martes, 22 de julio de 2025

El Cigarral de las Pontezuelas identificado en algunas de las mejores fotografías de Pedro Román Martínez

En bastantes ocasiones he comentado que, en mi opinión, el fotógrafo que mejor capturó el alma y la esencia del Toledo de comienzos del siglo XX fue Pedro Román Martínez. Su sensibilidad a la hora de encontrar la belleza en las escenas cotidianas de la parte más desfavorecida de la población toledana de aquellos años es realmente maravillosa, a caballo entre el pictorialismo y la fotografía humanista.
Humildes habitantes de una ciudad sumida por entonces en la decadencia que posaban con naturalidad, sin perder un ápice de dignidad pese a lucir sus pies descalzos, sus ropas ajadas y su piel abrasada por el sol y el frío. Fueron fotografías en las que quedaron inmortalizados azacanes, lavanderas, pescadores y —sobre todo y especialmente— niños, muchos niños. Los más pequeños fueron sus modelos predilectos y protagonizan una buena parte de su impagable retrato de nuestra ciudad en aquel periodo de la historia. Entre sus extenso archivo había un grupo de imágenes realmente bellas tomadas en un cigarral toledano hacia 1910 cuya ubicación exacta, hasta la fecha, permanecía sin identificar.
Quiso el destino que, en mis frecuentes intercambios de correos electrónicos con el genial investigador José Luis del Castillo, este me remitiera —como complemento a una conversación sobre nuestras respectivas sagas familiares— unas fotografías que cuidadosamente conserva, acompañadas de una prolija cantidad de datos recordados y recabados por José Luis. Al recibirlas, enseguida llamó mi atención una de ellas... ¡esa foto ya la había visto! Unos niños y su perro aparecen en una vista tomada al exterior de una construcción encalada, dos de ellos sentados y una, la más mayor, de pie con sus pies descalzos a la vista. A continuación os pongo la copia conservada por José Luis y, tras ella, la copia que yo conocía que se custodia en el Archivo Histórico Provincial de Toledo.
Cigarral de las Pontezuelas hacia 1910. Se trata de los hijos de la cigarralera madre, llamada Juana, según está escrito en el reverso de la foto. Donación de José Luis del Castillo Jiménez. Niños en el cigarral de las Pontezuelas hacia 1910. Fotografía de Pedro Román Martínez (c) JCCM, AHP, Fondo Rodríguez. Signatura R-150-4-06 Se trataba, sin duda, de una copia de una de las fotografías que yo tanto admiraba de Pedro Román Martínez tomadas hacia 1910, pero poseía un valor especial porque concretaba tanto el lugar como la identidad de los retratados. Ese lugar era ni más ni menos que el precioso Cigarral de las Pontezuelas y los niños no eran otros que los hijos de Juana, la cigarralera por aquel entonces, pues así figuraba escrito al dorso.
Además, estamos hablando del que probablemente es el entorno cigarralero más auténtico, y el que fue objeto de una descripción detallada por parte de uno de los más grandes escritores españoles: Benito Pérez Galdós. El canario retrató magistralmente estos parajes en su inmortal obra Ángel Guerra en 1891, donde diseccionaba con su mágica prosa la escarpada orografía de esta zona, los cultivos allí presentes y las vistas de la ciudad que se contemplan desde el lugar, sin olvidarse de la ruda y humilde vida de los cigarraleros encargados de cuidar estas fincas.
La localización inequívoca del lugar donde fue tomada la fotografía que me pasó José Luis era, por tanto, muy importante, no solo por las resonancias literarias del lugar, sino porque me abrió la puerta a la identificación de muchas más imágenes del mismo autor en las que aparecían los mismos niños en diferentes partes de la finca. Para ello, le fui pasando todas las imágenes a José Luis, el cual confirmó —una a una— que se trataba del mismo cigarral de las Pontezuelas.
Niña en el cigarral de las Pontezuelas hacia 1910. Fotografía de Pedro Román Martínez (c) JCCM, AHP, Fondo Rodríguez. Signatura R-150-3-15 Familia en el cigarral de las Pontezuelas hacia 1910. Fotografía de Pedro Román Martínez (c) JCCM, AHP, Fondo Rodríguez. Signatura R-137-3-04 Niños en el cigarral de las Pontezuelas hacia 1910. Fotografía de Pedro Román Martínez (c) JCCM, AHP, Fondo Rodríguez. Signatura R-137-3-06 Niños en el cigarral de las Pontezuelas, por Pedro Román. AHP JCCM Signatura R-150-3-16 Niños en el cigarral de las Pontezuelas hacia 1910. Fotografía de Pedro Román Martínez (c) JCCM, AHP, Fondo Rodríguez. Signatura R-150-3-01 Niña en el cigarral de las Pontezuelas hacia 1910. Fotografía de Pedro Román Martínez (c) JCCM, AHP, Fondo Rodríguez. Signatura R-144-1-01-pequena Niña alimenta gallinas en el cigarral de Pontezuelas a comienzos del siglo XX. Fotografía de Pedro Román Martínez. Centro de Estudios Juan de Mariana. Diputación de Toledo Niñas en el Cigarral de las Pontezuelas de Toledo a comienzos del siglo XX. Fotografía de Pedro Román Martínez. Centro de Estudios Juan de Mariana. Diputación de Toledo Niños en el cigarral de las Pontezuelas de Toledo a comienzos del siglo XX. Fotografía de Pedro Román Martínez. Centro de Estudios Juan de Mariana. Diputación de Toledo Pedro Román tenía relación de amistad con los propietarios del cigarral —así nos lo confirma José Luis como nieto de los mismos— por lo que debió acudir al lugar y sus inmediaciones en numerosas ocasiones. En estos años he logrado identificar estas otras fotos de Román tomadas justo al lado, en el pequeño puente sobre el arroyo de Pozuela o de la Cabeza. Se trata de un paraje precioso que actualmente, pese a estar algo modificado, conserva buena parte de su encanto.
Puente sobre el arroyo de las Pontezuelas hacia 1910. Fotografía de Pedro Román Martínez (c) JCCM, AHP, Fondo Rodríguez. Signatura R-149-1-05 Puente sobre el arroyo de Pozuela o de la Cabeza junto al cigarral de las Pontezuelas Niño junto al puente sobre el arroyo de las pontezuelas hacia 1910. Fotografía de Pedro Román Martínez (c) JCCM, AHP, Fondo Rodríguez. Signatura R-149-1-04 Zona del cigarral de las Pontezuelas junto a Pozuela. Fotografía de Pedro Román Martínez. Doiputación de Toledo, Centro de Estudios Juan de Mariana. Zona del cigarral de las Pontezuelas junto a Pozuela. Fotografía de Pedro Román Martínez. Doiputación de Toledo, Centro de Estudios Juan de Mariana. Ciudad_Cigarral Pontezuelas_Exterior con personas - Román Niños en el Cigarral de las Pontezuelas hacia 1910. Fotografía de Pedro Román Martínez (c) JCCM, AHP, Fondo Rodríguez. Signatura R-149-4-12 Un cigarral hacia 1910. Fotografía de Pedro Román Martínez (c) JCCM, AHP, Fondo Rodríguez. Signatura R-148-1-03 La familia de José Luis del Castillo conserva dos fotografías más del cigarral tomadas a comienzos del siglo XX, y en ellas se puede ver a sus abuelos junto con su chófer.
Cigarral de las Pontezuelas hacia 1910. Aparecen sus abuelos Julio, el farmacéutico, y Carmen llegando en coche al cigarral. Donación de José Luis del Castillo Jiménez. Cigarral de las Pontezuelas hacia 1910. Aparecen sus abuelos Julio, el farmacéutico, y Carmen almorzando en una explanada aledaña a la casa del cigarral. Donación de José Luis del Castillo Jiménez. El cigarral de las Pontezuelas y su entorno ya había sido fotografiado por diferentes autores desde el siglo XIX. Comparando muchas fotografías, hace unos años llegué a la conclusión de que el genial pintor y fotógrafo Matías Moreno había sido uno de los primeros en inmortalizar este paraje hacia 1890:
Probablemente zona de las Pontezuelas. Fotografía de Matías Moreno a finales del XIX. Colección de Rosalina Aguado. Fotografía de Matías Moreno a finales del XIX. Colección de Rosalina Aguado. Un cigarral, tal vez en la zona de las Pontezuelas. Fotografía de Matías Moreno a finales del XIX. Colección de Rosalina Aguado. En cuanto a la historia del cigarral de las Pontezuelas y sus aledaños, de manera resumida es la siguiente:
En el Catastro de la Ensenada de 1755 aparece citado como Cigarral de la Pontezuela o de Valdecomba (¿tal vez el mismo topónimo que en otros casos aparece como Valdecolomba?), siendo propiedad de la Cofradía del Santísimo Sacramento de la parroquia de Santa Eulalia, contando con 5 fanegas de extensión y 380 árboles de albaricoque y almendros, 30 olivas y 4 álamos negros. Poseía una cerca hecha de piedra y tierra y una casa con dos plantas de 19x20 varas para el guarda.
El 20 de noviembre de 1885, Gregorio Jimeno Quijada, agente de negocios y concejal, nacido en Toledo el 12 de marzo de 1850 y casado con Bernarda Meneses Arellano, sobrina del propietario Lino Pérez Bargueño y de Vicenta Arellano Maestre y hermanastra del pintor Pablo Manzano Arellano, compra el cigarral de Pontezuelas propiedad de Ramona de Roa Onrubia por herencia de su padre y anterior propietario, Pedro de Roa Pinto, y de su marido Braulio García Sánchez.
El 1 de julio de 1886, Gregorio Jimeno, teniente alcalde liberal, vende el cigarral de las Pontezuelas al coronel Antonio Lozano Ascarza, antiguo profesor, subdirector y jefe de estudios de la Academia de Infantería en su primera época y dueño de un colegio de preparación al ingreso en academias militares abierto en la calle de la Trinidad y desde 1883, en la de Santa Úrsula.
El 4 de mayo de 1889, Gregorio Jimeno vuelve a comprar el cigarral de las Pontezuelas, llamado de don Jesús o Villalobos, a Aurora y Carolina Lozano Romero, herederas del coronel Antonio Lozano Ascarza, y construye el pozo del mismo.
Gregorio Jimeno Quijada. Retrato en 1908. Cortesía de José Luis del Castillo. En 1906, Gregorio Jimeno adquiere en su totalidad un igualmente denominado "cigarral Pontezuelas", también titulado "de don Jesús" o "de Villalobos", por venta de sus anteriores propietarios, Amalia y Mariano Moreno Rubio, fallecido en 1903. Debía tratarse de la finca colindante, la misma que adquirió después la familia de Santiago Camarasa haciendo de ella un lugar de gran actividad social (este "segundo cigarral" de la zona de las Pontezuelas merece una entrada propia del blog no solo por las fotos que se conservan de él sino por su intensa historia de cambios de dueños y denominaciones, tales como "cigarral de Camarasa" cuando perteneció a esa familia, "cigarral de Ángel Guerra" cuando pasó a ser de Salvador de Madariaga en 1931, o "cigarral del Sagrario" cuando pasó a pertenecer a Mariano Moreno Toledo tras comprárselo al presidente de Iberia Jesús Rubio Paz).
El 19 de diciembre de 1909, Gregorio Jimeno fallece en Toledo a los 59 años de edad. El cigarral de su propiedad pasa en herencia a su única hija, Carmen Jimeno Meneses, nacida en Toledo el 8 de mayo de 1882 y casada con Julio Jiménez Jiménez, nacido en Orihuela del Tremedal (Teruel) el 19 de diciembre de 1877, dueño de la farmacia de la calle Cardenal Lorenzana. Ambos eran los abuelos de José Luis del Castillo Jiménez. Es en esta época cuando se toman las fotografías de Pedro Román que hoy protagonizan esta entrada del blog.
Gregorio Jimeno con con su hija Carmen hacia 1885. Cortesía de José Luis del Castillo. Ya en 1936, la guerra civil va a tener repercusiones importantes en el cigarral de las Pontezuelas: mientras la farmacia Jiménez queda, por extrañas y afortunadas circunstancias, bajo protección gubernamental entre julio y septiembre de 1936 una vez que los guardias de asalto colocan en la puerta un sello con el letrero “casa registrada por UHP”, lo que deja la familia a resguardo de los acontecimientos, la casa del cigarral es ocupada por los cigarraleros y los combatientes republicanos. La situación es aprovechada para protegerse de la explosión de la mina colocada bajo el alcázar el 18 de septiembre, cuando la familia fue evacuada al cigarral, debiendo acomodarse en el salón de la casa ocupada. La entrada de las tropas franquistas en la ciudad sitúa el cigarral casi en la línea del frente, establecida hasta el final de la guerra apenas más lejos, entre el cigarral de Azuela y la ermita del Valle. Los cigarraleros desaparecen y Julio Jiménez prohíbe a sus hijos el acceso al cigarral, que permanece como zona de nadie.
Miembros italianos del Corpo Truppe Volontarie en el Valle junto al Cigarral de Amira en  Toledo en la batalla por la cabeza de puente en la guerra civil española. La pieza es un mortero de 260/9 Mod. 1916. La situación previa se restablece con el final de la guerra, lo que permite contratar a una nueva familia de cigarraleros, si bien la estabilización de los acontecimientos poco podrá ser aprovechada, pues Julio Jiménez fallece apenas un año después.
Ya a mediados del siglo XX, en los años 60, el cigarral se subdivide en tres, denominados Pontezuelas, Pozo de las Pontezuelas y Santoyo.
Zona del cigarral de las Pontezuelas hacia 1965. Foto aérea. Con mi mayor agradecimiento a José Luis del Castillo y su familia por toda la información facilitada, solo me queda desear que os hayan gustado estas fotografías, por fin certeramente ubicadas en el mapa toledano —tanto topográfico como sociológico— de comienzos de siglo XX, que constituyen un valioso retrato de nuestra ciudad por aquel entonces.
Año 1951 o 1952. José Luis del Castillo con 2 años de edad junto a su padre y su hermana mayor en el cigarral de las Pontezuelas junto a unas gallinas.

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