Hace menos de un año ya os ofrecí una extensa entrada dedicada a las fotografías realizadas en los años 60 por Julián C. T. y donadas por su familia. En aquella entrega no incluí, de manera intencionada, todas las fotografías: decidí reservarme algunas para el momento apropiado.
Me refiero a las fotografías que D. Julián obtuvo en las procesiones del Corpus de los años 1962 y 1963, que me propuse incluir en una entrada específica en el siguiente Corpus.
Pues bien, el momento ha llegado. Un nuevo Corpus se presenta ante nosotros y Toledo se dispone a ponerse guapa para que miles de personas llegadas de todo el mundo queden enamoradas de por vida de esta ciudad mágica.
Las fotos de Julián C. T. tomadas en 1962 y 1963 salen hoy a la luz más de 55 años después de ser tomadas para conseguir emocionarnos al identificar rostros y reconocer a personas queridas, algunas de las cuales ya no están entre nosotros. También para contemplar la evolución de nuestra fiesta, de ciertos detalles que hoy son diferentes y para regresar a una época diferente que, por unos momentos, parece revivir al observar las fotografías.
Las imágenes son, como digo de 1962 y 1963, y las pondré mezcladas pues la certeza de la datación es en algunos casos algo dudosa (puede que algunas identificadas como de 1963 sean de 1962, y viceversa) y al fin y al cabo lo importante es disfrutar observándolas con detenimiento.
Comenzaré con mi preferida, que muestra a los gigantones del siglo XVIII dispuestos en la Plaza del Ayuntamiento.
Una serie importante de fotos fue tomada en la Calle Alfonso X, junto a hacienda, casualmente el lugar en que siempre veo la procesión con mi familia, por lo que son fotos que me resultan especialmente emotivas. Seguro que reconocéis muchos rostros, y os pido que comentéis la entrada si identificáis a personas, pues esa información es oro y no debe perderse.
Uno de los detalles que más sorprende ver es la cantidad de tomillo que se esparcía en las calles, muy superior a la de nuestros días. Tal vez por eso os suceda como a mi, que recuerdo el olor con más intensidad en mi niñez que en las procesiones de los últimos años:
Estas están tomadas más cerca de la Plaza de San Vicente:
La esposa de Franco, Carmen Polo, vino al Corpus con cierta frecuencia. Aquí la vemos en uno de esos dos años, saludando a la gente:
Los ropajes de algunos de los participantes en el cortejo previo junto a los gigantones y cabezudos eran por entonces algo más vistosos, con un toque más medieval, incluso renacentista:
La vieja tarasca de madera aparece retratada, antes de que fuera sustituida por una más ligera en 1985:
La Plaza de Zocodover, corazón de la ciudad, no podía faltar en el reportaje:
Esta es una vista nocturna de la decoración en la calle Martín Gamero. La noche del miércoles la ciudad bulle con miles de personas recorriendo las calles, sin duda una de las noches más bonitas del año en Toledo:
Esperando que estas fotos os hayan emocionado y transportado a los años 60, os deseo de todo corazón un Feliz Corpus 2019.
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1 comentario
Genial entrada, Eduardo, efectivamente pueden reconocerse a muchas personas, entre ellas a mi padre, Luis Moreno Nieto, fotografía que ninguno de los familiares conocíamos. Un millón de gracias
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