Entre los innumerables beneficios que el descubrimiento de la fotografía trajo a la humanidad es muy destacable su papel como elemento fijador de la realidad en un determinado momento. En ciudades con una elevada carga patrimonial como es Toledo, esto supuso un enorme avance en la catalogación más o menos sistematizada de nuestros monumentos y objetos de arte, así como de su estado de conservación en el momento de obtener las imágenes. De este modo, en las últimas décadas del siglo XIX y, especialmente, en las primeras del siglo XX, fueron muchos los autores que dedicaron su trabajo a inmortalizar nuestros bienes culturales con fines que iban desde los meramente divulgativos hasta los más estrictamente destinados a realizar inventarios. Esta faceta del hecho fotográfico, de por sí muy relevante, se manifestó como absolutamente excepcional cuando llegaron los nefastos años de la guerra civil, en los que lamentablemente se concentró un elevadísimo número de destrucciones de obras de arte en España, en especial de arte religioso. Afloró entonces esa especie de magia que supone la fotografía, pues sin ella no hubiera quedado rastro alguno de muchos de los objetos desaparecidos en aquellos tristes días.
En el caso de Toledo, hay un autor, injustamente poco conocido, que deseo hoy reivindicar en una entrada bastante distinta a las habituales. Me refiero al alemán Georg Weise, de cuya mano hoy no recorreremos nuestras calles y plazas, sino que nos adentraremos en el interior de iglesias y conventos para admirar multitud de maravillosas obras de arte toledano que, en muchos casos, desaparecieron en 1936, pero que, gracias a su trabajo, podemos hoy al menos contemplar, haciendo que en cierto modo su destrucción no pueda considerarse total y absoluta.
Georg Weise nació en Fráncfort del Meno (Alemania) el día 26 de febrero de 1888 y falleció en Sorrento (Italia) el 31 de enero de 1978, a la edad de 89 años. Weise fue un eminente historiador del arte, especializado en la España de la Edad Media y del Renacimiento. El joven Georg estudió Historia e Historia del Arte en las ciudades de Heidelberg, Friburgo y Giessen, doctorándose en Historia en 1911. Completó su formación en la Universidad de Tubinga y en 1914 se convirtió en profesor asociado de la misma.
Desgraciadamente, el estallido de la Primera Guerra Mundial ese mismo año hace que sea llamado a filas, con la mala fortuna de ser gravemente herido en el mes de noviembre, siendo necesario amputarle una pierna a consecuencia de ello.
Tras la contienda, en 1920 amplía sus enseñanzas también a la Historia del Arte Moderno y logra plaza para ser profesor titular en 1921 de la cátedra en Historia del Arte de la Edad Media y del Renacimiento de la Universidad de Tubinga, sucediendo en el cargo a Konrad von Lange.
La década de los años 20 es en la que Weise se convierte en todo un experto en el arte español. Recorrió nuestro país con su cámara fotográfica en numerosas ocasiones retratando en unas 2.500 imágenes nuestras obras de arte, plasmando su trabajo a partir de 1925 en unos libros de los que editó cuatro volúmenes bajo el título Spanische Plastik aus sieben jahrhunderten ("Escultura española a través de siete siglos").
En los años 30 comienza en Alemania el auge de la ideología nacionalsocialista, que no era del agrado de Weise. Así, en 1932, se opuso públicamente a una conferencia en Tubinga del arquitecto, pintor y publicista pro-nazi Paul Schultze-Naumburg. Como consecuencia, Weise fue suspendido temporalmente de sus funciones en 1933, si bien tras ello pudo proseguir su trabajo como profesor titular durante la época nazi sin convertirse en miembro del partido. Durante estos años se especializó particularmente en las bellas artes de la región de Suabia, especialmente en el periodo barroco. En 1954 Georg Weise se jubila y pasa a ser profesor emérito.
Pero vayamos ya de lleno a lo que nos interesa como toledanos: sus numerosas fotografías de las obras de arte de nuestra ciudad. Se trata de alrededor de 170 fotografías tomadas en los años 20, probablemente muchas de ellas antes de 1925, de las que pondré solo una selección por no recargar en exceso la entrada, si bien están todas disponibles en mi álbum de Flickr para los que estéis interesados. Comenzaremos, como decía al principio, por destacar la importancia de la obra de Weise al suponer el último (y, en muchos casos, único) testimonio gráfico de multitud de piezas que pocos años después fueron destruidas en nuestra contienda civil. La contemplación de las fotos de Weise, de gran calidad, supone un cierto alivio al poder al menos deleitarnos con el aspecto de estas maravillas desaparecidas para siempre. Comenzaré por mostraros mis favoritas, que no son otras que las fotos sensacionales del espectacular sepulcro de Fray Francisco Ruiz, Obispo de Ávila, en el desaparecido convento de San Juan de la Penitencia, incendiado en los primeros días del conflicto. A este sepulcro, de talla italiana en mármol de Carrara, ya dediqué una entrada específica en el blog hace bastantes años en la que podéis leer su historia así como su triste destrucción. Os dejo aquí las fotos de Weise, que hasta la fecha no habían sido publicadas:
Estas son otras piezas del mismo convento de San Juan de la Penitencia, en mi opinión el edificio más valioso de todos los que se destruyeron en la guerra civil en Toledo:
Otro edificio desaparecido casi por completo en 1936 fue la Iglesia de San Lorenzo, donde Weise retrató esta escultura:
En el convento de la Concepción Francisca Weise fotografió muchas esculturas que en 1936 fueron dañadas en mayor o menor grado:
La Iglesia de San Miguel forma parte también destacada del reportaje de Weise, pues sus tallas fueron destrozadas en 1936 y aquí podemos verlas en todo su esplendor:
El sepulcro del Cardenal Tavera forma parte del reportaje de Weise con detalle. Esta joya de la escultura sufrió bastantes daños por tropas de ambos bandos en la guerra, siendo restaurada tras la contienda:
Otro edificio desaparecido, aunque no a causa de la guerra, fue el convento Madre de Dios, donde Weise también obtuvo estas fotos:
En el capítulo ya de edificios que sí han sobrevivido, pondré en primer lugar imágenes del monasterio de San Juan de los Reyes:
La catedral tiene un gran peso en el reportaje, por lo que solo os muestro una selección de las fotos más bellas o raras:
En el caso de la Iglesia de Santiago del Arrabal, el mayor interés de las fotos de Weise es poder ver el estado del templo antes de la profunda reforma de mediados de siglo que desfiguró por completo su interior:
La iglesia de San Román fue muy poco fotografiada en los años 20, por lo que poder ver estos detalles de su retablo es de enorme interés:
El convento de Santo Domingo el Real posee bastante peso en la obra de Georg Weise:
Este es el convento de San Clemente:
El convento de San Pedro Mártir:
El convento de Santa Clara:
El convento de San Antonio:
El actualmente cerrado a cal y canto convento de Santa Úrsula, con joyas de Berruguete:
Algunas piezas de la Iglesia de San Justo:
El valioso retablo de la sinagoga de Santa María la Blanca:
Una pieza de la iglesia de Santo Tomé:
Y hasta aquí este extenso repaso al arte escultórico toledano en los años 20 de la mano de Georg Weise, que nos recuerda la importancia de la catalogación sistemática de nuestros bienes muebles e inmuebles, pues siempre existen riesgos para su preservación. En especial, es preocupante en nuestros días el escaso avance en el inventario de nuestros conventos, con alto riesgo de pérdida de piezas de nuestra ciudad por traslados de comunidades, deficiente mantenimiento y posibles expolios al estar muchos de estos edificios cerrados. Ojalá surja en nuestros días una iniciativa similar a la de Weise que permita fijar el estado actual de nuestras piezas artísticas más desconocidas y valiosas para ayudar a su conocimiento y conservación futura.
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