Aunque se trata de uno de los monumentos más famosos de Toledo, poca gente sabe que estuvo a punto de desaparecer víctima de la ruina, el abandono, el desapego por los monumentos y la desidia que dominaban a menudo a la sociedad española de principios del siglo XX, con un país sumido en una profunda y larga crisis. Los días negros para esta puerta comenzaron con la reforma que el Emperador Carlos V hizo en su vecina, la conocida hoy como Puerta Nueva de Bisagra (o Puerta de Bisagra, a secas) transformando lo que era la anterior puerta árabe en la excepcional puerta renacentista que hoy conocemos. Ello implicó para nuestra protagonista el fin de sus fines fiscales recaudatorios (el famoso portazgo) que pasaron a la nueva, motivando que en ese mismo siglo, el XVI, fuera tapiada. Desde entonces tan solo sirvió de muro de contención de los innumerables escombros que se generaron en la zona, conocida como arrabal o barrio de La Granja, un barrio cada vez más suburbial y marginal tras la pérdida de la capitalidad.
Su origen se remonta probablemente al siglo X, siendo erigida por tanto durante la dominación musulmana de la ciudad, reaprovechando algún resto visigótico en su construcción, como por ejemplo en el centro de su arco principal de herradura. Este arco está rodeado de un alfiz (moldura o marco que rodea la parte exterior del arco) y atravesado por un dintel muy característico que le confiere un aspecto muy original. Fue reformada en el siglo XIII, añadiéndose aparejos mudéjares en el cuerpo superior.
Las fotografías más antiguas, del siglo XIX, nos muestran una penosa estampa de puerta tapiada y abandonada a su suerte, en estado semiruinoso y colmatada de escombros en la zona interior a la muralla.
Como os decía, tras ser tapiada en el XVI, llegó el año de 1905, en el que la providencia quiso que el Marqués de Fuensanta de Palma se interesara vivamente en la recuperación del monumento, para lo cual hubo de oponerse a ciertos miembros de la Academia de la Historia que pensaban que la puerta "no podía desenterrarse ni ser restaurada, por impedirlo su estado ruinoso". El empeño del marqués consiguió sin embargo recabar suficientes apoyos en la Comisión de Monumentos de Toledo, y tuvo la suerte de poder contar para la dirección de las obras de restauración con el genial pintor Ricardo Arredondo, quien logró el objetivo de recuperar el monumento con fidelidad al original. Las imágenes de la restauración y la crónica periodística de la época os las muestro a continuación:
De aquella época es la denominación de "Puerta de Alfonso VI", que se puso por creerse que fue la utilizada en 1085 por el rey cristiano al reconquistar la ciudad. Hoy parece demostrado que Alfonso VI accedió por el Puente de Alcántara y la puerta aledaña.
Como se puede ver, en la restauración apareció a la derecha del arco principal una poterna o postigo que se decidió luego volver a tapiar (esta poterna fue definitivamente abierta en la restauración realizada hacia el año 2000 y hoy puede verse abierta). Tras esa restauración se sucedieron multitud de fotografías del flamante nuevo monumento:
Pero la vista general de la puerta aún distaba de ser como la conocemos en la actualidad, ya que estaba muy oculta por la fisonomía del paseo que quedaba en su frente y que estaba a un nivel muy superior al actual:
Existía un pequeño túnel por el que se accedía a la puerta desde la zona del Paseo de Merchán y unas escaleras desde el Hostal del Cardenal. De esta época data el azulejo con el nombre de la calle colocado en la muralla y que hoy queda a una altura sorprendentemente alta para el que no conoce esta historia.
Finalmente en los años 70 se remodeló lo que hoy es la calle de Alfonso VI, confieriéndole el aspecto actual, a ras del nivel de la puerta, lo que permite contemplarla en todo su esplendor. Y como detalle final, recordar que hace pocos años se redescubrió la Puerta del Vado, enterrada en escombros, que resultó ser similar, casi gemela, a esta Puerta Vieja de Bisagra. Esperemos que al igual que sucedió en 1905, surja ahora un nuevo Marqués de Fuensanta de Palma que consiga recuperar esta puerta hoy enterrada y sólo visible desde el interior.
Buen trabajo, Eduardo!!
ResponderEliminarEs maravilloso que alguien se esté preocupando de recuperar la historia de Toledo mediante unas fotografías de tanta calidad. Sin duda, y si te lo propones, podrías publicar un buen libro sobre Toledo a partir de todo el corpus fotográfico que alberga tu página.
Con respecto a la Puerta de Alfonso VI, creo que se puede apreciar perfectamente su evolución desde hace un siglo hasta nuestros días.
Lo dicho, enhorabuena y sigue trabajando en esta dirección: Aurelio
¡Muchas gracias Aurelio!
ResponderEliminarQué buena recopilación de fotos. Desde luego te habrá llevado lo suyo.
ResponderEliminarMuy buena. Felicidades!
ahora que fotos de la plaza de Alfonso VI, a ver si localizo algunas que tenía del día en el que instalaron la escultura de Chillida y te las hago llegar.
ResponderEliminarBuen trabajo, como siempre
Buen homenaje a una puerta que vive a la sombra de la de la puerta carolina.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias a todos, sois muy amables,
ResponderEliminarSi queréis ver una excelente foto del estado actual de la puerta os dejo este enlace:
http://www.flickr.com/photos/toledoaldia/2924306650/sizes/l/
Es increible el contemplar estas fotos.Yo era un niño y aun recuerdo el tunel junto a la puerta.Felicidades a la gente que ha hecho esta pagina.
ResponderEliminarHola Eduardo.
ResponderEliminarQuería darte agradecerte la información compartida, ¡un trabajo excelente!
Además quería preguntarte sobre las fuentes empleadas, libros, revistas, etc. Estoy interesada en ello.
Muchas gracias ante todo.
Sobre la piedra visigoda blanca en el arco interior: http://kaszonkovacs.blogspot.com/2011/03/la-piedra-blanca-visigoda-en-la-puerta.html
ResponderEliminarKászon
Un trabajo muy bien documentado, que a la vez te invita a pasear por Toeldo e introducirte en la historia a través de cada puerta. La de Alfonso VI una de las más interesantes.
ResponderEliminarEnhorabuena por tu post
Hola que historia tan interesante sobre una puerta tan emblemática que a los foráneos nos enamora y nos hace soñar con tiempos pasados. He visitado Toledo varias veces y siempre descubro algo nuevo en mis paseos por esta ciudad cargada de historia. Es de esas ciudades donde si sabes escuchar las piedras pueden hablar.
ResponderEliminarMi más sincera felicitación por tan estupenda entrada. Un cordial saludo desde Barcelona.
Hola, preciosos articulo; existe una litografía de Jenaro Pérez Villaamil de alrededor de 1845 donde se observan pequeñas diferencias respecto de las fotografías más antiguas, por ejemplo, en la cara exterior hay, arriba a la derecha, una especie de añadido saliente, posterior a la obra, con dos almenas rehechas de distinta forma; eso desaparece en algún momento y se realiza una reconstrucción puntual siguiendo el patrón de la fachada, también se observa un hueco en la pared lateral a la fachada que no se distingue bien si es un rebaje del grosor de la muralla con algún motivo que desconocemos o un vano abierto de forma rudimentaria y que acabo tapiado. Envío un vínculo de un blog curioso donde se observa, entre otras del autor, esta imagen comentada.
ResponderEliminarUn saludo cordial.
Lapsus: http://artimannias.blogspot.fr/2012/02/jenaro-perez-villaamil-2-espana.html
ResponderEliminaranorabuena por las fotos y el estudio de la puerta ,pienso que estba mas bonita la puerta con el tunel ,mas acogedora gracias.
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