domingo, 12 de julio de 2020

La Playa de Safont atestada de bañistas disfrutando del Tajo en Toledo hacia 1970

Supongo que la vida va poniendo delante de nosotros personas y situaciones que, lejos de ser fruto de la casualidad, son consecuencia de nuestros actos, anhelos, ilusiones y recuerdos. María de Tena es una de esas personas a las que conocí de este modo: nos unió nuestra pasión por la fotografía, por Toledo, por Morricone...y por un modo libre de ver la vida fuera de prejuicios y estereotipos. Si a ello le sumas la química que existe entre nuestras respectivas parejas y entre nuestros hijos, hace que la fuerza que hoy enlaza esas ilusiones en común (que es lo que mantiene viva una amistad) sea más potente que nunca.
Ella sabe mi debilidad por el Tajo y por divulgar cualquier prueba que recuerde a todo el mundo que su actual situación es una anomalía infame, que durante siglos este río nos dio la vida, y que no por verlo a diario tenemos que aceptar como normal su deprimente estado actual, fruto de la contaminación y el Trasvase Tajo-Segura, consentido y potenciado por absolutamente todos los gobiernos que han tenido responsabilidad en España en los últimos 45 años. Por eso, María se acordó de mí cuando tuvo acceso a un material inédito en forma de vídeos familiares grabados hacia 1970 en formato Super-8. Cuando me habló de ellos y de su contenido sentí esa ilusión difícil de describir que me genera poder sacar del olvido recuerdos y vivencias toledanas, casi siempre en forma de fotografías, y de vez en cuando en forma de vídeos. Y entre todos los temas que divulgo, ninguno me apasiona más que el Tajo, pues estoy convencido de que tenemos una obligación y una responsabilidad: recuperar nuestro río. Y como María lo sabe, logró que la familia propietaria de las cintas accediera a poder divulgar en este blog las partes en las que aparece el Tajo...Mi agradecimiento a esta familia, que prefiere mantenerse en el anonimato discretamente, y a María por hacer de enlace, es proporcional a la ilusión que me produce poder mostraros hoy este vídeo.
Hace muy pocos días, un buen amigo al que admiro profundamente habló de los dos faros que deben guiar nuestra vida: la memoria y la utopía. La memoria para entender de dónde venimos, herramienta esencial para comprender el presente. Y la utopía para soñar con un mañana mejor, para que la nostalgia sea un estímulo pero no un ancla que nos frene. Utopía para imaginar realidades casi imposibles pero que nos marcan objetivos vitales que, aunque solo se consigan parcialmente o requieran mucho tiempo en lograrse, son el germen de todo progreso humano.
Hacia 1970 esta generosa familia pasaba un día de verano en Toledo, probablemente uno de tantos, como demuestra su actitud en el vídeo, con esa preciosa naturalidad de lo cotidiano que es imposible fingir y que, por suerte, uno de ellos grabó con su cámara de vídeo del modo menos pretencioso que se puede imaginar, pero que hoy constituye un tesoro de gran valor para los toledanos y para la lucha por la recuperación del río.
Porque recuerda a los que lo vivieron lo que el río era (memoria), porque muestra a los más jóvenes el porqué de nuestra lucha (comprensión del presente a través de la memoria), y porque debe servirnos de guía a todos a la hora de luchar, de proponer, de investigar y de perseguir un objetivo que aunque parezca imposible (utopía), la memoria nos recuerda que es perfectamente realizable. Nuestra mente debe entender que lo anómalo es tenerlo tal como lo vemos hoy.
El vídeo dura 37 segundos que son una pura delicia. Os pido que lo veáis tranquilamente y lo disfrutéis con la calma que merece:


¿Tenéis el vello de punta y un nudo en la garganta? No os preocupéis, es lógico y normal. Incluso es probable que sintáis rabia, porque nos robaron algo que formaba parte de nuestra esencia...y es natural también ese sentimiento. Transformemos la rabia en fuerza para luchar, y las ganas de llorar en ilusión por recuperarlo. Entre todos lo conseguiremos, no me cabe duda.
He capturado algunos fotogramas para verlos más detenidamente y comentarlos en detalle. Por ejemplo, los famosos "gangos", palabra local usada para denominar los chiringuitos que servían comida y bebida a los cientos de toledanos que pasaban el día en las orillas de la Playa de Safont:
Gangos en la orilla y toledanos bañándose en el río Tajo en Toledo (Playa de Safont) hacia 1970
Gangos en la orilla y toledanos bañándose en el río Tajo en Toledo (Playa de Safont) hacia 1970

Impresiona ver la multitud de personas que atestaban las orillas y el agua, con la central eléctrica de la presa del Corregidor al fondo:
Toledanos bañándose en el río Tajo en Toledo (Playa de Safont) hacia 1970
Toledanos bañándose en el río Tajo en Toledo (Playa de Safont) hacia 1970

Aquí vemos el momento en que un bañista se lanza de cabeza desde un trampolín improvisado en la orilla:
Toledanos bañándose en el río Tajo en Toledo (Playa de Safont) hacia 1970

Imaginad por un momento qué enorme placer sería volver a poder mirar la silueta de Toledo desde nuestro hinchable en el centro del cauce del río más largo de la Península Ibérica...
Toledanos bañándose en el río Tajo en Toledo (Playa de Safont) hacia 1970

Mirando en la otra dirección, de nuevo una gran multitud, con la estampa del Alcázar presidiendo la escena:
Toledanos bañándose en el río Tajo en Toledo (Playa de Safont) hacia 1970
Toledanos bañándose en el río Tajo en Toledo (Playa de Safont) hacia 1970

Estas eran las vistas de la zona del Miradero (por entonces un sombreado, verde y arbolado Paseo en pleno centro histórico) y la zona de la Puerta del Sol:
Paseo del Miradero y alrededores. Fotograma de un vídeo de toledanos bañándose en el río Tajo en Toledo (Playa de Safont) hacia 1970
Vista de la zona de la Puerta del Sol. Fotograma de un vídeo de toledanos bañándose en el río Tajo en Toledo (Playa de Safont) hacia 1970

Para finalizar, de nuevo mostrar mi agradecimiento a María de Tena y a la familia donante por permitirnos acceder a este increíble material que debe servirnos para que la ilusión por recuperar un Tajo limpio y con caudal sea cada vez mayor. Estos cientos de personas disfrutaban (hacia 1970) de un Tajo vivo, ignorando que era un lujo que estaba a punto de desaparecer: todo eso terminó en junio de 1972 con la prohibición oficial del baño debido a la contaminación, y en 1979 llegó la puntilla con el expolio de las aguas del Tajo mediante el nefasto trasvase Tajo-Segura.
Luchemos con todas nuestras fuerzas por recuperar un río Tajo limpio y con caudal, generador de vida, ocio y disfrute de los toledanos y los que nos visitan.

9 comentarios

Ricardo Sánchez Candelas dijo...

Si hay algo que me colmaba de indignación al llegar la campaña electoral de cada convocatoria desde hace ya muchos años, era el mentiroso eslogan de “volveremos a bañarnos en el Tajo”. Bien sabían unos y otros que estaban proclamando una mentira. Bien lo sabía yo también que tantas veces, desde el principio de esta lucha, hace ya tanto tiempo, me choqué de bruces con la cruda realidad de sus engaños. Tuve la oportunidad de explayarme en su denuncia en un extenso artículo mío que se incluyó en el libro “El Río Tajo, lecciones del pasado para un futuro mejor” y que se publicó en 2013, auspiciado por la Universidad y bajo la coordinación de Beatriz Larraz y Alejandro Cano, incansables adictos a esta causa.
Hoy todavía, por desgracia, algunas admirables iniciativas, sinceramente comprometidas con la defensa de la integridad del Tajo, se ven también amenazadas y contaminadas por otros planteamientos aparentemente progresistas pero que en el fondo, cargadas de politiquería de nuevo cuño, nada tienen que ver con el auténtico y único objetivo de recuperar esa integridad de un río maltratado y expoliado, y que no es otro que el de acabar de una vez y para siempre con el maldito trasvase y con la criminal contaminación que pudre las aguas del río.
Ojalá que este impresionante documento que hoy nos ofrece Toledo Olvidado sea un revulsivo para activar nuestras conciencias y para evitar desviaciones del camino recto y único, que debiera comprometernos a todos, en la lucha de la defensa de nuestro río, que es tanto como decir de nuestro patrimonio histórico y cultural y hasta de nuestra dignidad colectiva como pueblo de Toledo.

Pete Hamann dijo...

Muchas Gracias Señor Candelas.
Hace poco llegué a Toledo (hace 5 años que vivo en el Casco). ¿Este libro está disponible en línea en algún lugar? ¿O hay una copia disponible para comprar? ¿Es la mejor manera de aprender la historia completa de lo que le sucedió al río?
Sinceramente,
Pete Hamann

Panti dijo...

Si, Toledo Olvidado

Pete Hamann dijo...

Gracias Panti,
Yo tengo los libros, los 4. Lo que busco es algo sobre el proceso del cambio del rio. Tratados regionales, internacionales y locales, historia de regulaciones, historia de actividades inductivas a lo largo del río (con fechas de producción, fábricas y niveles de actividades de la misma, etc.) que nos llevaron a este río lento, cargado de algas que Lo vemos hoy.

Ricardo Sánchez Candelas dijo...

Amigo Pete Hamann:
El libro al que me refiero fue publicado por la Editorial Ledoria en 2013 y supongo que debe estar disponible en la Universidad Regional y, por supuesto, también en la Biblioteca Regional del Alcázar. He comprobado también que se puede acceder a su lectura íntegra en Internet.
Muchas gracias.

Plataforma de Toledo en Defensa del Tajo dijo...

Gracias, Eduardo, por este testimonio que hoy nos regalas, tan fantástico y nostálgico como otros muchos que has dedicado a nuestro maltratado río Tajo.

En 1970 el río ya venía algo sucio desde unos pocos años antes, consecuencia de la contaminación procedente del desarrollismo urbano e industrial que estaba experimentando la capital de España. Nos decían -aún hay hoy quien lo defiende- que era el precio del desarrollo y la modernidad. Me pregunto qué modernidad y qué desarrollos se pueden tener por tales sin reparar en las consecuencias inmediatas o a más largo plazo para un ecosistema que es infinitamente mucho más que un canal de agua en el que deshacerse de multitud de inmundicias. Puedo entender que ni la sensibilidad ni la legalidad de entonces pueda juzgarse con los patrones actuales; pero es que esos patrones de hoy son sistemáticamente burlados hasta la saciedad.
En el verano de 1970 y también en los anteriores ya se daban varios casos de erupciones cutáneas, sarpullidos, infecciones gástricas, etc. cuya causa estaba en el deterioro que año tras año iba experimentando la salud del Tajo, antaño glosado por sano y virtuoso como ninguno por numerosos autores. Esta situación se dió por irresoluble al prohibirse el baño en el Tajo en toda la provincia de Toledo por la elevada contaminación de sus aguas.
Aunque hoy ningún cartel lo indica -a pesar de ser obligado- la prohibición y la contaminación siguen vigentes porque la deficiente depuración de las aguas vertidas al río desde Madrid se hizo todavía más acuciante y concentrada cuando al Tajo, desde su cabecera, se le reduce su caudal de agua natural y limpia hasta dejarlo en la sexta parte de sus aportaciones habituales, como consecuencia de la entrada en funcionamiento del Trasvase Tajo-Segura en 1980.
Conviene resaltar la vigencia de esta prohibición porque no son pocos los visitantes que recibe Toledo que se sienten tentados a zambullirse en las aguas de su río huyendo de la canícula estival. Hay quien consuma la tentación y por ello hay que recordar que, en los últimos años, quienes por accidente o voluntad han caído al agua muy raramente ha salido vivo.
Aprovecho para llamar la atención sobre las fotos en las que aparece el edificio de la central eléctrica y a su derecha el azud que sirve para contener y desviar las aguas hacia las turbinas. Observen los lectores la ancha banda blanca que recorre toda la presa. En las fotos es verano y el Tajo merma mucho su caudal natural hasta el punto de que unos metros más abajo se podía vadear el río para cruzar a la otra orilla con cierta facilidad. Pues bien, esa banda blanca nos da idea de la cantidad de agua con que el Tajo hacia entrada triunfal en Toledo, saltándose el obstáculo con gran viveza y determinación. Hoy, esa presa se encuetra literalmente al descubierto nueve de los doce meses del año. Así de brutal es la sangría que se le practica al Tajo desde su cabecera.
No me extiendo más. Sólo pretendía agradecer la entrada del blog y llamar la atención sobre los dos asuntos señalados, aunque hay más detalles asombrosos que contrastan con la estampa que el Tajo nos ofrece hoy en ese mismo punto.
Gracias.

Plataforma de Toledo en Defensa del Tajo dijo...

Sobre el libro que se ha citado más arriba, "El río Tajo, lecciones del pasado para un futuro mejor", decir que está disponible gratuitamente en varios formatos electrónicos; se puede descargar desde http://tajotoledo.es/?page_id=302
El libro impreso está agotado pero quizás la Plataforma de Toledo en Defensa del Tajo pueda facilitar alguno.
Como apunte de precisión y justicia, decir que el libro no fue auspiciado por la UCLM. La edición, tanto en formatos electrónicos como en papel, fue costeada íntegramente por Editorial Ledoria como contribución a la causa del Tajo.
Lo que sí auspició la UCLM fueron las "I Jornadas Univesitarias del Tajo" previas a la edición, cediendo los espacios y las herramientas necesarias para su celebración en el Campus Fábrica de Armas de Toledo. Dichas jornadas fueron promovidas conjuntamente por la Plataforma de Toledo en Defensa del Tajo y la Red Ciudadana por una Nueva Cultura del Agua en el Tajo / Tejo y sus Ríos (Red del Tajo / Rede do Tejo).

Frantic St Anger dijo...

Gracias, Eduardo, muchas gracias. Me he emocionado de veras.

Unknown dijo...

Yo recuerdo haber bajado a pasar la tarde y el día entero en el tajo ..nos cogíamos las toallas y nos íbamos allí comíamos en el chiringuito o nos llevábamos un bocadillo y era como si estuviéramos en el Alberche .... era maravilloso ... Qué pena me da ver mi tajo así como está ahora ...

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Maira Gall