Cuenta la tradición que esta iglesia se levanta sobre la casa que habitara Santa Leocadia, quien fuera asesinada durante las persecuciones de Diocleciano en el año 304. Según esta teoría, la cripta que se conserva junto al pilar derecho del presbiterio sería la habitación subterránea de la casa donde la santa se encerrase habitualmente para orar.
Sea como fuere, y aunque no existan evidencias suficientes de la presencia en el lugar de ningún templo de época visigótica, sí es cierto que se conservan algunos fragmentos de relieves de este periodo, empotrados tanto en la torre como en alguna de las fachadas.
Las primeras menciones documentadas arrancan en 1147, y ello hace suponer la presencia de un templo muy primitivo pues la actual iglesia está datada en el siglo XIII sustituyendo a la construcción que existiera aquí anteriormente.
De esta época -siglo XIII- se conservan pocas partes, destacando la preciosa torre de estilo mudéjar. De los tres ábsides con que contaba esta construcción, sólo se conserva uno pues los otros dos fueron destruidos al adosar a la iglesia el Convento de Santo Domingo el Antiguo.
Fue reformada ampliamente en los siglos XVI, XVII y XVIII, destacando las actuaciones dirigidas por Juan Bautista Monegro. La última gran obra de reforma fue llevada a cabo en 1800 durante el reinado de la Reina María Luisa.
En 1966 fue restaurada, apareciendo restos de la primitiva portada mudéjar que había estado oculta por un pórtico adosado a la iglesia. La portada fue reconstruida, recreándose su antiguo aspecto a partir de esos pequeños, pero suficientes, restos mudéjares.
La historia fotográfica de la iglesia arranca en el siglo XIX. Hacia 1880 Casiano Alguacil tomó esta foto del interior de la iglesia:
De finales del siglo XIX o comienzos del XX son estas imágenes donde puede verse la torre, así como el antiguo pórtico que ocultaba la primitiva fachada mudéjar:
La vista más bonita de la torre puede admirarse desde la Calle de San Ildefonso:
Destacan las imágenes tomadas hacia 1914 por Don Pedro Román Martínez para la Revista "La Esfera":
Como véis, el único ábside mudéjar de los tres conservados se encontraba también medio oculto a inicios del siglo XX por una moderna construcción sin valor estético alguno:
En 1966 fue restaurada la iglesia. Aquí podéis ver los pequeños restos de la antigua portada mudéjar que aparecieron y que fueron suficientes para recrear la portada que hoy podemos admirar:
Así quedaron la torre y el ábside tras esta rehabilitación:
En la iglesia es muy venerada la imagen de la Virgen de la Salud:
Como curiosidad final, en ese anejo callejón de San Ildefonso se sitúa el famoso Laurel de Gustavo Adolfo Bécquer, que fuera retratado en 1914 por Pedro Román Martínez asomando tras la tapia de la casa que según parece habitó el insigne poeta sevillano:
La Iglesia de Santa Leocadia en Google Maps:
Ver Toledo Olvidado en un mapa más grande
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2 comentarios
Referenta al laurel de la casa de los Bécquer.
El refranero castellano dice:
" Quien siembra un laurel, la sombra no le da a él ". Seguramente los hermanos Bécquer, nunca vieron su sombra, porque crece tan despacio.
He estado hoy junto a la casa de los Bécquer.El lugar es apacible sin duda. Nada mas que si es de notar que según las fotos de época, las paredes exteriores de la casa estaban con revoque o repello, hoy en día están desnudas. Lástima que los actuales dueños no cobren una módica suma por poder entrar. Saludos desde Costa Rica. Atte. Un Becqueriano.
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