sábado, 20 de junio de 2015

Toledo en abril de 1950 fotografiado por Leo Wehrli

Leo Wehrli fue un excepcional geólogo y geógrafo suizo nacido en 1870. Tras terminar sus estudios, entre 1893 y 1896 trabajó como asistente en la Escuela Politécnica Federal de Zurich. Es entonces -en 1896- cuando le encomiendan un trabajo que le marcaría de por vida: viaja a Argentina contratado por el gobierno argentino para delimitar en el terreno tanto las cuencas hidrográficas como las fronteras de este país con su vecino Chile, en pleno proceso de definición que a lo largo de la historia posteriormente provocó graves fricciones entre ambos países. Además de este trabajo como geógrafo, como geólogo realizó varios e importantes viajes a la región cordillerana de Neuquén y Mendoza junto a Carl Burckhardt en 1898. Producto de dichos viajes fueron varios afamados trabajos descriptivos la estratigrafía, tectónica y paleontología del Mesozoico andino, así como sobre los invertebrados del Paleoceno y la fauna del Jurásico Inferior de estas zonas. Estos trabajos constituyeron los primeros estudios sobre invertebrados fósiles efectuados en el Museo de La Plata y contribuyeron especialmente al conocimiento de la fauna fósil y la estratigrafía del Jurásico y Cretácico de Argentina.
Las andanzas de Wehrli para poder llegar por primera vez a Argentina para cumplir su misión comenzaron en México, donde tomó un autobús a San Rafael en Argentina. A partir de aquí viajó a caballo en una expedición de montaña de habla española para lograr el paso por los Andes, cordillera que cruzó ocho veces.
Al finalizar sus trabajos en 1899 regresó a Suiza, pero se dice que cuarenta años después cuando volvió a Argentina en 1938 aún era recordado por sus servicios al país.
Wehrli era una persona muy popular no solo en su país sino también en el extranjero por su gran capacidad docente y comunicativa, ya que sabía acompañar sus conferencias sobre sus viajes a todos los continentes con ilustraciones y fotografías tomadas por él mismo, que a menudo coloreaba su esposa.
Nada menos que con 80 años viajó a España donde visitó Toledo en abril de 1950, tomando una curiosa serie de fotografías de elevado valor y que se conservan en la Biblioteca Pública de Zurich (sujetas al correspondiente copyright © ETH-Bibliothek Zurich). Se trata de fotografías que hablan de un consumado fotógrafo por la calidad de las tomas, aunque hay que lamentar que el coloreado efectuado probablemente por su mujer distorsione un poco su calidad gráfica y realismo.
La más bella de todas a mi juicio es esta en la que un curioso grupo de personas que cargan con unas sillas sube por la calle junto a la Puerta del Sol:
Puerta del Sol fotografiada por Leo Wehrli el 4 de abril de 1950 (fotografía coloreada) © ETH-Bibliothek Zurich

Son espectaculares las vistas de las ruinas del Alcázar, aún sin reconstruir tras la guerra de 1936. Sorprende mucho ver el aspecto de la Cuesta de Carlos V:
Alcázar de Toledo y Cuesta de Carlos V  fotografiados por Leo Wehrli el 4 de abril de 1950 (fotografía coloreada) © ETH-Bibliothek Zurich
Alcázar de Toledo en ruinas fotografiado por Leo Wehrli el 4 de abril de 1950 (fotografía coloreada) © ETH-Bibliothek Zurich

Es sensacional también esta vista de la Plaza de la Magdalena con el Casino al fondo. Se observa a la derecha cómo una de las pocas partes de la iglesia que se salvó (el muro norte) acababa de ser liberada de las viviendas adosadas a ella:
Casino en la plaza de la Magdalena  fotografiado por Leo Wehrli el 4 de abril de 1950 (fotografía coloreada) © ETH-Bibliothek Zurich

Esta es una bonita toma de la Calle de Santo Tomé:
Calle de Santo Tomé fotografiada por Leo Wehrli el 4 de abril de 1950 (fotografía coloreada) © ETH-Bibliothek Zurich

Es preciosa esta vista de la Plaza de las Cuatro Calles en su confluencia con Hombre de Palo:
Plaza de las Cuatro Calles fotografiada por Leo Wehrli el 4 de abril de 1950 (fotografía coloreada) © ETH-Bibliothek Zurich

Entre las vistas panorámicas, destacan estas tres: en la primera vemos la zona de Tavera con el enorme edificio de la Escuela Normal de Magisterio de la Vega aún en pie:
Hospital Tavera y Escuela Normal de Magisterio de la Vega fotografiados por Leo Wehrli el 4 de abril de 1950 (fotografía coloreada) © ETH-Bibliothek Zurich

La segunda nos ofrece esta vista de la ciudad desde el norte (zona del Salto del Caballo), pudiendo observarse el edificio de la cárcel provincial:
Vista de Toledo desde la Zona del Salto del Caballo por Leo Wehrli el 4 de abril de 1950 (fotografía coloreada) © ETH-Bibliothek Zurich

La tercera es esta preciosa vista de la Huerta del Granadal y la playa de Safont:
Huerta del Granadal y Playa de Safont en el Tajo fotografiados por Leo Wehrli el 4 de abril de 1950 (fotografía coloreada) © ETH-Bibliothek Zurich

Aquí vemos el Museo del Greco:
Museo del Greco fotografiado por Leo Wehrli el 4 de abril de 1950 (fotografía coloreada) © ETH-Bibliothek Zurich

Aquí vemos la Plaza de Ayuntamiento:
Catedral y Plaza del Ayuntamiento fotografiadas por Leo Wehrli el 4 de abril de 1950 (fotografía coloreada) © ETH-Bibliothek Zurich

Mirad qué bella vista de la calle del Arco de Palacio:
Arco de Palacio fotografiado por Leo Wehrli el 4 de abril de 1950 (fotografía coloreada) © ETH-Bibliothek Zurich

Por último, una genial y original vista de la torre de la Catedral desde la calle Trinidad junto a la Iglesia de San Marcos:
Calle Trinidad junto a San Marcos fotografiada por Leo Wehrli el 4 de abril de 1950 (fotografía coloreada) © ETH-Bibliothek Zurich

Leo Wehrli falleció cuatro años después de este viaje a Toledo, a la edad de 84 años en 1954. Se trata de un buen ejemplo para demostrar que la edad no debe ser un impedimento para viajar, ilusionarse, seguir aprendiendo y desarrollar la creatividad -en este caso fotográfica- que cada persona lleva dentro. Es emocionante ver en cada pie de fotografía la ya temblorosa letra de Wehrli describiendo y catalogando cada una de las imágenes con la ilusión y meticulosidad del primer día.

sábado, 6 de junio de 2015

Toledo en los años 50 y 60 fotografiado por el mítico Paco Gómez

En España a menudo somos muy críticos con el panorama cultural actual -con mayor o menor razón-, especialmente en aquellas disciplinas menos ligadas a eventos masivos o a proyectos destinados a un público en apariencia no demasiado numeroso. Y pienso sinceramente que es muy bueno ser críticos, pues de la crítica surge el progreso y los avances más notables de cualquier sociedad. Sin embargo, también es cierto que cuando la crítica se establece como costumbre, se corre el riesgo de ser muy injusto con las personas, instituciones y colectivos que luchan cada día por mejorar nuestro entorno. Su trabajo, constante y a menudo no reconocido, corre el riesgo de ser engullido por esa ola de la crítica irracional, transformada en rancio pesimismo. Y por ahí no debemos pasar: es importante que alcancemos el equilibrio entre la sana y necesaria crítica y el reconocimiento de las iniciativas más notables de la realidad cultural española. Este es el caso de una de las instituciones que más está haciendo por conservar y divulgar nuestro legado fotográfico de la segunda mitad del siglo XX: la Fundació Foto Colectania.
Colectania es una entidad privada sin ánimo de lucro nacida en Barcelona en 2002 cuya finalidad es difundir la fotografía y el coleccionismo a través de exposiciones, actividades como coloquios, seminarios, viajes, así como y la edición de catálogos. Foto Colectania -que se financia en gran parte gracias a la ayuda de los patrocinadores, amigos y socios de la fundación y colaboraciones externas- cuenta con una colección de fotografía que reúne más de 2.000 obras de autores españoles y portugueses desde 1950 hasta la actualidad y dispone de una biblioteca de consulta libre.
Uno de sus mayores tesoros es una cámara de conservación donde se guarda el fondo fotográfico, que aparte de conservar el depósito de una parte de la colección de Juan Redón, tiene como auténtica joya de la corona el archivo del mítico Paco Gómez, donado por su familia en 2001.

Hoy tengo el inmenso honor y placer de ofreceros las preciosas fotografías tomadas en nuestra ciudad por Paco Gómez en los años 50 y 60, por gentileza de la Fundació Foto Colectania, a quien agradezco enormemente su generosidad y trabajo por la recuperación de nuestra memoria gráfica.
Paco Gómez nació en 1918 en Pamplona, ciudad a la que su madre se había desplazado para darle a luz. Padre y madre, él vasco y ella navarra, se habían instalado años antes en Madrid para poner en marcha la tienda de sastrería que la familia Gómez había trasladado de su primigenia ubicación en San Sebastián. Sin embargo, a pesar de vivir toda la vida en Madrid, Paco siempre se sintió pamplonica.
Durante la guerra civil, antes de haber cumplido los 18 años, fue reclutado y movilizado a luchar en el frente de Teruel, de donde sale ileso. Esta experiencia, sin duda traumática, nunca la habló con sus amigos, ni siquiera con sus hijas. Su profesión, hasta el momento de su muerte, fue la gerencia de la tienda familiar. La vena artística le vino por parte de su tío, Pedro Gómez, un pintor amateur de paisajes con un gusto especial por el color. Su interés por la fotografía se inicia en 1943, cuando se enamora de la que después sería su mujer, María Luisa, y compra la primera cámara que le servirá para hacerle los retratos. La afición por la fotografía le anima a estudiar los procesos de revelado. En 1952 se construye una ampliadora con una caja de galletas a la que acopla un objetivo y una potente bombilla de farola, e instala un laboratorio en el lavabo de su vivienda.
Paco Gómez En 1956 se hace socio de la Real Sociedad Fotográfica de Madrid. Se presenta al concurso Gevalux, en el que le seleccionan una fotografía para su exposición. Fue allí cuando conoce a Gabriel Cualladó, otro amateur de la Real, con el que compartirá la inquietud por un nuevo lenguaje y los conocimientos técnicos, en un proceso autodidacta a través de los libros y las revistas importados del extranjero por Cualladó. La obra de Cualladó se complementa con la suya, formando un dueto constante en las exposiciones. La primera fue en diciembre de 1957 en la Sala Abril, junto con José Aguilar y Rafael Romero. Seguidamente expusieron en la prestigiosa Sala Darro de Madrid, en la Sala Teka de Bilbao (1960), en el Foto-Club de Valencia (1960) y en la Sala Aixelà de Barcelona (1960). También en el año 1957 entra a formar parte del grupo Afal, junto a los más inquietos de la Real: Masats, Ontañón, Cualladó, Cantero y Rubio Camín que más tarde dan nombre a su grupo como La Palangana. Participa en todas las actividades expositivas de Afal: Charleroi (1958), Bienal de Pescara (1958), Biblioteca Española en París (1959) y es destacado en las publicaciones del anuario de 1958 y en dos porfolios de la revista.
Gómez sobresale con un estilo personal que le hace merecedor de premios como el del IX Salón del Mar de Almería (1958) o el Trofeo Luis Navarro de Fotografía Moderna de la Agrupación Fotográfica de Cataluña (1959). En 1962 recibe una invitación del Comisariado de Turismo Francés para formar parte del proyecto 11 fotógrafos españoles en París (Basté, Cantero, Colom, Cualladó, Cubaró, Forcano, Gómez, Masats, Maspons, Miserachs y Ontañón), cuyos trabajos se expondrían ese mismo año en la Sala Aixelà de Barcelona y, posteriormente, en la Sala Biosca de Madrid. En 1964 forma parte del consejo de redacción de la revista Cuadernos de Fotografía y colabora en la organización de las exposiciones del Aula Fotográfica del Instituto de Cultura Hispánica.
Paco Gómez, que siempre se consideró un fotógrafo amateur, fue el fotógrafo oficial de la revista Arquitectura del Colegio de Arquitectos de Madrid (CAAM) durante un periodo de 15 años (1959 - 1974).
En vida realizó tres exposiciones individuales: en Els Quatre Gats de Barcelona, en el marco de la Primavera Fotogràfica de Catalunya (1984), en la Galería Forvm de Tarragona (1987) y en la sede de la Fundación “la Caixa” de Barcelona (1995), una exposición que itineró por todo el territorio español. También ha sido incluido en numerosas exposiciones colectivas, entre las que cabe destacar Fotógrafos de la Escuela de Madrid, obra 1950-1975 en el Museo Español de Arte Contemporáneo (MEAC), Madrid, en 1988 y Afal. El grupo fotográfico 1956/1963, en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC), Sevilla, en 2006.
Su obra se encuentra en importantes colecciones públicas y privadas, entre las que destacan las del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS), Madrid; el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), Valencia; la Fundación Telefónica, Madrid; el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC), Sevilla; el Fondo Fotográfico de la Universidad de Navarra; la Fundació Forvm, Tarragona; la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid; o el Ayuntamiento de Alcobendas.
Paco Gómez falleció en Madrid el 23 de abril de 1998. En noviembre de 2001, sus herederos acordaron con la Fundación Foto Colectania la donación de su archivo fotográfico, con el compromiso de custodiarlo en las mejores condiciones. Desde entonces, los negativos y copias de este autor están incluidos en los fondos de la colección de la Fundación, que también gestiona sus derechos. Foto Colectania ha organizado varias exposiciones colectivas en las que se han incluido obras de Paco Gómez, entre ellas: Vidas Privadas (2005), Extrañas Parejas (2006) y Recorridos, 6 fotógrafos de la Colección Foto Colectania (2007). En 2009 se organizaron dos exposiciones monográficas del autor: La emoción construida en el marco del Festival Fotoencuentros, Murcia, y Paco Gómez. Veranos en San Sebastián en las Salas Kutxa Boulevard. En 2010, la Obra Social de Sa Nostra produjo la exposición Paco Gómez. Viaje a Ibiza, que itineró por las Islas Baleares.

Las fotografías de Paco Gómez tomadas en Toledo (todas ellas sujetas al correspondiente copyright © Paco Gómez/Fundació Foto Colectania) son -como no podía ser de otro modo- absolutamente sensacionales. Comenzando por orden cronológico, veremos en primer lugar las tomadas en 1956, entre las que destaca esta vista de una mujer cargando con cántaros en una calle, probablemente la del Plegadero:
Una calle de Toledo, tal vez la del Plegadero, en 1956 © Paco Gómez/Fundació Foto Colectania

Es también muy buena esta toma en la que la figura de un hombre se esconde tras una esquina, con el Alcázar al fondo en pleno proceso de reconstrucción tras la devastación sufrida en el Asedio de la Guerra Civil:
Una calle de Toledo con el Alcázar al fondo en 1956 © Paco Gómez/Fundació Foto Colectania

Son muy bellas también en la serie de 1956 estas fotografías tomadas en un patio de la ciudad:
Un patio de Toledo en 1956 © Paco Gómez/Fundació Foto Colectania
Un patio de Toledo en 1956© Paco Gómez/Fundació Foto Colectania

Aquí vemos un bonito detalle:
Una casa de Toledo en 1956 © Paco Gómez/Fundació Foto Colectania

En 1966 Paco Gómez volvió a fotografiar Toledo, dejándonos imágenes dignas de un genio. Me parece absolutamente sensacional esta estampa de unos niños en la entrañable Plaza de la Bellota:
Niños en la Plaza de la Bellota en 1966 © Paco Gómez/Fundació Foto Colectania

Aquí tenemos a una niña en la puerta del Colegio de Infantes, cuando aún el edificio albergaba a dicha institución educativa:
Niña en el Colegio de Infantes en 1966 © Paco Gómez/Fundació Foto Colectania

Las fotografías de 1966 debieron tomarse el Domingo de Ramos de aquel año, a tenor de lo que podemos observar en las imágenes. Aquí tenemos una fotografía deliciosa en la que unos niños portan ramos de olivo en la confluencia de la Bajada del Barco con la Calle Cardenal Cisneros, bajo la imagen de la Virgen del Tiro incrustada en la Catedral:
Niños en la esquina de la Bajada del Barco con Cardenal Cisneros bajo la Virgen del Tiro en el Domingo de Ramos de 1966 © Paco Gómez/Fundació Foto Colectania

Aquí vemos a los niños con sus ramos junto a la Catedral:
Niños en la Catedral en el Domingo de Ramos de 1966 © Paco Gómez/Fundació Foto Colectania

Paco Gómez debió entablar contacto con el arquitecto Fernando Chueca Goitia, pues en dos fotografías aparecen retratadas dos de sus obras de restauración-recreación más notables, el Palacio de Munárriz (vivienda de Chueca) y el Palacio de Galiana, por este orden:
Vista de la Catedral desde el jardín del Palacio de Munárriz en 1966 © Paco Gómez/Fundació Foto Colectania
Palacio de Galiana en 1966 © Paco Gómez/Fundació Foto Colectania

Y finalmente en 1967, Gómez volvió a la ciudad para tomar imágenes en la catedral. En primer lugar os ofrezco esta impresionante vista de los tejados de la ciudad desde los pináculos del templo primado:
Vista de Toledo desde los Tejados de la Catedral en 1967 © Paco Gómez/Fundació Foto Colectania

Y para finalizar, esta curiosa fotografía de un organista tocando el Órgano del Emperador de la Catedral de Toledo, incluida en un reportaje con motivo de su restauración publicado en la revista Arquitectura del COAM número 103 de 1967:
Órgano de la Catedral de Toledo en 1967 © Paco Gómez/Fundació Foto Colectania
Copyright de todas las imágenes © Paco Gómez/Fundació Foto Colectania

Sin lugar a dudas, estamos ante una serie de fotografías que pasarán a la historia de la ciudad. Reflejan una memoria aún viva pero ya ciertamente lejana, y su belleza es tan evocadora que estoy seguro que a muchos de vosotros os habrá despertado la vena más nostálgica de vuestro toledanismo.
No quisiera terminar sin terminar una vez más agradeciendo a Colectania no solo la cesión de estas fotografías sino su constante labor de preservación y divulgación de nuestra memoria fotográfica.

[Actualización: 22 de abril de 2020]: Se conserva otra excepcional foto toledana de Paco Gómez en el Museo Reina Sofía. Se trata de este precioso retrato de un patio en 1966:
Patio de Toledo en 1966. Fotografía de Paco Gómez. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, signatura AS10792
© TOLEDO OLVIDADO
Maira Gall