Hoy es para mí un día muy feliz, no solo porque mi hijo mayor cumple cinco años, sino porque tengo el placer de ofreceros una serie de imágenes sensacionales de un modo especial y diferente al habitual. Hoy Segovia y Toledo, dos ciudades hermanas y con enormes analogías -ambas castellanas, ambas históricas, ambas monumentales- van a disfrutar de manera sincronizada de las fotografías tomadas a mediados del siglo XX por un fotógrafo excepcional y con una historia vital interesantísima: Roberto Kallmeyer. Gracias al trabajo de investigación, al tesón y a la generosidad del fotohistoriador y amigo Aku Estebaranz, responsable del blog
Arqueología de Imágenes -un proyecto que siento también casi como hermano por su similitud con el mío- hoy ven la luz simultáneamente decenas de imágenes tomadas en nuestra ciudad y en Segovia por este fotógrafo.
Roberto Kallmeyer nació en Madrid el 6 de diciembre de 1915 y fue un fotógrafo y técnico de artes gráficas español tan sorprendente como desconocido.
Su padre, el alemán Otto Kallmeyer, dirigía la empresa familiar, Gráficas Kallmeyer, desde su llegada a Madrid en 1914. Roberto recibió una educación encaminada hacia su futuro en la gestión de la empresa familiar. De este modo fue enviado a completar sus estudios a Alemania, matriculándose en la prestigiosa Escuela Técnica Superior de Artes Gráficas y de la Reproducción Artística en Leipzig entre 1933 y 1935 y también en la mítica Escuela Superior de Fotografía
Reimann Schule en Berlín entre 1935 y 1936. Su formación, unida a su perfecto manejo de tres idiomas, -castellano, alemán y francés-, hicieron de Roberto un extraordinario técnico.
En su obra fotográfica se aprecian dos líneas: una aplicada a las artes gráficas, con trabajos de gran repercusión, y otra personal donde refleja sus aficiones y registra sus experiencias vitales. Como ejemplo de su extensa y variada obra destacan sus espléndidas reproducciones de la obra gráfica de Goya así como las espectaculares imágenes obtenidas en su paso por la Legión Cóndor durante la guerra civil española (1936-1939). Se puede decir que la fotografía acompañó a Roberto Kallmeyer a lo largo de toda su vida.
Sus fotografías son un híbrido entre sus dos mundos. Ya en la década de los años 50, Roberto es un incansable viajero y es el máximo responsable artístico de la empresa. Recibe el encargo de la empresa Viuda de J. Martín, propietaria de los caramelos
Embajadora, de hacer algo innovador para potenciar su venta. Kallmeyer les ofrece la realización de una colección de cromos con vistas fotográficas de España que se incluirían en los paquetes de caramelos. La colección con los primeros cien cromos fue comercializada hacia el año 1957, según la publicidad del diario ABC, y es la primera de estas características realizada en España.
Para este trabajo Roberto utilizó material de su archivo en la confección de la colección y la completó con viajes específicos a lugares que según su criterio debían incluirse. En estos últimos, al tener ya un propósito determinado, trabajaba sólo con los lugares seleccionados. Kallmeyer se ocupó de todas las etapas del trabajo: la toma de las fotografías, su selección, así como el diseño y todas las fases de impresión. Fueron fotografías de elevada calidad técnica: son negativos bien expuestos, revelados y conservados. En su mayoría fueron realizados con película de 35 mm. y cámara Contax. Destaca también el manejo de la luz, eligiendo y resolviendo situaciones de luz complicadas, con el sol casi de frente.
Sus fotografías tomadas en Toledo corresponden a varias visitas, todas ellas realizadas en torno a 1950.
El grupo de imágenes más numeroso es el correspondiente a la procesión del Corpus del año 1951. La datación la pude efectuar gracias a un curioso detalle que aparece en esta fotografía de la procesión en la Plaza Mayor: el cartel de la corrida de toros de ese año. Al ampliarla se puede leer que los toreros eran Antonio Velázquez, Manolo González, Rafael Rodríguez y Rafael Ortega, que se corresponden con el cartel de 1951:
Kallmeyer retrató de manera formidable el paso de la custodia por las calles más bellas del recorrido: Martín Gamero, Tornerías, Alfileritos, Comercio, Plaza de San Vicente, Los Jesuítas...
Aquí inmortalizó a un grupo de personas en un balcón. Estoy seguro de que alguno de vosotros identificará rostros conocidos en esta imagen:
Son preciosas las fotografías de la Plaza de Zocodover, con la curiosidad de poder ver aún la sede de Seguros Soliss en el edificio que luego adquirió la Caja de Toledo y actualmente ocupa Banco CCM-Liberbank:
Se pueden ver personas conocidas como por ejemplo a la izquierda de estas fotografías, con bigote y de reducida estatura, el genial rejero Julio Pascual:
Más fotos de Zocodover:
Kallmeyer retrató de cerca al cardenal Enrique Plá y Deniel:
Son sensacionales las fotografías de la procesión en el entorno de la Catedral:
Aquí vemos los niños ataviados para la procesión en uno de los patios del templo primado:
Al margen del reportaje del Corpus de 1951 las fotografías de Kallmeyer en Toledo ofrecen otras estupendas vistas. Una prueba de que estuvo varias veces son estas fotos del Castillo de San Servando antes y después de su restauración:
Son fenomenales las tomas del Puente de Alcántara:
Mirad que maravillosas tomas del Tajo en la Playa de Safont:
Aquí vemos la Huerta del Granadal con Tavera al fondo, pudiendo apreciarse aún el edificio de la Escuela Normal de la Vega:
Las callejas típicas también tienen su hueco en la obra de Kallmeyer. Aquí las travesías de Santa Úrsula y Santa Isabel:
Es fenomenal la serie de detalles de la Catedral, destacando las fotografías de la fachada principal:
Aquí vemos buenas tomas de la torre:
La Puerta de los Leones:
Una preciosa vista desde la Puerta Llana:
Esta es la Puerta del Reloj:
Genial es esta fotografía de la Plaza del Ayuntamiento. A la izquierda el edificio de la Audiencia -antigua casa del Deán- con su aspecto anterior a la reforma que hoy contemplamos. La plaza aún tenía arbolado y una fuente en el centro:
Aquí tenemos el acceso al ayuntamiento. Curiosamente en los próximos meses se van a realizar obras para mejorar la accesibilidad que eliminen los escalones que existen. Como vemos en la imagen, a mediados del siglo XX la calle era totalmente accesible y no presentaba escalones:
El Hospital de Santa Cruz:
Aquí vemos un grupo de personas en una fuente, probablemente en el Valle:
Una vista general de la ciudad:
La Ermita del Valle:
Cerca de Toledo, Kallmeyer fotografió el Castillo de Guadamur:
Tras una larga vida marcada por la fotografía, Roberto Kallmeyer murió en Madrid el 14 de abril de 2004 a los 89 años de edad. A buen seguro poco a poco se irá dando a conocer el inmenso legado fotográfico que dejó, obtenido en los más diversos escenarios durante décadas y de una calidad y valor documental deslumbrantes.
Esperando que este pequeño hermanamiento fotográfico con Segovia os haya gustado solo me resta agradecer de nuevo a Aku Estebaranz su estupendo trabajo en la recuperación y divulgación de la obra de Kallmeyer.