¿Es posible capturar la belleza encerrada en las situaciones y momentos más duros y decadentes de la historia? Gracias al talento de mujeres como Thérèse Bonney, sabemos que la respuesta a esa pregunta es claramente afirmativa.
Su nombre de cuna era Mabel Bonney y nació en Syracuse (Nueva York, Estados Unidos) el 15 de julio de 1894. Su educación pronto se vio enfocada hacia el universo creativo, obteniendo la licenciatura en Artes por la Universidad de California en Berkeley en el año 1916, cuando contaba solo con 22 años. Al año siguiente cursó una maestría en el Radcliffe College en Cambridge, Massachusetts. Atraída por la cultura europea -cursó un master en lenguas romances-, con 24 años se instaló en París para estudiar en la Sorbona entre 1918 y 1919, donde publicó una tesis sobre las ideas morales en el teatro de Alejandro Dumas. Obtuvo el doctorado en 1921 convirtiéndose en la persona más joven, la cuarta mujer y la décima estadounidense de ambos sexos en obtener ese título en la Universidad de la Sorbona. También fue la primera estadounidense en recibir una beca de la institución. Tras graduarse, logró otras becas y ayudas que le permitieron desarrollar su trabajo, como la Beca Horatio Stebbins, las becas Belknap, Baudrillart y Billy; y la beca Oberländer de la Carl Schurz Memorial Foundation en 1936, que le permitió estudiar la contribución alemana a la historia de la fotografía.
A partir de 1925, Thérèse Bonney documentó a fondo las artes decorativas francesas a través de la fotografía, estudiando en profundidad las colecciones de otros fotógrafos, agencias, arquitectos, diseñadores y estudios. Se convirtió así en una gran recopiladora de fondos fotográficos ligados al arte, creando un negocio (la agencia Bonney Service) en base a las impresiones fotográficas que vendía a varios clientes y suscriptores principalmente en EE.UU.
En el año 1930 asistió a la famosa "Stockholmsutstäliningen" (Exposición de Estocolmo) donde reunió muchas más fotografías. Acciones similares recopilatorias desarrolló también en los Países Bajos. En 1935 regresó a Nueva York para dirigir la nueva Maison Française, una galería que se dedicaba al intercambio cultural entre Francia y Estados Unidos.
Tras una década y media dedicada a la publicidad y a la recopilación y divulgación de la fotografía europea ligada a las artes decorativas y la arquitectura, Bonney se decidió dedicar a la fotografía como autora, convirtiéndose en fotoperiodista.
Este cambio en su vida coincidió con la década de los años 40, marcada por las guerras. De este modo, con el estallido de la II Guerra Mundial, Bonney desarrolló una serie impresionante de reportajes de los estragos causados por el conflicto, con imágenes que se centraron con un realismo casi dramático en los civiles afectados. Todo comenzó por casualidad cuando fue enviada a Finlandia en noviembre de 1939 para fotografiar los preparativos de los juegos olímpicos que iban a disputarse en Helsinki al verano siguente. Sin embargo, el estallido de la guerra hizo que Bonney tomara fotos muy diferentes. Así, sus fotografías en el frente ruso-finlandés (1939-1940), dieron comienzo a su soberbia cobertura gráfica de toda la guerra. Esas primeras fotos finlandesas fueron verdaderamente magistrales, y la hicieron merecedora de la Medalla de la Orden de la Rosa Blanca de Finlandia por su valentía. Más tarde viajó a España, donde retrató de modo sublime las escenas de la vida cotidiana en la durísima posguerra durante su estancia en 1941. Durante la guerra mundial también viajó por Europa occidental tomando fotografías de niños en condiciones realmemente espantosas.
Una selección de las imágenes ontenidas por Thérèse se mostró en el Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York en 1940, siendo la primera mujer en protagonizar una exposición propia en ese museo, y más tarde se publicó su aclamado libro Europe's Children con fotos tomadas entre 1939 y 1943 en varios países europeos, entre ellos España.
Bonney colaboró intensamente con organizaciones como Cruz Roja Internacional en Francia, país que le condecoró con la Cruz de Guerra y con la Legión de Honor. En 1944 Thérèse Bonney llegó a protagonizar un cómic titulado Photo-Fighter:
Tras una vida dedicada a la fotografía, Thérèse Bonney falleció en París el 15 de enero de 1978. Nunca se casó, y al parecer adoptó un niño aunque nunca llegó a formalizarlo legalmente. Hacia el final de su vida, Bonney donó buena parte de sus bienes y de sus obras fotográficas a la Universidad de California en Berkeley, donde se formó. En Francia se conserva también otra porción de su legado, tanto en la Caisse Nationale des Monuments Historique et des Sites (CHMHS), como en la Bibliothèque historique de la ville de Paris o en el Fort de Saint-Cyr en Montigny-le-Bretonneux. En EE.UU., sus fondos están en el Cooper-Hewitt, Museo Nacional del Diseño en la ciudad de Nueva York, además de la citada Universidad de California en Berkeley.
Una vez hecho el repaso de su biografía, clave para comprender la importancia de la autora que hoy os traigo, pasaré a mostraros las fotos que Thérèse Bonney obtuvo en la ciudad de Toledo en 1941. Estamos de nuevo ante la constatación del magnetismo que Toledo ha ejercido siempre sobre los más grandes fotógrafos (y fotógrafas) de la historia. Es algo maravilloso que por más que se repita no deja de emocionarme.
Bonney debió visitar Toledo en su periplo europeo en plena II Guerra Mundial, conflicto en el que España no participó directamente, aunque las tremendas heridas de la reciente guerra civil (1936-1939) estaban tan presentes en España que las fotos parecen plenamente bélicas. Estamos en lo más duro y crudo de la posguerra, en una situación de enorme penuria, ruina y destrucción. Así lo capturó Bonney en una serie de imágenes de la Plaza de Zocodover sobrecogedoras, en las que podemos ver cómo los toledanos se esforzaban en normalizar en su vida cotidiana escenas durísimas como era la contemplación de nuestra plaza más emblemática rodeada de un mar de destrucción. Algunos arbolillos que resistieron los bombardeos muestran en sus débiles troncos las heridas. El Arco de la Sangre aparece apuntalado en un milagroso equilibrio, los edificios del flanco este de la plaza aparecen con un estado fantasmal y la gente se arremolina en grupillos al sol del invierno:
Los urinarios subterráneos de la plaza, con las rejas de Julio Pascual, aparecen rodeados de gente con los edificios del fondo coronados por anuncios entre los que destaca el del fotógrafo Lucas Fraile:
Un grupo de hombres con sus capas castellanas conversa en la plaza:
La visita de Bonney a Toledo debió tener lugar en el mes de febrero de 1941, a juzgar por la floración de los almendros en estas maravillosas fotos tomadas desde la zona del Río Chico junto al Tajo con la silueta de la ciudad al fondo:
Un olivar en las inmediaciones de la ciudad:
Existen otras fotos de Bonney en España sin localización concreta. Solo sabemos que fueron tomadas en un Auxilio Social, institución creada por la dictadura franquista en los primeros años. Dejo a vuestro criterio averiguar si pudieran ser imágenes toledanas. En cualquier caso, os servirán para haceros una idea del talento fotográfico de Thérèse:
Como habréis comprobado, estamos ante joyas fotográficas tomadas por un verdadero mito de la fotografía. Una mujer con unas inquietudes y un talento que supo desarrollar y poner en práctica en una época en la que no era sencillo para ellas, abriendo camino y siendo pionera en muchos campos tanto formativos como fotográficos y humanos. Me despido con su firma autógrafa junto con la descripción, durísima pero bella se mire por donde se mire, de la realidad que retrató en Europa en la II Guerra Mundial.
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5 comentarios
Son documentos impresionantes. Y la vida de esta señora es ejemplar
Magnífico post, grandes fotos y una gran mujer fotógrafa que supo "ver" el Toledo de aquella triste época. ¡Gracias!
Enhorabuena Eduardo una vez más. Deliciosa historia la de esta mujer y la de esa parte de la ciudad que descubres en cada entrada.
Me ha encantado este post, gracias. Las fotos de los niños y niñas me parecen un tesoro.
Qué maravilla de fotos!, gracias.
Divorcio Express Madrid
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