El excepcional fotógrafo Luis Lladó y Fábregas nació en Barcelona el día 17 de septiembre de 1874. Era hijo de Joaquín Lladó Barceló y de Carmen Fábregas Sánchez. Completó en París los estudios que había iniciado en Barcelona. A su regreso colaboró con el profesor Joan Bardina, fundador de la Escuela de Maestros, y con el pintor Pablo Antonio Béjar.
Además, Lladó estableció y gestionó la Escuela de Cervera, el Orfeón de Montserrat y también fundó el periódico La Veu de la Segarra. Lo hizo en colaboración con Josep Mª Jené y Josep Agulló. Este periódico fue el primero en Cervera en utilizar el catalán como idioma y tenía su base en la Academia Lladó, creada por el propio fotógrafo. En este lugar, se impartían clases de Historia del Arte, así como técnicas para copiar y dibujar objetos artísticos y obras literarias en catalán.
En 1920, fue designado oficialmente como fotógrafo de la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid, cargo que ya ejercía desde 1918. Trabajó con arquitectos reconocidos como Luis Gutiérrez Soto, Casto Fernández-Shaw, Rafael Bergamín, José Galnares o Antonio Palacios. Su técnica fotográfica estaba en sintonía con las corrientes vanguardistas de la época. Recibió encargos importantes del Patronato Nacional de Turismo y tuvo un estudio fotográfico en dos ubicaciones en Madrid, en las calles Santa Engracia y Bretón de los Herreros. El estudio, conocido como "Photo Studio Lladó" o "Archivo Lladó", se especializaba en la reproducción del patrimonio artístico y formaba parte del grupo de fotógrafos con los que contaba el Centro de Estudios Históricos para su archivo fotográfico.
Luis Lladó mostró un gran interés por el arte y tenía un talento especial para capturar la dimensión arquitectónica con meticulosidad en sus composiciones, el manejo de la luz y las técnicas de enmascaramiento. El impacto de su obra fotográfica se evidencia en un artículo publicado en 1927 en La Esfera, titulado "Cuando la fotografía es un arte: el ejemplo de Luis Lladó". En este artículo se destacaba una exposición organizada por Lladó en el Museo de Arte Moderno, resaltando las habilidades sobresalientes del fotógrafo. Sus fotografías magistrales también ilustraron publicaciones destacadas de la época, como "España: la riqueza artística del Palacio Nacional" en 1935.
Durante la Guerra Civil, colaboró con el Archivo Fotográfico de la Delegación de Propaganda y Prensa de Madrid, trabajando con fotógrafos prominentes como los hermanos Mayo, Albero y Segovia, así como Alfonso, entre otros. Los registros de su trabajo se conservan en el Archivo General de la Administración. Tras la guerra, se exilió en México en 1939, según recoge el "Diccionario Biográfico del Socialismo Español" de la Fundación Pablo Iglesias.
Durante su exilio en México, trabajó en el Instituto Luis Vives, impartiendo clases y transmitiendo su pasión por la fotografía a los estudiantes. Se conocen algunas de sus fotografías de esa época, como las realizadas para el "Catálogo de la Catedral de Puebla", que recuerdan su estilo vanguardista en la fotografía. Lamentablemente, no se conservan muchos más detalles sobre su vida en México. En 1950, Mauricio Fresco dedicó su obra "La emigración republicana española: una victoria de México" a la memoria de los exiliados, incluyendo a Luis Lladó Fábregas como profesor, escritor y periodista.
Falleció en México el día 24 de marzo de 1946.
Los negativos de Luis Lladó fueron entregados al Archivo Fotográfico del Instituto de Arte Diego Velázquez en 1944, bajo la custodia de la Comisaría General del Patrimonio Artístico Nacional. La documentación del instituto menciona la entrega de varias cajas de negativos que el fotógrafo cedió al Estado, aunque no proporciona más detalles sobre esta cesión. En documentos posteriores del instituto se hace referencia al seguimiento de este archivo. Por ejemplo, en la Memoria de 1978 se menciona la importancia de conservar estos negativos para evitar su pérdida y poder reproducir imágenes de obras de arte que podrían haber desaparecido o estuviesen deterioradas.
Para preservar estos negativos, se encargó al Archivo Mas de Barcelona la realización de numerosas copias positivas. Estas copias en papel se añadieron al conjunto de fotografías del Archivo Fotográfico, como se refleja en las facturas emitidas por el Archivo Mas de Barcelona al Instituto Diego Velázquez.
Además de los negativos de vidrio entregados en 1944 y las copias obtenidas a partir de ellos, se suman otras fotografías: copias en papel adquiridas directamente por el archivo fotográfico del estudio del fotógrafo en la década de 1930. Estas fotografías formaban parte de la denominada "Fototeca de Arte" junto con el resto de la colección fotográfica.
Los negativos se registraron probablemente en la década de 1950 en el Instituto Diego Velázquez en dos volúmenes encuadernados, uno escrito a mano y otro mecanografiado. Sin embargo, no fue hasta 2005 cuando se revisó y mejoró este inventario, incluyendo información sobre las anotaciones originales en las cajas y el estado de las placas de vidrio. También se llevó a cabo un extenso trabajo de conservación, que incluyó limpieza, acondicionamiento y digitalización para asegurar su preservación. En 2010, este archivo pasó a formar parte del Archivo del Centro de Ciencias Humanas y Sociales, adscrito a la Biblioteca Tomás Navarro Tomás.
El Archivo Lladó consta de 5.879 negativos fotográficos de distintos tamaños, siendo la mayoría de gelatino-bromuro sobre vidrio de 18x24 cm, aunque también hay algunos de 13x18 y otros formatos más pequeños.
Las fotografías abarcan diferentes temas, destacando el patrimonio artístico y arquitectónico, paisajes y ciudades, retratos e industria. Se destacan una serie de fotografías sobre la Exposición Iberoamericana de Sevilla, así como imágenes de los territorios españoles del norte de Marruecos. Además, se encuentran varios autorretratos que muestran su personalidad peculiar y su forma de trabajar.
Las fotografías fueron tomadas aproximadamente entre 1900 y 1939, año en que se exilió en México. Después de este periodo, apenas se tienen noticias de su actividad fotográfica.
El pasado día 27 de noviembre se hizo pública la noticia de que CSIC ha colgado en su colección digital Simurg el archivo digitalizado Luis Lladó, incorporando los citados 5.879 negativos en soporte de vidrio sobre arquitectura, paisajes, retratos e industria. Se trata de una excepcional noticia por el valor documental de la obra de este genial fotógrafo.
La parte toledana del legado de Luis Lladó está maravillosamente enfocada a la fotografía del denominado arte mudéjar de la ciudad, constituyendo un registro sensacional del estado de conservación de buena parte de este patrimonio tan toledano en los años anteriores a la guerra civil.
Comenzaremos por ver la Sinagoga de Santa María la Blanca, donde el propio Lladó aparece retratado, pudiendo ayudar su aspecto a datar las fotos en los primeros años del siglo XX, dado que nació en 1874:
Obtuvo una serie de fotografías de enorme valor del Taller del Moro:
No son menos interesantes las imágenes de la Casa de Mesa:
Excelentes imágenes fueron tomadas en la casa del Conde Esteban, también conocida como del Arcediano de Madrid, en la plaza del Consistorio:
El desaparecido convento de San Juan de la Penitencia tiene su hueco en el reportaje:
Destacado lugar ocupa el convento de la Concepción Francisca:
La preciosa iglesia de Santa Eulalia:
La Sinagoga del Tránsito no podía faltar en el trabajo de Lladó:
La torre mudéjar del convento de San Pedro Mártir:
La Catedral está representada con buenas fotos del sepulcro de Fernán Gudiel en la capilla de san Eugenio, así como otros detalles del templo:
También está incluido en el reportaje el Palacio de Fuensalida (muchas gracias a Rafael Caballero por la identificación de las fotos de la preciosa yesería):
El Monasterio de San Juan de los Reyes:
El Museo del Greco:
Lladó fotografió algunos de los mejores lienzos del Greco:
Para finalizar, decir que este año se ha publicado el Proyecto Fin de Carrera (Trabajo Fin de Grado) de María Alonso Sanz titulado "Luis Lladó: fotógrafo pionero de la arquitectura moderna en España" en la E.T.S. de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid. Esperando que os haya gustado este repaso al estado del arte mudejar en Toledo en las primeras décadas del siglo XX, me despido hasta la siguiente entrada.
Fabulosas fotografías !!!
ResponderEliminar¡Magnífico!
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