Hace muy pocos días se ha celebrado en Toledo la beatificación de Ciriaco María Sancha y Hervás, que fuera Cardenal de Toledo entre 1898 y 1909, año en que falleció. Hace pues un siglo de su muerte, acaecida el 25 de febrero de 1909, y de su multitudinario entierro en Toledo del que han llegado a nuestros días bastantes fotografías que creo interesante traeros tanto por la importancia del acontecimiento como por su valor histórico como documentos que permiten observar ciertos detalles de las calles por las que discurrió la comitiva.
El túmulo con la capilla ardiente había sido colocado en el Palacio Arzobispal, en una estancia tapizada de negro, y con el cuerpo colocado en un féretro de metal, vistiendo de pontifical, con mitra y terno morados. Sobre la caja se situaron el capelo y el báculo y, a los pies, la maza del arzobispado, las cruces de Isabel la Católica y de Carlos III, el bastón de mando y otros atributos.
El entierro fue celebrado el día 28, con una procesión que portaba sus restos que recorrió la ciudad antes de llegar a la Catedral. La comitiva estaba presidida por el Infante Luis Fernando de Orleans y el nuncio del Papa. El orden de la procesión fue el siguiente: comenzaba con el piquete de la Guardia Civil, seguido por los asilados, los pobres y las cruces parroquiales y la manga de la Catedral; tras ellos se situó el clero parroquial y el de la Catedral, el cabildo metropolitano con capa pluvial negra y todos los prelados oficiales; tras ellos, el macero del arzobispado portando la Cruz del Arzobispo, el obispo auxiliar con el capelo del fallecido con los palios y collares representativos de las metrópolis que rigió Sancha (Ávila, Madrid-Alcalá, Valencia, Las Indias Occidentales y San Pietro in Montorio); tras ellos se situó la guardia de honor con miembros de la artillería; presidiendo el duelo se situaron el ayuntamiento, las comisiones y el acompañamiento; cerró la comitiva un escuadrón de la caballería del ejército.
Las fotografías de aquel acontecimiento me sirven además para rendir homenaje a un excelente fotógrafo poco reconocido como fue Lucas Fraile. Suya fue la que es considerada última fotografía en vida del Cardenal Sancha:
Centrándonos en el entierro, las imágenes del mismo que he podido recopilar fueron tomadas tanto por Lucas Fraile, como por R. Cifuentes y Santiago Relanzón Almazán. Destacan las tomadas en la Plaza de Zocodover, donde puede verse con claridad el negocio de los antepasados de D. Julio Porres.
Muy destacada es esta fotografía de Lucas Fraile tomada en la Plaza de San Vicente. En el círculo se ve al Infante Fernando y al acalde de Toledo por aquel entonces Sr. Benegas.
Esta es la entrada del féretro en la Catedral:
Una imagen de la representación oficial que presidió el sepelio:
Esta imagen es de su capilla ardiente en el Palacio Arzobispal:
Fraile también tomó imágenes de las estancias del Palacio Arzobispal pertenecientes a Sancha:
Y del mismo autor es este estupendo retrato del cardenal:
En realidad, si bien el Cardenal Sancha gozaba de muchísimo cariño popular, no era nada nuevo ver en Toledo masivos entierros de cardenales. El más antiguo del que tenemos fotografías corresponde aún al siglo XIX: el entierro en 1897 del Cardenal Monescillo, predecesor de Sancha, que fue fotografiado también por Lucas Fraile. Son cuatro imágenes muy destacables, una por haber sido tomada en los últimos minutos de vida del cardenal, otra por constituir una imagen del velatorio que bien podría valer para un lienzo y las otras dos, separadas por unos segundos de diferencia, por ofrecernos una preciosa y poco habitual vista de la Plaza de San Vicente desde el inicio de la Calle Alfileritos:
Cuatro años depués de la muerte de Sancha, en octubre de 1913, fue celebrado el entierro de su sucesor el Cardenal Gregorio Aguirre:
Los dos siguientes, Guisasola y Almaraz, fallecieron en Madrid y allí se celebraron sus procesiones fúnebres antes del traslado a Toledo. Disponemos de esta imagen de septiembre de 1920 de la llegada del cadáver de Guisasola al seminario toledano junto a la Iglesia de San Andrés procedente de Madrid:
Pero ya en 1927, Toledo volvió a ser escenario de un entierro similar con el correspondiente al Cardenal Reig Casanova. Su entierro, celebrado en el mes de agosto, dejó imágenes de gran belleza como por ejemplo esta vista de la Calle de la Trinidad donde se ve la actual sede de la Consejería de Cultura mientras el féretro salía de la capilla situada en esta calle:
Aquí vemos el cortejo fúnebre avanzando por la Cuesta de Belén (calle de Toledo de Ohio):
Estas están tomadas frente a la Puerta Llana de la Catedral:
Esta imagen corresponde al cuerpo del difunto Cardenal Reig Casanova:
El siguiente, Segura, fue expulsado del país por las autoridades republicanas, pero su sucesor Isidro Gomá falleció en 1940 y sí tuvo entierro por las calles de la ciudad, presidido por Serrano Súñer:
Su sucesor, Plá y Deniel, fue el penúltimo en tener un entierro de este tipo por las calles de Toledo en julio de 1968:
El último entierro cardenalicio tuvo lugar el 28 de agosto de 2004, al fallecer D. Marcelo González Martín.
Para finalizar, tan solo recordaros que con motivo de la beatificación del Cardenal Sancha se ha colocado una escultura al aire libre dedicada a él en la preciosa plaza del Padre Juan de Mariana, por la que ya sabéis que siento debilidad.
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6 comentarios
Era una plaza muy bella pero se la han cargado,el grupo es feo y está fuera de escala,una placa habria estado mejor.Dicho esto quiero agradecerte el esfuerzo que haces para enseñar nuestro Toledo,son imágenes muy interesantes.
Muchas Gracias
Magnifica entrada Eduardo. Impagable esa fotografía de la Cuesta de Belén, en que podemos ver la hornacina de la Virgen tal como estaba antes del incendio de 1964. En la fecha de la imagen aún se supone se encontraba en esa hornacina el cuadro atribuido a Tristan. Incluso nos muestra esa foto la confitería de enfrente, cuyos propietarios, nos cuenta la leyenda que eran los encargados de mantener la lamparilla de aceite que iluminaba la Virgen.
¡Qúe imágenes tan interesantes! Me han encantado. ¿A qué te refieres con lo de que el entierro de Pla y Deniel fué el último entierro de ese tipo? ¿Acaso los siguientes no fueron así?
¡¡Cuanta sabiduría atesoras Pedro!!
Este blog ya sabes que no sería el mismo sin comentarios como los tuyos. No conocía esa preciosa historia de la virgen, el incendio y la lamparilla.
Con respecto al último comentario, en efecto tras el de Plá y Deniel no ha habido entierros similares pues Tarancón murió en Madrid y Marcelo González murió en 2004 y fue enterrado en Toledo pero creo recordar que sin procesión por las calles.
En muy pocas ocasiones nos será dado contemplar un itinerario tan completo y sugestivo por las principales calles de la ciudad como el que se nos ofrece en esta impresionante entrega del blog de Eduardo, con motivo de los cortejos fúnebres en el fallecimiento de los cardenales que ocuparon la sede de la dives toledana en aquellas fechas, iniciales o muy primerizas, de la llegada del arte fotográfico. ¡Extraordinaria selección de la secuencia! Se podría construir a través de ella todo un collage costumbrista de lo más representativo del Toledo de aquellos años: Vestimentas de clérigos, seglares y militares, apariencia de fachadas de edificios y comercios, rótulos de escaparates y de tiendas, la fe, o simple expectación, del pueblo llano ante el paso de los cortejos...Oportunísimo, una vez más, don Pedro Liñán de Riaza en su recuerdo de la hornacina de la Virgen en la Cuesta de Belén, del cuadro atribuído a Tristán y del confitero devoto de la Virgen con su tienda de mazapán en la acera de enfrente. ¡Qué inmensa capacidad de observación y qué rico conocimiento de nuestra ciudad! Creo recordar haber sido testigo presencial, aunque a prudente distancia, de aquel incendio de 1964, y si la memoria no me falla nos sorprendió la columna de humo que lo presagiaba en un caluroso mediodía dominguero, mientras paseábamos por Zocodover. Anoto también, y a los efectos de poner paisaje actual a alguna de las fotografías, la presencia de un hermoso rosal trepador, de profusa floración amarilla en los primeros días de la primavera, en esa esquina de la Calle de la Trinidad que, en la actual ubicación de la Consejería de Cultura, aparece ocupado en círculo por la cabeza yacente del cardenal Reig y Casanova. Y no quiero tampoco olvidar, por tratarse de uno de mis árboles totémicos de la ciudad, la presencia de ese extraordinario plátano que, en la esquina de la Calle Alfonso XII, casi en la propia Plaza Juan de Mariana, ya aparece, aunque con dificultosa identificación, en la fotografía de la procesión fúnebre del Cardenal Pla y Deniel a su paso frente a Los Jesuitas.
En resumen, una más, ¡y van ya tantas!, de las extraordinarias aportaciones del "Toledo Olvidado" al conocimiento de nuestra ciudad.
Muy buena la entrada, como siempre, y apropiada porque yo no tenía ni idea de quién era el Cardenal Sancha (que poco conocimiento de la historia de mi ciudad...) y ahora me hago más a la idea.
¿La hornacina de la cuesta del Belén no tenía un cuadro o imágen de la Sagrada Familia que era lo que daba nombre a la cuesta? Eso era lo que tenía entendido...
Saludos!
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