Hoy veremos un monográfico de Zocodover, el corazón de Toledo, el viejo zoco de las bestias (suq-al-dawab) que le da el nombre. Pocos espacios toledanos han cambiado tanto y tantas veces de aspecto: mobiliario urbano, distribución, árboles, coches, carros…
Las fotos más antiguas muestran un Zocodover de finales del XIX y principios del XX con carros y bueyes, con ausencia total de vehículos a motor y vida apacible.
Las fotos algo menos antiguas como éstas dan fe de los primeros “atascos”, alguna muestra la coexistencia animales-coches y como curiosidad nos deja ver el surtidor de gasolina en plena plaza (fijaos bien).
Estas imágenes sorprenden al mostrar unos escalones en lo que es hoy la subida al Alcázar:
Esta otra es un buen muestrario de publicidad urbana de la época.
La primera fotografía debajo de estas líneas muestra la plaza antes de la construcción de los urinarios subterráneos, que sí se ven en la inmediatamente inferior y que estaban decorados con bonita cerámica. Poca gente sabe que hoy día están intactos en el subsuelo y que a veces se ha pensado recuperarlos.
Pero esa bella plaza que se ve en la primera foto debajo estas líneas en los años 30 fue bruscamente destruida por los bombardeos republicanos de 1936, que dejaron la plaza en ruinas como podéis ver en las sucesivas. Sobrecoge pensar que sólo quedó en pie el Arco de la Sangre, en equilibrio increíble.
Tras la guerra se abordó la reconstrucción que acabó en 1945.
Y tras la guerra, la proliferación de las fotografías a color que en este caso son más de agradecer que nunca por la comparación con las imágenes en blanco y negro de la plaza tristemente destruida:
De nuevo, una reflexión: que nunca haya que reconstruirla de nuevo. Debieron ser días duros aquellos en que la plaza estaba en el suelo y pasear era imposible sin recordar cómo era anteriormente.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)