Siguiendo la vocación militar de su padre, José María entró en el ejército formándose en la Academia de Infantería de Toledo, y con solo 17 años logró el tercer premio como aspirante a teniente. Posteriormente tomó parte en diversas acciones en el norte de África, logrando la Cruz del Mérito Militar y también la de San Hermenegildo, aún más prestigiosa. Poco a poco, se fue especializando en tiro de precisión, siendo destinado al Regimiento de Cazadores Figueras 6. Después de los años complicados y duros de la Guerra de África, José María encontró un destino en la por entonces recién creada Aeronáutica Militar, llegando a ser segundo responsable de la base aérea de Getafe.
Contrajo matrimonio en 1909 con María Luisa Rich Carbajo, con la que tuvo siete hijos: José Luis, Fernando (fallecido con solo 7 meses), María Luisa, Carlos Luis, Alberto, Beatriz y Álvaro.

Aunque las versiones de la prensa de entonces contienen relatos un tanto diferentes (según unas fue algo bastante premeditado y según otras el asesino fue presa de una enajenación tras la que comenzó a gritar ¡Qué he hecho!, ¡Qué he hecho!) lo cierto es que la desdichada mujer falleció como consecuencia de los dos disparos recibidos en la cabeza.


"Inicialmente el juzgado de guardia se inhibió por teléfono del caso al conocer el parentesco del agresor. El caso pasó seguidamente al juzgado de jurisdicción de guerra. Fue el juez militar, un comandante de caballería apellidado Serna, quien tomó en primer lugar las riendas del caso y decidió llevar a prisión al teniente coronel Borbón. También determinó tomar declaración en el despacho oficial de prisiones militares a toda la servidumbre. Algunos de los testigos, porteros y criadas, contaron que el asesinato de la esposa fue debido a los celos. Pero fuesen los celos o una enajenación mental transitoria, su primo el rey Alfonso XIII hizo todo lo posible por ayudarle en aquel trance. Primero se cambió de juez y se nombró uno nuevo, “especial”, el teniente coronel Julio Riudavets. Éste determinó que el paso del teniente coronel Borbón por una prisión militar fuera efímero. De hecho, su caso no fue visto nunca ante un Tribunal Militar. La causa fue sobreseída por enajenación emocional. Se le apartó a Marruecos, para alejarlo de la península, donde acabó residiendo y cursando finalmente baja forzosa en el Ejército en 1929 “por enfermedad”.
La relación de este oscuro suceso con Toledo reside en que, solo unos meses antes del asesinato, en el año 1925, José María Borbón y de la Torre logró una sensacional fotografía aérea de la vieja ciudad castellana que recientemente he descubierto. Fue publicada con su firma en una revista y lo cierto es que nos muestra una bellísma perspectiva de Toledo desde la zona oeste.




