viernes, 19 de septiembre de 2025

Toledo en 1960 fotografiado por Arsen Yakoubian Kurkjian

Arsen Lionel Yakoubian Kurkjian nació el 19 de agosto de 1914 en Harput, una localidad perteneciente a Turquía con una gran influencia de la cultura armenia. Era hijo de Armenag y Yeranig Yakoubian y, debido a la persecución sistemática del pueblo armenio llevada a cabo por el gobierno turco del Comité de Unión y Progreso en el Imperio otomano —un genocidio que afectó a dos millones de personas— entre 1915 y 1923, se vieron forzados a huir de su hogar. Se instalaron en Estados Unidos, donde el joven Arsen Lionel creció, concretamente en el estado de Nueva Jersey. Sirvió como soldado del ejército americano entre mayo de 1942 y diciembre de 1946 durante la II Guerra Mundial. Aunque no conocemos demasiados datos más de su vida, a través de sus fotografías podemos deducir que se trató de una persona muy inquieta y viajera, pues sus imágenes están geográficamente muy dispersas: hay registros con lugar de origen o toma en Alemania (Wiesbaden, 1949), Estados Unidos (New Hampshire, Alaska, años 1957–1961), México (diversas localidades) y varios países de América Latina como Perú (Cuzco, 1963), Venezuela (La Guaira, 1957–1963) y Colombia (Medellín, 1963). Una particularidad reseñable de su colección es que fue íntegramente obtenida a todo color, algo no muy habitual en las décadas en que estuvo más activo, desde los años 40 hasta los 60.
Arsen Lionel Yakoubian Kurkjian en 1948. Fototeca Nacional INAH Todo ello sugiere que Yakoubian fue una persona que viajó extensamente, lo cual es corroborado asimismo por su presencia en nuestro país en 1960, estancia en la que lógicamente se detuvo en Toledo donde logró varias decenas de bellas fotografías conservadas por la mediateca del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH) que hoy tengo el placer de mostraros.
Comenzaré por una preciosa toma de la plaza de las Cuatro Calles, llena de colorido y vida:
Plaza de las Cuatro Calles. Fotografía de Yakoubian Kurkjian en el otoño de 1960. Mediateca del INAH (Gobierno de México) Es muy significativa esta vista de la plaza situada tras la puerta de Alfonso VI o Vieja de Bisagra. Es el punto en el que en la actualidad se encuentra la escultura "Lugar de encuentros V" de Eduardo Chillida. Como veis, en 1960 ese espacio era aún terrizo.
Puerta de Alfonso VI o vieja de Bisagra. Fotografía de Yakoubian Kurkjian en el otoño de 1960. Mediateca del INAH (Gobierno de México) Esta vista de la esquina entre la calle Santa Isabel y Pozo Amargo, con la tienda de comestibles Dueñas, es realmente bella:
Calle Santa Isabel esquina con Pozo Amargo. Fotografía de Yakoubian Kurkjian en el otoño de 1960. Mediateca del INAH (Gobierno de México) Aquí vemos una buena perspectiva de la calle Nuncio Viejo:
Calle Nuncio Viejo. Fotografía de Yakoubian Kurkjian en el otoño de 1960. Mediateca del INAH (Gobierno de México) Una estupenda vista de la torre de la Catedral obtenida desde el Alcázar:
Catedral vista desde el Alcázar. Fotografía de Yakoubian Kurkjian en el otoño de 1960. Mediateca del INAH (Gobierno de México) Son curiosos los vehículos propios del año 1960 junto a la Sinagoga del Tránsito:
Sinagoga del Tránsito. Fotografía de Yakoubian Kurkjian en el otoño de 1960. Mediateca del INAH (Gobierno de México) Dos panorámicas del barrio de la Antequeruela, con Bisagra y el Arrabal:
Arrabal y zona de Bisagra con la Antequeruela. Fotografía de Yakoubian Kurkjian en el otoño de 1960. Mediateca del INAH (Gobierno de México) Barrio de la Antequeruela. Fotografía de Yakoubian Kurkjian en el otoño de 1960. Mediateca del INAH (Gobierno de México) Un ciclista se afanaba en ascender la cuesta junto a la Puerta del Sol:
Un ciclista junto a la Puerta del Sol. Fotografía de Yakoubian Kurkjian en el otoño de 1960. Mediateca del INAH (Gobierno de México) Esta es una excelente panorámica tomada desde el punto donde hoy se levanta el estadio Salto del Caballo. Aún quedaban trece años para su construcción:
Vista de Toledo y el Tajo desde el Salto del Caballo. Fotografía de Yakoubian Kurkjian en el otoño de 1960. Mediateca del INAH (Gobierno de México) La serie de fotos de la Catedral y la Plaza del Ayuntamiento es estensa y de gran belleza:
Catedral de Toledo con la plaza en obras. Fotografía de Yakoubian Kurkjian en el otoño de 1960. Mediateca del INAH (Gobierno de México) Catedral y Plaza del Ayuntamiento. Fotografía de Yakoubian Kurkjian en el otoño de 1960. Mediateca del INAH (Gobierno de México) Catedral de Toledo sin verja en su fachada. Fotografía de Yakoubian Kurkjian en el otoño de 1960. Mediateca del INAH (Gobierno de México) Catedral de Toledo. Fotografía de Yakoubian Kurkjian en el otoño de 1960. Mediateca del INAH (Gobierno de México) Catedral de Toledo. Fotografía de Yakoubian Kurkjian en el otoño de 1960. Mediateca del INAH (Gobierno de México) Catedral de Toledo. Fotografía de Yakoubian Kurkjian en el otoño de 1960. Mediateca del INAH (Gobierno de México) Puerta de los Leones de la catedral. Fotografía de Yakoubian Kurkjian en el otoño de 1960. Mediateca del INAH (Gobierno de México) Arco de palacio y detalle de la Catedral. Fotografía de Yakoubian Kurkjian en el otoño de 1960. Mediateca del INAH (Gobierno de México) Puerta de los Leones de la Catedral. Fotografía de Yakoubian Kurkjian en el otoño de 1960. Mediateca del INAH (Gobierno de México) Catedral de Toledo. Fotografía de Yakoubian Kurkjian en el otoño de 1960. Mediateca del INAH (Gobierno de México) Detalle de la Catedral. Fotografía de Yakoubian Kurkjian en el otoño de 1960. Mediateca del INAH (Gobierno de México) La parte interior de la Puerta de Bisagra:
Puerta de Bisagra. Fotografía de Yakoubian Kurkjian en el otoño de 1960. Mediateca del INAH (Gobierno de México) El Museo del Greco y sus jardines fueron visitados por el fotógrafo de origen armenio:
Museo del Greco, jardín. Fotografía de Yakoubian Kurkjian en el otoño de 1960. Mediateca del INAH (Gobierno de México) Museo del Greco, jardín. Fotografía de Yakoubian Kurkjian en el otoño de 1960. Mediateca del INAH (Gobierno de México) Museo del Greco, patio. Fotografía de Yakoubian Kurkjian en el otoño de 1960. Mediateca del INAH (Gobierno de México) Este era el aspecto del Pasadizo de Balaguer:
Pasadizo de Balaguer. Fotografía de Yakoubian Kurkjian en el otoño de 1960. Mediateca del INAH (Gobierno de México) El Monasterio de San Juan de los Reyes está bien representado en el reportaje de Yakoubian:
Claustro de San Juan de los Reyes. Fotografía de Yakoubian Kurkjian en el otoño de 1960. Mediateca del INAH (Gobierno de México) Claustro de San Juan de los Reyes. Fotografía de Yakoubian Kurkjian en el otoño de 1960. Mediateca del INAH (Gobierno de México) Claustro de San Juan de los Reyes. Fotografía de Yakoubian Kurkjian en el otoño de 1960. Mediateca del INAH (Gobierno de México) Interior de San Juan de los Reyes. Fotografía de Yakoubian Kurkjian en el otoño de 1960. Mediateca del INAH (Gobierno de México) Arsen Lionel Yakoubian Kurkjian falleció el 1 julio de 2007 dejándonos un extensísimo legado fotográfico que fue donado al citado Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH), al que agradezco la labor de digitalización, catalogación y difusión de las miles de fotografías que componen esta valiosa colección.
Arsen Lionel Yakoubian Kurkjian en 1949. Fototeca Nacional INAH

sábado, 16 de agosto de 2025

Melones y sandías en las plazas de Toledo: fotografías que aún endulzan la memoria

Hubo un tiempo, no tan lejano, en el que el verano en diferentes puntos del casco histórico de Toledo tenía un sabor inconfundible: el de los melones y sandías que se vendían en puestos ambulantes, instalados en plazas y plazuelas. Aquellos tenderetes, efímeros y humildes pero llenos de vida, formaban parte del paisaje urbano cada temporada estival, convirtiendo por unos meses aquellos espacios empedrados en un punto de reunión vecinal.
En ellos, los meloneros y meloneras, con oficio heredado y palabra cercana, disponían la fruta cuidadosamente sobre el suelo, ordenada casi como un bodegón: los colores verdes jaspeados de las rugosas cortezas de los melones se alternaban con verdes oscuros y rojos intensos de las sandías cuando eran cortadas. El sol radiante al impactar sobre los montones de fruta generaba brillos que anunciaban frescura en los días más calurosos.
Los vendedores a menudo pasaban incluso la noche junto a su mercancía, para evitar montar y desmontar diariamente toda su parafernalia y evitar también robos nocturnos. Junto a ellos se situaba la balanza romana que pesaba la fruta según se venía haciendo desde hacía siglos y siglos, y cuya calibración en ocasiones despertaba suspicacias y algunas discusiones.
En el momento de la venta destacaba, por supuesto, el ritual de "la cala y la cata": el cuchillo entraba con destreza en el melón o la sandía, mostrando la pulpa en su punto justo, y un trozo generoso pasaba a las manos del cliente, que probaba antes de decidir. Era un gesto de honestidad y de orgullo por la mercancía, un pacto tácito entre quien vendía y quien compraba.
Hoy, aquellos puestos ya no ocupan nuestras plazas como antes, pero la memoria de miles de toledanos conserva nítida la imagen: la fruta sobre la piedra antigua, las voces que pregonaban dulzura y frescor, el aroma que se escapaba de una rodaja recién cortada. Un recuerdo sencillo, pero lleno de autenticidad, que nos habla de un Toledo vivido, compartido y saboreado.
Las fotografías más antiguas de los puestos de melones en las calles y plazas de Toledo datan del siglo XIX. En ellas ya se puede apreciar que, para facilitar el apilamiento de la fruta, se clavaban entre los guijarros del suelo unas estacas metálicas que servían para sujetar los tablones de madera de baja altura que ejercían como límite de un pequeño recinto en el que los melones y sandías se amontonaban cuidadosamente para no ser golpeados o dañados:
Melonera en Toledo en el siglo XIX, hacia 1880. Fotografía de Casiano Alguacil En cuanto a los lugares de venta, comenzaré por el que me parece más entrañable y pintoresco: la plazuela de Santo Tomé. Fue allí donde fue tomada una de las imágenes más bellas jamás obtenidas en Toledo. Su autor, un jovencísimo Jean Paul Margnac, logró una instantánea que no tiene desperdicio, tanto por sus colores como por las diferentes microescenas que encierra la estampa, desde el vendedor que descansa tumbado hasta el pequeño puesto de helados situado al lado con sus pequeños clientes.
Puesto de melones y  sandías en la calle de Santo Tomé en 1955. Fotografía de Jean Paul Margnac © Jean Paul Margnac Estas son más fotos de la misma plaza con sus puestos de melones:
Melones colocados en un puesto en la Plaza de Santo Tomé al atardecer en los años 50. Anónimo francés. Colección personal de Eduardo Sánchez Butragueño. Plaza de Santo Tomé con un puesto de melones. Fotografía tomada hacia 1950 por un anónimo viajero francés. Colección personal de Eduardo Sánchez Butragueño. Puesto de venta ambulante de melones y sandías en la plaza de Santo Tomé a mediados del siglo XX Muy cerca de allí, en la puerta de la iglesia del Salvador, se situaba otro de los puntos en los que históricamente eran instalados estos puestos. Allí se tomaron varias fotografías, con la curiosidad añadida de poder apreciar los grandes cambios urbanísticos que ha sufrido esta zona, en la que las casas situadas al fondo fueron suprimidas años después generándose la amplia plaza que hoy podemos disfrutar junto a la iglesia de san Marcos:
Puesto de Melones junto a la Iglesia del Salvador.  Colección de Luis Alba. Melonera con su puesto de melones en la plaza del Salvador hacia 1925. Foto para linterna mágica. Puesto de melones en la plaza del Salvador en los años 20. Fotografía del estudio de Abelardo Linares Puesto de melones en la plaza del Salvador en los años 20. Fotografía del estudio de Abelardo Linares (detalle) Sin embargo, el lugar del que más fotografías antiguas de puestos de melones y sandías se conservan es la Plaza Mayor. Su histórico emplazamiento junto al corral de comedias que hoy ocupa el Teatro de Rojas, mencionado también como "Mesón de la fruta" al ser el lugar se ejecutaban en su patio las contratas de estos alimentos cuando no había representación teatral, hace que estas fotos supongan una continuidad visual del lugar con respecto a su uso como espacio de venta de fruta:
Puesto de melones en la plaza Mayor con el Teatro de Rojas al fondo. Años 40. Colección personal de Eduardo Sánchez Butragueño. Vendedores de melones y otros productos en la Plaza Mayor de Toledo en los años 40. Anónimo belga. Colección personal de Eduardo Sánchez Butragueño. Meloneros en la plaza Mayor. Colección de Luis Alba. Meloneros en la Plaza mayor, años 50. Colección Luis Alba Puesto de Melones en la Plaza Mayor, años 50. Colección Luis Alba Puesto de Melones en la plaza mayor en 1953. Colección Luis Alba Puesto de melones en la Plaza Mayor.  Colección de Luis Alba. Plaza Mayor y Teatro de Rojas en 1947, puestos de melones También se conservan fotos de puestos de melones en el Paseo de Merchán o de la Vega, especialmente durante la feria de agosto:
Feria de Toledo en el Paseo de Merchán a principios del siglo XX. Fotografía de D. Pedro Román Martínez. Diputación de Toledo, Centro de Estudios Juan de Mariana Puestos de sandías y melones en la Feria de Toledo en el Paseo de Merchán a principios del siglo XX. Fotografía de D. Pedro Román Martínez. Diputación de Toledo, Centro de Estudios Juan de Mariana Esperando que esta entrada os haya resultado interesante y refrescante, os dejo con una última foto que no tengo al cien por cien segura su ubicación, por lo que agradeceré vuestra opinión.
Un puesto de melones y sandías en Toledo
© TOLEDO OLVIDADO
Maira Gall