Debo confesar que me sigue emocionando comprobar cómo, gracias a la fotografia, podemos saber qué aspecto tenía nuestra ciudad hace más de 160 años. Más de siglo y medio después de ser tomadas, las imágenes de Toledo obtenidas por los pioneros fotógrafos de mediados del siglo XIX son auténticos tesoros que constituyen un viaje en el tiempo.
Y tenemos también que reconocer la maravillosa aportación que, en este sentido, hicieron los fotógrafos franceses, sin duda la nacionalidad más habitual en ese reducido grupo de adelantados a su tiempo.
Hoy me centraré en uno de ellos, Eugène Sevaistre (1817-1897), que visitó Toledo en 1857 obteniendo algunas de las más maravillosas imágenes del Toledo de mediados del XIX.
Su nombre completo era Louis Eugène Sevaistre y, gracias a las investigaciones de Juan Antonio Fernández Rivero, sabemos que era el hijo primogénito y único varón de los cinco hermanos que nacieron como fruto del matrimonio entre Louis Philémon Eugène Sevaistre (1787-1865) y Victorine Adèle Dubard (1791-1862), casados en 1813. La familia Sevaistre era originaria Elbeuf, un pueblo situado a orillas del Sena, en la región de Normandía, al noroeste de París y bastante cerca de Rouen.
Era una de las familias más acomodadas de la localidad, por lo que a todos los que han investigado la vida de Eugène Sevaistre les sorprende el hecho de que, con cuarenta años ya cumplidos, se lanzara a realizar viajes fotográficos tanto por España como por Italia entre 1857 y 1860. Para ello, debía tener algún conocimiento previo de la técnica fotográfica, algo solo reservado por entonces a las familias de la burguesía como eran los Sevaistre. Es por ello por lo que el citado investigador Fernández Rivero apunta a la posibilidad de que su marcha de Francia se podría haber debido a algún problema personal o a la existencia de alguna causa pendiente con la justicia.
La identificación de las fotos de Sevaistre fue posible porque, pese a que se comercializaron sin citar su autoría por la firma Gaudin Frères, en el Canadian Centre for Architecture (CCA) de Montreal se conservan dos álbumes de idénticas características titulados Souvenirs Stéréoscopique d’Espagne y Souvenirs stéréoscopique d’Italie. De los dos, únicamente aparece firmado por Sevaistre el álbum italiano, pero la similitud de ambos álbumes es tal que la adjudicación a Sevaistre de las fotos tomadas en España es inequívoca. Además, esas fotografias canadienses coinciden con otras idénticas editadas por la citada casa Gaudin, por lo que es fácilmente deducible que Sevaistre vendió total o parcialmente su obra a la casa Gaudin para que ésta la comercializara en una estupenda serie bajo el título Vues d´Espagne.
Las ciudades visitadas por Sevaistre en España fueron Fuenterrabía, Pasajes, Lezo, Rentería, Irún, Burgos, Valladolid, Madrid, Toledo, Cádiz, Córdoba, Sevilla, Málaga, Granada, Valencia y Barcelona. El catálogo de este periplo por España se publicó en la revista La Lumière de París en sus números del 24 de Abril y 1 de Mayo de 1858, constando de un total de 400 vistas.
Se conserva incluso una fotografía tomada hacia 1862 del propio Sevaistre que nos permite ponerle rostro a este autor de biografía tan apasionante, que se conserva en Milán y que el propio autor describió como “Mon portrait convalescent après 4 mois de maladie (fièvre typhoïde)" [Mi retrato convaleciente después de 4 meses de enfermedad (fiebre tifoidea)].
En Toledo, Sevaistre obtuvo al menos cuarenta fotografías en formato estereoscópico de un valor inmenso. Se conservan en instituciones como el Archivo Municipal de Toledo (procedentes del fondo de Luis Alba), la Real Biblioteca del Patrimonio Nacional o el Canadian Centre for Architecture, así como en manos de particulares como Carlos Sánchez, Laura Valeriano y Paco de la Torre.
De entre todas las fotos toledanas de Sevaistre, es soberbia la serie dedicada a la Plaza de Armas del Puente de Alcántara, que posee el impagable mérito de retratar las desaparecidas puertas de San Ildefonso y Alcántara de las que ya os hablé en otras entradas específicas del blog:
Justo al lado, Sevaistre inmortalizó los restos del Artificio de Juanelo:
Son sensacionales también las imágenes de la Catedral:
Estas vistas de la Puerta del Cambrón no tienen precio:
La Puerta del Sol:
Impresionante es esta vista de los molinos de Daicán en el Tajo, en una de las pocas estampas de esta zona a ras de agua en el siglo XIX:
Justo al lado, una vista del Tajo desde la desembocadura del arroyo de la Cabeza o de Pozuela:
Muy cerca de allí, los molinos de Saelices:
Hay varias vistas panorámicas de la ciudad que realmente son joyas documentales por mostrarnos el aspecto de Toledo y sus contornos hace más de 160 años:
La calle Ancha también aparece, tratándose de una de las primeras fotografías tomadas en esta céntrica vía:
Las dos puertas de Bisagra, tanto la vieja como la nueva:
El Puente de San Martín protagoniza varias de las imágenes:
En esta, además, podemos ver un detalle interesantísimo: los restos de las fortificaciones de una de las guerras carlistas aún en pie en la zona derecha:
El Alcázar, en su ruinoso estado tras la guerra de la Independencia:
Santiago del Arrabal y las casas de la Antequeruela:
El Hospital de Santa Cruz:
La Casa del Diamantista:
La zona conventual vista desde el Paseo de Recaredo:
El Claustro de San Juan de los Reyes:
Como habréis podido comprobar, se trata de un verdadero lujo poder contar con cuarenta imágenes de nuestra ciudad tomadas por Sevaistre nada menos que en 1857, constituyendo el mayor registro de fotografías de un mismo autor en fecha tan temprana en la ciudad. Muy pocas ciudades del mundo pueden presumir de tener fondos visuales tan ricos procedentes de un mismo fotógrafo con más de 160 años de antigüedad.
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