Eran muy escasas hasta la fecha fotografías tomadas en Toledo por mujeres antes de la Guerra Civil. La sociedad europea de entonces era muy diferente a la actual, y la presencia de la mujer en los círculos culturales o elitistas en los que la fotografía solía desarrollarse era escasa, limitándose en la mayoría de los casos al acompañamiento de sus respectivos maridos.
Es por ello para mí especialmente significativo este hallazgo que hoy os traigo, guardado celosamente durante décadas en los archivos de The Royal Geographical Society en Londres, y consistente en un puñado de excelentes imágenes tomadas por dos mujeres de apellido Johnston en los años 20 y 30 en Toledo.
En los archivos de esta prestigiosa institución británica consta que ambas compartían dirección en Londres y que ingresaron en la sociedad en febrero de 1913. Sus nombres, Dorothy E. Johnston y Mary S. Johnston, parecen indicar que podrían ser hermanas.
De Dorothy sabemos que era estudiante de geografía en aquel año de 1913 gracias a su ficha de ingreso como miembro -no miembra- en la que figura la siguiente recomendación para que fuera aceptada:
“Miss Dorothy Johnston is a student of geography and is greatly interested in the subject. She has travelled in nine countries of Europe, in Syria, Egypt, South Africa – including Rhodesia – as far north as [David] Livingstone, and in parts of Canada and the United States. I strongly support her candidature [signed] A.E. Kitson”
Se conservan fotografías del año 1926 en Toledo firmadas por Mary que espero alguna vez poder ofreceros, si bien a día de hoy creo que no merece la pena el desembolso económico que se requiere para el tipo de fotografías de las que se trata, bastante comunes y poco originales según he podido comprobar.
Son sin embargo las tomadas nueve años después, en 1935, las que hoy os ofrezco en altísima resolución. Se trata de cuatro fotografías -aunque tomó más- firmadas en este caso por Dorothy. Son joyas de gran belleza que nos dejan bastantes curiosidades, además de suponer documentos históricos, no solo por ser de las primeras imágenes tomadas por mujeres en Toledo, sino por mostrar escenarios de la ciudad un año antes de quedar desfigurados por la Guerra Civil.
Debieron tomarse hacia el mes de junio o julio de 1935 y es casi seguro que forman parte de un viaje que estas dos mujeres hicieron juntas, probablemente rememorando el que en 1926 ya hiciera Mary, y tal vez también Dorothy.
La fotografía más bella es esta tomada en la Plaza de Zocodover al atardecer -ya las sombras se alargaban- en la que una de las dos hermanas (?), probablemente Mary, figura posando bajo el Arco de la Sangre. La autora de la fotografía -Dorothy- aparece en un original autorretrato en forma de sombra proyectada sobre el suelo de la mítica plaza castellana, con un ancho sombrero ladeado coronando su cabeza:
La fotografía deja curiosidades relevantes. Por ejemplo, se trata de una de las imágenes en las que se ve con más claridad la denominación que durante décadas tuvo oficialmente Zocodover: "Plaza de la Constitución".
Otra curiosidad es el cartel que aparece pegado en el Arco de la Sangre, que anunciaba el estreno en la Plaza de Toros de Toledo de la obra ¡Hip! ¡Hip! ¡Hurra!, de Jacinto Guerrero, el Genio de Ajofrín:
Otro detalle relevante es la presencia de una de las primeras agencias de publicidad que se instaló en Toledo y que, para mi sorpresa, usaba la misma tipografía que casi 80 años después eligió mi hermano para su agencia:
Probablemente las Johnston descendieron el Arco de la Sangre en dirección al Hospital de Santa Cruz, que desde abril de ese año de 1935 albergaba ya el museo arqueológico. A la vista de esta fotografía, parece que la costumbre de inaugurar las obras antes de que su terminación total sea una realidad no es exclusiva de nuestros días. Multitud de restos y sillares se agolpaban en la explanada del edificio.
Dorothy Johnston tomó también esta soberbia fotografía de la vida en torno a la fuente de la Plaza del Padre Juan de Mariana, abastecida con el agua procedente de los cercanos depósitos de San Román, a donde llegaba proveniente de La Pozuela. Una sensacional imagen en la que podemos ver los cántaros en fila esperando turno junto a sonrientes y curiosos niños que aguardan en compañía de sus madres -enzarzadas en contarse a buen seguro el último cotilleo del barrio- a que el operario municipal de la derecha les diga que ya pueden colocar su cántaro:
Para finalizar, una fotografía similar tomada en la Fuente Nueva, creada en época de Carlos III al inicio del Paseo de la Rosa casi junto al Puente de Alcántara. De nuevo, azacanes y preciosos niños, en este caso acompañados por las carretillas de madera que servían para transportar varios cántaros a la vez:
De ambas sabemos que continuaron viajando, incluso hasta la India, retratando un mundo en absoluto acostumbrado a ver a mujeres tras la cámara. Antes de las míticas Gerda Taro, Sabine Weiss o Inge Morath, estas dos pioneras fueron de las primeras en abrir el camino, y por supuesto Toledo no podía faltar en estas importantes páginas de la historia fotográfica.
Mary falleció el 23 de enero de 1955 y Dorothy el 3 de marzo de 1962. Vaya desde aquí mi pequeño homenaje en su recuerdo.
sábado, 26 de enero de 2013
Toledo en el verano de 1935 fotografiado por una pionera: Dorothy E. Johnston
viernes, 11 de enero de 2013
Toledo en abril de 1889 fotografiado por James Jackson
James Jackson nació en 1843 en Inglaterra, pero desarrolló la mayor parte de su vida en Francia, donde falleció en 1895. Fue un destacado químico y físico de formación, especializado en la química relacionada con la fotografía. Jackson, que fue un gran viajero y fotógrafo ocasional, se convirtió en miembro de la Sociedad Geográfica Francesa en 1871. En esta institución llegó al puesto de encargado de la biblioteca diez años más tarde, pero hasta 1888 no obtuvo el título de archivero-bibliotecario. Es considerado el "padre" de la colección fotográfica de esta prestigiosa institución francesa.
En abril de 1889, en concreto los días 26 y 27, visitó Toledo tomando al menos cinco fotografías. Son unas imágenes tal vez no demasiado originales, pero que por su antigüedad y rareza (nunca han sido vistas en Toledo) poseen un alto valor. Recientemente he adquirido copia en alta resolución de las mismas para poder compartirlas con todos vosotros.
Tal vez la más bella y la que presenta una mayor curiosidad es esta vista del Puente de San Martín desde los cerros circundantes. Al la izquierda aparece un gran muro perimetral sujeto o apuntalado con grandes maderos muy poco fotografiado en la historia. En ese solar ubicaban los planos el antiguo palacio visigodo del Rey Don Rodrigo y, mucho más tarde, se emplazó allí el Convento de Agustinos Calzados. Es probable que ese muro estuviera relacionado con restos de ese convento. Años después se instaló allí el matadero municipal que fue parcialmente aprovechado para las obras del actual Instituto Sefarad:
Otra bella vista de Jackson es esta en la que aparece el Puente de Alcántara. También podemos ver el Alcázar destruido por el incendio que dos años antes -el 9 de enero de 1887- lo había asolado. Podemos ver también el flamante y excepcional picadero militar recién construido donde anteriormente se levantara el Hospital de Santiago. Este picadero fue destruido en la Guerra Civil:
En esta otra vista podemos ver el picadero con más nitidez. Es una preciosa toma del Torno del Tajo, mucho antes de la construcción del Puente Nuevo de Alcántara o la carretera del Valle:
En esta fotografía podemos ver la preciosa vista de la fachada de la Catedral. Es una imagen tomada unos meses antes de que Benito Pérez Galdós comenzara a escribir su impresionante Ángel Guerra (se cree que lo hizo en 1890) en la que la vida del mundo relacionado con la catedral queda magistralmente retratada. No deja de ser muy estimulante para los que amamos Toledo y la literatura poder ver con tal nitidez los escenarios que, en esos mismos días, inspiraron a genios como Galdós:
Esta es una preciosa vista de la Puerta del Sol:
Sin duda cinco bellísimas joyas que tengo el inmenso placer de compartir con vosotros. Espero que os gusten tanto como a mí.
En abril de 1889, en concreto los días 26 y 27, visitó Toledo tomando al menos cinco fotografías. Son unas imágenes tal vez no demasiado originales, pero que por su antigüedad y rareza (nunca han sido vistas en Toledo) poseen un alto valor. Recientemente he adquirido copia en alta resolución de las mismas para poder compartirlas con todos vosotros.
Tal vez la más bella y la que presenta una mayor curiosidad es esta vista del Puente de San Martín desde los cerros circundantes. Al la izquierda aparece un gran muro perimetral sujeto o apuntalado con grandes maderos muy poco fotografiado en la historia. En ese solar ubicaban los planos el antiguo palacio visigodo del Rey Don Rodrigo y, mucho más tarde, se emplazó allí el Convento de Agustinos Calzados. Es probable que ese muro estuviera relacionado con restos de ese convento. Años después se instaló allí el matadero municipal que fue parcialmente aprovechado para las obras del actual Instituto Sefarad:
Otra bella vista de Jackson es esta en la que aparece el Puente de Alcántara. También podemos ver el Alcázar destruido por el incendio que dos años antes -el 9 de enero de 1887- lo había asolado. Podemos ver también el flamante y excepcional picadero militar recién construido donde anteriormente se levantara el Hospital de Santiago. Este picadero fue destruido en la Guerra Civil:
En esta otra vista podemos ver el picadero con más nitidez. Es una preciosa toma del Torno del Tajo, mucho antes de la construcción del Puente Nuevo de Alcántara o la carretera del Valle:
En esta fotografía podemos ver la preciosa vista de la fachada de la Catedral. Es una imagen tomada unos meses antes de que Benito Pérez Galdós comenzara a escribir su impresionante Ángel Guerra (se cree que lo hizo en 1890) en la que la vida del mundo relacionado con la catedral queda magistralmente retratada. No deja de ser muy estimulante para los que amamos Toledo y la literatura poder ver con tal nitidez los escenarios que, en esos mismos días, inspiraron a genios como Galdós:
Esta es una preciosa vista de la Puerta del Sol:
Sin duda cinco bellísimas joyas que tengo el inmenso placer de compartir con vosotros. Espero que os gusten tanto como a mí.
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