Rainer María Rilke acudía semanalmente desde el Hotel Castilla a oir misa en esta iglesia mozárabe durante su larga estancia en Toledo en el invierno de 1912. Lo hacía atraído por la leyenda que narra que en este lugar se apareció la Virgen para cantar la Salve con unos ángeles venidos del cielo junto a ella. Cuenta la tradición que la Virgen de esta iglesia mozárabe era llamada "de la Esperanza" por el deseo de los mozárabes de que algún día Toledo volviese a manos cristianas. Sucedido esto en 1085, en agradecimiento, se siguió cantando cada sábado. Según la leyenda, Ana Romero -que era la devota que había mantenido y costeado la tradición- temió que su único descendiente, su sobrino Diego Hernández, no mantuviera la costumbre pues era persona licenciosa y con gran desapego por lo religioso. De este modo, Ana, en su lecho de muerte suplicó a la Virgen que recondujera a Diego y continuara con los cánticos sabatinos. Muerta la devota, Diego no prosiguió con la tradición de modo que la iglesia permaneció cerrada los sábados. Sin embargo, pronto corrió el rumor por la ciudad de que de la iglesia salían sonidos celestiales cada sábado pese a tener sus puertas cerradas. Cansado de la insistencia de su criado y recordando las súplicas de su tía, Diego fue de mala gana un sábado a poner fin a lo que él consideraba una superchería: se dirigió a la iglesia seguido por una muchedumbre de curiosos y, espada en mano, abrió brúscamente la puerta encontrándose, para su sorpresa, la imagen de cuatro ángeles que cantaban junto a la Virgen. Diego cayó de rodillas, avergonzado, y comenzó una vida piadosa dedicada a la beneficencia y también retomó el mantenimiento de la tradición, por lo que, desde entonces, fue conocido como Don Diego de la Salve.
No debían ser precisamente voces angelicales las que Rilke escuchara en 1912, pues el genial poeta escribió: "Si se pudiera hacer callar a estos gruesos salmodistas, oiría cantar la Salve a los ángeles; pero aún así, siento intensamente cómo toda la música antigua resuena como el viento en el interior del mundo, soplando para sí misma, incluso si nosotros no estuviésemos aquí. ¡Y esto sí que es música!".
Sea cierta o no la leyenda, lo que sí está constatado es que San Lucas era una de las iglesias mozárabes de Toledo que tuvieron el privilegio de mantener este rito tras la Reconquista. Es citada en un poema atribuido a San Ildefonso, donde se dice que fue erigida en 641 por Evancio, hijo de Nicolás, que se casó con Blesila, y que fueron los abuelos de San Ildefonso. No puede confirmarse este hecho e incluso podría tratarse de una mezquita adaptada. Su primera cita en documentos data de 1183, fecha en la que puede datarse su configuración actual, de estilo mudéjar. Fue reformada ligeramente a principios del siglo XVII para construir la capilla de la Virgen de la Esperanza, y en siglos posteriores requirió de varias restauraciones.
Sus fotografías más antiguas datan del siglo XIX, concretamente de 1854 y 1857 cuando fue fotografiada por el francés Alphonse De Launay y el galés Charles Clifford respectivamente:
Hacia 1860 la inmortalizó Robert Peters Napper:
En 1872 fue fotografiada desde el Valle por el francés Jean Laurent en su célebre vista general de la ciudad. De su observación se deduce que entre 1860 y 1872 se modificó la parte superior de la torre, que pasó de tener dos huecos por cada lado del campanario a tener sólo uno:
Estas tomas datan aproximadamente de 1890:
También en el siglo XIX fue fotografiada por don Casiano Alguacil:
El resto de imágenes antiguas de la coqueta iglesia de San Lucas arranca a principios del siglo XX:
En 1969 fue fotografiada por mi abuelo Eduardo Butragueño Bueno:
Sus primeras imágenes a color son de mediados del siglo XX:
Estas tomas son de los años 70:
Este es el aspecto actual de la iglesia:
Y aquí la tenéis bajo la nieve:
Un par de años antes de la estancia de Rilke fue descubierta una pintura mural, de la que dio conocimiento Don Juan Moraleda y Esteban en estos documentos:
Del descubrimiento se habló en el periódico carlista toledano El Porvenir:
También se habló de la iglesia poco después en El Castellano:
La Iglesia de San Lucas en Google Maps:
Ver Toledo Olvidado en un mapa más grande
Excelente trabajo y maravillosa bitácora a la que estoy subscrito desde hace un tiempo.
ResponderEliminarMi más sincera enhorabuena y muchos ánimos para seguir con tan bonita labor.
Con motivo de recordar en fotografías la recoleta Iglesia de San Lucas y la leyenda, asociada a ella, de Don Diego de la Salve, nos trae Eduardo a la memoria la figura del poeta checo Rainer María Rilke, uno de nuestros más insignes visitantes de principios de siglo, y tan cautivado por Toledo y sus leyendas que es ésta una de las que más gana su interés por nuestra ciudad.
ResponderEliminarEs Rilke uno de nuestros grandes olvidados y hasta desconocidos. A su figura, entre otros muchos que amaron a Toledo sin ser correspondidos, dedicaré la conferencia que mañana, 14 de abril, martes, a las 7.30 de la tarde, daré en el Palacio de Benacazón, con el título "Toledo y sus deudas pendientes"
Ni que decir tiene que todos los seguidores del blog estáis invitados a asistir.
Un abrazo a todos.
¡Sensacional Edu, como siempre!
ResponderEliminarEstoy deseando que salga el próximo.
Hoy he pasado por la iglesia de San Lucas, que permanece cerrada. No he podido resistir mi costumbre de mirar por el ojo de la cerradura y lo que he visto ha sido desolador. Los bancos de la iglesia están cubiertos por una espesa capa de polvo, el suelo alfombrado de excrementos de paloma, toda la iglesia en total estado de abandono y, lo que es peor, el retablo que se ve al fondo y aún conserva algunas de las pinturas, totalmente desprotegido y expuesto a un deterioro irreversible. Es preciso hacer algo ya.
ResponderEliminar¿Alguien sabe qué hay dentro de los muros anexos a la iglesia por la parte que da al río?
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