sábado, 29 de octubre de 2022

Roberto Gómez: un fotógrafo contemporáneo que hará historia en Toledo

Como bien sabéis, desde 2008 este blog está dedicado a la fotografía histórica en Toledo. Por ello, en las más de 400 entradas que hasta la fecha he publicado, en él se recogen más de 40.000 imágenes tomadas en la ciudad desde mediados del siglo XIX hasta fechas más recientes.
Hasta hoy, si bien en los 5 libros de la saga "Toledo Olvidado" siempre cierro las últimas páginas con fotografías de autores contemporáneos, aún no había dedicado ninguna entrada del blog a autores cuyo trabajo se haya desarrollado en el siglo XXI. Sin embargo, creo que ha llegado el momento de dedicar una entrada completa a algún fotógrafo que haya retratado Toledo en el presente siglo. Era una idea que me rondaba la cabeza desde hace tiempo y, en los últimos meses, el destino me ha puesto en bandeja una oportunidad de oro que, estoy seguro, os va a hacer disfrutar de lo lindo.
Unidos por nuestro compromiso con la defensa del río Tajo, hace poco conocí a Roberto Gómez. Cuando me habló de su faceta como fotógrafo me interesé por su estilo y me dijo que él se consideraba, ante todo, un fotógrafo humanista. Cuando escuché eso, tuve una intuición que me impulsó a pedirle que me enseñara una selección de su obra toledana. Cuando la vi, me quedé impresionado.
Impresionado por su calidad, pero especialmente por su capacidad narrativa. Coincidiréis conmigo en que hay fotografias que hablan, y cuando veais la selección de imágenes de Roberto, estoy seguro de que me comprenderéis.
Roberto Gómez, fotógrafo afincado en Toledo Antes de ver sus fotografías, creo que es necesario resumir su trayectoria vital. Roberto Gómez nació en Alcázar de San Juan en 1953. A los ocho años ingresa interno en un colegio en la ciudad de Ávila. Desde allí se traslada, a los once años, a otro de la misma organización en León, donde permanece hasta los diecisiete.
Se traslada posteriormente a Madrid, donde ya reside su familia, e inicia una nueva etapa. Ingresa como trabajador en el sector de la banca. En esos años, asiste a un curso de fotografía que imparte un compañero instruido. Aquí comienza una afición constante en el transcurso de los años. En el año 1984 se traslada a vivir en Granada. Participa con unos compañeros en la creación de un estudio de fotografía y agencia de publicidad editando una revista comercial de moda. En épocas vacacionales practica la fotografía de reportaje durante los viajes que realiza a India, Nepal, Siria, Jordania, Marruecos, Perú o Nueva York, combinando la diapositiva con la película en blanco y negro y su consecuente laboratorio.
En el año 1991 se traslada a San Sebastián. Allí monta una exposición de fotografía nocturna sobre las grúas del Puerto de Pasajes y participa en otras colectivas con un grupo de fotógrafos, pintores y escultores del País Vasco y Vasco Francés. Estas exposiciones se realizan en San Sebastián, Irún, Fuenterrabía, San Juan de Luz, Bayona, Biriatou, Biarritz o Hendaya.
En el año 1996 vuelve a Madrid y colabora en revistas especializadas en gastronomía y vinos, realizando todo tipo de reportajes de cocina, bodegones de alimentos, restaurantes, viñedos y vino en Portugal, España y Francia. Participa como expositor en la primera edición de PhotoEspaña en 1998.
El año 2001 marca la fecha que a nostros más nos interesa, pues es en ese momento cuando inicia un nuevo traslado que le trae a Toledo, donde permanece en la actualidad. Tras publicar unos libros sobre los ajos o el aceite en Castilla-La Mancha y otros genéricos sobre el vino, va abandonando esta actividad. En 2014 participa en la exposición colectiva 15 fotógrafos, 15 ciudades Patrimonio de la Humanidad, encargándose de realizar las fotos de Toledo. En la actualidad permanece fiel a la actividad fotográfica en calidad de mero aficionado y gozando de la libertad que esto supone. Se mantiene activo en la fotografía analógica en blanco y negro mediante cámaras de medio formato y panorámicas, así como en la experimentación con la fotografía estenopeica, llevando a cabo diversos proyectos con este sistema. En el Archivo Municipal de Toledo mantiene una exposición genérica sobre Toledo y otra de fotografías panorámicas durante la histórica nevada de la tempestad “Filomena” en enero de 2021. Coordina y expone, asimismo, en las muestras fotográficas de las fiestas del barrio de San Martín de la Asociación de Vecinos “La Cava”.
Pero pasemos ya a disfrutar de sus fotografías, que estoy seguro de que os sorprenderán gratamente. En mi opinión, tienen ese halo que identifica a los grandes fotógrafos, capaces de hacerte comprender en pocos minutos que estamos ante obras maestras que pueden ya considerarse fotografías históricas pese a su contemporaneidad. Es inevitable, al ver sus imágenes, establecer similitudes con autores como Cartier-Bresson, Koudelka o Horvat, tal es la calidad de su obra. Su dominio de la luz y de las texturas, así como su capacidad para capturar ese famoso "momento decisivo" al que Cartier-Bresson se refería, le convierten en un autor de una raza en peligro de extinción, la compuesta por los fotógrafos humanistas que aún son capaces de retratar la autenticidad de un lugar a través de la inmortalización de momentos reales, sin rastro alguno de impostura.
Dado que son fotografías que se comentan por sí solas, y considerando que su carácter contamporáneo hace prescindible en esta ocasión realizar cualquier explicación histórica o del contexto en que fueron tomadas, paso sin más preámbulos a mostraros lo que es solo la punta del iceberg de su obra toledana. Todas las imágenes han sido tomadas entre 2001 y nuestros días. Espero que las disfrutéis tanto como yo.
Un gitano con una cabra en la calle Ancha con los toldos del Corpus al fondo. Fotografía de Roberto Gómez. Plaza de Zocodover en un día de niebla. Fotografía de Roberto Gómez Unas turistas bajo el arco de la Sangre. Fotografía de Roberto Gómez Tienda en la calle Alfileritos. Fotografía de Roberto Gómez Mujer bajo una sombrilla en la plaza de San Román. Fotografía de Roberto Gómez Paseando bajo un cobertizo cerca del colegio de Doncellas. Fotografía de Roberto Gómez Paseando bajo un cobertizo cerca del Colegio de Doncellas. Fotografía de Roberto Gómez Cobertizo del colegio de Doncellas. Fotografía de Roberto Gómez Paseando junto al Pasadizo de Balaguer. Fotografía de Roberto Gómez Balilarines en la calle Ancha. Fotografía de Roberto Gómez Un mimo en un parque de Toledo. Fotografía de Roberto Gómez Perros con sus dueños en la calle de la Ciudad frente al pasadizo de Balaguer. Fotografía de Roberto Gómez Calle de Martín Gamero. Fotografía de Roberto Gómez Calle Tornerías. Fotografía de Roberto Gómez Río Tajo y Puente de san Martín. Fotografía de Roberto Gómez Una boda en San Juan de los Reyes. Fotografía de Roberto Gómez Una estatua de don Quijote cubierta con un chubasquero para la lluvia. Fotografía de Roberto Gómez Plaza del Salvador junto a Santa Úrsula. Fotografía de Roberto Gómez Paseando por la calle del Ángel. Fotografía de Roberto Gómez Cipriano, "el amigo de los pobres" y sus ayudantes. Fotografía de Roberto Gómez Turistas junto al ayuntamiento y la placa de la traída de aguas del Torcón antes de ser ocultada. Fotografía de Roberto Gómez Unos albañiles enfoscan una pared. Fotografía de Roberto Gómez Niños con mascarilla durante la pandemia de coronavirus en Zocodover. Fotografía de Roberto Gómez Ángeles Carmona, artista, actuando en la calle Ancha. Fotografía de Roberto Gómez Zona de Polvorines junto al Tajo. Fotografía de Roberto Gómez Zona de Polvorines. Fotografía de Roberto Gómez Un músico ambulante en la tienda de sombreros Marciano en la calle Ancha. Fotografía de Roberto Gómez Un músico ambulante con un órgano electrónico en la calle Ancha. Fotografía de Roberto Gómez San Juan de los Reyes. Fotografía de Roberto Gómez Cercanías de las Covachuelas. Fotografía de Roberto Gómez Cartel de un restaurante y un hombre a su lado. Fotografía de Roberto Gómez Mercadillo del Martes. Fotografía de Roberto Gómez Senda ecológica del Tajo en la Vega Baja. Fotografía de Roberto Gómez Tempestad de nieve Filomena junto al barrio de San Martín. Fotografía de Roberto Gómez Cementerio de Toledo. Fotografía de Roberto Gómez Fotografía de Roberto Gómez Mausoleo en el cementerio de Toledo. Fotografía de Roberto Gómez Esperando que os haya gustado esta selección de imágenes tomadas por este genio que habita entre nosotros, solo me queda agradecer de corazón a Roberto la cesión desinteresada de sus fotografías. Sin duda, son auténticos tesoros que envejecerán como el buen vino, cobrando más y más valor con el paso de los años, convirtiéndose en el mejor retrato del Toledo de comienzos del siglo XXI.

sábado, 8 de octubre de 2022

Gerda Taro y Robert Capa (probablemente) fotografiados en Toledo en 1936

En la última entrada del blog dedicada a desmenuzar las imágenes incluidas en el libro "El Sitio del Alcázar" publicado en 1937, hubo una fotografía que, premeditadamente, no incluí en dicho resumen.
Se trata de una fotografía que merecía un análisis exhaustivo de manera independiente, y ahora vais a comprender el porqué.
Leyendo detalladamente dicho libro, llegué a la página 97 en la que figura una fotografía firmada por el sello de la agencia Paramount que me resultaba muy familiar, en la que aparecen varios milicianos portando a hombros a un herido en el asalto que tuvo lugar con posterioridad a la tremenda explosión de la mina excavada bajo el torreón suroeste el día 18 de septiembre de 1936. Guiado por la curiosidad que me suscitaba esa imagen que tanto me sonaba, me detuve a leer el pie de foto. En él, una frase me llamó poderosamente la atención:
Imagen del libro "El sitio del Alcázar" de Joaquín Arrarás y L. Jordana (1937) "Los milicianos, despavoridos, huyen y retiran en confusión a sus heridos a la vista de Margarita Nelken (en pie, a la izquierda); ese endriago judaico que no puede comprender lo que ve".
Automáticamente, mi atención se centró en esa zona izquierda de la toma, citada en el pie de foto, en busca de la figura de Nelken. Sin embargo, acostumbrado a ver muchas fotografías de Margarita Nelken en sus visitas a Toledo, habiendo consultado muchas fuentes de información en largas jornadas de investigación a lo largo de estos años, enseguida comprendí que esa mención a Nelken era errónea. Aunque la imagen es algo borrosa, cualquiera que conozca un poco cómo era el cuerpo y la manera de vestir de aquella dirigente política izquierdista, sabe que la persona que aparece en la foto no es ella. En las fotos conocidas de Nelken en Toledo, lucía siempre largos vestidos estampados y zapatos con tacón, con un aspecto bastante arreglado. Su cuerpo era de constitución entre normal y fuerte, con una cintura no demasiado marcada.
Margarita Nelken en el Monasterio de San Bernardo cuando era Hospital de Sangre durante la guerra civil en 1936. Foto Alfonso. Margarita Nelken en Toledo en el verano de 1936 junto al capitán Del Rey, pasando frente a un destacamento de milicias en la guerra civil. Publicada en la revista francesa Regards. Por contra, la figura que aparece en la imagen es mucho más menuda, con estrecha cintura y luciendo un mono oscuro sobre una camisa blanca de manga corta.
Con todo esto en la cabeza, mi mente empezó a darle vueltas a la razón por la que los escritores del libro se habían molestado en citar la persona que aparece en esa fotografía pese a su no demasiado buena calidad y resolución. El hecho de mencionar su presencia y hacer hincapié en su condición de judía me hizo reflexionar durante bastante tiempo. De pronto, sin tener el libro delante, tuve una especie de corazonada. Tenía que ver la imagen de nuevo. Fuí a la estantería del despacho y tomé el desvencijado libro hasta llegar a esa página. La miré detenidamente y comencé a pensar que lo que me rondaba la cabeza podría tener sentido.
Por un lado, tenía la certeza de que la mujer de la imagen no era Nelken, pero entonces... ¿quién era?, ¿por qué había llamado la atención del escritor?, ¿quién había descrito la imagen?
Una idea comenzó a percutir mi mente: ¿y si el redactor hubiera escrito esa descripción "de oídas"? ¿Qué otras mujeres judías de cierto renombre estaban ya por entonces en la escena mediática durante la guerra? ¿Cuántas de ellas habían estado en Toledo?
Esa sospecha iba tomando forma, y en mi cabeza había un nombre que no paraba de sonar: Gerda Taro.
La joven fotógrafa de cuerpo pequeño y delgado, también mujer, también judía, también de origen alemán como Nelken, también comprometida con la causa republicana, también popular (ya era bastante conocida en los círculos internacionales cuando este libro fue publicado en junio de 1937, como desgraciadamente se comprobó en su multutudinario entierro de aquel verano), y con una manera de vestir que sí encajaría con la persona de la imagen.
Para lograr encontrar pruebas, comencé a rastrear fotografías de Taro tomadas por aquellos días, buscando indumentarias similares. Gracias de nuevo a las investigaciones en los últimos años de Carlos Vega, no tardé en encontrar al menos dos: un mono oscuro y una camisa blanca de manga corta... ¡justo como la chica de la fotografía!
Gerda Taro con mono oscuro y camisa blanca de manga corta. Córdoba, agosto o septiembre de 1936 (From the Mexican Suitcase)/David Seymour/Magnum ICP Gerda Taro con mono oscuro y camisa blanca de manga corta. Fotografía de Mondial Photo Presse aparecida en el diario francés La Dépêche en su número del 20 de septiembre de 1936 Gerda Taro en Toledo, probablemente. Publicada en L´Espagne Sanglante Estaba en aquellos días imbuido de esa sensación que solo la investigación puede proporcionar, en la que hechos incontestables van apareciendo ante tí pero que sabes que nunca deben nublar tu juicio; en la que la intución no debe ser nunca confundida con la pasión; en la que, en definitiva, el investigador se debate entre la mera elucubración y la constatación.
Por tanto, era preciso aún atar más cabos y considerar más detalles para no caer en el terreno de lo simplemente hipotético.
Sin embargo, una visión ampliada en detalle de la imagen arroja el dato más revelador que apunta a que esa chica puede ser Gerda Taro. Si nos fijamos bien en la fotografia, vemos con bastante claridad que esa persona tiene algo a la altura del pecho. Y ese algo es... ¡una cámara fotográfica! Y no una cámara fotográfica cualquiera, sino una cámara que tiene todos los visos de poder ser la que, según diferentes estudios, ella utilizaba de manera más habitual en el verano de 1936: una Réflex-Korelle II de medio formato de la marca Kochman, con la que se solían tomar las imágenes situando la cámara a la altura del pecho como explica magníficamente Carlos Vega en su imprescindible blog Toledo GCE.
Posiblemente Gerda Taro en Toledo portando una cámara fotográfica Estamos, por tanto, ante muchas pistas que conviene recapitular: por la descripción de la imagen sabemos que la persona era alguien con cierto renombre (su mención, aunque errónea, a Nelken así lo indica), que es mujer, que es judía, que es republicana, que luce ropa compatible con los atuendos usados por Taro ese verano, que su fisonomía delgada encajaría con ella y que porta una cámara fotográfica que parece ser del modelo que usaba Taro en aquellos días.
Nos queda analizar la fecha y el lugar de la foto. Recordaréis que al comienzo del texto indicaba que la toma me resultaba muy familiar cuando la vi por primera vez. Ello se debe a que coincide casi exactamente con unos fotogramas de un vídeo del que os hablé hace unos años, en el que se muestran imágenes coloreadas del seguimiento de los asaltos que se sucedieron al Alcázar justo después de la explosión de la mina del 18 de septiembre. Del mismo modo, en el libro de Arrarás y Jordana se menciona exactamente lo mismo, por lo que parece inequívoco que la imagen y el vídeo se corresponden con ese día 18 de septiembre de 1936.
Entonces, la pregunta clave ahora es: ¿estaban Gerda Taro y Robert Capa en Toledo el 18 de septiembre de 1936? La respuesta es sí. Estaban en Toledo, como diferentes autores han comprobado, justamente para fotografiar lo que todos los afines a la República deseaban: la toma del Alcázar por sus tropas como consecuencia de los efectos de la mina... algo que como sabréis no sucedió. El fracaso de esa operación militar podría ser la explicación de la ausencia de fotografías de Taro o Capa que muestren aquel asalto.
He recopilado algunos de los fotogramas del mismo para que comprobéis todo esto y analicéis ciertos detalles: el cámara estaba en la cuesta de las Armas y vemos al comienzo de la grabación tanto el Arco de la Sangre en Zocodover como la zona del Alcázar, absolutamente ya destruido todo su entorno, lo que confirmaría la citada fecha.
Herido republicano en Zocodover. Captura de un vídeo real a color de la Guerra Civil en Toledo en el verano de 1936 Herido republicano en Zocodover. Captura de un vídeo real a color de la Guerra Civil en Toledo en el verano de 1936 En un momento del descenso de los milicianos portando al herido, uno de ellos mira a su derecha fijamente, como fijándose en alguien en concreto... ¿tal vez Gerda Taro tomando fotografías?
Traslado de un herido. Uno de ellos mira a un lado, tal vez a Gerda Taro. Capturas de vídeo de la guerra civil en Toledo, Asedio del Alcázar, 18 de septiembre de 1936 Como dato añadido, comentar que una de las fotos en las que aparece con un mono similar, en concreto la que publicó el diario francés La Dépêche, vio la luz en ese medio el día 20 de septiembre de 1936 (solo 2 días después del asalto) en un artículo plagado de referencias a Toledo, por lo que es muy probable que esa toma también se corresponda con nuestra ciudad:
Artículo publicado el 20 de septiembre de 1936 en La Dépêche con una foto en la que aparece Gerda Taro probablemente tomada en Toledo En cuanto al lugar exacto donde se inmortalizó la escena, se trata del tramo final de la cuesta de las Armas, muy cerca ya de la Plaza de Zocodover:
Es ciertamente un entorno en el que se sabe que pisó la, por entonces inseparable, pareja Capa-Taro, pues se conservan al menos dos fotografías tomadas por Capa en la propia calle así como al inicio de la plaza:
Milicianas disparan al Alcázar desde la Cuesta de las Armas. Al fondo la calle Recoletos. Verano de 1936. Fotografía de Robert Capa, Magnum photos Niño miliciano en Zocodover. Fotografía de Robert Capa. Magnum Para finalizar, y sabiendo que por aquellos días Gerta Pohorylle (Gerda Taro) y Endre Ernő Friedmann (Robert Capa) prácticamente iban a todas partes juntos, conviene fijarse en las personas que, muy difuminadas, vemos junto a la figura de la joven. Creo que no es descabellado pensar que existe bastante similitud física entre el genial fotógrafo húngaro y la persona que aparece en la imagen:
Posible perfil de Robert Capa (con círculo rojo) en Toledo En definitiva, creo que estamos ante una suma importante de datos como para poder decir que existen bastantes posibilidades de que, tras muchos años de búsqueda, hemos podido encontrar una imagen en la que Gerda Taro y Robert Capa aparecen juntos en Toledo aunque, lógicamente, será complicado poder asegurarlo al cien por cien en tanto no localicemos una imagen de mejor resolución. En cualquier caso, es siempre un placer investigar siguiendo el rastro de estos mitos de la fotografía que forjaron su leyenda en aquellos tristes meses durante nuestra maldita guerra civil. Creo, además, que es realmente interesante cómo un pie de foto con una descripción errónea puede ser la llave para abrir una investigación con final feliz 86 años después.
Espero vuestras opiniones.
© TOLEDO OLVIDADO
Maira Gall