La encomiable tarea de digitalización y divulgación que viene haciendo el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) ha vuelto a dar una enorme alegría a los que amamos la fotografía histórica. Recientemente ha dado a conocer el legado del que fuera primer director del Instituto Central Metereológico, el sevillano Augusto Arcimís.
La historia de la recuperación de esta fenomenal colección es de lo más curiosa, y pienso que lo mejor es leerla de la mano de las personas que la han protagonizado: Josemi Lorenzo Arribas y Blanca Arévalo Álvarez.
"Fue en la mañana del último día de febrero de 2012, año bisiesto. En ese momento trabajábamos para el Proyecto Cultura “Soria Románica” en la sede que la Fundación Duques de Soria (FDS) tiene en la ciudad del Duero. En la conversación que manteníamos durante el café (por alguna razón salió el tema de la fotografía estereoscópica), el personal de la FDS recordó haber visto unos “cristalitos” hacía algunos años entre los bienes pertenecientes a la herencia que a la Fundación legó en 1997 María Teresa García de Valdeavellano, hermana de Luis, el ilustre historiador del derecho. Nos pusimos en alerta, y esa misma mañana no paramos de “rebuscar” hasta que, como ocurren estas cosas, en el último lugar que faltaba por mirar (después de haber escrutado sitios casi imposibles), al fondo de una pequeña habitación utilizada como almacén, y detrás de decenas de cajas llenas de libros y materiales diversos que hubo que retirar, Josemi Lorenzo Arribas accedió al cajón de un mueble de finales del siglo XIX. Dentro aparecieron, en sus correspondientes cajas, los buscados “cristalitos”. En realidad, placas de vidrio con fotografías estereoscópicas, de las que no constaba autor. Sí, en cambio, manuscritas con cuidada caligrafía, localizaciones y año de captura de muchas de ellas, apuntadas en el propio vidrio, en el espacio libre entre ambas tomas.
Se afinó la inquisición, hasta que conseguimos dar con Augusto Arcimís, abuelo de Luis y María Teresa, como el posible autor de ese frágil tesorillo, compuesto de 835 placas realizadas entre 1897 y 1907, y distribuidas en 49 cajas contemporáneas a los cristales, y 2 pequeños grupos envueltas en papel. El interés de estos materiales era enorme. Había que darlo a conocer.
Localizado el fondo, descubierto el autor, Blanca Arévalo Álvarez abundó en el proyecto y realizó sobre él su Trabajo fin de Magíster en Gestión del Patrimonio Histórico y Cultural (Centro Superior de Estudios de Gestión, Universidad Complutense), bajo la dirección de Cristina Cámara Bello, en febrero de 2013. Sus esfuerzos se encaminaron a renglón seguido a hacer accesible y disfrutable este fondo. Para ello, se iniciaron gestiones entre la propiedad, la FDS, y el IPCE (Instituto del Patrimonio Cultura de España), que condujeron a la firma de un convenio por el que el IPCE se quedaba en depósito el fondo fotográfico y lo hacía público en su Fototeca, mientras la FDS mantenía la propiedad del mismo. Desde hace muy pocos meses, ya está la totalidad del fondo fotográfico de Augusto Arcimís, catalogado, a disposición pública en la página web del IPCE."
Fue así como se fraguó el poder disfrutar de esta soberbia colección tomada por una verdadera eminencia de su tiempo. Augusto T. Arcimís Wehrle -nacido en Sevilla en 1844 y fallecido en Cádiz en 1910- fue un científico y astrónomo, considerado además el primer meteorólogo profesional en España. Hijo de un comerciante de origen vasco francés, estudió en el colegio de San Felipe Neri de Cádiz y más tarde se licenció en Farmacia, aunque nunca llegó a ejercer. Muy dotado para los idiomas, recorrió Europa visitando observatorios en Francia, Alemania e Inglaterra, viviendo en Londres durante un tiempo. Fue allí donde se familiarizó con la astronomía y la meteorología dinámica, de modo que a su regreso instaló un observatorio meteorológico en Chiclana con criterios más modernos de los utilizados hasta entonces por los de San Fernando -limitado a cuestiones de interés de la marina- o de Madrid, que no elaboraba pronósticos.
En la década de 1870 Arcimís comenzó a realizar contribuciones científicas con planteamientos pioneros y avanzados, publicando varios trabajos en el órgano de la Società degli Spettroscopisti Italiani. El rigor de sus observaciones le otorgó una alta reputación, pasando a ser un abanderado de la astrofísica. La seriedad y la madurez de sus trabajos también le valieron su reconocimiento en Inglaterra, donde fue nombrado miembro de la Royal Astronomical Society. Tradujo del inglés la Historia de los conflictos entre la Religión y la Ciencia del científico John William Draper, lo cual tuvo una gran repercusión en toda España. En 1875, conoció a Francisco Giner de los Ríos que se encontraba recluído en el Castillo de Santa Catalina, por su enfrentamiento con el ministro de Fomento, Manuel Orovio Echagüe. Por entonces Arcimís atravesaba una mala situación económica y emocional por problemas con el negocio de vinos que regentaba así como por la prematura muerte de tres de sus hijos. Ello le llevó a trasladarse a Madrid, para trabajar en una fábrica de alquitrán. A partir de 1884, y por intervención de su amigo Giner de los Ríos, comenzó a impartir clases de astronomía y física en la Institución Libre de Enseñanza.
En 1887 se creó el Instituto Central Meteorológico, con la finalidad de realizar pronósticos del tiempo, siendo nombrado Arcimís su primer director, cargo que confirmó por oposición libre al año siguiente y que mantuvo hasta su muerte en 1910.
Dentro del enorme fondo fotográfico de Arcimís, y como no podía ser de otra forma, se encuentra una amplia serie de fotografías estereoscópicas tomadas en Toledo en varias visitas entre los años 1900 y 1905. Su interés es triple: por un lado se trata de fotografías de una alta calidad técnica, bien tomadas; por otro lado estas imágenes nos muestran no solo las típicas vistas de monumentos sino que hay buenos ejemplos de retratos de hechos de la vida cotidiana de la ciudad, algunos de ellos fotografiados por vez primera; por último no podemos olvidar su antigüedad, pues se trata de fotos con una edad que supera los 110 años.
La primera de las fotografías que os voy a mostrar es para mí la más valiosa: una fotografía del mercado del Martes en Zocodover, que constituye el documento gráfico más antiguo tomado en esta plaza de este semanal acontecimiento. Sin duda una joya documental:
Estas son otras preciosas fotos de Arcimís tomadas en Zocodover:
Otro documento sensacional es esta fotografía que nos muestra nada más y nada menos que a un peregrino del Camino de Santiago retratado -¡en 1900!- en uno de los patios de la Catedral. Se trata no solo de la primera fotografía conocida de un peregrino en Toledo, sino de una de las primeras fotografías de peregrinos en Europa:
Otra gran joya de la serie de Arcimís en Toledo es esta preciosa fotografía de los seises de la catedral saliendo por la Puerta de los Leones:
Arcimís tomó otras buenas fotografías del interior y exterior del templo primado:
Mirad qué preciosidad de vista obtenida enfrente de la Torre del Hierro y la Casa del Diamantista:
El Torno del Tajo, mucho antes de la construcción del Puente Nuevo de Alcántara o la carretera del Valle:
Son sensacionales las vistas de Santiago del Arrabal:
Un par de señoras en la Sinagoga de Santa María la Blanca:
Las torres mudéjares de Santa Leocadia y Santo Tomé:
El Castillo de San Servando:
Son fenomenales estas dos fotos de la Iglesia de San Román:
Aquí vemos la Iglesia de San Sebastián:
El Palacio de Inés de Ayala junto a Santa Isabel:
La Puerta de Bisagra en su flanco interior:
Aquí tenemos la Puerta del Sol:
Los rincones pintorescos de la ciudad también tienen su hueco. A destacar por ejemplo esta vista de la portada del Actual Restaurante La Abadía...¡cuánto ha cambiado para bien desde entonces este lugar!:
Fijaos también en esta preciosa foto de lo que muchos conocemos como el acceso al bar de copas "Camelot" en la bajada del Cristo de la Luz:
Esta es la portada del Palacio de Peromoro, en su emplazamiento original en la Calle Instituto, mucho antes de ser trasladada a la audiencia provincial donde hoy la vemos:
Esta es una preciosa vista de la Casa del Diamantista:
El Hospital Tavera:
Este es el Callejón de Gigantones:
Es soberbia esta toma del Palacio Arzobispal:
Es un poco descorazonador ver el deplorable estado en que se encontraba el Hospital de Santa Cruz:
Esta es una vista de la Posada de la Hermandad:
Los puentes de la ciudad también llamaron la atención del sevillano:
Estas son fotos del Alcázar:
La Puerta del Cambrón:
Aquí vemos el Taller del Moro:
Son buenas las tomas de la denominada Casa del Greco, bastante antes de su restauración y conversión en museo:
Aquí vemos el jardín del Cristo de la Luz. Aparece casi con toda seguridad en la foto Giner de los Ríos:
El Entierro del Señor de Orgaz del Greco:
Arcimís y sus acompañantes debían alojarse en el Hotel Castilla, el más lujoso de la ciudad. Tomó esta foto en su entrada:
Como habéis podido comprobar se trata de un completísimo repaso a la ciudad en los primeros años del siglo XX de la mano de una personalidad muy destacada de la vida científica del momento, cuya faceta como fotógrafo había pasado hasta nuestros días desapercibida y que hoy hemos podido descubrir gracias al gran trabajo de divulgación del IPCE y la Fundación Duques de Soria.
domingo, 21 de diciembre de 2014
Toledo en los primeros años del siglo XX fotografiado por Augusto Arcimís
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