Bien es sabido que, para nuestra desgracia, Toledo es una de las ciudades con las instalaciones deportivas más obsoletas de España. Con un pabellón sonrojante, que impide que cualquier equipo de la ciudad pueda nunca llegar a ser nada en competiciones de cierto nivel, con un estadio de fútbol vetusto cuyo mayor atractivo son las vistas que desde él se tienen de la ciudad, con unos campos para el deporte base escasos y en estados a menudo muy mejorables...en definitiva, un motivo de vergüenza para los que amamos el deporte o tenemos hijos en edad escolar, que en un absurdo peregrinar provincial, hemos de ver cada fin de semana cómo nuestra ciudad es incapaz de ejercer de polo de atracción, obligándonos a competir por toda la provincia y constatando cómo hasta el pueblo más pequeño a menudo cuenta con instalaciones mucho más dignas que las de una capital autonómica con una población (urbana más metropolitana) que ya supera los 120.000 habitantes, pero cuyas instalaciones deportivas son menores que hace 30 años, pues a la ausencia de construcción de nuevas, vimos cómo eran suprimidas todas las existentes en la Vega Baja.
Lo que mucha gente a buen seguro ha olvidado es que, como ejemplo casi cómico de nuestra negra historia en lo que en relación a las instalaciones deportivas se refiere, contamos con el dudoso honor de haber albergado la que probablemente fue la pista de atletismo más efímera de la historia de España. Me refiero a la pista que se levantó en 1982 en la zona del Salto del Caballo, en el solar hoy ocupado por el Parque de Bomberos.
Esta pista se inauguró en octubre de 1982, contando con ocho calles, en una zona en principio concebida como el gran espacio deportivo de la ciudad, que ya contaba desde 1973 con el campo de fútbol y que vio en los años 80 cómo se ejecutaron los (hoy obsoletos) edificios del pabellón y la piscina cubierta.
Sin embargo, esta zona se encuentra en pleno "alcaén", es decir, terreno arcilloso de tono rojizo que a menudo ha dado problemas de cimentación. Los aficionados del C.D. Toledo sabemos bien lo duro que era recibir la hiriente sorna de las aficiones rivales cuando afirmaban que nuestro campo era el único que no necesitaba estar lleno para "hacer la ola", en referencia a las tremendas ondulaciones del graderío como consecuencia de mala cimentación de las obras. Pues bien, la pista adoleció de los mismos problemas, y muy pronto resultó impracticable. Hasta tal punto que en el año 1987, solo 5 después de su flamante inauguración, el ayuntamiento decidió eliminarla construyendo sobre ella el nuevo parque de bomberos.
La pista quedó a medio deshacer (el parque no ocupó toda su superficie) y pasaron décadas con sus patéticos restos visibles junto al nuevo edificio, hasta que en fechas más recientes se construyó el centro de recepción de turistas "Toletvm" en la zona que aún contaba con restos de la pista.
La triste historia de esta pista nos dejó, no obstante, curiosas fotos que hoy debo agradecer al gran Tomás García del Cerro que amablemente me las ha cedido. Estas fotos se corresponden con su inauguración en octubre de 1982, y en ellas podemos ver a algunos grandes mitos del atletismo español de aquellos años como Colomán Trabado, junto a los locales José Luis González, Luis Sastre o Ricardo Ortega.
Con el deseo de que esta breve entrada, con esta triste historia, despierte alguna conciencia colectiva y pronto la ciudad dé la vuelta a la penosa situación de nuestras instalaciones deportivas, quiero de nuevo agradecer a Tomás García la cesión de estas joyas fotográficas.
jueves, 28 de noviembre de 2019
La pista de atletismo del Salto del Caballo: probablemente la instalación deportiva más efímera de España
sábado, 9 de noviembre de 2019
Las fotografías de Toledo en los años 30 en la colección Rellev de José Codina Torrás
Hace cerca de 10 años publiqué en este blog una entrada dedicada a George Lewis, considerado el último gran maestro internacional de la fotografía estereoscópica, que visitó Toledo en agosto de 1931 obteniendo preciosas fotografías. Siendo cierto que Lewis fue el último representante de fama mundial de esta maravillosa técnica fotográfica, sería injusto olvidar que aquí en España tuvimos un excepcional fotógrafo y editor que prolongó su actividad hasta 1941, varios años más tarde que Lewis. Su nombre era José Codina Torrás, nacido en Barcelona hacia 1900 y creador de la colección Rellev de fotografías estereoscópicas. Además, en lo que afecta a nuestra pasión por la fotografía toledana, las imágenes incluidas en esta colección son posteriores a las de Lewis en varios años (yo las dataría entre 1933 y 1936) por lo que presentan el valor añadido de constituir un completo reportaje del Toledo inmediatamente anterior al maldito verano de 1936 que desfiguró por décadas el aspecto de la vieja ciudad castellana.
Las recientes y magníficas investigaciones de Juan Antonio Fernández Rivero y Mª Teresa García Ballesteros han completado la semblanza de Codina, tarea nada sencilla. Gracias a ellos sabemos que José Codina aprovechó el vacío existente en España en lo relativo a vistas estereoscópicas desde la desaparición en los años 20 de la serie titulada "El Turismo Práctico" editada por Alberto Martín. Así, Codina realiza su primera tirada como fotógrafo-editor de vistas estereoscópicas de las Exposiciones de Sevilla y Barcelona en 1929 utilizando el formato Verascope del galo Jules Richard (vidrios positivos de 45×110 mm.).
Animado por el éxito de estas series, se lanzó entonces a generar una colección de vistas españolas incluidas inicialmente en sobres con el título de “Estereoscopia RELLEV”, marca que permanece al menos hasta 1936. Según nos cuentan los mencionados Juan Antonio y Teresa, la intención de Codina en un primer momento fue denominarlas comercialmente “Relleu” (palabra que significa “relieve” en catalán) pero debieron decidir que en aquella convulsa década de los años 30 dicho nombre podría originarles problemas políticos o comerciales, por lo que optaron finalmente por “Rellev”, de gran semejanza con la palabra “relleu” (si bien, curiosamente, en 1942 cambió la marca, utilizando entonces sí la palabra “Relleu”).
Las placas de vidrio fueron desechadas muy pronto por Codina, decantándose por el soporte en papel+gelatina de plata. Codina fue creando un creciente catálogo en el que aparecían la mayor parte de las ciudades de España, con una presencia destacada de localidades catalanas, especialmente en los primeros años. La colección, muy completa, incluía ciudades, parajes naturales, castillos o monasterios.
La autoría de las fotografías no era exclusiva de Codina, pues contó también con fotógrafos cuyos nombres aparecen en algunas de sus primeras series como Joan Nonell (profesional) o J. M. Deulofeu y el Dr. Sambola (aficionados). Codina firmó personalmente como fotógrafo varias de las primeras series, entre las que se encontraba Toledo.
A nuestra ciudad dedicó tres series de quince fotografías cada una, arrojando un total de 45 vistas estereoscópicas de Toledo. Es muy probable que las 45 fotografías fuesen tomadas por el propio Codina en una única visita, a juzgar por la unidad de estilo y por la coincidencia de luces en las tomas exteriores, que siempre muestran un día soleado de finales de primavera o de verano a juzgar por las hojas de los árboles.
Tengo el placer de ofreceros hoy todas ellas, pertenecientes a los fondos de la colección "Museu del Cinema-Tomàs Mallol" conservada por el archivo municipal de Gerona. Comenzaremos por ver las vistas generales, que dan detalles que ayudan a datar las tomas. Por ejemplo, en esta imagen se aprecia ya finalizado el Puente Nuevo de Alcántara, que fue inaugurado en octubre de 1933. Ello permite situar las fotografías entre 1933 y 1936, fecha en la que estalló la guerra civil.
Son numerosas las vistas de la Catedral:
En esta vista obtenida desde la torre del templo primado vemos el edificio de la Audiencia Provincial en obras tras la preciosa cúpula de la capilla mozárabe:
El Alcázar visto desde la Catedral:
El Puente de San Martín aparece precioso:
Aquí vemos tanto el Castillo de San Servando como el Puente de Alcántara:
¿Quién le iba a decir al Alcázar que muy poco después iba a quedar reducido a escombros?
Aquí vemos la Puerta del Cambrón:
La Puerta del Sol no podía faltar en la colección:
La Puerta de Bisagra es visible aquí con una curiosa compañía tanto de burros como de un vehículo de época:
Esta es la Puerta Vieja de Bisagra:
El Monasterio de San Juan de los Reyes tuvo protagonismo en todas las series editadas por Codina:
Muy bella fue captada por Codina la Mezquita del Cristo de la Luz:
El Cristo de la Vega fue también incluido en la serie de Rellev:
El Hospital de Santa Cruz:
La Sinagoga de Santa María la Blanca fue fotografiada en su interior:
La otra sinagoga, la del Tránsito, aún conservaba la sillería de madera de su uso como templo cristiano:
El, por entonces, precioso y suntuoso Palacio de Benacazón:
El Museo del Greco es visible en un par de escenas:
Codina fue incrementando a lo largo de toda la década de 1930 la producción hasta componer un total de 150 colecciones, que amplió tras la guerra hasta las 175 colecciones en 1941. El total de la colección española consta de 2.625 imágenes. Sabemos que José Codina falleció en su Barcelona natal en los años 60, conservándose esta fotografía suya tomada en 1957 en una fiesta del barrio de Gracia.
Para saber más: "José Codina y la Colección Rellev", por J.A. Fernández Rivero y Teresa García
Las recientes y magníficas investigaciones de Juan Antonio Fernández Rivero y Mª Teresa García Ballesteros han completado la semblanza de Codina, tarea nada sencilla. Gracias a ellos sabemos que José Codina aprovechó el vacío existente en España en lo relativo a vistas estereoscópicas desde la desaparición en los años 20 de la serie titulada "El Turismo Práctico" editada por Alberto Martín. Así, Codina realiza su primera tirada como fotógrafo-editor de vistas estereoscópicas de las Exposiciones de Sevilla y Barcelona en 1929 utilizando el formato Verascope del galo Jules Richard (vidrios positivos de 45×110 mm.).
Animado por el éxito de estas series, se lanzó entonces a generar una colección de vistas españolas incluidas inicialmente en sobres con el título de “Estereoscopia RELLEV”, marca que permanece al menos hasta 1936. Según nos cuentan los mencionados Juan Antonio y Teresa, la intención de Codina en un primer momento fue denominarlas comercialmente “Relleu” (palabra que significa “relieve” en catalán) pero debieron decidir que en aquella convulsa década de los años 30 dicho nombre podría originarles problemas políticos o comerciales, por lo que optaron finalmente por “Rellev”, de gran semejanza con la palabra “relleu” (si bien, curiosamente, en 1942 cambió la marca, utilizando entonces sí la palabra “Relleu”).
Las placas de vidrio fueron desechadas muy pronto por Codina, decantándose por el soporte en papel+gelatina de plata. Codina fue creando un creciente catálogo en el que aparecían la mayor parte de las ciudades de España, con una presencia destacada de localidades catalanas, especialmente en los primeros años. La colección, muy completa, incluía ciudades, parajes naturales, castillos o monasterios.
La autoría de las fotografías no era exclusiva de Codina, pues contó también con fotógrafos cuyos nombres aparecen en algunas de sus primeras series como Joan Nonell (profesional) o J. M. Deulofeu y el Dr. Sambola (aficionados). Codina firmó personalmente como fotógrafo varias de las primeras series, entre las que se encontraba Toledo.
A nuestra ciudad dedicó tres series de quince fotografías cada una, arrojando un total de 45 vistas estereoscópicas de Toledo. Es muy probable que las 45 fotografías fuesen tomadas por el propio Codina en una única visita, a juzgar por la unidad de estilo y por la coincidencia de luces en las tomas exteriores, que siempre muestran un día soleado de finales de primavera o de verano a juzgar por las hojas de los árboles.
Tengo el placer de ofreceros hoy todas ellas, pertenecientes a los fondos de la colección "Museu del Cinema-Tomàs Mallol" conservada por el archivo municipal de Gerona. Comenzaremos por ver las vistas generales, que dan detalles que ayudan a datar las tomas. Por ejemplo, en esta imagen se aprecia ya finalizado el Puente Nuevo de Alcántara, que fue inaugurado en octubre de 1933. Ello permite situar las fotografías entre 1933 y 1936, fecha en la que estalló la guerra civil.
Son numerosas las vistas de la Catedral:
En esta vista obtenida desde la torre del templo primado vemos el edificio de la Audiencia Provincial en obras tras la preciosa cúpula de la capilla mozárabe:
El Alcázar visto desde la Catedral:
El Puente de San Martín aparece precioso:
Aquí vemos tanto el Castillo de San Servando como el Puente de Alcántara:
¿Quién le iba a decir al Alcázar que muy poco después iba a quedar reducido a escombros?
Aquí vemos la Puerta del Cambrón:
La Puerta del Sol no podía faltar en la colección:
La Puerta de Bisagra es visible aquí con una curiosa compañía tanto de burros como de un vehículo de época:
Esta es la Puerta Vieja de Bisagra:
El Monasterio de San Juan de los Reyes tuvo protagonismo en todas las series editadas por Codina:
Muy bella fue captada por Codina la Mezquita del Cristo de la Luz:
El Cristo de la Vega fue también incluido en la serie de Rellev:
El Hospital de Santa Cruz:
La Sinagoga de Santa María la Blanca fue fotografiada en su interior:
La otra sinagoga, la del Tránsito, aún conservaba la sillería de madera de su uso como templo cristiano:
El, por entonces, precioso y suntuoso Palacio de Benacazón:
El Museo del Greco es visible en un par de escenas:
Codina fue incrementando a lo largo de toda la década de 1930 la producción hasta componer un total de 150 colecciones, que amplió tras la guerra hasta las 175 colecciones en 1941. El total de la colección española consta de 2.625 imágenes. Sabemos que José Codina falleció en su Barcelona natal en los años 60, conservándose esta fotografía suya tomada en 1957 en una fiesta del barrio de Gracia.
Para saber más: "José Codina y la Colección Rellev", por J.A. Fernández Rivero y Teresa García
Suscribirse a:
Entradas (Atom)