Hablar de Willy Pragher es hablar de un portentoso fotógrafo alemán que recorrió medio mundo con su cámara dejándonos un legado de nada menos que un millón de fotografías, que se dice pronto.
Nacido el 4 de mayo de 1908 en Berlín, hijo de un inmigrante rumano de Bucarest ingeniero químico y de una alemana, acudió a la escuela en Berlín y en Stuttgart. Comenzó a fotografiar con tan solo dieciséis años en 1924 y a partir de 1928 empezó su carrera como fotógrafo profesional al inscribirse en la escuela Ullstein-Verlag de Berlín y también en el estudio de animación Schumann. Entre 1930 y 1932 fue alumno de diseño comercial y decoración en la berlinesa Escuela Reimann, la mejor y más grande escuela de arte decorativo de Alemania, donde se convirtió en profesor.
A partir de 1932 se desenvuelve como fotógrafo de prensa de forma autónoma, viajando por muchos países de Europa. Entre 1939 y 1945 fue el fotógrafo oficial de una empresa petrolera rumana. En su estancia en Bucarest en 1944 -por entonces bajo dominio nazi-, fue reclutado por la Volkssturm (milicia nacional alemana creada en los últimos días del Tercer Reich el 18 de octubre de 1944 bajo las órdenes de Joseph Goebbels). Como consecuencia de ello, durante la guerra fue apresado por el ejército soviético, permaneciendo preso en condiciones durísimas en Siberia entre 1945 y 1949.
Tras su liberación regresó a Alemania instalándose en Friburgo, donde retomó su profesión como fotógrafo hasta su muerte, acaecida el 25 de junio de 1992. Desde 1969 su obra protagonizó diversas exposiciones debido a la gran calidad de su trabajo a lo largo de su carrera.
En la actualidad su legado se custodia en el archivo estatal de Friburgo y sus imágenes están sujetas al correspondiente copyright (© Landesarchiv Baden-Württemberg, Abt. Staatsarchiv Freiburg).
En julio de 1932 Willy Pragher viajó a Toledo obteniendo al menos quince soberbias fotografías que hoy tengo el placer de mostraros. Comenzaremos por ver las más bellas que retratan a un grupo de bueyes en las denominadas Vistillas de San Agustín, en el entorno de lo que hoy es el Instituto Sefarad, cerca del Puente de San Martín:
Estas fotos además dan fe de la prolongación en el tiempo del uso de este enclave como descansadero de bueyes, algo que ya retrató Jean Laurent hacia 1870 en el mismo lugar. Y es que la vida de 1870 y la de 1932 en muchos aspectos no era tan distinta.
Esta es una buena toma del Puente de San Martín:
Pragher visitó la Casa del Greco, donde tomó buenas fotografías:
Es interesante esta fotografía de San Juan de los Reyes:
Mirad qué bellas tomas de la Puerta Vieja de Bisagra obtuvo Willy Pragher:
También tomó algunas fotografías de patios toledanos:
En esta toma aparece trabajando un típico damasquinador toledano:
Como veis, una serie muy interesante de desconocidas fotografías tomadas hace 83 años. Agradezco a J.M.M. Corral ponerme tras su pista y os recomiendo buscar imágenes de Pragher en la red, porque son muy bellas. Para finalizar quiero recordar que sigue abierta la campaña de micromecenazgo para financiar el tercer tomo de Toledo Olvidado. Es emocionante el apoyo que está teniendo y no quiero terminar esta entrada sin agradeceros de corazón vuestra generosidad.
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