Adolfo Mas Ginestá -fundador del prestigioso Archivo Mas- y se había convertido en los años 20 y 30 por méritos propios en uno de los principales fotógrafos de obras de arte de España, trabajando para instituciones de enorme prestigio mundial como The Hispanic Society of America, The Frick Art Library, The Institute of Fine Art of New York y The Fogg Library Harvard University.
En el año 1938, Pelayo Mas donó un tesoro al entonces cardenal de Toledo Isidro Gomá con las imágenes que había tomado para documentar los tremendos destrozos que las facciones más anticlericales del bando republicano habían ocasionado en las obras de arte, monumentos y edificios religiosos de la ciudad de Toledo y su provincia. Se trata de un impresionante álbum hecho a mano de dimensiones 35x33 cm., con esmerada edición cuidando cada detalle y con descripciones manuscritas de cada fotografía. Pelayo Mas lo tituló "Martirio del Arte y destrucción de la Iglesia en la España Roja":
Debo agradecer al Arzobispado de Toledo y en especial a Jorge López Teulón la cesión gratuita de las imágenes digitalizadas de este histórico álbum que dan fe de la barbarie de una guerra fratricida y salvaje como aquella, en este caso vista desde el prisma de la destrucción del arte religioso en la ciudad de Toledo.
Comenzaremos por ver los daños ocasionados en el Convento de la Concepción Francisca o de las Concepcionistas, donde Pelayo Mas tomó decenas de imágenes que muestran estancias destrozadas, esculturas rotas a hachazos y otros daños similares:
Hace poco publiqué una entrada dedicada al Hospital Tavera. En ella narraba las peripecias de Juan López Ayllón y de sus compañeros del Comité de Defensa del Patrimonio cuando accedieron al edificio controlado por la CNT, y cómo hallaron "un montoncillo de trocitos de figura rota que había en un rinconcito" que resultaron ser de la escultura de Cristo resucitado de El Greco. Pues bien, Pelayo Mas fotografió los trocitos antes de ser recompuesta la figura:
También retrató el cuadro del Cardenal Tavera de El Greco roto a cuchilladas por los milicianos y el sepulcro del mismo cardenal que al parecer fue dañado en su nariz ya por tropas franquistas:
Tal vez las esculturas más antiguas destrozadas por la ira anticlerical se encontraban en el Convento de Santa Isabel de los Reyes, donde no tuvieron miramiento a la hora de hacer añicos imágenes románicas del siglo XII de valor incalculable:
Pelayo Mas recorrió otros muchos lugares de la ciudad donde hubo destrozos de imágenes cuya localización es hoy dificil pues los restos fueron casi todos ellos quemados por los religiosos al finalizar la contienda dado el estado en que habían quedado y por el comprensible dolor que les producía su contemplación. En esta serie os dejo multitud de fotografías que Mas tomó en muchos lugares de la ciudad:
El Convento de San Juan de la Penitencia fue incenciado y destruido por completo, incluyendo el soberbio sepulcro de Fray Francisco Ruiz del que ya os hablé:
El Convento de San Clemente fue otro de los lugares que más daños sufrió:
El Hospital de Santa Cruz y los edificios anejos como el convento de Santa Fe también resultaron muy afectados:
Otro edifició que fue destruido por completo debido a su cercanía al Alcázar fue la Iglesia de la Magdalena:
Tal vez la imagen que da muestra de un mayor desprecio por cualquier tipo de sentimiento es esta tomada en la Iglesia de San Miguel el Alto donde podemos ver multitud de tumbas profanadas -incluyendo la de un bebé- con restos humanos esparcidos por doquier y calaveras colocadas en el destrozado altar:
Pelayo Mas también realizó un amplio reportaje de lo que quedó en pie del Alcázar tras el asedio:
Aquí tenemos una impresionante fotografía del Arco de la Sangre donde podemos ver al fondo los restos de la ya desaparecida Posada de la Sangre:
Aquí podemos ver mejor en qué estado quedo la mítica posada:
Se trata en definitiva de un documento histórico de enorme valor y de una muestra más de los desastres de aquella maldita guerra. Pelayo Mas puso su grano de arena para al menos tener un recuerdo fotográfico de las obras de arte que se perdieron para siempre. El resto de su legado fotográfico -y de su familia- abarca más de 300.000 negativos que constituyeron la base del Instituto Amatller de Artes Hispánicas que se fundó en 1941 en gran medida gracias a sus donaciones.
Enlaces interesantes para saber más:
- Catálogo de la exposición "Toledo Ciudad mártir, 1936"
- Entrevista al Cardenal Gomá en el Heraldo de Aragón el 12 de octubre de 1936
En el año 1938, Pelayo Mas donó un tesoro al entonces cardenal de Toledo Isidro Gomá con las imágenes que había tomado para documentar los tremendos destrozos que las facciones más anticlericales del bando republicano habían ocasionado en las obras de arte, monumentos y edificios religiosos de la ciudad de Toledo y su provincia. Se trata de un impresionante álbum hecho a mano de dimensiones 35x33 cm., con esmerada edición cuidando cada detalle y con descripciones manuscritas de cada fotografía. Pelayo Mas lo tituló "Martirio del Arte y destrucción de la Iglesia en la España Roja":
Debo agradecer al Arzobispado de Toledo y en especial a Jorge López Teulón la cesión gratuita de las imágenes digitalizadas de este histórico álbum que dan fe de la barbarie de una guerra fratricida y salvaje como aquella, en este caso vista desde el prisma de la destrucción del arte religioso en la ciudad de Toledo.
Comenzaremos por ver los daños ocasionados en el Convento de la Concepción Francisca o de las Concepcionistas, donde Pelayo Mas tomó decenas de imágenes que muestran estancias destrozadas, esculturas rotas a hachazos y otros daños similares:
Hace poco publiqué una entrada dedicada al Hospital Tavera. En ella narraba las peripecias de Juan López Ayllón y de sus compañeros del Comité de Defensa del Patrimonio cuando accedieron al edificio controlado por la CNT, y cómo hallaron "un montoncillo de trocitos de figura rota que había en un rinconcito" que resultaron ser de la escultura de Cristo resucitado de El Greco. Pues bien, Pelayo Mas fotografió los trocitos antes de ser recompuesta la figura:
También retrató el cuadro del Cardenal Tavera de El Greco roto a cuchilladas por los milicianos y el sepulcro del mismo cardenal que al parecer fue dañado en su nariz ya por tropas franquistas:
Tal vez las esculturas más antiguas destrozadas por la ira anticlerical se encontraban en el Convento de Santa Isabel de los Reyes, donde no tuvieron miramiento a la hora de hacer añicos imágenes románicas del siglo XII de valor incalculable:
Pelayo Mas recorrió otros muchos lugares de la ciudad donde hubo destrozos de imágenes cuya localización es hoy dificil pues los restos fueron casi todos ellos quemados por los religiosos al finalizar la contienda dado el estado en que habían quedado y por el comprensible dolor que les producía su contemplación. En esta serie os dejo multitud de fotografías que Mas tomó en muchos lugares de la ciudad:
El Convento de San Juan de la Penitencia fue incenciado y destruido por completo, incluyendo el soberbio sepulcro de Fray Francisco Ruiz del que ya os hablé:
El Convento de San Clemente fue otro de los lugares que más daños sufrió:
El Hospital de Santa Cruz y los edificios anejos como el convento de Santa Fe también resultaron muy afectados:
Otro edifició que fue destruido por completo debido a su cercanía al Alcázar fue la Iglesia de la Magdalena:
Tal vez la imagen que da muestra de un mayor desprecio por cualquier tipo de sentimiento es esta tomada en la Iglesia de San Miguel el Alto donde podemos ver multitud de tumbas profanadas -incluyendo la de un bebé- con restos humanos esparcidos por doquier y calaveras colocadas en el destrozado altar:
Pelayo Mas también realizó un amplio reportaje de lo que quedó en pie del Alcázar tras el asedio:
Aquí tenemos una impresionante fotografía del Arco de la Sangre donde podemos ver al fondo los restos de la ya desaparecida Posada de la Sangre:
Aquí podemos ver mejor en qué estado quedo la mítica posada:
Se trata en definitiva de un documento histórico de enorme valor y de una muestra más de los desastres de aquella maldita guerra. Pelayo Mas puso su grano de arena para al menos tener un recuerdo fotográfico de las obras de arte que se perdieron para siempre. El resto de su legado fotográfico -y de su familia- abarca más de 300.000 negativos que constituyeron la base del Instituto Amatller de Artes Hispánicas que se fundó en 1941 en gran medida gracias a sus donaciones.
Enlaces interesantes para saber más:
- Catálogo de la exposición "Toledo Ciudad mártir, 1936"
- Entrevista al Cardenal Gomá en el Heraldo de Aragón el 12 de octubre de 1936
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