En un blog dedicado a la fotografía histórica, abordar una entrada dedicada a una corona puede en un principio parecer algo extraño. Sin embargo, la historia de la corona de la Virgen del Sagrario es tan apasionante que ligadas a ella se encuentran algunas de las fotografías más bellas e impactantes de los años 20 y 30 en Toledo.
La imagen original de la Virgen del Sagrario fue tallada en madera de níspero hacia 1200. Poco después fueron recubiertas de plata todas sus partes excepto la cabeza y las manos (en la restauración de los años 70 se descubrió su policromía original).
Existen dos imágenes más de la Virgen del Sagrario en la Catedral, anteriores ambas al siglo XVI y de estilo gótico. La de mayor tamaño está situada en el altar mayor y la otra en la sacristía.
En cuanto a las coronas de la talla original, tuvo una preciosa labrada por Gregorio de Baroja, pero se perdió para siempre en un un robo en 1869. Se conserva otra renacentista, hecha entre 1574 y 1586 por Alejo de Montoya de seis kilogramos y medio de peso.
Pero la corona más famosa -y que ha motivado esta entrada- se remonta a los años 20, cuando se decide organizar una campaña para sufragar la fabricación de una nueva corona para la patrona de Toledo, con la intención de utilizarla para su coronación canónica. De este modo, cuando se recaudó una suma importante -la corona costó 27.000 pesetas- se le encargó al mejor orfebre español de aquel momento, el asturiano Félix Granda Buylla, la fabricación de esta impresionante joya. Fabricada en oro y platino y adornada por 170 brillantes, 10.451 rosas, 99 esmeraldas, 3.015 zafiros, 3.687 rubíes y 53 perlas, se trata de uno de los mejores trabajos de orfebrería del siglo XX en España.
Llegó entonces el gran día para esta joya: la coronación canónica de la Virgen del Sagrario que se celebró por todo lo alto el día 30 de mayo de 1926. Fue un soleado y caluroso día en el que la ciudad, con su ayuntamiento a la cabeza, se volcó en esta celebración.
Miles de personas abarrotaron las calles en el recorrido que la imagen hizo hasta la Plaza de Zocodover, ataviada con el famoso manto de las 50.000 perlas -obra de José Benito Montalvo y Matías Vello en 1762- adornado con el pectoral donado por el Cardenal Cisneros y su célebre topacio (en otros textos la cifra de perlas varía desde las 40.000 hasta las 80.000). Una vez en la plaza, el Cardenal Reig y el nuncio papal monseñor Tedeschini coronaron la imagen con la joya fabricada por Granda. Las imágenes de este día dan muestra de que se trató de un día verdaderamente multitudinario y festivo en la ciudad y nos dejan bastantes curiosidades. La más famosa es esta de Rodríguez que al ampliarla deja ver un cartel que hoy día resulta cuando menos llamativo:
Esta preciosa imagen también de Rodríguez nos muestra la joya creada por Félix Granda en todo su esplendor:
La corona fue portada por Florentino Serrano Sánchez-Morén, como concejal más joven de la corporación:
El cortejo estuvo presidido por el entonces Príncipe de Asturias, el hijo de Alfonso XIII y tío de Juan Carlos I, Don Alfonso de Borbón:
Las imágenes del recorrido muestran calles repletas, paraguas usados como sombrillas y un ambiente festivo:
Es maravilloso este contraluz de un genio como Pedro Román Martínez que retrató a la Virgen ya coronada en el interior de la catedral:
Mi abuelo Eduardo Butragueño Bueno contaba entonces con sólo 18 años, pero allí estaba con su cámara para retratar este gran día:
Pero pasó una década desde este festivo día y llegó la funesta Guerra Civil. Las autoridades republicanas decidieron incautar -para unos con el objetivo de proteger e inventariar, para otros con el de expoliar- multitud de joyas y obras de arte entre ellas el Tesoro de la catedral. De este modo, la tarde del 4 de septiembre de 1936 y en cumplimiento de una orden del Presidente del Consejo de Ministros José Giral -sustituido ese mismo día por Largo Caballero- se reunieron en la catedral José Vega López -Gobernador de Toledo-, Emilio Palomo Aguado -diputado a Cortes-, Manuel Aguillaume -presidente del Frente Popular en Toledo-, Urbano Urbán -representante del Partido Comunista- y Eusebio Rivera Navarro -Capitán de las Fuerzas de Asalto- para supervisar dicha incautación y su traslado a Madrid:
Como se puede ver en la relación de bienes incautados, con el número 61 figura la corona de la Virgen. Las cajas con el tesoro viajaron a Madrid donde fueron depositadas en los sótanos del Banco de España cuya llave estaba en poder del ya presidente Largo Caballero. En los días sucesivos prosiguió la incautación en la catedral, descolgando y embalando todos los cuadros de la Sacristía. Se fotografió el antes y el después: la desnudez de las paredes sin el Expolio del Greco ni los cuadros de Goya, Tiziano, Rubens, Caravaggio, Rafael y tantos otros dejaba una imagen bastante desoladora:
Por su parte, la Custodia de Arfe también fue desmontada para ser incautada. Rafael Martínez -arcediano de la catedral- e Ildefonso Montero -tesorero- fueron fusilados tras facilitar el manual para desmontar la Custodia que el propio Arfe redactó. Más de un mes después de su muerte -que tuvo lugar el 30 de julio y el 1 de agosto respectivamente- aún seguían desensamblando las 5.600 piezas que la componen unidas por 12.500 tornillos. Este desmontaje le fue encomendado al gran maestro de forja Julio Pascual, para gran disgusto suyo.
Afortunadamente para los cuadros y la custodia, debido al avance de las tropas franquistas hacia Toledo, las autoridades republicanas no completaron la incautación de todo lo embalado. La custodia fue localizada dentro de la catedral en cajas tras la toma de la ciudad por el general Varela y el cardenal Gomá encargó a Julio Pascual que la montara de nuevo. Sin duda Pascual hizo algo al alcance de muy pocos: montar y desmontar con la ayuda del manual escrito por Arfe este colosal monumento de orfebrería:
Pero volvamos a la corona de la Virgen. El Tesoro Artístico Español fue trasladado con los sucesivos cambios de sede del gobierno republicano por el avance franquista. De Madrid fue llevado a Valencia -a las Torres de Serrano y el Colegio del Patriarca- y de Valencia partió a Cataluña en abril de 1938 -a los castillos de Peralada y Figueras y las minas de talco de La Vajol-. En todos estos traslados, cada vez más apresurados, el tesoro iba perdiendo partes que quedaban abandonadas a su suerte en los edificios mencionados, en convoyes que no llegaban a su destino previsto, así como por sustracciones por parte de miembros descontrolados de las tropas republicanas o por algún dirigente sin demasiados escrúpulos en medio de la confusión reinante. En febrero de 1939 se alcanza el conocido como Acuerdo de Figueras por el que el Comité Internacional para el Salvamento de los Tesoros de Arte Españoles consiguió convencer al gobierno republicano para trasladar el tesoro a Ginebra, en medio de un inmenso caos por su inminente derrota, de los bombardeos franquistas y de la búsqueda de la frontera francesa de miles de personas afectas a la República.
Una vez en Ginebra -el tesoro llega allí el 14 de febrero de 1939- se realizó un inventario minucioso. En el mismo se comprobó que se encontraba la célebre escultura de San Francisco de Pedro de Mena -muy fotografiada desde el siglo XIX- pero sin embargo no se halló la corona de la Virgen del Sagrario:
Tampoco se encontraba allí el famoso manto de las miles de perlas, que se quedó por el camino en uno de los episodios más oscuros de las tareas de incautación realizadas por el Gobierno de la República. Se trata del caso del famoso navío Vita -confundido a menudo con otro llamado Giralda que fue de Alfonso XIII-, construido en 1931 en Kiel por la firma Germania Werft inicialmente con el nombre de Argosy, que partió rumbo a México en febrero de 1939 cargado con buena parte del tesoro por orden de la Caja General de Reparaciones bajo el mando del dirigente socialista Amaro del Rosal que inventarió parcialmente su contenido.
El barco llegó al puerto de Tampico el 23 de marzo tras una serie de peripecias dignas de una novela. Ya en tierras mexicanas, la intención de los responsables republicanos era usar el tesoro para pagar las ayudas económicas que fuesen a necesitar los exiliados. Sin embargo, una serie de increíbles conflictos entre Juan Negrín e Indalecio Prieto -llegaron a crear dos órganos diferentes: la Junta de Auxilio a los Republicanos Españoles (JARE) dominada por Prieto y el Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles (SERE) al cargo de Negrín- hicieron que el descontrol fuese total y las obras de arte del Vita fueron vendidas en el mercado negro internacional, fundidas si se trataba de metales -como por ejemplo la soberbia colección de monedas griegas, romanas, bizantinas visigodas y árabes del Museo Arqueológico Nacional- o desguazadas para vender por partes en el caso de piedras preciosas. Entre estas obras de arte se encontraba buena parte del tesoro de la catedral toledana, con el manto de las 50.000 perlas incluido.
Meses más tarde, en la ciudad se recibió con agrado una noticia llegada desde Barcelona: hacia el 20 de agosto era hallada en el Castillo de Pedralbes la corona de la Virgen, que había quedado allí en la huida hacia Francia de los republicanos sin entrar en los convoyes que partieron hacia Ginebra.
En este vídeo se comprueba que en la caja hallada se encontraban ambas coronas, la imperial y la de 1926:
Al mes siguiente, y coincidiendo con el tercer aniversario del final del asedio al Alcázar, se decidió celebrar un acto de desagravio a la imagen coronándola de nuevo. Sin embargo, la intensa lluvia caída en el día señalado -el 27 de septiembre- obligó a posponer el acto al domingo siguiente, día 1 de octubre de 1939. Las imágenes de la casa Rodríguez tomadas ese día son impactantes: pese a los intentos de engalanar el recorrido, la dramática visión de la ciudad destruida contrasta con aquella lejana y festiva mañana de trece años antes. Las propias caras de los asistentes, pese a ser afectos al bando vencedor, distaban mucho de ser alegres:
La imagen de la Virgen no podía ya lucir el manto de Cisneros que llevase en 1926, pues hemos visto que acabó en México, por lo que fue adornada con otro. La Virgen no lució la corona empleada en su coronación canónica sino la más antigua, pues aunque ambas coronas fueron halladas en la famosa caja de Pedralbes, la fabricada en 1926 no fue devuelta a Toledo hasta 1940.
Ambas lucen ahora juntas en la sala del tesoro catedralicio, siendo visibles en la visita turística de esta estancia:
Para finalizar, se puede sacar como conclusión que, al margen de visiones sesgadas, tendenciosas o partidistas por parte de los diferentes bandos y sus simpatizantes, es cierto que la Guerra Civil Española supuso el primer caso conocido en la historia mundial en que un gobierno -en este caso el republicano- organizó la protección y el inventario de miles de obras de arte que corrían peligro de perderse o dañarse. Sin embargo, es evidente que tras esta novedosa y positiva iniciativa, hubo casos en que la incautación encubrió -o no supo atajar debido a la fragmentación del ejército popular- verdaderos expolios y confiscaciones por motivos claramente ideológicos acompañados en muchos casos de asesinatos injustificables.
En este sentido, recomiendo vivamente el artículo de Rebeca Saavedra Arias, que hace un excepcional y documentado repaso a lo sucedido con el Tesoro Artístico Español en 1939 con la imparcialidad que da el distanciamiento temporal de los hechos:
- El Patrimonio Artístico español en 1939: ¿cambio de rumbo en la política cultural republicana? Tzintzun. Revista de Estudios Históricos, núm. 50, julio-diciembre, 2009, pp. 129-154. Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (México)
Otros enlaces de interés para saber más:
- Memoria fotográfica del Salvamento del Tesoro Artístico Español en la Fototeca del Patrimonio Histórico del IPCE, por Isabel Argerich
- El expolio de las monedas de oro del Museo Arqueológico Nacional en la Segunda República Española, por Martín Almagro-Gorbea
- El Tesoro del Vita. Es hora de rendir cuentas, por Amaro del Rosal
- El Comité de Defensa del Patrimonio en Toledo durante la Guerra Civil, por Rafael del Cerro Malagón, Revista Archivo Secreto (Ayuntamiento de Toledo)
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12 comentarios
Eduardo, yo, de verdad no se como darte las gracias por este trabajo tuyo, ahora me disponía a tomar un café, que me a preparado mi hija y me a "pillado" llorando, viendo tu entrada, llorando, de pena, de angustia, por el conflicto, pero aún más llorando por la codicia de los humanos sean del bando que sean y crean en lo que crean, en mi pueblo hicieron una gran hoguera, con los tesoros de la iglesia, tallas, cuadros, etc... solo se salvaron los cuadros del Greco, y la plata de la Virgen de la Caridad, la propia imagen tuvo que ser escondida, para que no terminase en la hoguera, se cuenta, que está tallada igual que la del sagrario.
La crueldad,el egoísmo, la incultura, no atiende de ideologías precisamente leía ayer un articulo, de 1906, en el que hablaba sobre la herencia de los hombres primitivos, de que aún, está vigente y solo hace falta una "chispa" para que se nos olviden siglos de evolución, y volvamos a ser, aquellos salvajes que no entendían de razones.
Gracias de nuevo, te estaré dando las gracias, siempre, por que mi amor por la historia de mi tierra, tu me lo alimentas con cada entrada. Un abrazo, que pases un feliz domingo.
Algun dia, no importa cuando, alguien reconocera el merito que tuvo Eduardo Sanchez Butragueño, en la divulgacion fotografica de la historia de la ciudad de Toledo, entonces, este donde este y como Dios quiera que este, te dire como ahora, enhorabuena amigo, y muchas gracias.
Muchas gracias, Jota y Javi, por vuestros comentarios, que no hacen otra cosa que llenarme de fuerza para seguir mucho tiempo con esta pasión compartida.
Un abrazo.
Maravilloso documento Edu! Muchas gracias por compartirlo con nosostros, simples mortales...
Magnífico Edu, impresionante. Te queda de tarea descubrir el motivo de que la corona portada en la recoronación no fuera la recuperada.
D. Eduardo, en el vídeo titulado "Las joyas que se llevaba Negrín", del Departamento Nacional de Cinematografía, que está colgado en Youtube, se aprecia cómo en la caja recuperada en Pedralbes figuraban las dos coronas de la Virgen del Sagrario, la renacentista y la de 1926:
http://www.youtube.com/watch?v=OxKNKKclhm8
De ahí, pues, seguramente, que, en el acto de desagravio de 1939, la Patrona de Toledo luciese la corona más antigua, que era una de las dos recuperadas. Además, por su forma cerrada, debe de ser la "corona imperial" a la que alude la prensa de la época.
Una noticia publicada en ABC el 26 de marzo de 1940 corrobora cuanto digo en mi comentario anterior:
http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1940/03/26/011.html
En la caja de Pedralbes se encontraban las dos coronas; en 1939 fue restituida la más antigua, con la cual se realizó el acto de desagravio. En 1940 se devolvió la corona más moderna.
Mil gracias Francisco Javier por estas valiosísisimas aportaciones que aclaran las dudas que rodeaban el asunto de las coronas. Procedo a actualizar la entrada con esta impagable información.
Un abrazo muy fuerte.
¿No pudo reconstruirse el manto de las 50.000 perlas de la Virgen del Sagrario con las perlas encontradas en Pedralbes? ¿Podría hacerse en la actualidad?
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Buen trabajo. Muchas gracias.
Las obras del Vita no fueron objeto de descontrol. Se las apropió la JARE de Indalecio Prieto, lo que originó una agria disputa con Negrín. La JARE, y no el descontrol, fue responsable de la desaparición de las obras fe arte.
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