El 9 de junio de 1955 Toledo se despertaba con la ilusión de volver a disfrutar, un año más, de su gran día: la festividad del Corpus Christi. Pese a estar ya cercano el verano, el día amaneció fresco y algo ventoso, aunque el sol lucía sin problemas. La ciudad, engalanada para la ocasión, cobijaba entre la multitud a un excelente fotógrafo suizo que había viajado desde Zurich a tierras castellanas trabajando para la agencia Photo Comet, fundada tres años antes en aquella ciudad helvética por Hans Gerber, Björn Eric Lindroos y Jack Metzger.
Los tres fueron verdaderos genios de la fotografía, por lo que me produce cierto desasosiego no haber podido aún descifrar cuál fue concretamente el responsable de apretar el disparador en Toledo en aquel ya lejano mes de junio de 1955.
Pronto vais a comprender por qué, pues la belleza y calidad del reportaje es tal, que me he prometido a mí mismo descubrir con el paso del tiempo al autor de estas fotos. Por el estilo, tal vez sea Hans Gerber el primer candidato, pero no son en absoluto descartables ni Eric Lindroos ("Lindi" como era también conocido) ni tampoco Metzger. Tal era la fama de este genial triunvirato que pasaron a la historia como "The Comets", en referencia a la agencia que fundaron en 1952.
Comenzaré por ofreceros las imágenes más tempranas: las del cortejo festivo previo a la procesión del jueves. Tanto la tarasca como los cabezudos salieron por la mañana antes de la solemne procesión. Son impagables las estampas de niños y jóvenes divirtiéndose con los personajes, caracterizados muy al gusto de la época (uno representa a Cantinflas, otro a Groucho Marx...):
Vemos también a pequeños tamborileros:
La procesión religiosa comenzó, como manda la tradición, con la salida desde la Puerta Llana. En este punto el fotógrafo suizo obtuvo verdaderas joyas fotográficas que os recomiendo ver con detenimiento (las he colgado en alta resolución, por lo que es posible admirar todos los detalles). Aparecen preciosos mantones de Manila, caras en los balcones que a buen seguro muchos aún reconocerán, la librería del anticuario Balaguer...en definitiva, toledanismo en estado puro:
De verdadero genio es esta imagen que capturó magistralmente la textura de los antiguos tapices flamencos que cada año se cuelgan de las paredes de la Catedral. Su majestuosidad es si cabe aún mayor cuando el viento los mece, tal como aquí pueden verse:
La Plaza del Ayuntamiento (ya en el final del recorrido) sirvió de escenario para algunas de las mejores fotografías del reportaje. El Palacio Arzobispal lucía por primer año un nuevo aspecto: en 1954 había sido restaurado, suprimiéndose el enfoscado y los revocos (dejando ver un pequeño paño con decoración mudéjar en ladrillo), y eliminándose los dos pequeños torreones que tenía en su zona superior. En la acera contigua fueron plantados 3 olmos autóctonos de los que aún subsiste uno, pudiéndose en estas fotos ver dichos árboles recién plantados:
La Cruz de Cisneros a su paso por la Plaza del Ayuntamiento:
La famosa Custodia de Arfe:
Es curioso observar a las jóvenes que se agolpan en la gran reja de una de las ventanas del Palacio Arzobispal:
La Catedral carecía por entonces en su fachada principal de la verja que hoy la protege:
Una excelente fotografía de los cadetes que acompañaron a la procesión. ¿Será alguno capaz de reconocerse hoy?
Esta es una simpática estampa de dos soldados conversando:
La música militar no faltó en aquel Corpus de 1955. Al fondo, el edificio de la Audiencia Provincial aún presentaba la fachada ejecutada en los años 30, sin su aspecto actual en el que a diario vemos la portada gótica del Palacio de los Condes de Peromoro:
Una bella foto de los seminaristas entrando en el Palacio Arzobispal:
Desde algunos pueblos de la provincia, como El Romeral, vinieron coros y danzas con su música tradicional para amenizar el cortejo:
Como curiosidad final, decir que en aquel mismo Corpus de 1955 estuvo también fotografiando un jovencísimo Ken Russell, el famoso cineasta, cuyas fotos ya os las ofrecí en esta otra entrada.
Esperando que os haya gustado este viaje a 1955, solo me queda pediros que, si reconocéis personas en las imágenes, no dudéis en decírmelo pues actualizo cada foto con esa valiosísima información que corre el riesgo de perderse con el paso de los años.
sábado, 10 de noviembre de 2018
Toledo hacia 1887 fotografiado por Max Junghändel
El arquitecto alemán Max Junghändel nació en Zwickau en 1861. Finalizó sus estudios de arquitectura en 1884 en la Universidad de Dresde. Poco después, hacia 1887 o 1888 realizó un extenso viaje por España en el que obtuvo centenares de fotografías en las que demostró su pasión por la arquitectura así como un nada desdeñable talento fotográfico. Esas portentosas fotografías, así como su capacidad de ligar la historia y la arquitectura, le llevaron a publicar una obra de referencia en 1888, "Die Baukunst Spaniens in ihren hervorragendsten Werken", editada en la ciudad de Dresde en varios volúmenes y publicada posteriormente en varias ocasiones gracias al gran éxito alcanzado.
Hubo una edición española titulada "La Arquitectura de España estudiada en sus principales monumentos", que además fue completada con un texto del célebre pintor y crítico de arte Pedro de Madrazo.
Este delicioso libro es un verdadero tesoro, y supone un viaje al estado en que se encontraban los principales monumentos arquitectónicos de la España de finales del XIX. Las fotografías de Max Junghändel reflejan claramente su formación como arquitecto, dando mucha importancia a poder captar en la imagen el edificio en su totalidad, permitiéndonos admirar sus perfiles y recrearnos en las formas y los materiales. Junghändel enfoca la arquitectura española reconociendo sus especiales características, con elementos absorbidos de las muchas culturas que marcaron la historia de nuestro país, generando influencias mutuas que dan como fruto una serie de edificios y monumentos únicos en toda Europa.
Se trata de un libro (sus varios volúmenes) muy cotizado hoy en día, especialmente las primeras ediciones. Un ejemplar se conserva en el Archivo del Ayuntamiento de Burgos, que amablemente lo ha digitalizado para disfrute de quienes amamos la historia fotográfica. Será en la mayoría de los casos estos escaneos burgaleses los que emplee para ofreceros todas las imágenes toledanas de la obra de Junghändel. La autoría es en la mayoría de los casos atribuible al propio arquitecto, como así figura en los pies de foto, salvo en algunos en los que ese dato se omite, generando la duda de si es una errata o si (en esos escasos casos) esas fotos no las tomó Max Junghändel.
La datación de las fotografías hacia 1887 es posible por ciertos detalles que aparecen en algunas fotografías. Por ejemplo, tenemos una portentosa imagen del Alcázar que aparece desmochado como consecuencia del incendio acaecido en enero de 1887. Son aún visibles las marcas del humo y el fuego en algunas de las ventanas, por lo que lo más probable es que la imagen fuera tomada por Junghändel en aquel mismo año de 1887:
Es absolutamente maravillosa esta vista de la calle de Santo Tomé con la majestuosa torre mudéjar presidiendo la estampa:
Otra foto excelente es esta vista de la torre de la Iglesia de San Román. Podemos ya ver los depósitos de agua construidos en la actual plaza en el año 1863 (fueron demolidos en 1979):
La Puerta del Sol aparece con unos arbolillos recién plantados (parecen acacias), que son también visibles en toda la subida hacia Zocodover. Es realmente triste que toda esta arteria, tan principal y concurrida en Toledo, carezca actualmente de árboles, máxime cuando la anchura de las aceras es bastante amplia especialmente en la zona cercana a la confluencia con Núñez de Arce:
Esta es una bella toma del interior de la sinagoga de Santa María la Blanca:
En esta página aparece otra vista de la sinagoga junto con una imagen de la Mezquita del Cristo de la Luz:
En el Hospital Tavera, Junghändel fotografió tanto el patio como el sublime sepulcro del Cardenal Tavera:
El Puente de Alcántara puede admirarse en esta fenomenal toma. Aparecen en la orilla (zona denominada "arenal de San Servando") unos chamizos que no eran otra cosa que casetas de baño que se instalaban cada verano. Eran así, cerradas desde su puerta hasta el propio agua, para garantizar una total intimidad y ausencia de visión libidinosa en aquella sociedad española tan estricta sexualmente hablando. Existía al menos una caseta para cada sexo:
La Puerta de los Leones de la Catedral fue inmortalizada por Junghändel en esta preciosa toma:
Hay más partes de la Catedral excelentemente fotografiadas en el libro:
La Portada del Hospital de Santa Cruz era una obra de obligada inclusión en el libro:
El Monasterio de San Juan de los Reyes no podía faltar en la obra del alemán:
En el libro se incluyeron también algunas páginas extraídas de la célebre obra "Monumentos Arquitectónicos de España":
Por lo que he podido investigar, Max Junghändel emigró a Estados Unidos a comienzos del siglo XX, donde se convirtió en un experto en la explotación de minas en diferentes estados como Arizona, Pensilvania y California.
Agradeciendo al Ayuntamiento de Burgos la puesta a disposición de los escaneos de esta maravillosa obra, espero que el viaje al Toledo de 1887 os haya gustado. No siempre se puede retroceder en el tiempo 131 años para ver cómo eran en el pasado monumentos que hoy tenemos la suerte de disfrutar a diario.
Hubo una edición española titulada "La Arquitectura de España estudiada en sus principales monumentos", que además fue completada con un texto del célebre pintor y crítico de arte Pedro de Madrazo.
Este delicioso libro es un verdadero tesoro, y supone un viaje al estado en que se encontraban los principales monumentos arquitectónicos de la España de finales del XIX. Las fotografías de Max Junghändel reflejan claramente su formación como arquitecto, dando mucha importancia a poder captar en la imagen el edificio en su totalidad, permitiéndonos admirar sus perfiles y recrearnos en las formas y los materiales. Junghändel enfoca la arquitectura española reconociendo sus especiales características, con elementos absorbidos de las muchas culturas que marcaron la historia de nuestro país, generando influencias mutuas que dan como fruto una serie de edificios y monumentos únicos en toda Europa.
Se trata de un libro (sus varios volúmenes) muy cotizado hoy en día, especialmente las primeras ediciones. Un ejemplar se conserva en el Archivo del Ayuntamiento de Burgos, que amablemente lo ha digitalizado para disfrute de quienes amamos la historia fotográfica. Será en la mayoría de los casos estos escaneos burgaleses los que emplee para ofreceros todas las imágenes toledanas de la obra de Junghändel. La autoría es en la mayoría de los casos atribuible al propio arquitecto, como así figura en los pies de foto, salvo en algunos en los que ese dato se omite, generando la duda de si es una errata o si (en esos escasos casos) esas fotos no las tomó Max Junghändel.
La datación de las fotografías hacia 1887 es posible por ciertos detalles que aparecen en algunas fotografías. Por ejemplo, tenemos una portentosa imagen del Alcázar que aparece desmochado como consecuencia del incendio acaecido en enero de 1887. Son aún visibles las marcas del humo y el fuego en algunas de las ventanas, por lo que lo más probable es que la imagen fuera tomada por Junghändel en aquel mismo año de 1887:
Es absolutamente maravillosa esta vista de la calle de Santo Tomé con la majestuosa torre mudéjar presidiendo la estampa:
Otra foto excelente es esta vista de la torre de la Iglesia de San Román. Podemos ya ver los depósitos de agua construidos en la actual plaza en el año 1863 (fueron demolidos en 1979):
La Puerta del Sol aparece con unos arbolillos recién plantados (parecen acacias), que son también visibles en toda la subida hacia Zocodover. Es realmente triste que toda esta arteria, tan principal y concurrida en Toledo, carezca actualmente de árboles, máxime cuando la anchura de las aceras es bastante amplia especialmente en la zona cercana a la confluencia con Núñez de Arce:
Esta es una bella toma del interior de la sinagoga de Santa María la Blanca:
En esta página aparece otra vista de la sinagoga junto con una imagen de la Mezquita del Cristo de la Luz:
En el Hospital Tavera, Junghändel fotografió tanto el patio como el sublime sepulcro del Cardenal Tavera:
El Puente de Alcántara puede admirarse en esta fenomenal toma. Aparecen en la orilla (zona denominada "arenal de San Servando") unos chamizos que no eran otra cosa que casetas de baño que se instalaban cada verano. Eran así, cerradas desde su puerta hasta el propio agua, para garantizar una total intimidad y ausencia de visión libidinosa en aquella sociedad española tan estricta sexualmente hablando. Existía al menos una caseta para cada sexo:
La Puerta de los Leones de la Catedral fue inmortalizada por Junghändel en esta preciosa toma:
Hay más partes de la Catedral excelentemente fotografiadas en el libro:
La Portada del Hospital de Santa Cruz era una obra de obligada inclusión en el libro:
El Monasterio de San Juan de los Reyes no podía faltar en la obra del alemán:
En el libro se incluyeron también algunas páginas extraídas de la célebre obra "Monumentos Arquitectónicos de España":
Por lo que he podido investigar, Max Junghändel emigró a Estados Unidos a comienzos del siglo XX, donde se convirtió en un experto en la explotación de minas en diferentes estados como Arizona, Pensilvania y California.
Agradeciendo al Ayuntamiento de Burgos la puesta a disposición de los escaneos de esta maravillosa obra, espero que el viaje al Toledo de 1887 os haya gustado. No siempre se puede retroceder en el tiempo 131 años para ver cómo eran en el pasado monumentos que hoy tenemos la suerte de disfrutar a diario.
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