¿Podría alguien imaginar hoy en día que las grandes estrellas del cine de Hollywood se bañaran en el Tajo para rodar escenas de una superproducción? O, yendo más allá, ¿sería hoy posible que algún director de fama internacional pensara que el río Tajo es un escenario idóneo para rodar buena parte de las escenas de acción de su última película?
Estas preguntas, que por desgracia hoy se responden solas, tenían en 1956 poco sentido, pues por entonces la situación del Tajo era aún la de un río sin problemas de contaminación en el que el baño era una práctica habitual. Sus aguas, aún limpias y abundantes, sin los fantasmas de los resíduos ni del trasvase que hoy lo maltratan, eran un escenario perfecto para rodar escenas cinematográficas bellas y vistosas para las mejores películas del momento.
Así lo entendió el director Stanley Kramer cuando en el verano de 1956 rodó en el Tajo en Toledo muchas partes de la película The pride and the passion, traducida al castellano como Orgullo y pasión. Fue una de las películas más caras jamás rodadas hasta entonces, con un presupuesto millonario y un reparto de lujo protagonizado por Sophia Loren, Cary Grant y Frank Sinatra. Ahí es nada.
Como se han escrito ríos de tinta sobre esta película, sobre las las peripecias de los actores en aquellos meses, sobre la opinión que Sinatra expresó tanto de aquella España como de su experiencia como actor... no me extenderé en esta entrada en todo ello y os animo a indagar porque encontraréis información realmente interesante sin demasiada dificultad. Lo que sí voy a hacer es mostraros las escenas más toledanas de la película, algo en lo que aún no se ha profundizado y sobre lo que no se ha publicado apenas nada. El protagonista de las escenas de la película rodadas en Toledo y en sus alrededores es sin lugar a dudas el río Tajo. En especial, el río cobra protagonismo tanto en las secuencias en las que el famoso cañón de la película "navega" por sus aguas, como en la célebre escena de la voladura de un pontón que, según el guión de la película, las tropas francesas habían construido.
Hasta la fecha, si bien se sabía que la comitiva de la película con toda su parafernalia había rodado en Toledo e incluso se conocían algunos de los lugares donde pasaron muchas horas (como por ejemplo las casas de la finca Los Lavaderos de Rojas), no se habían identificado en la ciudad los lugares concretos donde se rodaron las escenas. Eso es lo que hoy intentaré en la medida de lo posible aclarar con imágenes de mucha fuerza y belleza que espero que os gusten.
Comenzaré con las fotografías que me cedió mi añorado y querido maestro en la recopilación fotográfica, Luis Alba González, que han sido el principal motivo de esta investigación. Recuerdo, en las largas tardes que pasaba con él viendo fotos, cómo a los dos nos encantaba mirar las fotografías en las que las estrellas de Hollywood de aquel entonces aparecían en escenas o en momentos del rodaje pero de las que no conocíamos la ubicación concreta. Me maravillaba verles ahí, en el agua del Tajo, con la certeza de que era Toledo (así figura en los créditos de las fotos y por ello el gran Luis las compró) y a ambos nos producían una nostalgia infinita: a él porque conoció aquella época y a mí porque sueño con poder volver a ver el Tajo con aguas limpias. Estas son las fotos de las que os hablo:
Movido, como os decía, por esa curiosidad de conocer los emplazamientos concretos del rodaje, me he dedicado a ratos sueltos en los últimos meses a repasar archivos y a mirar con detenimiento la película. Por suerte, dí con algunas escenas en las que, al fondo, pude reconocer la silueta de la ciudad. Fue una gran alegría porque era la prueba de que el rodaje se había desarrollado en Toledo y porque al fin, aunque fuera a lo lejos, el perfil de la vieja urbe castellana podía ya asociarse con la mítica película de Kramer. Estas primeras localizaciones en las que identifiqué la ciudad se corresponden con la secuencia en la que un gran cañón flota en el río:
Como veis, se identifica con claridad que estas escenas fueron rodadas junto a la carretera de La Puebla de Montalbán, aguas abajo de la ciudad. Ello concuerda con los datos que hablaban de la estancia de los protagonistas en la finca de Los Lavaderos, muy próxima a ese lugar. Aunque en el cine no se puede asegurar nada, porque las escenas cambian de ubicación sin que el espectador se dé cuenta, parece claro que estas otras escenas, así como las fotos de la colección de Luis Alba no debieron tomarse muy lejos de ese lugar. La verdad es que fueron cientos los extras contratados para la película y muchos de ellos aún vivirán, por lo que sería genial si alguno de ellos pudiera confirmar la ubicación exacta de estas tomas:
Por suerte, entre el numerosísimo equipo de Stanley Kramer se encontraba un técnico que era un consumado fotógrafo. Me refiero a Ken Danvers, cuyo archivo ayuda también mucho a poder confirmar que Toledo fue el escenario de esas escenas:
Fue el propio Ken Danvers el autor de una serie impagable de fotos en las que se reconoce la ciudad de Toledo a la perfección desde ese mismo emplazamiento junto a la carretera de La Puebla. El valor de estas fotos, además de su belleza, es probar dicha ubicación, pues en la película estas escenas fueron oscurecidas para dar la sensación de ser nocturnas, aunque en realidad se grabaron a plena luz del día en el mes de junio de 1956. Se corresponden con un alarde de efectos especiales en el que Stanley Kramer voló con dinamita real un pontón real construido sobre el Tajo, que ocasionó escenas -también reales- de cierto peligro para los extras, para los actores y para los caballos que participaban en el rodaje. Danvers obtuvo estas fotos que demuestran lo espectacular del despliegue y los efectos de la dinamita:
En la película aparece también un jovencísimo Carlos Larrañaga, que fue fotografiado junto con algunos extras en Toledo por el propio Ken Danvers:
Como antes indicaba, la escena de la voladura se oscureció para dar sensación de nocturnidad. Aquí os dejo algunos fotogramas de la película oscurecidos:
Tanto por la belleza del río como por el empleo de dinamita real tengo la impresión de que son escenas sin duda espectaculares e inimaginables hoy en día, ¿verdad?
Durante el rodaje se desplazaron a Toledo y al resto de lugares del rodaje (casi siempre castellanos: Ávila, Oropesa, El Escorial, Chinchón...) algunos de los mejores fotógrafos del momento como Giancolombo, Ernst Haas, Federico Patellani y Ron Harvey. Todos tomaron fotos preciosas de Sophia Loren, y la ubicación de estas fotos (salvo la de Giancolombo en el río, que está confirmado que es Toledo) aún me genera algunas dudas, no siendo seguro que el emplazamiento sea Toledo. ¿Qué os parecen a vosotros, creeis que es Toledo?
Ojalá alguna vez el Tajo pueda volver a acoger el rodaje de una gran película, así como a permitir el baño en sus aguas. Hoy por hoy solo nos da para un filme de terror o para un documental apocalíptico. Para finalizar, os dejo un genial vídeo con escenas del rodaje así como con localizaciones tan toledanas como el Cigarral de Monterrey que es una verdadera delicia:
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5 comentarios
Las escenas de la película, fueron realizadas en la finca de los Lavaderos de Rojas, aproximadamente por donde actualmente transcurre la carretera CM-40, recuerdo haber asistido al rodaje de la película, ya que un familiar trabajaba en la citada finca, me impactó la voladura del puente y las barcas recogiendo a los extras, por esas fechas tenía entre 8 ó 9 años.
Yo siempre hoy que también fue rodada en el Río Alberche, en su paso por Aldea del Fresno. Varias de las escenas con el cañón fueron rodadas allí.
Rodadas en Carreta Quebrada, Aldea del fresno antiguamente formaba parte de la finca del Rincón.
También se rodó en Segovia (Perdón), en el enlosado de la catedral
Y en la zona de la Granja y Valsain
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