domingo, 15 de mayo de 2016

Toledo en noviembre de 1961 fotografiado por Piet y Lieke Welling

Indagar en el pasado fotográfico de la ciudad de Toledo es algo muy parecido a sacar cerezas de un cuenco: agarras una pero, tras ella, enzarzadas en una madeja impredecible, vienen varias más. Así, a la labor de búsqueda que uno pueda hacer con mayor o menor ahínco, se suman las generosas aportaciones de multitud de personas que aman Toledo, a veces desde la distancia tanto física como temporal. Y es que visitar y conocer Toledo, es una experiencia que a muchos les marca de por vida y desde ese momento nuestra ciudad se incorpora a sus recuerdos y vivencias más entrañables de uno u otro modo.
Si hace quince días os pude ofrecer una valiosa serie de imágenes que el matrimonio Jacobson-Rivero obtuvo en el otoño de 1960 durante su luna de miel, hoy tengo la suerte de poder ofreceros otra serie de impagables fotografías tomadas también en su viaje de novios por el matrimonio formado por los holandeses Piet y Lieke Welling en noviembre de 1961, es decir, justo un año después de las de los Jacobson-Rivero.
Las fotografías obtenidas por Piet y Lieke Welling son de una calidad bastante buena y presentan curiosidades que os harán disfrutar. Comenzaremos por ver las imágenes de la Plaza de Zocodover. En la primera de ellas aparece una estampa muy castiza en la que vemos a un vendedor de lotería en la esquina del añorado café Español con un Seat 600 al fondo. Junto a ellos se sitúa un buzón de correos pintado como era costumbre entonces: plateado con una franja horizontal con la bandera española. La escena se completa con un cartel del Domund con el rostro del Papa Juan XXIII:
Toledo en noviembre de 1961 fotografiado por Piet Welling y Lieke Welling. Vendedor de Tabaco en Zocodover junto a un buzón. Seat 600 al fondo.

En la segunda toma de Zocodover aparece Lieke junto a unas jóvenes estudiantes de algún colegio religioso, muy sonrientes con su pelo corto junto a la recién casada. Al fondo vemos más gente sentada en el poyete y un carrito de bebé muy de la época. ¿Será alguien capaz de reconocer alguna cara? Estaría fenomenal poder poner nombre a las personas de la imagen:
Toledo en noviembre de 1961 fotografiado por Piet Welling y Lieke Welling. Plaza de Zocodover.

El matrimonio Welling se acercó hasta la carretera del Valle para inmortalizar la ciudad desde allí. De este modo tomaron esta foto de un joven, que bien podría ser un pastor, con la ciudad al fondo. Se observa perfectamente el Alcázar en plena reconstrucción y recomiendo comparar esta foto con la obtenida en 1960 por los Jacobson-Rivero para apreciar el avance de aquellas obras en el periodo de un año (otoño 1960-otoño 1961):
Toledo en noviembre de 1961 fotografiado por Piet Welling y Lieke Welling. Alcázar en reconstrucción desde el Valle.

También retrataron a una mujer subida a un burro con una buena vista de Toledo de fondo:
Toledo en noviembre de 1961 fotografiado por Piet Welling y Lieke Welling. Mujer en burro.

En un momento del día, la joven pareja decidió hacer un receso para tomar un bocadillo. En la imagen aparece Lieke preparando el pan sentada en un banco en el que casi con toda seguridad es el parque del Campo Escolar:
Toledo en noviembre de 1961 fotografiado por Piet Welling y Lieke Welling. Paseo de Merchán.

Una de las fotografías más bellas de la serie es esta, tomada en la subida desde el Puente de San Martín hacia la Venta del Alma, en la que vemos a Lieke junto a un jovencísimo arriero subido en su borrico:
Toledo en noviembre de 1961 fotografiado por Piet Welling y Lieke Welling. Muchacho en Burro en la subida a la Venta del Alma.

No lejos de allí, en la muralla situada junto al torreón interior del Puente de San Martín, los holandeses obtuvieron esta fenomenal fotografía de dos ancianas en sus casas adosadas a la muralla. Al fondo, la desértica ladera del barrio de Solanilla aparece ennegrecida, probablemente por los efectos de un incendio:
Toledo en noviembre de 1961 fotografiado por Piet Welling y Lieke Welling. Murallas junto al torreón del Puente de San Martín.

Los Welling también fotografiaron la catedral en el otoño de 1961, tanto desde la calle Santa Isabel como desde las inmediaciones de la Plaza del Ayuntamiento:
Toledo en noviembre de 1961 fotografiado por Piet Welling y Lieke Welling. Catedral vista desde Santa Isabel.
Toledo en noviembre de 1961 fotografiado por Piet Welling y Lieke Welling. Catedral.

En abril de 2016, su hijo Hans Welling ha rememorado el viaje tomando las mismas fotografías desde exactamente el mismo ángulo. El resultado es espectacular (recomiendo hacer clic para ampliar):
Murallas del torreón interior del Puente de San Martín en noviembre de 1961 y en abril de 2016 fotografiada por Piet Welling y Lieke Welling (1961) y Hans Welling (2016)
Plaza de Zocodover de Toledo en noviembre de 1961 y en abril de 2016 fotografiada por Piet Welling y Lieke Welling (1961) y Hans Welling (2016)
Plaza de Zocodover de Toledo en noviembre de 1961 y en abril de 2016 fotografiada por Piet Welling y Lieke Welling (1961) y Hans Welling (2016)
Toledo en noviembre de 1961 y en abril de 2016 fotografiado por Piet Welling y Lieke Welling (1961) y Hans Welling (2016)
Toledo en noviembre de 1961 y en abril de 2016 fotografiada por Piet Welling y Lieke Welling (1961) y Hans Welling (2016)
Catedral de Toledo en noviembre de 1961 y en abril de 2016 fotografiada por Piet Welling y Lieke Welling (1961) y Hans Welling (2016)
Catedral de Toledo en noviembre de 1961 y en abril de 2016 fotografiada por Piet Welling y Lieke Welling (1961) y Hans Welling (2016)

Agradeciendo infinitamente a Hans Welling su generosidad por ceder desinteresadamente estas fotografías de su familia, solo me queda desear que estas fenomenales imágenes os hayan hecho disfrutar tanto como a mí. Son verdaderos retratos de una época, ¿no creéis?

7 comentarios

José María Moreno Santiago dijo...

Magnífica y curiosísima entrada. Es alucinante la perfección de las fotos comparativas y no es nada fácil hacerlo tan bien. La del torreón de San Martín no tiene desperdicio. Felicidades una vez más.

GARCIASANTOS.JOSELUIS@YAHOO.COM dijo...

SOY UN TOLEDANO QUE EMIGRÓ DE SU TIERRA JUNTO CON SU FAMILIA POR RAZONES DE TRABAJO DEL CABEZA DE FAMILIA EN JULIO DE 1.956 , CNCRETAMENTE A MÁLAGA.AUNQUE HE VUELTO A TOLEDO VARIAS VECES NUNCA ME DEJA DE PRODUCIR UN RECUERDO NOSTALGICO LA INCLUSIÓN EN SUS REPORTAJES DE FOTOS DE LA CALLE SANTA ISABEL, YA QUE EN EL Nº 20 VIVÍ HASTA MI TRASLADO A MÁLAGA.FUERON LOS MEJORES AÑOS DE MI VIDA.GRACIAS POR SUS CONTINUOS RECUERDOS.

Uber Regé dijo...

Aunque supongo que no estoy revelando nada que no hayas visto ya, las chicas que están en Zocodover sentadas llevan un par de huchas del Domund, con formas de cabezas de indio, negrito...

Unknown dijo...

Conforme con José María, muy mimado el enfoque de las tomas actuales. Si cómo sugieres, la gente se reconociera y lo comunicara, las cerezas vendrían a puñados con muchas más historias. Ya me parece de nota reconocer fachadas, aún con dinteles de abanico que ahora dan en revocar, lo de las personas parece aún más complicado.
Detrás de las postulantes del Domund entre sol y sombra aparece la ferretería de Marcial, compañero mío de bachillerato

Antgara dijo...

Gracias por recuperar y traernos a la memoria momentos de aquellos años.
Estás haciendo un gran blog, un tesoro que va aumentando.
De nuevo reiterarte las gracias por compartirlo con todos.

fermaker dijo...

Hola Eduardo, no me canso de felicitarte.

Me parece esta una de las series que más me gustan, por el valor de las fotos, su calidad artística, y el regalo de la comparativa, que es de enmarcar.

Tal y como te comento en flickr, aunque yo no había nacido, indentificaría la foto del bocadillo en los jardines del campo escolar, en la avenida de la reconquista.

Mi más sincera admiración por tu trabajo.

Ricardo Sánchez Candelas dijo...

Estoy de acuerdo con la apreciación de este último comentario. Ese sistema de riego por gravedad en el que el agua discurría de unos parterres a otros a través de caceras o pequeños regueros sólo se utilizaba en el Campo Escolar. Recuerdo haber pasado buenos ratos de mi niñez de algunos días de primavera o comienzos de verano jugando a hacer carreras de "barcos" que arrastraba la corriente del agua de riego, y que sólo eran palitos que los simulaban en una imaginaria competición. Hoy todavía se sigue regando así en el Campo Escolar. Quiero señalar además con este motivo que es un parque bastante bien conservado de mantenimiento, al menos en cuanto a limpieza, aunque con el lamentable detalle de la pobreza y falta de la más elemental dignidad de la cutre fuente en la que se "recuerda" al promotor de este parque, don Luis de Hoyos Sainz. Hoy, que tan diligentes somos en quitar placas y destruir recuerdos, no estaría de más que se adecentara esta fuente en la que a duras penas puede apenas leerse el nombre de este insigne antropólogo que, aunque de muy corta estancia en nuestra ciudad, dejó en ella, gracias a su impulso, este parque tan clásico y querido para los toledanos que el el Campo Escolar.

© TOLEDO OLVIDADO
Maira Gall