A los que hemos nacido en la época del uso masivo de la electricidad casi para cualquier acto cotidiano, a menudo nos cuesta imaginar lo que este avance tecnológico supuso para la humanidad. Desde poder alargar las jornadas sin necesidad de acompasarlas a las horas de sol (o a costa de forzar la vista a la tenue luz de las velas) hasta poder cocinar sin necesidad de utilizar leña o carbón (o gas, solo en décadas recientes), la electricidad permitió al ser humano progresos tecnológicos durante el siglo XX impensables solo un siglo atrás.
Uno de ellos fue poder iluminar de manera eficaz y potente nuestras calles, permitiendo una mayor seguridad al no tener cobijo en las sombras los amigos de causar el mal ajeno. Más adelante, las ciudades turísticas y monumentales descubrieron también un modo diferente de enseñar sus encantos para que los visitantes pudieran admirar su belleza no solo de día sino tambien por las noches, fomentando visitas en más franjas horarias y favoreciendo las pernoctaciones en las ciudades que se sumaron a esta tecnología.
En la ciudad de Toledo los avances en este sentido fueron paulatinos, siempre ligados a la modestia económica de las arcas públicas así como a las teconologías lumínicas disponibles en cada momento, que poco a poco iban permitiendo resultados cada vez más espectaculares.
En el año 1961 se acometió el que probablemente fue el mayor proyecto integral de iluminación de la ciudad desarrollado hasta entonces, y para su puesta de largo se editó una pequeña serie de un álbum de cuidadísima edición que es hoy una verdadera joya y que he tenido la suerte de poder adquirir hace poco. Hoy tengo el placer de compartirlo con vosotros para que podáis admirar no solo la belleza nocturna de los principales monumentos de la ciudad hace casi 60 años, sino también la de las fotografías que lo componen.
Cuando lo compré hace unos meses me preguntaba quién habría sido el autor de tan bellas fotos (el álbum no indica ninguna autoría) pues técnicamente son verdaderamente portentosas, impecables diría yo. Por suerte, mi memoria fotográfica aún funciona y una de las imágenes me sonaba haberla visto en otra ocasión. En efecto, así era: en una de las memorables tardes que pude pasar con mi admirado y añorado Luis Alba en su casa recuerdo que me mostró una fotografía de la catedral que me pareció preciosa y así se lo hice saber a Luis. Al ver el dorso, comprendí el porqué: había sido tomada por el gran Juan Miguel Pando Barrero y así figuraba en ella con su sello inequívoco. La foto se me grabó en la retina y a los pocos días de comprar el álbum, lo ojeé una vez más tranquilamente y, al verla de nuevo, me saltó el recuerdo de la foto de Luis. ¡Claro, ahora comprendía la razón de la tremenda belleza de todo el álbum! Lo había realizado uno de los mejores fotógrafos españoles del momento (al que ya dediqué esta otra entrada). Sin duda, la Dirección General de Arquitectura, Economía y Técnica de la Construcción, dependiente del Ministerio de la Vivienda sabía bien a quien encomendar el trabajo de plasmar en un álbum fotográfico de calidad la gran inversión realizada en Toledo. Con tal motivo, en las fiestas del Corpus de 1961 se editó el álbum, del que debieron imprimirse muy pocos ejemplares dada la gran calidad de los mismos pues son copias en papel fotográfico pegadas cuidadosamente en cartulinas cubiertas por papel de seda y encuadernado todo ello en tapas de piel verde.
Ya que he mencionado la foto que me puso sobre la pista del autor de las imágenes, comenzaré el repaso por ella. No me digáis que no es para recordarla:
Aquí una vista general:
El majestuoso Hospital Tavera (sorprende que en 1961 estuviera iluminado y en 2020 no lo esté, tal vez esta sea la excusa perfecta para rescatar la iluminación de esta joya renacentista):
La Puerta de Bisagra:
La foto de la Puerta Vieja de Bisagra me parece sencillamente perfecta:
Santiago del Arrabal:
La Puerta del Sol:
La Puerta del Cambrón:
El Castillo de San Servando:
El Puente de Alcántara, con las luces de los coches alargadas como serpientes por efecto del prolongado tiempo de exposición:
El Puente de San Martín:
La Catedral, vista desde varios ángulos más:
El Hospital de Santa Cruz:
La Iglesia de los Jesuitas, con el majestuoso y frondoso plátano que ya por entonces sombreaba la plaza y que aún hoy vive:
El Monasterio de San Juan de los Reyes:
Una preciosa vista del Ayuntamiento, donde sorprende y agrada ver los tiestos con geranios (o plantas de flor) colgados en los balcones de los torreones:
Como habréis podido comprobar, se trata de un repaso magnífico al aspecto nocturno de la ciudad en 1961 de la mano de un fotógrafo sensacional. La verdad es que da gusto ver imágenes de esta calidad tomadas por la noche hace casi seis décadas.
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8 comentarios
Por la anterior reseña de tu entrada del mismo autor, de mayo de 2018, a Juan Miguel Pando se le ve trabajando en el año 70 con el que quizás fuera entonces el mejor equipo fotográfico disponible: una cámara Hasselblad equipada con un fabuloso Carl Zeiss de 250 mm,. junto a una no menos imponente cámara de banco, ayudante incluido. Estos equipos permitían, y permiten, fotografiar los edificios derechos, sin la inclinación propia de la perspectiva que observamos desde el nivel de las calles, al tiempo que el gran tamaño de las placas utilizadas permitía un enorme detalle y resolución. Pero es más: la iluminación artificial provoca unas grandes diferencias luminosas que, dados los medios de entonces, sólo podían ser abordadas en la propia cámara con una gran capacitación profesional.
Magnífica entrada de una joya fotográfica de colección. Sólo puedo decir que la calidad fotográfica de este trabajo me ha dejado la vista como la que tienen los niños cuando te miran con los ojos asombrados.
Un millón de gracias por compartir esta fabulosa publicación.
De la calidad fotográfica hasta un mero aficionadillo puede darse cuenta aunque yo quiero reparar en la maravillosa calidad que aprecio de la iluminación...
Cuando un trabajo es bueno, sesenta años de tecnología después nos sigue maravillando. Mil gracias por regalarnos este magnífico reportaje.
Gracias por el reportaje, el fotógrafo es una maestro con estas fotografías. Enhorabuena por el post.
Qué bueno…. Ahora no se valora esa iluminación porqué ya estamos acostumbrados pero imaginariamenteme traslado a ese año y tuvo que ser impresionante.
Gracias por tu magnífico reportaje.
Llevo poco más de una década método en el mundo de la fotografía, pero por lo que he podido leer (y por lo que recuerdo de la iluminación de Toledo en mi infancia) estas fotos me parecen absolutamente espectaculares. Asombrosas. Yo no había nacido... y ya se hacían fotos de Toledo difícilmente superables.
Fantástica la entrada, maravillosas las fotografías.
Yo no soy experto en estos temas pero si existen placas de esas fotografías sería muy interesante recuperarlas, es un patrimonio a conservar. Quizás existan todavía, habría que hacer labor de investigación ...
Enhorabuena por la entrada. Un saludo
Precioso reportaje, todo lo han dicho los expertos, yo solo puedo decir que me han encantado, con 6 años, seguro que no apreciaba ni daba valor a lo que veía, pero ahora,si. Gracias
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