Siempre lamentaré no haber nacido unos años antes, para haber podido siquiera asistir a las últimas clases impartidas en el antiguo y venerable edificio de mi Colegio Nuestra Señora de Los Infantes. Ese privilegio sí pudo disfrutarlo mi hermano Ricar y siempre que tiene ocasión presume orgulloso de ello. Y no es para menos: desde aquel lejano día en que el colegio se trasladara a los nuevos edificios de la zona baja de la ciudad han pasado ya unos 30 años y desde entonces el antiguo colegio ha permanecido cerrado a cal y canto, pese a los múltiples anuncios de un inminente uso como Centro de Día, lo que finalmente fue descartado. Por fin el 5 de noviembre de 2014 se ha abierto al público reconvertido en el magnífico Museo de Tapices de la Catedral.
El antiguo Colegio de Infantes, situado en la entrañable Plaza de la Bellota, fue construido hacia 1559 bajo la dirección de Francisco de Villalpando, destacando sobremanera la portada de estilo italiano, con dos figuras femeninas o canéforas a ambos lados de la puerta, y presidida en su parte superior, por el escudo del Cardenal Silíceo sostenido por dos putti. Por encima del entablamento, decorado con máscaras, tritones y putti, se instala un tondo con la Virgen y el Niño, de clara influencia italiana. A ambos lados aparecen sedentes las representaciones de la Justicia y de la Fe.
Las primeras imágenes del edificio fueron tomadas por Alfonso Begue, Jean Laurent y Casiano Alguacil a mediados y finales del siglo XIX:
En los inicios del siglo XX el Colegio fue algo más fotografiado por diversos autores:
Uno de sus más destacados alumnos de principio de siglo fue el músico Jacinto Guerrero, al que vemos en su etapa como colegial y también en 1943 junto a los siete alumnos de ese año:
Esta era la imagen de la portada hacia 1980, muy cerca de la fecha de su definitivo cierre como colegio en activo:
En los años 80 y 90, con el edificio cada vez más degradado, fueron tomadas estas fotografías:
En 2004 fue restaurada su portada, recuperándose parte de la policromía de las decoraciones:
Sin embargo, esta restauración no tuvo continuidad con el resto del edificio, que presenta un lamentable estado de abandono y deterioro, hasta el punto de que incluso la portada restaurada en 2004 está volviendo a sufrir graves desperfectos en su delicada piedra caliza como consecuencia de la acumulación de excrementos de palomas que han echado por tierra la inversión realizada en la restauración:
Como os decía anteriormente, el Colegio Nuestra Señora de Los Infantes tuvo que trasladarse a unas instalaciones más modernas en la zona de expansión de la ciudad, en lo que entonces era un terreno ocupado por campos de fútbol, terraplenes y matorrales. Esta imagen data de 1974, antes del inicio de las obras, y en ella se ve el terreno que actualmente ocupa el colegio y sus alrededores:
Entre otras curiosidades, esta imagen nos trae al recuerdo la antigua fábrica de gaseosa La Casera:
También podemos ver la excavación del vaso de la actual piscina de la Escuela de Gimnasia:
En 1978 comenzaron las obras del nuevo Colegio:
Estas imágenes datan de 1979, y se puede ver el avance de los trabajos:
En 1989 el Colegio presentaba este aspecto:
En los años 90 se ampliaron las instalaciones y se construyó la Iglesia de San Julián:
Este es el aspecto actual del Colegio desde el aire:
Para terminar, quisiera agradecer a Don Sebastián, director del Colegio, la cesión de buena parte de estas fotografías. Con el deseo de que pronto se desbloquee la definitiva rehabilitación del antiguo edificio, antes de que sea demasiado tarde, sólo me queda enviar un fuerte abrazo a todos los profesores y compañeros que allí tuve y que tantas cosas me enseñaron.
Actualización (5 de noviembre de 2014): en el día de hoy ha sido por fin inaugurada la rehabilitación del edificio que desde este momento acoge el Museo de Tapices de la Catedral. Una verdadera gozada por partida doble: el edificio está al fin salvado de la ruina y el contenido es sencillamente espectacular, máxime teniendo en cuenta que hasta la fecha no podía ser admirado en su mayor parte.
El Antiguo Colegio de Infantes en Google Maps:
Ver Toledo Olvidado en un mapa más grande
En Nuevo Colegio de Infantes en Google Maps.
Ver Toledo Olvidado en un mapa más grande
Para saber más:
- Reportaje del 18 de febrero de 1930 sobre los seises del Colegio de Infantes en la Revista Estampa (PDF de 24 megabytes de tamaño).
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
10 comentarios
¡Cuántos recuerdos! ¡Cuánta nostalgia!
Del primitivo colegio, conservo incontables momentos. Como la clase en la que el entrañable don Jesús nos asombró a los infantes con la mágica demostración del encendido de su pitillo (¡el profesor podía fumar en clase!) mediante la aplicación de una lupa que concentró los rayos dorados de sol que entraban por el ventanón de la clase. La misma clase en la que un armatoste para mí hipnotizante, repleto de extraños botones y tiradores con incomprensibles palabras escritas en latín, de repente se convertía en un maravilloso órgano del que el señor Celada era capaz de extraer admirables melodías, con su inconfundible gesto que hacía evidente justicia al mote que la muchachería le había colocado con irreverencia pueril. La misma clase en la que conocí a mi gran amigo Hugo, y que vió nacer una amistad que dura ya casi treinta años.
Pero, sobre todos ellos, el recuerdo imborrable es el del primer día del colegio. El primer día en el que me sentí mucho mayor que "ayer". Había pasado del parvulario de la Señorita Pepita, al imponente nuevo colegio. Allí, con mi flamantes nuevos pantalones cortos grises, y mi jersey azul (en lo que fue un fracasado intento del querido Don Luis por uniformar a la tropa), en el increible patio toledano de columnas de piedra, y suelo de granito, resonó la primera voz que públicamente me llamó por mi nombre completo y apellidos (lo cual interpreté para mis adentros como la sonora certificación de mi paso a una etapa de madurez y hombría), durante el oficial repaso a la lista completa de alumnos para aseguramiento de la llegada correcta de todos los esperados. Pasada la lista, en ese mismo patio, Don Luis nos arengó con un vibrante discurso de bienvenida en el que, por encima de todo, me quedé con una idea: "el colegio lo hacemos entre todos".
Efectivamente, así fue durante aquellos maravillosos primeros años. Años en los que le debemos a él y al resto de los profesores que tuvimos la suerte de disfrutar (el temido -antes de conocer, y luego inolvidable- Don Emilio, el entrañable don Ángel, el ya mencionado don Jesús...) haber sido capaces de crear un espíritu de solidaridad, de equipo, de unión de fuerzas, que jamás olvidaré. Un espíritu que se trasladaba a la casa de uno, y que te hacía sentir un exultante orgullo cuando, ya desterrados al exilio de "los campos de don Gregorio", acarreabamos pesadas bolsas repletas de papel (que se lanzaban a la caseta de obra medio desvencijada a través de las ventanas con rejas, para ser luego vendidas al peso)como pequeña gran aportación a la economía de nuestro colegio.
Así es como resuenan aún en mi mente la voz y las palabras de don Luis, entremezcladas con el olor de los tiestos de "pilistras", y el del betún de los lustrosos zapatos en ese primer día como "Infante".
Los recuerdos que me traen estas últimas fotos, las de los 70, viendo los antiguos campos de Don Gregorio, cuantos partidos no habremos jugado los de nuestra generación en ellos, y la antigua fabrica de La Casera. Gracias amigo Eduardo por devolvernos a esos años de nuestra niñez.
Hola, encontré tu blog de casualidad y me parece sencillamente genial. Tiene muy buen texto y muy buna selección de fotos. Como historiador, las de la guerra civil me han impresionado y no me imaginaba que Toledo hubiese sufrido tanto en aquel verano del 36 del asedio.
Como madrileño, dada la cercanía de las dos ciudades, suelo ir bastante a pasear y desde este invierno empecé a perderme por las calles más alejadas del turismo y, anda que te anda, por el cuadrante sureste del casco viejo, me encontré con ese colegio tan impresionante como inesperado, con esas dos cariátides, y ese porte tan renacentista. Desde luego fue una sorpresa para mí ese barrio que desconocía. ¿Qué edificio era ese de las cariátides me pregunté? Pude descubrir en el mapa que me encontraba en el Colegio de Infantes.
Saludos y enhorabuna por el blog, el cual lo voy a poner entre los favoritos.
¡Muchas gracias a todos por los comentarios!
Un abrazo.
Buenas, Eduardo. Hay que ver lo que aprende uno con tu blog, me encanta.
Un abrazo.
Gracias por descubrirnos sitios de Toledo que todavía no cnocemos a los que vamos de vez en cuando por allí, o darnos el nombre e historia de sitios que hemos visto pero no sabemos que son!
Fantástico tu blog. Se puede pasar uno las horas muertas leyendo tus comentarios históricos u observando esas maravillosas instantáneas.
En particular quería preguntarte donde obtuviste una de las fotografías, en concreto en la que salen los niños de los seises con el cordero pascual. Uno de los niños es Gregorio Guzmán de la Plaza, tío-abuelo mío.
Una enorme felicitación por lo que haces para dar a conocer Toledo.
Que gran colegio
Como todas tus entradas, es un reportaje cuidadoso y muy bien documentado. Fui alumno de Infantes entre 1966 y 1976, y conservo algunas fotografías curiosas de esa época, incluyendo la puerta, algunos profesores, etc. Naturalmente para los que es parte de nuestra pequeña historia personal el colegio de Infantes es algo grande e importante, y seguro podríamos estar horas sin fin contando detalles y anécdotas. En mi caso, es un poco lo que pasa con Toledo y su casco antiguo: considero que "Toledo" es el casco antiguo, lo otro... (Santa Teresa, Buenavista, El Polígono...), sí, sé que legalmente lo es, y que de hecho la mayoría vive ahí pero para mí... no "es" Toledo. Y con Infantes lo mismo: todo lo que no sea el edificio antiguo... Te felicito de nuevo por tu excelente trabajo. Por cierto, me ha encantado ver la letra de mi padre en los carteles que ilustraban las fotos de construcción del nuevo colegio, también él fue quien grabó unos años antes la peliculilla de esa familia que se baña en el Tajo, y que es la mía, tal vez la recuerdes :-)
¿Cuando se inaugura el Museo de Tapices en el Colegio de Infantes?
Publicar un comentario