domingo, 26 de diciembre de 2021

Toledo en los años 50 fotografiado por Heinrich Mathias Schwarz

Heinrich Mathias Schwarz nació el 12 de septiembre de 1911 y falleció en Roma el 21 de junio de 1957. Fue un eminente historiador de arte y gran fotógrafo alemán que en su juventud estudió historia del arte en la Universidad de Bonn y se doctoró bajo la dirección del famoso Paul Clemen en 1936, con una tesis sobre la arquitectura religiosa del gótico tardío en la región de Cléveris (Klevian, en alemán). Ese mismo año se trasladó a vivir a Roma, como miembro de la Sociedad Kaiser Wilhelm en Italia y, desde 1938, como asistente en la Bibliotheca Hertziana, donde estuvo hasta 1943. En 1951 y 1952 continuó su investigación en tierras italianas, centrándose en el arte normando de Calabria y Sicilia. Desde 1953 trabajó para el gobierno de Renania-Palatinado, ejerciendo como curador estatal. En 1956, Schwarz fue nombrado miembro científico de la Bibliotheca Hertziana. Al mismo tiempo, fue nombrado director del recién creado departamento de investigación sobre el arte del sur de Italia, en particular el de la época normanda y también sobre los Hohenstaufen o Staufen, más conocidos como gibelinos.
Desgraciadamente, un año después murió en un trágico accidente automovilístico durante un viaje en una de sus investigaciones, que truncó bruscamente su vida y su carrera profesional cuando solo contaba con 46 años. Su prematura muerte no fue óbice para que Schwarz nos legara un patrimonio investigador y fotográfico al alcance de muy pocos. En materia fotográfica, su obra consta de aproximadamente 1500 negativos en blanco y negro en formato 6×6 cm, dedicado especialmente a la arquitectura del sur de Italia con imágenes tomadas en el período entre 1939 y 1957.
Una vez más, Toledo se cruza en las biografías de los más grandes investigadores y fotógrafos de la historia, en este caso debido muy probablemente al atractivo que nuestra ciudad poseía para alguien como Heinrich Mathias Schwarz, un alemán experto en la influencia artística de los pueblos germánicos en el sur de Europa, que sin duda buscaba en Toledo motivos para completar sus investigaciones especialmente a través del legado visigótico en nuestra ciudad. Fue así como Schwarz recaló en Toledo hacia 1955, muy poco antes de su triste e inesperado final, donde obtuvo una serie de imágenes de gran calidad que hoy tengo el placer de mostraros. Comenzaremos por ver esta fotografía de Santiago del Arrabal, de gran belleza, que nos ofrece un punto intermedio de los cambios que esta iglesia tuvo a mediados del siglo XX. Vemos cómo ya se había rebajado de altura el ábside principal, pero sin embargo aún no se había acometido el derribo de las casas adosadas al templo mudéjar:
Santiago del Arrabal en los años 50 © Bibliotheca Hertziana / Foto: Schwarz, Heinrich Mathias; - Rechte vorbehalten; s/w Otra buena fotografía es esta que nos muestra el barrio de la Antequeruela así como una buena perspectiva de la desaparecida Escuela Normal de Magisterio, que se levantaba en el actual Paseo de Sisebuto. Ya os expliqué en esta otra entrada la historia de este "edificio fantasma" y aquí podemos verlo ya partido por la mitad en un desesperado intento por aprovecharlo pese a los tremendos problemas de cimentación que presentaba. De hecho, en esta imagen se puede apreciar el refuerzo que se estaba realizando en la contención de los taludes que miran hacia la calle Carrera, pero con el tiempo se demostraron también insuficientes estos intentos por afianzar el edificio, que terminó siendo demolido:
Vista de Toledo en los años 50 fotografiado por Heinrich Mathias Schwarz © Bibliotheca Hertziana, Max-Planck-Institut für Kunstgeschichte (Fotothek) Vista del "edificio fantasma" de la Escuela Normal de Magisterio de la Vega. Aparece partido por la mitad en un vano esfuerzo por mantenerlo en pie.  Detalle de una foto de H. M. Schwarz hacia 1955 (Bibliotheca Hertziana). En esta otra imagen, Schwarz hizo gala de un buen ojo y sensibilidad para captar un primer plano de gran belleza de una aldaba y de los clavos y decoraciones de la puerta del Hospital de Santa Cruz:
Detalle de la puerta del Hospital de Santa Cruz de Toledo en los años 50 fotografiado por Heinrich Mathias Schwarz © Bibliotheca Hertziana, Max-Planck-Institut für Kunstgeschichte (Fotothek) Fue precisamente en el interior del Hospital de Santa Cruz donde Heinrich M. Schwarz tomó más fotografías. La belleza de ciertos detalles decorativos y arquitectónicos, así como el imponente patio, no pasaron desapercibidos al objetivo del alemán:
Detalle de la portada del Hospital de Santa Cruz de Toledo en los años 50 fotografiado por Heinrich Mathias Schwarz © Bibliotheca Hertziana, Max-Planck-Institut für Kunstgeschichte (Fotothek) Hospital de Santa Cruz de Toledo en los años 50 fotografiado por Heinrich Mathias Schwarz © Bibliotheca Hertziana, Max-Planck-Institut für Kunstgeschichte (Fotothek) Hospital de Santa Cruz de Toledo en los años 50 fotografiado por Heinrich Mathias Schwarz © Bibliotheca Hertziana, Max-Planck-Institut für Kunstgeschichte (Fotothek) Hospital de Santa Cruz de Toledo en los años 50 fotografiado por Heinrich Mathias Schwarz © Bibliotheca Hertziana, Max-Planck-Institut für Kunstgeschichte (Fotothek) Hospital de Santa Cruz de Toledo en los años 50 fotografiado por Heinrich Mathias Schwarz © Bibliotheca Hertziana, Max-Planck-Institut für Kunstgeschichte (Fotothek) Hospital de Santa Cruz de Toledo en los años 50 fotografiado por Heinrich Mathias Schwarz © Bibliotheca Hertziana, Max-Planck-Institut für Kunstgeschichte (Fotothek) Hospital de Santa Cruz de Toledo en los años 50 fotografiado por Heinrich Mathias Schwarz © Bibliotheca Hertziana, Max-Planck-Institut für Kunstgeschichte (Fotothek) Escalera del Hospital de Santa Cruz de Toledo en los años 50 fotografiado por Heinrich Mathias Schwarz © Bibliotheca Hertziana, Max-Planck-Institut für Kunstgeschichte (Fotothek) Escalera del Hospital de Santa Cruz de Toledo en los años 50 fotografiado por Heinrich Mathias Schwarz © Bibliotheca Hertziana, Max-Planck-Institut für Kunstgeschichte (Fotothek) Detalle de la escalera del Hospital de Santa Cruz de Toledo en los años 50 fotografiado por Heinrich Mathias Schwarz © Bibliotheca Hertziana, Max-Planck-Institut für Kunstgeschichte (Fotothek) Cerca de allí, se dirigió también al contiguo convento de Santa Fe. Su estado era por entonces de semiabandono, y su patio principal presentaba este lamentable aspecto:
Convento de Santa Fe, abandonado. Toledo en los años 50 fotografiado por Heinrich Mathias Schwarz Bibliotheca Hertziana, Max-Planck-Institut für Kunstgeschichte (Fotothek) Para finalizar, como no podía ser menos, quiero aprovechar para desearos un muy feliz año nuevo 2022, lleno de alegrías e ilusiones. Del mismo modo, quiero agradecer la excepcional acogida que está teniendo el nuevo volumen de los libros de Toledo Olvidado, en concreto el quinto, que vio la luz el pasado sábado gracias a la generosidad de cientos de mecenas.
Portada del libro Toledo Olvidado 5. Foto de Eva Corral.

sábado, 27 de noviembre de 2021

Fotos que salen del olvido para rescatar la memoria de un Tajo vivo

Hace casi quince años, allá por 2007, en un derribo de una casa de la calle de la Plata que estaba sufriendo una profunda reforma, quiso el destino que el equipo de arqueólogos que trabajaba en las obras se fijara en algunos materiales arrojados a uno de los contenedores, justo antes de emprender el camino del vertedero.
Guiados más por la curiosidad que por el interés profesional de esos restos, mi gran amigo Rafael Caballero y su hermano Javi rescataron de un triste final un grupo de rollos de negativos conservados muy precariamente, que habían sido arrojados junto con otros materiales inservibles. Pasaron los años sin que aquellos negativos fuesen revelados, y los propios hermanos Caballero, en sus atareadas vidas y ajetreos diarios, casi se habían olvidado de ellos y apenas habían hecho algunos tímidos intentos de visionado rudimentario al azar de algunos de esos clichés al trasluz al carecer de un escáner de negativos o de un laboratorio fotográfico.
Pero, como ya he explicado alguna vez, las historias no tienen prisa y aguardan pacientemente su momento de ser contadas. Y esta no iba a ser una excepción.
A finales del mes de septiembre, Rafa me escribió un whatsapp hablándome de esos cartuchos y enviándome dos o tres escaneos hechos con métodos caseros en los que se intuía que el material podía ser de cierto interés.
Conversación de whatsapp con Rafael Caballero el 25 de septiembre de 2021 Como yo siempre acepto ese tipo de propuestas, obviamente quedé con ellos esa misma semana y me entregaron una bolsa con siete u ocho rollos.
Estaba inmerso en la finalización de la redacción y selección de fotos para mi nuevo libro y tardé un par de semanas en ponerme manos a la obra: había que recortar los rollos en tiras pequeñas para poder escanearlos en mi aparato de modo adecuado, y me llevó algunas horas de una madrugada del mes de octubre.
Según iba escaneando aquellos negativos, iba emocionándome más y más. No alcanzaba a comprender cómo aquel material había estado a punto de perderse para siempre si no se hubiera producido una larga serie de casualidades, a saber: que tuviera lugar aquella reforma de la casa; que los rollos fuesen depositados en un lugar visible del contenedor, sin ser ocultados por material arrojado encima; que en aquella obra estuviera como arqueólogo Rafael; que tanto él como su hermano se fijasen en el contenedor aquel día; que decidieran recoger los rollos y llevarlos a casa; que los guardasen casi quince años; que tuviesen un amigo tan peculiar como yo, dispuesto a dedicar unas horas a escanear aquellos cartuchos aún a riesgo de que no contuvieran nada interesante; que se acordaran de mí y me escribieran.
Allí estaban, delante de mí. Solos ellas y yo en el silencio de la noche. Aquellas fotos que iban desfilando por mi pantalla ante mis atónitos ojos llegaban en el momento ideal. Yo ya estaba aquellos días absolutamente inmerso en un proyecto en el trabajo que encajaba de tal modo con aquellos testimonios gráficos que comprendí que todo eso no podía ser casualidad. Sin lugar a dudas, esas fotos habían estado esperando su momento. Y ese momento había llegado.
Solo un par de semanas después íbamos a lanzar desde la Real Fundación de Toledo, que tengo el placer y el honor de dirigir, un proyecto en el que personalmente he puesto gran parte de mis ilusiones en el último año y medio: Música por el Tajo, un disco recopilatorio financiado por micromecenazgo en el que los músicos y bandas de Toledo expresen a través de canciones sus sentimientos ante la situación de degradación del río con motivo del 50º aniversario de la prohibición del baño en sus aguas. El principal objetivo del proyecto es hacer ver, especialmente a los más jóvenes, que en el Tajo los toledanos se bañaban y disfrutaban no hace tanto tiempo. Que el río era parte esencial de su ocio y de su día a día. Pero, ¿hay algo más elocuente que una imagen para hacerles ver que eso que les decimos no es una invención?
"Sacaré estas fotos con motivo de la campaña de búsqueda de mecenas", me dije aquella noche. Y aquí me tenéis hoy, cumpliendo aquel compromiso adquirido conmigo mismo para enseñaros, emocionado, una serie impagable de fotografías que una familia toledana, probablemente residente en la calle de la Plata en los años 60, obtuvo en sus jornadas de ocio más entrañables.
Como si fuera una de las ninfas a las que se refería Garcilaso en sus églogas, esta joven posa en el agua en la zona de la Playa de Safont hacia 1965:
Hermosas ninfas, que, en el río metidas,
contentas habitáis en las moradas
de relucientes piedras fabricadas
y en columnas de vidrio sostenidas;
agora estéis labrando embebecidas
o tejiendo las telas delicadas,
agora unas con otras apartadas
contándoos los amores y las vidas:
dejad un rato la labor, alzando
vuestras rubias cabezas a mirarme,
y no os detendréis mucho según ando,
que o no podréis de lástima escucharme,
o convertido en agua aquí llorando,
podréis allá despacio consolarme.

Toledana bañándose en el río Tajo en la playa de Safont hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Toledana bañándose en el río Tajo en la playa de Safont hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Esa misma joven ninfa aparece con sus amigos y familiares en varias imágenes más que pone la piel de gallina contemplar:
Toledanos bañándose en el río Tajo en la playa de Safont hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Toledanos bañándose en el río Tajo en la playa de Safont hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Toledanos bañándose en el río Tajo en la playa de Safont hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Toledanos bañándose en el río Tajo en la playa de Safont hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Toledanos bañándose en el río Tajo en la playa de Safont hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Toledanos bañándose en el río Tajo en la playa de Safont hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Toledanos bañándose en el río Tajo en la playa de Safont hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Toledanos bañándose en el río Tajo en la playa de Safont hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Toledanos bañándose en el río Tajo en la playa de Safont hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Toledanos bañándose en el río Tajo en la playa de Safont hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Toledanos bañándose en el río Tajo en la playa de Safont hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Toledanos bañándose en el río Tajo en la playa de Safont hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Toledanos bañándose en el río Tajo en la playa de Safont hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Toledanos bañándose en el río Tajo en la playa de Safont hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Toledanos bañándose en el río Tajo en la playa de Safont hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Toledanos bañándose en el río Tajo en la playa de Safont hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Niños en la orilla, ilusionados con sus balones, hinchables y juguetes... ¿qué pecado cometimos para perder esto? ¿Cómo no luchar con todas nuestras fuerzas por recuperarlo?
Niños en la orilla del Tajo en Toledo junto a la playa de Safont y la presa del Corregidor hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Niños y mayores en la orilla del Tajo en Toledo junto a la playa de Safont y la presa del Corregidor hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Niños con su madre en una barca en la orilla del Tajo en Toledo junto a la playa de Safont y la presa del Corregidor hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Niños en una barca en la orilla del Tajo en Toledo junto a la playa de Safont y la presa del Corregidor hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Niños y mayores en la orilla del Tajo en Toledo junto a la playa de Safont y la presa del Corregidor hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Niños y mayores bañándose en el Tajo en Toledo junto a la playa de Safont y la presa del Corregidor hacia 1965.  Negativos donados por los hermanos Caballero Niños en la orilla del Tajo en Toledo junto a la playa de Safont y la presa del Corregidor hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Niños en la orilla del Tajo en Toledo junto a la playa de Safont y la presa del Corregidor hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Toledanos junto al río Tajo en la playa de Safont hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Adultos disfrutones, con sus guitarras (eso ya era un avance de Música por el Tajo), refrescos y cervezas a la orilla de un río limpio o jugando al futbolín en los gangos de las orillas:
Toledanos disfrutando en el río Tajo en la playa de Safont hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Toledanos disfrutando en el río Tajo en la playa de Safont hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Toledanos disfrutando en el río Tajo en la playa de Safont hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Toledanos junto al río Tajo en la playa de Safont hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Toledanos junto al río Tajo en la playa de Safont hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Toledanos junto al río Tajo en la playa de Safont hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Toledanos junto al río Tajo en la playa de Safont hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Toledanos juegan al futbolín en un gango junto al río Tajo en la playa de Safont hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Toledana junto al río Tajo en la playa de Safont hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Toledanos bañándose en el río Tajo en la playa de Safont hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Toledana en bañador en el río Tajo en la playa de Safont hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Toledanas en bañador en el río Tajo en la playa de Safont hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Toledanos bañándose en el río Tajo en la playa de Safont hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Orillas con paseos de finísima arena, tamizada por el inmenso y periódico cedazo que suponían las crecidas recurrentes del Tajo, que lavaban las márgenes y dejaban a su paso esas playas hoy casi inimaginables:
Toledanos junto al río Tajo en la playa de Safont hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero Toledanos junto al río Tajo en la playa de Safont hacia 1965. Negativos donados por los hermanos Caballero ¿No os dan estas imágenes más ganas que nunca de pelear por un río vivo, limpio, libre de contaminación y sin trasvases? A mí, desde luego, sí.
Agradeciendo de todo corazón a los hermanos Rafael y Javi Caballero la cesión de estos maravillosos negativos, solo me queda recordaros que estéis muy atentos a los desechos de las obras cuando paséis a su lado... pueden esconder auténticos tesoros con historias que están esperando a ser narradas.
Actualización:
- 🧜 Hemos identificado a "la ninfa" que nada en las aguas: Luisa Pérez Alcázar.
- 📸 Hemos identificado al autor de las fotografías: Pascual Pérez Alcázar.
- 📅 Las fotos fueron tomadas en el verano de 1968, con seguridad en un miércoles, que era el día de descanso del bar situado en la plaza de Barrio Rey donde trabajaba Ambrosio Pérez Villaseñor, padre de la familia protagonista de muchas fotos, que era un excelente músico y trompeta, y que también tocaba en la banda municipal de Toledo (aparece con sombrero y guitarra). También aparece su mujer Luisa Alcázar y su hijo Pascual Pérez Alcázar (autor de la mayoría de las fotos) junto a su entonces novia, y actualmente su mujer, Alejandra. Información facilitada por cortesía de Ricardo Serrano, hijo de Luisa Pérez.
Del mismo modo, en alguna imagen se ha podido identificar al pintor Tomás F. Peces, su mujer Ana y sus hijos Tomi y Ana. También aparecen en varias imágenes la Familia Lobato, con Cari (la madre) y sus hijos Pedro y Antonio.
© TOLEDO OLVIDADO
Maira Gall