Son muchas las películas que han tenido como escenario a la ciudad de Toledo. Se trata sin duda de un hecho que ha ayudado mucho a lo largo de la historia del cine a dar a conocer nuestra ciudad en ámbitos internacionales. Suelen ser los preciosos exteriores que aquí se pueden grabar la razón más habitual para escoger Toledo como escenario del rodaje, o también la adaptación cinematográfica de hechos históricos sucedidos en Toledo.
Sin embargo existen casos muy curiosos de rodajes realizados en Toledo sin apenas tomas exteriores y con guiones en absoluto relacionados con la ciudad. Tal vez el ejemplo más destacado es el rodaje en octubre de 1970 de la película Murders in the Rue Morgue, adaptación cinematográfica de la famosa obra de Edgar Allan Poe Los crímenes de la Calle Morgue.
La película, estrenada en 1971, fue dirigida por Gordon Hessler y protagonizada por Jason Robards, Herbert Lom, Christine Kaufmann, Adolfo Celi, Maria Perschy, Lilli Palmer y Michael Dunn.
El escenario escogido para grabar buena parte de la película fue el Teatro de Rojas, que fue adaptado y transfigurado para la ocasión. Cuarenta y tres años después de este rodaje, que tuvo lugar el martes 27 de octubre de 1970 y del que apenas había rastro documental hoy puedo gracias a la generosidad de Lola Magano ofreceros varias fotografías muy curiosas de este rodaje. El marido de Lola -Ildebrando Rodríguez Rossetti, conocido como Brandy- fue el doble de rodaje de Herbert Lom para las escenas más arriesgadas y en este film hizo un salto de 24 metros en caída libre.
Las fotos son muy curiosas y muestran la transformación de la fachada del teatro. En una de ellas Brandy aparece corriendo por la cornisa del edificio:
Aquí vemos a Brandy caracterizado como Lom:
Estos son fotogramas de la película en los que aparece el Teatro de Rojas:
Aquí podéis ver el trailer de la película con bastantes escenas rodadas en el Teatro de Rojas:
En 1973 Brandy volvió a rodar escenas peligrosas en Toledo, como por ejemplo esta en la que dobla a Michael York en Los Tres Mosqueteros:
Esperando que estas curiosísimas imágenes os hayan gustado quisiera agradecer públicamente a Lola Magano la cesión gratuita de las mismas. Es sin lugar a dudas un precioso homenaje a su marido.
Y para terminar, recordar que curiosamente Edgar Allan Poe ambientó en Toledo una de sus obras, no la representada en esta película, sino el célebre relato de terror titulado El Pozo y el Péndulo.
viernes, 7 de junio de 2013
Toledo en 1935 fotografiado por Josep Gaspar i Serra
Josep Gaspar i Serra fue un famoso director de cine y fotógrafo nacido en Manresa en 1892. Hijo de un comerciante de calzado, se trasladó con familia a Barcelona donde comenzó sus estudios en el colegio de La Salle. Al finalizar los mismos, comenzó a trabajar como contable en la casa Gaumont, dedicada principalmente a la venta de aparatos de fotografía y cine al por mayor. Su formación en la sede de Gaumont en París significó un paso importante para su futura carrera.
Así, muy pronto empezó a colaborar en la prensa ilustrada catalana publicando sus fotografías en las principales revistas gráficas de su tiempo como Mundo Gráfico, Estadio, El Heraldo o Imágenes.
Al mismo tiempo, formó parte del grupo conocido como "los tres reyes mágicos" junto con los también fotógrafos Josep María Sagarra y Pau Lluís Torrents. Como fotógrafo fue uno de los pioneros de la fotografía aérea catalana y española, y fue el fotógrafo oficial del aeródromo Canudas entre 1920 y 1933.
Sin embargo su carrera profesional estuvo siempre ligada al mundo de cine, por lo que también es considerado como uno de los pioneros de la cinematografía catalana, dedicándose a este campo casi exclusivamente desde 1933. Como cameraman y posteriormente como director de fotografía produjo a lo largo de su carrera entre 1908 y 1946 una extensa filmografía, entre la que podemos destacar el documental Gente y Paisaje de Cataluña. También plasmó los acontecimientos de la Semana Trágica en el filme Los sucesos de Barcelona (1909). En 1910 filmó la Revolución en Portugal y en 1919 varios cortos documentales sobre industrias locales catalanas exhibidos en Nueva York. También se dedicó al género taurino en pelícilas como Biografía y muerte de Joselito (1920)o Pedrucho (1925). Posteriormente sobresalió como fotógrafo cinematográfico y dirigió sainetes a partir de 1934.
En 1949 se trasladó a Montevideo contratado por Pau Lluís Torrents. Cuatro años más tarde se fue a Argentina donde montó unos estudios fotográficos. Poco tiempo después sufrió un accidente que lo dejó impedido laboralmente. Por esta razón y dada su edad decidió volver a España instalándose de nuevo en Barcelona, donde le fue muy difícil encontrar trabajo. En 1969 y dentro de la Semana Cinematográfica de Molins de Rei se le rindió un homenaje para procurarle ayuda y reconocerle los méritos. Gaspar murió en Barcelona el 12 de enero de 1970.
En 1935 visitó Toledo para dirigir la película de comedia titulada ¡Qué tío más grande!, adaptación cinematográfica de la obra de Pedro Muñoz Seca y que protagonizaron Rafael Arcos y Maruja Carrizo.
Durante su estancia en los primeros meses de 1935 Gaspar fotografió Toledo de modo absolutamente magistral, demostrando un dominio de la cámara al alcance de muy pocos. Son fotografías de un valor excepcional, no ya por su calidad y belleza, sino por mostrar la ciudad solo un año antes de la devastación sufrida en la guerra civil. Se conservan en el Archivo Nacional de Cataluña. Comenzaré por mostraros las panorámicas y vistas:
En estas destaca la curiosa presencia del edificio de la Escuela Normal de Magisterio, uno de los más efímeros de la ciudad, y que se situaba en el actual Paseo de Sisebuto:
José Gaspar también fotografió el entorno de la Catedral:
Son soberbias sus fotografías de la ribera del Tajo:
El Puente de San Martín:
El de Alcántara:
Aquí los imponentes almeces de la Ermita del Valle:
San Juan de los Reyes:
El Castillo de San Servando:
La Plaza de Zocodover:
La Posada de la Sangre, en su último año de existencia:
Esta es la zona cercana al Hostal del Cardenal:
La Posada de la Hermandad:
Aquí vemos la Casa del Diamantista:
La Puerta de Valmardón:
Pero las fotografías más valiosas y curiosas de la serie se corresponden al mítico Palacio de La Sisla donde fueron grabados muchos interiores del filme. Hasta hoy se había escrito mucho sobre la opulencia y belleza interior de este palacio casi legendario hoy desaparecido. Enclavado en la zona de la Sisla -hoy terreno militar- donde en su día se levantara el Monasterio Jerónimo del mismo nombre, este palacio fue edificado a comienzos del siglo XX por Consuelo Cubas, Condesa de Arcentales, señora de Pelizaeus y Condesa de Santa María de la Sisla. Era hija de los marqueses de Cubas y de Fontalba. El impresionante edificio aprovechó parte de los restos que aun quedaban del antiguo convento. Próximamente espero publicar una entrada específica dedicada a la historia de este palacio, del que hoy apenas queda nada. Las fotografías del rodaje no dejan lugar a dudas sobre la belleza y el lujo de su interior:
Aquí vemos al propio Gaspar:
Aquí vemos los espectaculares jardines. El grupo escultórico quedó destruido en la guerra civil pues el palacio sirvió primero de refugio a los requetés del ejército nacional y más tarde a las milicias republicanas en 1937:
Josep Gaspar regresó a Toledo hacia 1940 y fotografió la ciudad destruida, con un aspecto desgraciadamente muy distinto al que pudo ver en 1935:
Como veis se trata de verdaderas joyas absolutamente desconocidas hasta hoy en Toledo. Una muestra más del enorme camino que aún resta por recorrer en la búsqueda de imágenes históricas de la ciudad. Varias de estas fotografías formarán parte del libro Toledo Olvidado 2 que gracias a todos vosotros verá la luz en Navidad y cuya búsqueda de mecenas concluye hoy. No tengo palabras para agradeceros todo el apoyo en la campaña. Es realmente emocionante saber que esta pasión por Toledo y su historia fotográfica es compartida de modo tan generoso con tanta gente.
Así, muy pronto empezó a colaborar en la prensa ilustrada catalana publicando sus fotografías en las principales revistas gráficas de su tiempo como Mundo Gráfico, Estadio, El Heraldo o Imágenes.
Al mismo tiempo, formó parte del grupo conocido como "los tres reyes mágicos" junto con los también fotógrafos Josep María Sagarra y Pau Lluís Torrents. Como fotógrafo fue uno de los pioneros de la fotografía aérea catalana y española, y fue el fotógrafo oficial del aeródromo Canudas entre 1920 y 1933.
Sin embargo su carrera profesional estuvo siempre ligada al mundo de cine, por lo que también es considerado como uno de los pioneros de la cinematografía catalana, dedicándose a este campo casi exclusivamente desde 1933. Como cameraman y posteriormente como director de fotografía produjo a lo largo de su carrera entre 1908 y 1946 una extensa filmografía, entre la que podemos destacar el documental Gente y Paisaje de Cataluña. También plasmó los acontecimientos de la Semana Trágica en el filme Los sucesos de Barcelona (1909). En 1910 filmó la Revolución en Portugal y en 1919 varios cortos documentales sobre industrias locales catalanas exhibidos en Nueva York. También se dedicó al género taurino en pelícilas como Biografía y muerte de Joselito (1920)o Pedrucho (1925). Posteriormente sobresalió como fotógrafo cinematográfico y dirigió sainetes a partir de 1934.
En 1949 se trasladó a Montevideo contratado por Pau Lluís Torrents. Cuatro años más tarde se fue a Argentina donde montó unos estudios fotográficos. Poco tiempo después sufrió un accidente que lo dejó impedido laboralmente. Por esta razón y dada su edad decidió volver a España instalándose de nuevo en Barcelona, donde le fue muy difícil encontrar trabajo. En 1969 y dentro de la Semana Cinematográfica de Molins de Rei se le rindió un homenaje para procurarle ayuda y reconocerle los méritos. Gaspar murió en Barcelona el 12 de enero de 1970.
En 1935 visitó Toledo para dirigir la película de comedia titulada ¡Qué tío más grande!, adaptación cinematográfica de la obra de Pedro Muñoz Seca y que protagonizaron Rafael Arcos y Maruja Carrizo.
Durante su estancia en los primeros meses de 1935 Gaspar fotografió Toledo de modo absolutamente magistral, demostrando un dominio de la cámara al alcance de muy pocos. Son fotografías de un valor excepcional, no ya por su calidad y belleza, sino por mostrar la ciudad solo un año antes de la devastación sufrida en la guerra civil. Se conservan en el Archivo Nacional de Cataluña. Comenzaré por mostraros las panorámicas y vistas:
En estas destaca la curiosa presencia del edificio de la Escuela Normal de Magisterio, uno de los más efímeros de la ciudad, y que se situaba en el actual Paseo de Sisebuto:
José Gaspar también fotografió el entorno de la Catedral:
Son soberbias sus fotografías de la ribera del Tajo:
El Puente de San Martín:
El de Alcántara:
Aquí los imponentes almeces de la Ermita del Valle:
San Juan de los Reyes:
El Castillo de San Servando:
La Plaza de Zocodover:
La Posada de la Sangre, en su último año de existencia:
Esta es la zona cercana al Hostal del Cardenal:
La Posada de la Hermandad:
Aquí vemos la Casa del Diamantista:
La Puerta de Valmardón:
Pero las fotografías más valiosas y curiosas de la serie se corresponden al mítico Palacio de La Sisla donde fueron grabados muchos interiores del filme. Hasta hoy se había escrito mucho sobre la opulencia y belleza interior de este palacio casi legendario hoy desaparecido. Enclavado en la zona de la Sisla -hoy terreno militar- donde en su día se levantara el Monasterio Jerónimo del mismo nombre, este palacio fue edificado a comienzos del siglo XX por Consuelo Cubas, Condesa de Arcentales, señora de Pelizaeus y Condesa de Santa María de la Sisla. Era hija de los marqueses de Cubas y de Fontalba. El impresionante edificio aprovechó parte de los restos que aun quedaban del antiguo convento. Próximamente espero publicar una entrada específica dedicada a la historia de este palacio, del que hoy apenas queda nada. Las fotografías del rodaje no dejan lugar a dudas sobre la belleza y el lujo de su interior:
Aquí vemos al propio Gaspar:
Aquí vemos los espectaculares jardines. El grupo escultórico quedó destruido en la guerra civil pues el palacio sirvió primero de refugio a los requetés del ejército nacional y más tarde a las milicias republicanas en 1937:
Josep Gaspar regresó a Toledo hacia 1940 y fotografió la ciudad destruida, con un aspecto desgraciadamente muy distinto al que pudo ver en 1935:
Como veis se trata de verdaderas joyas absolutamente desconocidas hasta hoy en Toledo. Una muestra más del enorme camino que aún resta por recorrer en la búsqueda de imágenes históricas de la ciudad. Varias de estas fotografías formarán parte del libro Toledo Olvidado 2 que gracias a todos vosotros verá la luz en Navidad y cuya búsqueda de mecenas concluye hoy. No tengo palabras para agradeceros todo el apoyo en la campaña. Es realmente emocionante saber que esta pasión por Toledo y su historia fotográfica es compartida de modo tan generoso con tanta gente.
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