La ciudad de Toledo es mundialmente famosa por varias razones, una de las cuales es sin duda la impresionante panorámica que puede contemplarse de la ciudad desde la zona conocida como el Valle. Muy pocos conjuntos monumentales del mundo permiten una visión tan compacta, tan completa y tan bella de un área tan extensa de terreno cuajado de edificios de interés. A todo ello se le añade la particularidad de la presencia del río Tajo rodeando el promontorio y completando una estampa irrepetible.
Si bien en los inicios de la era fotográfica no era tan fácil acceder a este lugar como lo es hoy -no existía la carretera del Valle ni el Puente de la Degollada y se accedía cruzado el río en barca en la Casa del Diamantista o rodeando todo el meandro del río por los Cigarrales-, los primeros fotógrafos sabían de la belleza de la imagen que podían captar y no dudaron en perder el tiempo que fuese necesario para llegar a esta zona portando sus pesados y rudimentarios aparejos fotográficos.
De este modo, el primero que se tenga constancia que caminó hasta este mirador natural con su equipo fue el galés Charles Clifford en el año 1857, ya que parece ser que Tenison no llegó a subir por estos cerros en su visita de 1852.
La fotografía de Clifford, impresionante, se custodia en Londres en el Victoria and Albert Museum. Ha sido recientemente escaneada en alta resolución y aquí os la presento (como siempre, click para ampliar):
Su observación en detalle ya nos permitió hace pocos días descubrir impresionados cómo la Iglesia mozárabe de las Santas Justa y Rufina poseyó torre (hasta al menos 1883) pese a que se la daba por desaparecida mucho antes o incluso se llegó a pensar que nunca existió. Hace poco ABC se hacía eco de este hallazgo compartido:
Pero hay más. Esta fotografía puede ser la única imagen que captara una parte del desaparecido Convento de Agustinos Recoletos, que se levantaba donde luego se construyó el mítico Hotel Castilla en la Plaza de San Agustín. En un principio, el efecto óptico podía hacer pensar que se tratase de un añadido a la Iglesia de la Magdalena, pero su volumen y estilo no encajaban mucho con esta posiblidad pese a que pudo confundirnos el dato de que en esta iglesia tuviera una capilla aneja dedicada a la Virgen de la Consolación.
Han sido sin embargo las indagaciones del gran Pedro Liñán de Riaza las que han permitido arrojar luz y las que permiten, sin apenas posibilidad de error, afirmar que esa cúpula de la fotografía de Clifford es la del Convento de Agustinos Recoletos. Las pruebas se basan en este detalle de la litografía de Alfred Guedson donde aparece dibujada con claridad esta cúpula con una semejanza total con la fotografiada (número 58):
Por si quedara alguna duda, para dejar claro que la asociación de la cúpula a La Magdalena era un simple efecto óptico, Liñán de Riaza observó en esta detallada litografía de Deroy fechada en 1850, y dibujada desde un ángulo diferente al de la imagen de Clifford, que La Magdalena no poseía este añadido por lo que esta posibilidad podía descartarse definitivamente:
Pero la prueba definitiva nos la dio el propio Charles Clifford en su imagen desde el Valle, casi idéntica, tomada al año siguiente, es decir, en 1858. En ella ya no se ve esa cúpula.
Ello es perfectamente compatible con los datos históricos que aporta Julio Porres en su "Historia de las calles de Toledo" donde dice que el convento agustino fue desamortizado en 1835, año en que lo adquirieron los hermanos Safont, para posteriormente venderlo a Francisco Ruano que lo dedicó a fabrica de fideos en 1858, es decir, justo en el año de la segunda fotografía. Por todo ello podemos inferir que las obras necesarias para convertir el convento en fábrica de fideos en 1858 se llevaron por delante esa cúpula como atestiguan las dos imágenes de Clifford tomadas justo antes y después de suceder esto: una en 1857 y otra en 1858.
Una prueba más de que el gran derribo debió acometerse en 1858 es este anuncio de 1859 en el que se ofertan todo tipo de materiales procedentes del convento ya debidamente clasificados, pesados y desensamblados:
Según Porres, en 1864 aún subsistía el pórtico conventual y al parecer los últimos restos del convento fueron derribados entre 1870 y 1882. En el solar se ubicó un Teatro de Verano hasta que en 1891 se inauguró allí el mencionado Hotel Castilla.
Pero sigamos con más vistas panorámicas desde el Valle. La siguiente a las dos de Clifford seguramente sea esta imagen tomada por Louis Léon Masson en 1858 y compuesta por tres tomas:
En fecha muy similar fueron tomadas estas tres fotografías editadas por el también francés Charles Soulier (cuya autoría se disputan Clifford y Laurent, con más indicios para el primero), con las que se puede intentar componer una preciosa panorámica desde el Valle con la particularidad de estar algo desplazada al oeste con respecto a lo que es habitual, si bien habría que distorsionar las imágenes pues no están tomadas exactamente en el mismo lugar:
La siguiente podría ser esta vista estereoscópica del francés Ernest Lamy tomada en 1863:
En 1868 están tomadas varias estereoscópicas de otro galo como Jean Andrieu. En ellas, además de la ciudad desde la Piedra del Rey Moro, se ve el Cerro de la Ermita de la Cabeza y la zona de San Juan de los Reyes. Muy llamativo es observar el nivel de las aguas del Tajo, bajísimo, que podía ser cruzado sin problema a pie justo antes de los molinos de Daicán que aparecen casi con sus cimientos al descubierto.
En estos días de mitificaciones absurdas e idealizaciones del pasado, conviene recordar que antes de la construcción de las grandes presas los ríos mesetarios como el Tajo presentaban fluctuaciones de caudal increíbles, que pasaban de situaciones como la de esta fotografía a inundaciones tremendas como la de 1947. Hoy el Tajo en Toledo tiene una variabilidad de caudal intraanual mucho menor (aunque mucha de esa agua, sucia, provenga del Jarama, pero esa es harina de otro costal).
Volviendo a las panorámicas desde el Valle llegamos a 1872, fecha en que el genial Jean Laurent captase sus dos célebres vistas:
Hacia 1880 el francés Levy tomó otra buena panorámica:
En 1883 fue el australiano Alfred Dismorr quien fotografiara la ciudad desde estos cerros:
Casiano Alguacil tomó varias fotografías desde el Valle entre 1880 y 1900 aproximadamente:
De 1894 es esta panorámica de Oskar Hauser y Adolf Menet:
De aproximadamente 1897 data esta imagen de Hauser y Menet:
J. Lacoste tomo también varias panorámicas desde el Valle de gran nivel a caballo entre los siglos XIX y XX (recomiendo ampliar):
Esta maravilla es de 1900:
En 1907 fue Petit quien tomó esta panorámica (compuesta por José María Moreno más de 100 años después):
Alrededor de 1915 Kurt Hielscher tomó esta vista:
Ya durante el resto del siglo XX el número de vistas panorámicas desde el Valle creció exponencialmente tanto por la generalización de la fotografía entre viajeros aficionados como por la mejora de los accesos a este lugar. Sería, pues, interminable la lista de buenas fotografías tomadas desde allí. Por ello me despediré con algunas de la posguerra donde se ve el Alcázar destruido desfigurando por completo la estampa que todos tenemos tan interiorizada de la ciudad:
PD: Gracias de corazón a José María Moreno por el montaje de varias de estas panorámicas.
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10 comentarios
Hacer notar tan solo que, si bien el estable caudal actual del Tajo es beneficioso para determinadas actividades humanas, las fluctuaciones naturales de las corrientes de agua son absolutamente necesarias para el mantenimiento de los hábitats ribereños naturales. Tan malo es hacer apología ciega del pasado como de los supuestos avances del mal llamado "progreso".
Es cierto, como supongo que sabrás que ya sé debido a mi formación. Mi comentario iba más encaminado a criticar la idealización, extendida, de que "antes el Tajo era siempre más caudaloso". Pues no lo era siempre, aunque a veces lo era tanto que ocasionaba muerte y destrucción (fluctuaciones a las que están habituados los bosques de ribera pero no tanto los edificios y actividades humanas ligadas al río). Otras veces,sin embargo, el propio río sa pasaba por el forro su "caudal ecológico" y se convertía en un hilo como podemos ver en estas fotos del XIX.
El Progreso nos ha permitido un abastecimiento continuado de agua, un control de las inundaciones aunque, es cierto, distorsionando la fluctuanete dinámica secular del río.
Abrazos.
Como comenta Eduardo, no os podéis imaginar el durísimo trabajo que debía representar hacer estas fotografías. He visto las placas de vidrio originales de Laurent ¡¡de 24x30 cms!!, esto supone transportar una enorme y pesada cámara de madera con su correspondiente trípode y accesorios a través de los escarpados rodaderos del valle sin camino alguno Si a esto le sumamos el laboratorio portátil que es donde sensibilizaban in situ las placas, antes de hacer las tomas, y que normalmente se situaba en un carro tirado por mulos, el mérito es para quitarse el sombrero.
Es aquí obligado, por tanto, reconocer el valor de estos hombres a los que Toledo alguna vez, debería honrar su memoria. Se lo merecen.
Totalmente de acuerdo con José María Moreno. Reconocimiento para los fotógrafos "históricos" ¡¡YA!!
¿Será cierto, como he oído comentar una tarde en la terraza del Toledo, que parte de las placas de cristal de la colección Rodríguez donadas a la Junta, mal sobreviven tiradas en condiciones pésimas en algún desván de la antigua biblioteca en el miradero?
No sé si será cierto lo que dice Pedro, tampoco me extrañaría dado el escaso o nulo interés de los organismos públicos por estas cosas, salvo alguna rara excepción.
Que sea más fácil hacerse con estas imágenes allende nuestras fronteras, que aquí, clama al cielo, pero así es.
Recuerdo hace años, cuando empezaba en esto de la fotografía con Carlos Villasante, que nos avisaron de una obra en la Cuesta de Belén donde apareció una caja llena de "cristales con algo que parecían fotos" y que lo iban a tirar al escombro. Se trataba del archivo original de negativos de Abelardo Linares, nada menos.
Va siendo ya hora de que alguien se ocupe de estas cosas.
¿Y qué fue de esos cristales de la colección de Abelardo Linares?
¿Están hoy localizados y custodiados por alguna institución o particular?
¡Muchas gracias por todo!
Perdón por la autocita, pero en mi conferencia "Toledo y sus deudas pendientes", (14.04.2009, Asociación Cultural "Toledo futuro"), ya reivindicaba yo al grupo de fotógrafos "históricos" de Toledo - no sólo toledanos - como uno de los grandes olvidados de nuestra ciudad y con más derecho a satisfacción de nuestras numerosas "deudas pendientes". Era Casiano Alguacil, oriundo de Mazarambroz, quien en aquella ocasión de mi conferencia "se convertía" en portavoz de esa justa reclamación de derechos desatendida. Que cobre ahora fuerza y actualísima vigencia con motivo de este blog, y en la muy autorizada opinión de don Pedro Liñán de Riaza, exaltado para la ocasión por Jose María Moreno, todo el formidable mérito del ímprobo trabajo de aquellos heroicos pioneros del arte fotográfico en Toledo, es algo que nos debe comprometer a todos en esa tarea inacabada del pago de "deudas pendientes". Esta es una de ellas y no de las menos importantes.
Bueno bueno, como siempre impresionante, pero ésta me ha gustado más aún -si cabe- que otras porque permite ver multitud de detalles de la ciudad en conjunto.
Una entrada preciosa!
Millones de gracias, Eduardo!!
Uno más para unirme a las felicitaciones por nuestro Toledo olvidado, es fantástico el poder saber un poquito más de nuestra tierra, y más si nos lo das ilustrado.
Enhorabuena, saludos. Juan Manuel
Me sumo al comentario de Jose Maria Moreno, También he visto las placas originales, y si impresiona el imaginárselas mas aun lo hace el verlas.
el laboratorio de Laurent por ejemplo se puede ver en al menos dos de las fotografías que realizo en Toledo. solo pensar en que habría que subirlo hasta la ermita o algo mas arriba posiblemente desde el embarcadero por la vía romana, entre ir llevando el equipo, preparar los negativos que había que prepararlos con el colodión en situ y tomar las fotos estando aun húmedo, para pasar a revelarlo directamente (sumamente peligroso había que usar cianuro) este proceso para cada foto da miedo solo pensarlo, pues Laurent por ejemplo realizo el proceso al menos 5 veces, realizando al menos 19 negativos.
Ciertamente estos artistas se merecen de sobra el homenaje que les das al rescatar sus fotografías dando valor a su trabajo para deleitarnos a todos
También me sumo a lo que comenta de la dificultad de hacerse con las fotografías. me ha sido mas fácil conseguir algunas desde otros países que desde España.
Por ejemplo el pedir una copia de alta calidad en algunos países puede estar en torno a 12 $, en España la misma fotografía superar los 50 €.
A parte de los tramites necesarios para conseguirlas.
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