Son numerosas las entradas del blog en las que he intentado hacer comprender la importancia de Toledo en el mundo de la fotografía como destino visitado por algunos de los fotógrafos más afamados de la historia, desde Henri Cartier-Bresson a Robert Capa pasando por Inge Morath, Marc Riboud, Francesc Català-Roca o Josef Koudelka, por citar solo algunos ejemplos.
En ese elenco de ases me quedaba al menos uno por abordar, y si no lo he hecho antes es por disponer tan solo de dos fotografías suyas y de baja resolución, pero en vista de que no soy capaz de logar más ni mejores fotos suyas en Toledo, creo que ha llegado el momento de incorporar al genial James Abbé a los fotógrafos con una entrada en Toledo Olvidado.
Actualización: gracias a la generosidad de Carlos Vega, autor del maravilloso blog Toledo GCE,incorporo 3 imágenes más que complementan excepcionalmente la entrada.
James Edward Abbé nació en Alfred (EE.UU.) el 17 de julio de 1883 y falleció en San Francisco el 11 de noviembre de 1973.
Forma parte del selecto grupo de fotógrafos estadounidenses que a día de hoy goza de un reconocimiento unánime como uno de los más grandes de la historia. Ello se debe al amplio espectro de su obra, así como a la calidad de sus fotografías.
Comenzó a fotografiar de forma autodidacta cuando contaba con solo doce años. Entre 1898 y 1910 trabajó en la librería que poseía su padre, que tras haber viajado por numerosas ciudades se había establecido en Newport News (Virginia).
El año 1910 supuso un punto de inflexión en su vida: viajó a Europa como reportero del prestigioso diario The Washington Post. Más adelante se estableció como fotógrafo independiente en Virginia entre 1913 y 1917.
En el año 1917 decidió montar su propio estudio en Nueva York. Trabajó haciendo coberturas fotográficas para el diario Saturday Evening Post y el Ladies Home Journal, el New York Times y otras publicaciones de gran nivel.
Entre 1922 y 1923 compaginó su trabajo como fotógrafo con el de actor y escritor de estudios de cine, alcanzando cierta notoriedad gracias al retrato que hizo a la actriz Jeanne Eagels, por entonces muy famosa.
En Hollywood consiguió hacerse un hueco gracias a su talento, trabajando principalmemte para Mack Sennett o D.W. Griffith.
En 1924 se trasladó a Francia donde fundó su propio estudio en París, publicando sus fotografías en periódicos y revistas como Harper's Bazaar, L'Ilustration, el New York Herald Tribune, Tatler, Vanity Fair, Vogue y Vu.
En su estancia en París entre 1924 y 1932 Abbé retrató a celebridades de cine, bailarinas del Moulin Rouge y modelos de moda como Natasha Rambova vistiendo ropa diseñada por Mariano Fortuny y Madrazo o Jean Patou.
Abbé fotografíó a la gran mayoría de las estrellas del cine, la música y el teatro norteamericano y europeo en los años 20, obteniendo celebérrimas instantáneas entre las que destacan las de Charlie Chaplin, Mary Pickford, Douglas Fairbanks o Marguerite Clark.
Hizo un paréntesis en 1928 para viajar a México a cubrir como reportero la conocida como Guerra Cristera.
Abbé siempre mostró predilección por fotografiar a los protagonistas de las dictaduras, como por ejemplo entre 1929 y 1932 cuando colaboró con la revista alemana Berliner Zeitung Ilustrierte, revista afín al partido de Hitler. En 1934 regresó fugazmente a Estados Unidos, pero al año siguiente estaba de regreso en Europa.
Debido a su enorme reputación como fotoreportero, James Abbé logró ser el primer fotógrafo occidental en realizar un retrato fotográfico a Stalin en el mismísimo Kremlin, escribiendo un completo libro sobre Rusia.
En 1936 cubrió la Guerra Civil Española en el ejército del general Franco, visitando Toledo a finales de septiembre y comienzos de octubre, obteniendo las fotografías que os mostraré.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Abbé se dedicó a la radio y a la televisión, retirándose como articulista especializado en televisión en un diario de San Francisco en los años 60.
Sus dos imágenes toledanas poseen por tanto el inmenso valor de haber sido tomadas por un verdadero mito de la fotografía. La primera que os mostraré es esta estupenda fotografía que retrata en un Zocodover devastado al dirigente falangista José Sáinz Nothnagel, jefe provincial del partido en Toledo. Sáinz posa sonriente y tranquilo el 28 de septiembre de 1936 junto a una mesa (probablemente de las saqueadas durante el asedio en algún bar de la plaza como el Café Español o el Suizo) tras la toma de Toledo por las tropas de Varela. Se observa al fondo la barandilla de forja de los urinarios subterráneos de la plaza, obra del genial Julio Pascual:
Otra fotografía que puedo mostraros tomada por Abbé en Toledo retrata a tres mujeres, al parecer resistentes del asedio, entre las ruinas del Alcázar:
Aquí aparecen militares en el Alcázar en un entorno de ruina total, tanto en el patio como en alguna habitación interior:
Esta foto nos muestra al propio Abbé en el patio del Alcázar junto a los reporteros Richard Massock y Reynolds Packard:
Como veis, se trata de fotografías bastante poco conocidas pese a haber sido tomadas por un verdadero genio. Por ello, pese a la baja calidad de reproducción que he podido conseguir, creo que bien merecían esta entrada que me ha permitido acercaros aunque sea brevemente a la vida y obra de James Edward Abbé, toda una referencia en la historia de la fotografía.
Para saber más:
- Web oficial de James Abbé
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