Son ya muchos los ejemplos publicados en este blog que demuestran que por Toledo han pasado los más grandes fotógrafos de la historia, algo que constituye un privilegio y un tesoro para la historia visual de la ciudad, por el impresionante legado de excelentes imágenes que estos genios de la fotografía nos han dejado. Realmente es algo de lo que muy pocas ciudades de España y de Europa pueden presumir. Hoy os traigo las fotografías del que es considerado uno de los maestros del pictorialismo: el escocés James Craig Annan.
James Craig Annan nació en Hamilton, South Lanarkshire (Escocia) el de 8 marzo de 1864 y falleció el 5 de junio de 1946. Era hijo del también destacado fotógrafo Thomas Annan (1829-1887). Tras iniciarse en el negocio de fotografía de su familia en Glasgow, Hamilton y Edimburgo, en 1883 marchó a Viena junto a su padre para aprender la técnica del fotograbado de la mano de su inventor, el checo Karel Klíč. Presentó dicho método en Gran Bretaña y adquirió para el negocio familiar T.TR. Annan and Sons los derechos de la patente para el territorio británico. De este modo, se convirtieron en la empresa líder en Gran Bretaña en la impresión fotográfica mediante fotograbado-heliograbado.
En 1890 editó algunos fotograbados a partir de calotipos originales de Octavius Hill y Robert Adamson. En 1891 era ya miembro del Glasgow Art Club como uno de los primeros artistas fotográficos reconocidos. Desde 1893 hasta 1909 expuso sus obras en el Salón del Linked Ring Brotherhoods, grupo adherido a la corriente del Pictorialismo y del que formó parte desde 1894 siendo uno de sus más célebres exponentes. Craig Annan experimentó con las primeras cámaras portátiles en sus viajes por Alemania, España e Italia, obteniendo fotografías muy aclamadas por los profesionales del momento. Su relación profesional con el mítico Alfred Stieglitz fue muy fructífera, lo que le llevó a dirigir la Sociedad de Fotógrafos Pictorialistas en 1900. Además, Stieglitz adquirió unas 60 fotografías suyas y publicó su obra en cinco ediciones de la revista Camera Work, una de ellas dedicada exclusivamente a su trabajo entre 1904 y 1914.
Annan alcanzó gran fama en Europa y en Estados Unidos, tanto en exposiciones individuales como colectivas, desde la retrospectiva de 1900 en la Royal Photographic Society en Londres, pasando por la Exposición Internacional de París del mismo año, o la del Salón del Photo-Club de París en 1906. Participó también en la Exposición Internacional de Fotografía Pictorialista, organizada por Stieglitz en Búfalo (Nueva York) en 1910, así como en la de London Secession en 1911. En 1924 fue nombrado Miembro Honorario de la Royal Photographic Society y en 1936 fue elegido Miembro de la Royal Society of Arts. Murió cerca de Glasgow en 1946 a los 82 años de edad, después de haber recibido múltiples homenajes por parte de numerosas instituciones.
James Craig Annan visitó Toledo en 1913 obteniendo preciosas fotografías. Se conocen al menos siete de ellas, conservadas en instituciones tan prestigiosas como el Metropolitan Museum of Art de Nueva York o la Universidad de Navarra. Comenzaremos por ver esta excelente fotografía del Puente de San Martín y San Juan de los Reyes vistos desde el barrio de Solanilla. Destaca el enorme andamiaje que presenta el monasterio, por entonces en plena fase de restauración. También son muy bellos los carros que se sitúan delante del torreón del puente:
Desde allí, Annan descendió hasta el nivel del río para obtener esta preciosa vista del Baño de la Cava:
En las inmediaciones de San Juan de los Reyes, Craig Annan retrató la calle Reyes Católicos, por entonces mucho más estrecha, pues hasta los años 50 no se ensanchó al cambiar de ubicación la Puerta del Pelícano que por entonces se situaba en perpendicular a la pared del monasterio que se ve a la izquierda:
Probablemente la foto más bella que tomó en Toledo es esta que retrata la pintoresca ebanistería de Modesto de la Cuerda en la Plaza de Santa Isabel, uno de los rincones más encantadores de Toledo. Por desgracia hoy en día esta casa está abandonada y la preciosa fachada está permanentemente invadida por coches que impiden poder disfrutar de esta vista:
Es excelente este retrato de un azacán o aguador con su borrico en la Plaza del Padre Juan de Mariana, junto a los Jesuítas, donde existía una fuente muy concurrida:
Otra de las grandes fotografías tomadas por Annan en Toledo en 1914 es esta vista de la Calle de Santa Fe, conservada nada menos que en el Metropolitan Museum de Nueva York. Se observa que una de las cornisas del Convento de Santa Fe que hoy ocupa un edificio de viviendas aún presentaba tanto su forma original (un voladizo curvo) como dibujos que lo adornaban. Al construir ese edificio desapareció este tramo de cornisa conventual.
Muy bella es también esta fotografía de un carro tirado por bueyes fotografiado por James Craig Annan en algún lugar de la ciudad o sus inmediaciones:
Existe una fotografía más que en ocasiones ha sido identificada como tomada en Toledo, aunque la mayoría de las fuentes indican que se obtuvo en Granada. Personalmente me inclino más por esta última opción, pero por si acaso os la muestro, no vaya a ser que alguien identifique los sillares del fondo y resulte ser Toledo:
Esperando que las fotografías de este genio de la fotografía tomadas hace más de un siglo os hayan gustado, añado una última curiosidad: la empresa fundada por Thomas Annan y heredada por su hijo James Craig Annan aún subsiste hoy en día bajo el nombre de The Annan Fine Art Gallery, ubicada en Noodlands Road en el West End de Glasgow.
sábado, 10 de octubre de 2015
Toledo hacia 1925 fotografiado por Enrique Guinea Maquíbar
Hoy tengo la suerte de poder presentar uno de los reportajes más bellos y completos del Toledo de los años 20 de la mano de un fotógrafo bastante desconocido, pero que —como vamos a poder ver— aunaba una gran calidad fotográfica con sensibilidad artística.
Se trata del vasco Enrique Guinea Maquíbar, nacido en Vitoria en 1874. Guinea estudió inglés en Gran Bretaña y comercio en Burdeos, ciudad en la que aprendió los fundamentos de la técnica fotográfica.
Junto con su hermano Juan, regentó un comercio de ferretería y aparatos sanitarios situado en la vitoriana calle del Prado nº1. Compaginó su actividad profesional con su afición a la fotografía, destacando como colaborador de algunas de las más destacadas revistas ilustradas de comienzos de siglo en España: Novedades (San Sebastián), La Hormiga de Oro (Barcelona) y las madrileñas La Esfera, Blanco y Negro, Mundo Gráfico, Sol y Sombra y Nuevo Mundo. Guinea también ilustró diversas publicaciones y ediciones de tarjetas postales.
Obtuvo importantes premios y condecoraciones, entre los que destacan: dos medallas de Plata y Bronce en el concurso convocado por la firma Gevaert, por la obra "Me voilà" (Bélgica, 1913); una Medalla de Oro de la exposición celebrada por la revista argentina La Basconia (Buenos Aires, 1916), con la fotografía “Las dos abuelas”; una Medalla de Oro en el III Concurso Obrero de Vitoria.
En 1921 fue nombrado Caballero y se le concedió la Cruz de Isabel la Católica por la realización de un álbum fotográfico del Cuerpo de Artillería obsequiado al rey Alfonso XIII.
Guinea utilizó a lo largo de su carrera como fotógrafo varias cámaras, desde la estereoscópica, en sus inicios, hasta una de 35mm a partir de 1938, pasando por las que empleaban placas de 6x9, 9x12, 10x15, 13x18 y 18x24 cm.
En 1921 Guinea ofreció al Ayuntamiento de Vitoria su obra, que siguió enriqueciendo hasta su muerte, que tuvo lugar en Vitoria en 1944.
El fondo Enrique Guinea se conserva en el Archivo Municipal de Vitoria-Gasteiz (todas las imágenes que muestro a continuación están sujetas al correspondiente copyright), a quien agradezco sinceramente la cesión gratuita de las fotografías de esta entrada del blog, y consta de un total de 10.114 placas de tamaños comprendidos entre 4,5x11 y 18x24 cm, y de 3.952 fotogramas en película de paso universal.
Enrique Guinea visitó Toledo al menos dos veces en los años 20, una de ellas hacia 1925, obteniendo más de 70 fotografías de excelente calidad que paso a describiros. Las más bellas a mi juicio son las que retratan la vida cotidiana del Toledo de aquellos años, entre las que destaca esta vista de una mujer cosiendo en la puerta de una casa situada en el Callejón de los Dos Codos, vista desde el interior de la vivienda. Agradezco a José María Gutiérrez Arias la identificación del lugar:
Esta es una bellísima vista del Arco de la Sangre:
Guinea fotografió diversas portadas de casonas nobiliarias toledanas a lo largo de la ciudad:
El Convento de Santa Isabel:
Este es el Palacio de Inés de Ayala en la Plaza de Santa Isabel:
Aquí podemos ver la Puerta de Bisagra:
Enrique Guinea fotografió el patio del verdadero Mesón del Sevillano en la Calle Cervantes:
Este es el Convento de Santo Domingo el Real:
Estas son bonitas vistas del Hospital de Santa Cruz:
Mirad qué bonitas estampas tomó Guinea del Hospital Tavera:
Esta es la Iglesia de Santo Tomé:
Aquí vemos el Convento de San Pedro Mártir:
Una bella toma de la Calle del Ángel:
Este es el Palacio de Benacazón:
Aquí tenemos el Corral de Don Diego:
Esta foto está tomada en la Travesía de los Dos Codos (gracias de nuevo a José María Gutiérrez Arias por su ayuda en la identificación del lugar):
Guinea tomó vistas interiores de la Sinagoga de Santa María la Blanca:
Estas son bellas vistas de la Catedral:
Aquí vemos la Puerta Vieja de Bisagra:
El Palacio de los Duques de Maqueda no pasó desapercibido para Enrique Guinea:
El vasco obtuvo excelentes vistas del Monasterio de San Juan de los Reyes:
Aquí vemos la Puerta del Sol:
Estas son vistas del Museo del Greco:
Esta es la Posada de la Hermandad:
La Iglesia de San Ildefonso o de los Jesuitas en la Plaza del Padre Juan de Mariana no podía faltar en el reportaje de Guinea:
Esta es una vista poco original de la calle Garcilaso de la Vega, a la espalda del Convento de Santo Domingo el Antiguo, bajando desde las escaleras de la Plaza de Padilla:
Esta es la Posada de la Sangre:
El Palacio de los Condes de Peromoro en la calle del Instituto aún estaba en pie. Demolido a mediados de siglo, su portada puede verse hoy en la Plaza del Ayuntamiento en la Audiencia Provincial:
Aquí vemos una buena toma de la portada del Palacio de los Toledo, frente al Pasadizo de Balaguer:
Este es el Palacio de Fuensalida:
Es muy curiosa esta vista de la calle de la Campana en su confluencia con Santo Tomé, decorada con guirnaldas y con una llamativa estructura preparada como para ahorcar, que bien podría corresponderse con las que se colocaban en esta calle en el Domingo de Resurrección para el ahorcamiento simbólico de un muñeco de paja y trapos durante la popular Quema del Judas:
Muy cerca de allí, el callejón de Bodegones:
Esta es la Cuesta de los Carmelitas, que sube desde la Mezquita del Cristo de la Luz:
Una preciosa vista de la Plaza de la Virgen de la Estrella junto a Santiago del Arrabal:
El Convento de San Clemente:
Este era el patio de la casa del pintor Ricardo Barajas en la calle del Cristo de la Luz:
Aquí puede verse un carro a punto de cruzar la Puerta del Cambrón:
Como veis, se trata de una completísima colección de vistas de la ciudad de enorme calidad que, gracias a la labor conservadora y divulgativa del Archivo Municipal de Vitoria-Gasteiz, pueden ser hoy admiradas por los que sentimos pasión por la fotografía histórica.
Se trata del vasco Enrique Guinea Maquíbar, nacido en Vitoria en 1874. Guinea estudió inglés en Gran Bretaña y comercio en Burdeos, ciudad en la que aprendió los fundamentos de la técnica fotográfica.
Junto con su hermano Juan, regentó un comercio de ferretería y aparatos sanitarios situado en la vitoriana calle del Prado nº1. Compaginó su actividad profesional con su afición a la fotografía, destacando como colaborador de algunas de las más destacadas revistas ilustradas de comienzos de siglo en España: Novedades (San Sebastián), La Hormiga de Oro (Barcelona) y las madrileñas La Esfera, Blanco y Negro, Mundo Gráfico, Sol y Sombra y Nuevo Mundo. Guinea también ilustró diversas publicaciones y ediciones de tarjetas postales.
Obtuvo importantes premios y condecoraciones, entre los que destacan: dos medallas de Plata y Bronce en el concurso convocado por la firma Gevaert, por la obra "Me voilà" (Bélgica, 1913); una Medalla de Oro de la exposición celebrada por la revista argentina La Basconia (Buenos Aires, 1916), con la fotografía “Las dos abuelas”; una Medalla de Oro en el III Concurso Obrero de Vitoria.
En 1921 fue nombrado Caballero y se le concedió la Cruz de Isabel la Católica por la realización de un álbum fotográfico del Cuerpo de Artillería obsequiado al rey Alfonso XIII.
Guinea utilizó a lo largo de su carrera como fotógrafo varias cámaras, desde la estereoscópica, en sus inicios, hasta una de 35mm a partir de 1938, pasando por las que empleaban placas de 6x9, 9x12, 10x15, 13x18 y 18x24 cm.
En 1921 Guinea ofreció al Ayuntamiento de Vitoria su obra, que siguió enriqueciendo hasta su muerte, que tuvo lugar en Vitoria en 1944.
El fondo Enrique Guinea se conserva en el Archivo Municipal de Vitoria-Gasteiz (todas las imágenes que muestro a continuación están sujetas al correspondiente copyright), a quien agradezco sinceramente la cesión gratuita de las fotografías de esta entrada del blog, y consta de un total de 10.114 placas de tamaños comprendidos entre 4,5x11 y 18x24 cm, y de 3.952 fotogramas en película de paso universal.
Enrique Guinea visitó Toledo al menos dos veces en los años 20, una de ellas hacia 1925, obteniendo más de 70 fotografías de excelente calidad que paso a describiros. Las más bellas a mi juicio son las que retratan la vida cotidiana del Toledo de aquellos años, entre las que destaca esta vista de una mujer cosiendo en la puerta de una casa situada en el Callejón de los Dos Codos, vista desde el interior de la vivienda. Agradezco a José María Gutiérrez Arias la identificación del lugar:
Esta es una bellísima vista del Arco de la Sangre:
Guinea fotografió diversas portadas de casonas nobiliarias toledanas a lo largo de la ciudad:
El Convento de Santa Isabel:
Este es el Palacio de Inés de Ayala en la Plaza de Santa Isabel:
Aquí podemos ver la Puerta de Bisagra:
Enrique Guinea fotografió el patio del verdadero Mesón del Sevillano en la Calle Cervantes:
Este es el Convento de Santo Domingo el Real:
Estas son bonitas vistas del Hospital de Santa Cruz:
Mirad qué bonitas estampas tomó Guinea del Hospital Tavera:
Esta es la Iglesia de Santo Tomé:
Aquí vemos el Convento de San Pedro Mártir:
Una bella toma de la Calle del Ángel:
Este es el Palacio de Benacazón:
Aquí tenemos el Corral de Don Diego:
Esta foto está tomada en la Travesía de los Dos Codos (gracias de nuevo a José María Gutiérrez Arias por su ayuda en la identificación del lugar):
Guinea tomó vistas interiores de la Sinagoga de Santa María la Blanca:
Estas son bellas vistas de la Catedral:
Aquí vemos la Puerta Vieja de Bisagra:
El Palacio de los Duques de Maqueda no pasó desapercibido para Enrique Guinea:
El vasco obtuvo excelentes vistas del Monasterio de San Juan de los Reyes:
Aquí vemos la Puerta del Sol:
Estas son vistas del Museo del Greco:
Esta es la Posada de la Hermandad:
La Iglesia de San Ildefonso o de los Jesuitas en la Plaza del Padre Juan de Mariana no podía faltar en el reportaje de Guinea:
Esta es una vista poco original de la calle Garcilaso de la Vega, a la espalda del Convento de Santo Domingo el Antiguo, bajando desde las escaleras de la Plaza de Padilla:
Esta es la Posada de la Sangre:
El Palacio de los Condes de Peromoro en la calle del Instituto aún estaba en pie. Demolido a mediados de siglo, su portada puede verse hoy en la Plaza del Ayuntamiento en la Audiencia Provincial:
Aquí vemos una buena toma de la portada del Palacio de los Toledo, frente al Pasadizo de Balaguer:
Este es el Palacio de Fuensalida:
Es muy curiosa esta vista de la calle de la Campana en su confluencia con Santo Tomé, decorada con guirnaldas y con una llamativa estructura preparada como para ahorcar, que bien podría corresponderse con las que se colocaban en esta calle en el Domingo de Resurrección para el ahorcamiento simbólico de un muñeco de paja y trapos durante la popular Quema del Judas:
Muy cerca de allí, el callejón de Bodegones:
Esta es la Cuesta de los Carmelitas, que sube desde la Mezquita del Cristo de la Luz:
Una preciosa vista de la Plaza de la Virgen de la Estrella junto a Santiago del Arrabal:
El Convento de San Clemente:
Este era el patio de la casa del pintor Ricardo Barajas en la calle del Cristo de la Luz:
Aquí puede verse un carro a punto de cruzar la Puerta del Cambrón:
Como veis, se trata de una completísima colección de vistas de la ciudad de enorme calidad que, gracias a la labor conservadora y divulgativa del Archivo Municipal de Vitoria-Gasteiz, pueden ser hoy admiradas por los que sentimos pasión por la fotografía histórica.
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