El historiador Pedro de Alcocer sitúa en el siglo XIII la llegada de la orden Franciscana a Toledo con la fundación de un convento "en vna casa q. llaman la Bastida". Según Alcocer otras personas mencionaban como posible ubicación un lugar llamado San Antonio.
Siendo posible que sea cierto que los franciscanos llegaran a Toledo en esa temprana fecha, no está tan claro sin embargo que dicho convento se corresponda geográficamente con la actual ermita. De hecho no se sabe el emplazamiento que tal cenobio tuvo, y es Francisco de Pisa quien asocia los terrenos de la actual ermita a ese primitivo y desaparecido convento franciscano de San Antonio. A principios del siglo XV sí es seguro que esta orden estaba instalada en la ciudad y se sabe que Doña Guiomar de Meneses en su testamento en 1459 dona a la orden franciscana una casa y varias propiedades en la Bastida con la condición de que "la torreasen e poblasen" mencionando la ermita como "santa ermita de gracia". Por aquel entonces los franciscanos habitaban en la ciudad el convento de San Francisco que ocupaba parte de lo que hoy es el Convento de la Concepción junto a Santa Fe.
La actual y entrañable ermita data de mediados del siglo XVI y si bien ha sufrido reformas, conserva de esta época varias partes, destacando en especial el ábside. Es reseñable también la cueva donde la Beata Mariana de Jesús se retiraba para hacer penitencia.
La ermita se sitúa al oeste de la ciudad en un paraje hoy boscoso pero que a comienzos del siglo XX y hasta la repoblación efectuada en época franquista presentaba un aspecto yermo, árido y desértico. Así fue retratada la ermita hacia 1923:
Fueron también fotografiados los puntos de mayor interés del templo: el interior con la imagen de la Virgen de La Bastida, el patio y la Cueva de la Beata Mariana de Jesús. Según la tradición, la piedra en la que está excavada la cueva tiene poderes curativos para el dolor de muelas, por lo que era habitual que los romeros tomaran pequeños fragmentos:
En primavera -en el segundo domingo de mayo- es famosa la romería que se celebra en la ermita en honor de Nuestra Señora de La Bastida. Las más antiguas imágenes de esta celebración que se conservan son las que tomara hacia 1910 Santiago Relanzón Almazán. Son preciosas imágenes en las que podemos ver la banda de música posando, algunos puestos de la romería y bastante gente disfrutando de la primavera toledana en un paraje muy diferente del que hoy podemos disfrutar:
A comienzos del siglo XX, cuando el cerro carecía de cualquier vegetación, se decía que según la tradición en ese lugar antaño crecía un frondoso bosque y que la viga principal que sostiene el atrio de la ermita procedía de uno de los grandes pinos que allí crecían. Por suerte, en nuestros días, ya no es necesario acudir a la leyenda para imaginar ese lugar convertido en un bosque. Dicho bosque es hoy una excelente realidad, por mucho que a los pinófobos les duela. Este paraje, con miles de pinos carrascos (Pinus halepensis) bajo cuya sombra ya nacen encinas, almeces, zarzas, cornicabras, almendros y espinos, es un excelente ejemplo de cómo esta especie es una inmejorable arma para regenerar las condiciones (sombra especialmente, pero también suelo) que puedan permitir reinstaurarse al primitivo bosque mediterráneo, superando falsos mitos como que la acidificación que provoca evita que nada crezca a su sombra. Sin esa sombra, el proceso regenerador es inviable -o lentísimo- en nuestro duro clima como las evidencias demuestran.
Por suerte, las fotos hablan por sí solas.
Y eso sin contar con otro fruto de ese bosque: el merendero que en verano funciona junto a la ermita y que sirve las mejores tortillas de patata de la ciudad.
La Ermita de La Bastida en Google Maps:
Ver Toledo Olvidado en un mapa más grande
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7 comentarios
Me ha impactado la primera foto al ver un entorno tan desarbolado
Impresionante entrada.
Estoy con Antonio, me a impactado ver el entorno tan desarbolado, creo que ya te lo he comentado en alguna ocasión en las antiguas fotos, la falta de vegetación y árboles, parece ser que durante principios de siglo, hubo una devastación importante de todo el entorno, por que no son las únicas fotos que me llaman la atención por este echo, menos mal que poco a poco la naturaleza se va abriendo paso, un abrazo y como siempre explendido trabajo.
Otra vez, yo, una cosita, lo mismo no, pero si de repente te llegan comentarios de Illescanos, es que he compartido tu blog en un grupo de Facebook, dedicado a Illescas, espero que muchos se asomen y conozcan nuestra historia gracias a tu trabajo.
No sé por qué, pero esta entrada me ha recordado a Sandy Island, la isla desaparecida. Qué historia más hermosa!!!! Os recomiendo el artículo que escribió Jacinto Antón a propósito en 'El País'. ¿Hay algún otro sitio que quizás tampoco nunca existió? Saludos!!!
De acuerdo en casi todo, lo de las tortillas, lo pongo entre parentesis o mejor entre interrogacion.
Un abrazo amigo.
Hola Eduardo:
encuentro tu blog a través de google al poner en el buscador imagenes de patios de vecindad, Y vaya que sí que había imágenes, me han encantado tienen ese sabor que yo recuerdo de mis veranos en Castilla-león, Palencia concretamente, he tomado prestada una de ellas para mi poema "Patio de vecindad", al que ilustra a las mil maravillas. Si prefieres que no use tu imagen me lo dices, el blog en que está colgada es, http://antonioydaniela.blogspot.com
Mi felicitación por el trabajo etnográfico y fotográfico que estas llevando a cabo. Es una joya. GRacias un saludo.
daniela
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