De nuevo asistimos a un alarde de accesibilidad documental desde el otro lado del Atlántico: la legendaria revista LIFE puso en noviembre de 2008 a disposición de todos los internautas su archivo fotográfico, compuesto por millones de fotografías. Para esta revista, caracterizada por el protagonismo de sus secciones gráficas, trabajaron los mejores fotógrafos y reporteros del siglo XX, que dejaron una colección inolvidable de fotografías que pasaron a la historia.
Entre esa extensísima colección de fotografías se encuentran varios cientos de ellas tomadas en Toledo. Gracias a Juan Luis Alonso, que me puso sobre la pista, las he recopilado y a continuación os ofrezco una selección de las mejores. La datación de estas imágenes abarca en su mayoría desde los inicios del siglo XX hasta mitad de siglo.
Comenzaremos por el impresionante reportaje sobre la fabricación de espadas, armaduras y damasquinados toledanos que en el año 1965 realizara el mítico fotógrafo italiano Carlo Bavagnoli. Nacido en 1932 en la ciudad de Piacenza, desarrolló la parte principal de su carrera en Milán, Nueva York y París. Sus fotografías más aclamadas fueron las tomadas en la apertura del Concilio Vaticano II, en la muerte del Papa Juan XXIII y en la elección de Pablo VI. El reportaje efectuado en Toledo es de gran belleza, muy extenso (sólo os pongo una selección) y describe muy bien cómo era la fabricación de esta artesanía típica toledana antes de la llegada de las falsificaciones chinas y de las baratijas destinadas al turismo de masas:
Otro fotógrafo de primera línea que trabajó para LIFE en Toledo fue el ucraniano nacionalizado estadounidense Dmitri Kessel. Kessel, nacido en Kiev en 1902, fue uno de los más famosos reporteros de guerra, realizando excelentes reportajes bélicos en la segunda Guerra Mundial y en otros conflictos a lo largo y ancho del planeta. También destacó a partir de los años 50 como excelente fotógrafo de arquitectura y arte religioso, siendo muy famoso su reportaje de la Basílica de San Marcos, en Venecia. Fallecido en 1995, durante su vida fue enviado por LIFE en varias ocasiones a Toledo. En su primera visita, en 1949, realizó estas estupendas fotografías:
En 1963 realizó un extenso reportaje de la Catedral. Destacan sobremanera las fotografías de detalle del Altar Mayor, que supuso la primera ocasión en que esta joya del arte medieval fue fotografiada con ese grado de exhaustividad:
Del mismo modo tomó interesantes fotografías del interior de la Catedral:
Kessel también tomó fotografías exteriores:
Para finalizar, os pongo el resto de las fotografías del archivo de la Revista LIFE tomadas en Toledo. Son fotografías muy interesantes, bastante antiguas algunas de ellas, pero figura sin identificar su autor:
Para saber más:
- Obituario de Dmitri Kessel en The Independent
- Obituario de Dmitri Kessel en The New York Times
Unas fotos preciosas, como siempre.
ResponderEliminarLa primera de Toledo, después de las de los fabricantes de espadas y damasquinados, casi parece un HDR, jeje...
Me ha encantado.
Saludos!
Las fotos de la fabricación de armas son impresionantes, seguro que a los de la asociación española de esgrima antigua les encantan.
ResponderEliminarNo es la primera vez que, a la vista de las extraordinarias entregas fotográficas del blog de Eduardo, he querido hacer el comentario que ya hoy me decido a hacer. Me refiero al arbolado de la ciudad de Toledo. Y lo hago hoy porque hay algunas fotos de esta entrada que vienen a demostrar que el interés de los gobernantes de la ciudad por dotarla de árboles no es cosa nueva ni patrimonio exclusivo de los ecologistas tiempos que vivimos. Observad alguna foto para comprobarlo. Os cito las siguientes en esta misma entrada: Plaza del Ayuntamiento, Carreras de San Sebastián, Paseo de la Rosa en las inmediaciones del Puente de Alcántara y, quizá la más llamativa en contraste con su aspecto desarbolado actual, la Puerta del Sol. Quizá en este último caso se haya pretendido no restar perspectiva al conjunto monumental de puerta y murallas. En todo caso, el árbol siempre perdedor. Y como cosa curiosa, que la contemplación de la presencia de árboles en distintos puntos de la ciudad evidencia que, de unas etapas a otras, lo ya plantados han desaparecido, incluso los que ya habían adquirido un buen porte. Se llega a tener la impresión de que estábamos ante un surrealista proceso de tejer y destejer la modesta trama arbolada de la ciudad, como si un maleficio arboricida nos tuviese bajo su permanente amenaza. Con razón nos recuerda el insigne catedrático del Instituto D. Emiliano Castaños, persona benemérita por su bondad y su ciencia, en su discurso en la Academia "El árbol y el paisaje en la provincia de Toledo", que la primera lamentación del poeta hispanista francés Teófilo Gautier al visitarnos es "la falta de árboles en Toledo". Buena parte de las fotos que vamos viendo en el blog confirmarían esa visión, pero junto a ella, una voluntad de suplir esa carencia de arbolado que, por unas razones o por otras, no tenía continuidad o se veía, finalmente, frustrada.
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