Desde entonces, Magnum se convirtió un una referencia en el mundo de la fotografía, con sedes en Londres, París, Nueva York y Tokio.
Cómo no, Toledo fue durante el siglo XX objetivo de los mejores fotógrafos de Magnum, tanto durante la Guerra Civil como en los años del franquismo y la transición.
Comenzando por orden cronológico, os ofrezco en primer lugar la fotografía que el archiconocido Robert Capa hiciera en un ruinoso Zocodover a un jovencísimo miliciano. El húngaro supo captar una instantánea que muestra cómo en la España de esos días los derechos de la infancia no eran demasiado respetados, y menos en tiempos de guerra. El incipiente bigotillo del muchacho, en edad de andar correteando con sus amigos, contrasta con sus atuendos bélicos. El fusil que casi le gana en altura completa la triste imagen, y siempre nos quedará la duda de cual fue el destino final del chaval... ¿qué sabría el pobre de comunismos, fascismos, repúblicas y demás asuntos por lo que le hacían luchar?:
Ya en 1961 fue la célebre fotógrafa Inge Morath, austriaca nacionalizada estadounidense, la que tomó una maravillosa fotografía en Toledo. Morath era conocida como La Dama de la Fotografía, y tomó esta imagen tan sólo unos meses antes de casarse con Arthur Miller, que se divorció de Marilyn Monroe precisamente en 1961. Se trata de una imagen llena de detalles: en la confluencia de la Calle Sixto Ramón Parro con el ensanche que todos los toledanos conocemos como "Los Cuatro Tiempos" (en la casa que actualmente alberga un restaurante con ese nombre existía un dibujo que representaba las cuatro estaciones del año: los cuatro tiempos) podemos ver unos operarios regando la calle, mientras una pareja se aleja junto al chorro difuminado de agua. A la derecha, un anciano camina de frente y a la izquierda una mujer lleva un niño en brazos. La imagen está presidida por un primer plano de un mozo que bien pudiera llevar pescado a la pescadería situada donde hoy existe Artesanía Pinilla:
La fotografía de Morath bien merece ser ampliada para apreciar los detalles:
Poco después, otro de los grandes mitos de Magnum, probablemente el mejor fotógrafo francés del siglo XX, considerado el padre del fotoreportaje, Henri Cartier-Bresson visitó Toledo. Fue en 1963, y nos dejó esta preciosa fotografía de un orfanato gestionado por religiosas. No he conseguido ubicar exactamente el lugar, por lo que ruego a quien lo reconozca me lo comunique:
En plena transición, fue el influyente fotógrafo checo nacionalizado francés Josef Koudelka quien retrató el Toledo de esos días. Su fotografía más célebre es la que tomó junto a la Catedral, bajo el Arco de Palacio: unos militares pasan serios por delante de un hombre, mientras un buen elenco de coches de la época contempla la escena.
Koudelka también retrató la ciudad desde el Valle:
En los años ochenta, el siciliano Ferdinando Scianna se acercó desde su particular punto de vista al Alcázar de esos días, con su museo del Asedio:
Como curiosidad final os dejo uno de los primeros retoques fotográficos del siglo XX en España. Tras la toma de Toledo, Franco acudió al Alcázar a felicitar José Moscardó en persona. De esta fotografía, en la que aparece un demacrado Moscardó tras el largo asedio junto a Franco, disponemos de dos versiones. En la que creo que es original, aparece una persona (tal vez un periodista o algún miembro de la comitiva) en medio de los dos, mientras que en la segunda versión (aparecida con mayor profusión en medios y archivos de la época) esa persona había "desaparecido". Y la verdad es que para contar con menos medios que hoy día (en 1936 el Photoshop no estaba inventado) el resultado era creíble. ¿Alguien sabe quien es ese tercero en discordia?