De entre las numerosas pérdidas patrimoniales que provocó la nefasta guerra civil en Toledo en 1936, ninguna fue comparable a la destrucción del que era considerado por muchos el convento más rico y valioso de la ciudad: San Juan de la Penitencia.
Aunque en entregas anteriores ya abordé específicamente la historia de alguna de sus partes, como fue el sepulcro de Fray Francisco Ruiz, tenía pendiente desde hace años dedicar una entrada del blog íntegramente a este maravilloso convento que terminó sus días pasto de las llamas en los primeros días de la contienda en el mes de julio de 1936 como consecuencia de la ira anticlerical, desgraciadamente desatada en aquellos funestos días de lucha fratricida.
El Convento tiene su origen en el año 1511, cuando el cardenal Cisneros comenzó a adquirir terrenos con la finalidad de instalar en ellos una institución que tuviera una doble misión: por un lado, servir como convento de monjas de la Orden Tercera de San Francisco y, por otro, acoger un colegio de doncellas que no estuvieran obligadas a proseguir una vida monástica al finalizar sus estudios.
De este modo, se sabe que ya en 1515 se habían establecido en este lugar las primeras religiosas, aún con las obras en marcha. Se sucedieron en esos años una gran cantidad de adquisiciones de fincas colindantes, hasta conformar un enorme complejo, muy irregular en sus formas debido a esa peculiar manera de crecer desde el punto de vista urbanístico.
Sin embargo, esa complejidad constructiva estuvo acompañada por una riquísima labor decorativa y de embellecimiento del inmueble, logrando convertirse en una auténtica joya del arte en Castilla. Su autor fue, muy probablemente, el arquitecto Pedro de Gumiel, maestro de obras por excelencia del cardenal Cisneros. Destacaba su famoso claustro, de tres plantas, considerado una de las obras cumbre del plateresco español, adornado aún con reminiscencias de estilos anteriores como el gótico y el denominado mudéjar.
Aquel primitivo ambicioso proyecto de Cisneros tuvo continuidad por el Obispo de Ávila, Francisco Ruiz, quien concibió en 1527 el proyecto de enterramiento de él mismo junto a sus padres en la capilla mayor de la iglesia del convento, ejecutándose para ello el grandioso sepulcro del que hablaba al comienzo.
Este convento fue alabado por los primeros viajeros románticos y por afamados literatos, como por ejemplo Benito Pérez Galdós, que sentía verdadera predilección por él como se aprecia al leer muchos de los pasajes de su gloriosa novela Ángel Guerra. En él, se fusionaba todo lo que admiraba don Benito de la ciudad: ese mágico ambiente conventual, con todos sus personajes asociados (monjas, clérigos, fieles y los diferentes oficios ligados a su uso) con su abigarrada riqueza decorativa que entremezclaba multitud de estilos, resumen de muchas de las influencias culturales que había recibido la ciudad y que convivian armoniosamente en este soberbio edificio.
Debido a su gran belleza, tenemos la suerte de que el convento fue profusamente fotografiado antes de su destrucción en 1936. Para hacer más amena esta entrada voy a agrupar las fotografías en cinco bloques: fotos de su exterior, de su claustro, de sus artesonados, de sus estancias interiores y de sus obras de arte.
Estas son las imágenes de su exterior, en el que era apreciable esa fusión de elementos de diferentes estilos e influencias tan característica de la época de Cisneros, hasta el punto de hablarse de la existencia de un Estilo Cisneros o cisneriano:
Su claustro o patio era grandioso, siendo apreciables en él diferentes elementos muy característicos, como balaustradas góticas de pizarra o decoraciones renacentistas de gran valor:
Sus maravillosos artesonados eran una de las señas de identidad y motivos de mayor fama del convento. Destacaba el de la capilla mayor, una cúpula ochavada apeada en cuatro grandes pechinas arábigas realizadas a base de mocárabes. El dolor que produce saber que prácticamente todo este patrimonio ardió en 1936 se ve compensado en parte gracias a la posibilidad de admirarlo en estas imágenes, algunas de las cuales fueron tomadas en el siglo XIX y otras a comienzos del XX:
En cuanto a estancias interiores, destacan las imágenes del famoso sepulcro en mármol de Carrara de Fray Francisco Ruiz, Obispo de Ávila, del que ya os hablé. En Italia, concretamente en Génova, fue donde Fray Francisco encargó en 1524 esta obra al afamado taller de los Aprile de Carona. En la primavera de 1526 estaba terminada por obra de Antonio Maria Aprile de Carona y su precio fue de 825 ducados. Finalmente fue trasladado a Toledo y se compuso con añadidos de estilo de Alonso de Covarrubias. El magnífico sepulcro tenía la figura del yacente bajo cortinajes sostenidos por ángeles y tres figuras femeninas representando las virtudes.
Cerca de él, se situaba la fabulosa reja ejecutada en 1528 por el famoso herrero Juan Francés, conservada hoy en el Museo de Santa Cruz tras ser recuperada y restaurada por el maestro Julio Pascual tras la destrucción de 1936:
Un buen número de fotografías se corresponden con los preciosos suelos del convento, que estaban decorados con cerámica toledana de clara influencia andalusí, en una muestra más de la coexistencia de elementos de diferentes fases de la historia que caracterizan al Estilo Cisneros o cisneriano.
Con respecto a sus obras de arte, destacan las fotografías de las pinturas y esculturas que adornaban sus numerosos retablos. Muchas de ellas eran joyas de las que nada queda, salvo estas fotografías, que al menos nos permiten atisbar la grandiosidad del patrimonio pictórico y escultórico que albergaba este convento.
En el convento existían otros muchos elementos decorativos repartidos por las diferentes salas y estancias. En estas fotografías podéis ver un resumen de ellos:
Con respecto a imágenes de sus moradoras, se conservan diversas fotografías en las que aparecen las monjas que habitaban el convento retratadas en varias estancias del edificio. Suponen registros de gran valor documental al poder ver los rostros de las personas que conformaban esta comunidad en la época en la que escritores como Galdós interaccionaban con ellas:
La parte más dolorosa de esta entrada viene ahora: las imágenes de su destrucción en 1936. Sobran las palabras para describir la tristeza que produce su contemplación:
En los años 80 se levantó en el lugar un nuevo inmueble, aprovechando lo poco que pudo salvarse del antiguo convento. En este nuevo edificio se ubica el Conservatorio y dependencias de la Fundación Ortega-Marañón:
En el actual conservatorio apenas queda nada del convento, siendo el artesonado de la antigua sala abacial la pieza más destacable de lo poco que se libró de las llamas:
Con el deseo de que os haya gustado este extenso repaso fotográfico a uno de los mayores tesoros perdidos por la ciudad a lo largo de la historia, solo me resta reivindicar, una vez más, el valor de la paz y la tolerancia, única vía para evitar que sucesos así de tristes vuelvan a repetirse en el futuro.
Me suena que este documento es el más hermoso y trabajoso que has publicado por la también inmensidad de edificio, imágnes , retablos y decoraciones en todos los materiales que tiene. los canallas los destruyeron por el odio a la religión.Quien olvida la historia, está condenado a repetirla. comprender y enmendar para que no ocurra, otra cosa igual
ResponderEliminarA lo mejor se destruyó, no por el odio hacia la religión, si no que por un triste golpe de estado. Salud.
EliminarBueno el 11 de mayo de 1931 o en octubre de 1934 no había golpe de estado y se quemó y destruyó todo lo que se pudo.
EliminarVeo como se sigue llamando golpe de estado a un hecho que no fue tal, señores a ver si hablamos con propiedad y no lo llaman así...fue un levantamiento militar, el cual trajo consigo una guerra civil que duró tres largos años. Un golpe de estado es una acción rápida, con la que se pretende quitar un gobierno y poner otro. Esto de rápido no tuvo nada, de hecho Indalecio Prieto llevaba hablando de guerra mucho tiempo antes de la fecha del levantamiento, pq erróneamente pensaba que el gobierno republicano lo aplastaría en pocas semanas. Un poco de cultura al respecto no vendría mal.
EliminarLevantamiento militar contra una republica en descomposición y con crímenes y actuaciones stalinistas, con un ideal prosovietico. En fin........olvidar y no repetir. Que culpa tenían los monumentos para llegar a destruirlos?.
EliminarMuchísimas felicidades. Sigues siendo un referente, y me atrevo a decir único, en el estudio histórico-fotográfico de Toledo. Como dices es una tragedia ver como quedó y desapareció el maravilloso Monasterio de San Juan de la Penitencia. Las catorce franciscanas que formaban la comunidad en aquel julio de 1936 fueron detenidas y llevadas a la diputación provincial. Dejadas luego en libertad, tres de ella murieron durante la guerra de muerte natural. El resto terminó por cobijarse en el convento de San Antonio de la calle Santo Tomé... ¡qué horror!
ResponderEliminarUna pena la desaparición de este convento, y de otros tantos por toda España. Se perdió con la guerra civil un rico patrimonio artístico. Esperemos que no vuelva a ver más guerras
ResponderEliminarMuchos como este, se perdieron años antes de la guerra civil, al poco de crearse la republica en Mayo de 1931 ya hubo quemas de iglesias y conventos.
EliminarImpresionante. Me encantan varias de las pinturas del retablo. Y los suelos.
ResponderEliminarExcelente trabajo. Muchas gracias.
ResponderEliminar¡Enhorabuena por esta entrada! E infinito agradecimiento por acercarnos a esta joya perdida. ¡Son tantas las fotos y con tanto detalle que podemos evocar su magnificencia! La destrucción fue terrible, pero igualmente terrible fue la reconstrucción de los años 80 donde veo que apenas se reaprovechó nada de lo que quedaba (se suprimieron los trampantojos de la portada; los antepechos de pizarra del patio; alguna columnas, yeserías de la portada del patio, etc). Se observa como estos elementos sobrevivieron a la Guerra Civil pero no a la reciente reconstrucción, lo que es doblemente doloroso.
ResponderEliminarGracias
¡Qué pena haber perdido tanta maravilla! Gracias por tan excelente artículo, que nos ayuda a conocer cómo era esta joya.
ResponderEliminarNo entiendo por que se oculta la verdadera realidad de la desaparición de este y otros edificios históricos en España. No se trató de lo que provocó la nefasta Guerra Civil, (La guerra civil no se decidió en este lugar ni en otros, ni hubo combates allí ni cerca de allí) como se dice en este artículo, el motivo era el descontrol socialista-comunista que de la mano del gobierno buscaba provocar un cambio radical de la República para que esta nunca fuese gobernada por partidos de derechas, lo que llevó al extremo de armar a civiles descontrolados, sin responsabilidad y protegidos en sus acciones por un estado sin control policial, pero si controlado políticamente por los comunistas y socialistas y sus sindicatos, que se encargaron de sembrar la destrucción y muerte entre los que no eran o pensaban como ellos.
ResponderEliminarMuchísimas gracias , me encantó!
ResponderEliminar¡Que sentimiento de tristeza más profundo te invade al llegar al final del blog tras contemplar tanta belleza!
ResponderEliminarComo bien reivindica el autor, la paz y la tolerancia son la única vía para evitar tragedias similares. Y añadiría la verdad, pues sin ella estamos condenados a repetir estos hechos una y otra vez.
Es por ello que, en este momento en el que el gobierno socialista utiliza la perversamente denominada 'memoria histórica' como herramienta de discordia, me uno a algunas de las voces que se han manifestado más arriba.
La destrucción del patrimonio histórico no se generó por combustión espontánea. Los que azuzaron la quema de conventos antes y durante la Guerra Civil son los mismos que hoy retiran cruces en los pueblos, quieren dinamitar la cruz del Valle de los Caídos o el Arco de la Victoria de Moncloa.
No señores, esto no va de un golpe de estado. Esto va de que desde hace décadas, antes incluso de la Guerra Civil, el partido socialista (cada vez menos obrero y español en mi opinión) intenta imponer de forma totalitaria su ideología. Pese a que la izquierda actual la sigue mitificando, la República estuvo repleta de personajes políticos totalitarios (insurrecciones, quemas de iglesias y golpes de estado incluidos) con discursos que nunca podrían superar los parámetros mínimos de lo que hoy consideramos un Estado de derecho.
La paz y la tolerancia se logran a través de la verdad, y esta se alcanza con el conocimiento. Sin tener especial intención de blanquear la dictadura posterior, un general republicano no se levanta en armas de la noche a la mañana con el objetivo de masacrar a la mitad de España. Les invito a que se informen sobre los años anteriores al estallido de esa penosa guerra fraticida y saquen conclusiones.
Si por el contrario, no comparte mi opinión y está en este blog, siempre nos unirá el amor por Toledo y la fotografía. Un saludo.
Me parece muy bien conservar el llamado " arco de la victoria " y hasta las estatuas de Franco , ya puestos podrian darse estos nombres a avenidas , calles ,rotondas y plazas ; Adolf Hitler , Adolf Eichmann , Joseph Mengele , JoseMariaEscrivadeBalaguer, MiguelAngelRodriguezBajon, AnaBotella, Adolf JoseMariaHitlerAznar, Heinrich Himmler , BLAS PIÑAR , Herr Abaskal y muchos mas siniestros personajes que son loados por los descerebrados ?¿ que quieren hacer la realidad a su medida.
ResponderEliminarPor lo demas un excelente trabajo y coincido con el autor en lo que respecta a " paz y tolerancia "
pero hay que tener claro que los que quieren vender España a el nazi Netanyu o a su alter ego Putin o el loco de Trump son todos los derechosos conocidos y sus palmeros que se esconden debajo de las piedras .
Saludos
Habia olvidado - ! - a la enviada de Satanas , entre muchos/as , cuya encarnacion mortal es llamada Isabel Diaz Ayuso , vaya despedicio de ser humano, en fin, denle a este engendro un polideportivo o el bautizo a un buque de la armada, aunque mejor no, semejante sucubo gafe provocaria solo desastres .
ResponderEliminarPara un tanatorio o una icineradora si, ahi si que es lo apropiado.
No olvide usted al inclito nazi toledano de pro herr javier ortega smith; denle la alcaidia del alcazar y llevara alli los restos de Hitler, Franco, Mussolini y si hace falta relleno los de Pol Pot para acompañar a Moscardo y Milans del Bosch .
ResponderEliminarUna ciudad como Toledo ya esta marcada para siempre por su papel en la guerra civil .
ResponderEliminarSi Franco no se hubiese desviado de su marcha hacia Madrid las cosas no hubieran sido iguales.
Quiero señalar que sin ser nada proclive al bando ganador si que admiro desde un punto de vista historico militar el asedio del Alcazar.
Unos rebeldes atrincherados en el interior de una vetusta fortaleza , unos atacantes que sin dudarlo socavan los cimientos del edificio para acabar con sus enemigos ; la Edad Media en su estado puro .
TODOS tanto rebeldes como gubernamentales fueron valientes y ahora se me viene a la memoria un lugar que salvando las distancias tiene un parecido siquiera minimo , en Sierra Morena ; Santa Maria de la Cabeza .
Deberian de sacar de la cripta a sus actuales " moradores " , estoy seguro que no van a emitir la mas minima queja .
El Alcazar debe de ser junto a la Catedral y los demas espacios historico artisticos de Toledo un
lugar para reflexionar sobre la historia de España y su horrible guerra civil independientemente de los odios y rencores actuales que son mayoritariamente fomentados y justificados todos ellos tanto por la derecha incluyendo la mas cerril como por sus " mamporreros " nazis y fascistas .
De todas formas parece que la historia de España segun las epocas debe de discurrir entre violencia ,sangre y dolor ,esperemos no acabar como en Gaza o Libano .