Comenzaremos por ver una estupenda vista de la portada del Palacio de Munárriz, en la que aparece un coche con matrícula TO-874 (matriculado en el año 1924) en el interior del palacio. Dicha portada ya sabéis que fue trasladada a mediados de siglo al Cigarral del Ángel Custodio, sirviendo en la actualidad de acceso principal al mismo. Un gato en el empedrado nos mira casi un siglo después:

En esta imagen vemos una toma muy bella del Colegio de Infantes y la Plaza de la Bellota en los años 20:

El Hospital de Santa Cruz es el más representado, con tres fotografías que muestran su aspecto general exterior, su portada y su escalera renacentista interior:



La Posada de la Hermandad aparece así de bella en una de las láminas del libro:

La Plaza de San Vicente, con el Convento de las Gaitanas, tenía este aspecto en los años 20 del siglo XX:

Un precioso rincón de la ciudad es la Plaza de Santa Isabel, con sus dos palacios: a la izquierda el llamado de Pedro I el Cruel y a la derecha el de Inés de Ayala:

Fijaos en esta maravilla: una vista de la Iglesia del Salvador en la que se aprecia perfectamente en la parte izquierda el estrecho callejón que existía junto al antiguo convento de Trinitarios, hoy demolido, donde se sitúa en la actualidad la amplia plaza junto a San Marcos:

Aquí tenemos el Museo del Greco:

Así de bonito estaba en los años 20 el Puente de Alcántara:

Una de mis fotos favoritas de la serie es esta vista del Hospital Tavera desde el Paseo de Merchán:

La Iglesia de Santiago del Arrabal lucía también un precioso aspecto en los años 20:

Para finalizar, esta genial toma del Cristo de la Vega (Basílica de Santa Leocadia) con dos estupendos olmos negrillos en su portada, de los que aún subsiste uno (en este enlace se le puede ver en la actualidad), habiendo resistido la epidemia de grafiosis que ha diezmado dramáticamente las poblaciones de olmos autóctonos en España:

Como veis, un plácido paseo por el Toledo de los años 20 de la mano de este puñado de excelentes fotografías que un excelso libro francés incluyó para disfrute de los amantes del arte español más allá de los Pirineos.