







Pero la parte de estos terrenos más pintoresca y que ha dado más fama y referencias al nombre al Parador del Macho (erróneamente, con toda probabilidad, como bien indica Rafael del Cerro al explicar que el verdadero parador era el situado en lo alto del promontorio) era una humilde construcción, totalmente desaparecida en nuestros días, situada en la zona inferior de la ladera, cerca ya del río, junto a los molinos y fábricas de electricidad allí construidos (algunos de cuyos restos sí son aún hoy visibles). Esta construcción estaba pegada a la roca madre en su zona trasera y poseía un típico tejado a un agua. Delante de la puerta principal, sujeto con dos pilares de madera, un austero porche daba una pequeña sombra gracias a que en él crecía una parra. La humilde belleza de esta casita fue fotografiada por alguno de los más grandes fotógrafos que pasaron por Toledo. Este era su aspecto a finales del siglo XIX:


Son fenomenales las estampas de este lugar que logró el gran Pedro Román Martínez:


Desde el ángulo opuesto la retrató otro fotógrafo mítico como fue el alemán Otto Wunderlich:

En esta vista se ve muy bien el paraje: arriba el germen del Barrio de San Blas y en la zona baja de la ladera, junto a los molinos, la humilde construcción ya citada en tono claro:

En esta toma se ve el camino que llegaba tanto a los molinos como al humilde Parador del Macho:

Esta vista de los molinos con el Parador en el extremo izquierdo de la imagen es muy buena:

Al final de los años 20, las obras de construcción del Puente Nuevo de Alcántara supusieron la destrucción de la pintoresca edificación, pues se hicieron voladuras en la ladera y se generó el tramo de carretera que hoy se utiliza para llegar a la zona de "La Cubana":


La zona se encuentra hoy muy cambiada, tanto en lo alto de la ladera donde en 1942 comenzó la construcción de la Academia de Infantería que supuso la desaparición del Barrio de San Blas, como en la zona baja, donde solo subsisten algunos ruinosos restos de los molinos que, por cierto, alguien debería pensar qué hacer con ellos:


Para terminar, me despediré con una curiosa historia que sucedió en 1860 en este Parador del Macho: el secuestro de una persona narrado por Eugenio Pantoja "Cacheta", que fue publicado por capítulos en 1877 en El Periódico para Todos. Os dejo las primeras líneas de la narración de la primera entrega, donde se describe lo lúgubre de este rocoso lugar:

1 comentario
Muy buenas. Acabo de leer el post.
Eugenio CHAQUETA, Que no CACHETA, Es el criminal en esta historia, no el narrador. Un saludo.
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