Louis Léon Masson fue un fotógrafo francés nacido en Tours en 1825 y afincado en Sevilla, cuyos años de actividad más intensa fueron los comprendidos entre 1854 y 1872, por lo que es considerado uno de los pioneros de la fotografía en España. Louis Léon Masson fue el primer fotógrafo en retratar personas fallecidas en Sevilla por encargo de sus familiares. Tomó algunas de las primeras fotos conocidas de corridas de toros y regentó en la capital hispalense dos estudios, primero en la calle de las Escobas y posteriormente en la calle Sierpes.
Tomó algunas de las series más antiguas que se conocen de fotografías estereoscópicas de distintas ciudades españolas como Málaga, Granada, Córdoba, Toledo y, evidentemente, Sevilla. También fotografió Gibraltar. Su esposa Lorenza Simonin fue su mejor compañera profesional, hasta el punto de que tras su muerte en 1874 fue ella la que siguió regentando el negocio sevillano. Solía trabajar con negativos de papel usando la técnica del colodión húmedo, positivando las imágenes en papel a la sal y a la albúmina. En Toledo tomó varias decenas de excelentes fotografías en 1857 y, especialmente, en el año 1858. Sus fotografías toledanas, actualmente identificadas en un número de 28, se conservan en instituciones como la Biblioteca Nacional de España, la Biblioteca Nacional de Francia, la Real Academia de la Historia o el Fondo Fotográfico de la Universidad de Navarra, así como en colecciones particulares, entre las que destaca la colección de Juan Antonio Fernández Rivero y Teresa García Ballesteros, quienes acaban de publicar una excelente monografía sobre este autor que recomiendo comprar a todos los amantes de la fotografía.
Hoy vamos a disfrutar prácticamente la totalidad de las fotografías toledanas de Masson, de incalculable valor por su antigüedad, pues hay que recordar que estamos ante uno de los primeros fotógrafos en retratar la ciudad. La mayoría fueron tomadas en el año 1858 y algunas en 1857.
Comenzaremos por ver esta maravillosa vista de la ciudad desde el cerro del Castillo de San Servando conservada en la Biblioteca Nacional de Francia:
En aquel entonces estaban aún en pie los restos del Artificio de Juanelo, pues faltaban aún diez años para su voladura con dinamita acaecida en 1868. Masson tomó tal vez la foto más original de todas las que se conservan del artificio, obtenida desde una perspectiva muy extraña (es una imagen estereoscópica de la que pongo solo una de las dos mitades), conservada en la Real Academia de la Historia en Madrid:
Esta es una vista frontal del Artificio de Juanelo:
Es sencillamente espectacular esta vista que Masson obtuvo del Baño de la Cava y el río Tajo:
La Puerta del Sol durante su restauración hacia 1865 lucía así de bella fotografiada por el francés:
Antes de esas obras de restauración, Masson ya había fotografiado ese mismo monumento:
La plaza del Ayuntamiento tenía un curiosísimo aspecto de devastación con motivo de unas obras de remodelación en 1858, con farolas tumbadas en el suelo y escombros en el pavimento:
Es probable que esta toma sea posterior a la anterior, una vez finalizadas las obras:
Masson retrató un primer plano de la cúpula de la Capilla Mozárabe de la Catedral:
Aquí aparece el Claustro de la Catedral (erróneamente identificado como un convento cordobés):
Él fue probablemente el primero en fotografiar el precioso patio del Convento de San Pedro Mártir:
Del mismo modo, fue tal vez el primero en fotografiar el interior de la Sinagoga de Santa María la Blanca:
Obtuvo varias imágenes del Monasterio de San Juan de los Reyes:
Aquí aparece el Puente de Alcántara en 1858, vislumbrándose al fondo a la izquierda la desaparecida Puerta de San Ildefonso:
Esta es la vista inversa a la anterior, con el Castillo de San Servando al fondo:
Aquí vemos el Hospital de Santa Cruz:
El Patio del Alcázar, por entonces un edificio ruinoso, forma parte también de la serie de imágenes de Masson:
Pero sin duda, la joya de la corona de las fotos de Masson tomadas en Toledo es la gran panorámica de 1858, considerada hasta la fecha la fotografía completa de la ciudad más antigua que se conoce. Aquí os la ofrezco en su totalidad:
Se compone de la unión de al menos tres imágenes, que vistas una a una resultan no menos interesantes:
Como habéis podido comprobar, se trata de verdaderos tesoros por su calidad y antigüedad: retratos del Toledo de mediados del siglo XIX que suponen un verdadero viaje en la máquina del tiempo. Espero que os hayan gustado.
Una vez más, muchas gracias por esta extraordinaria entrada, de un enorme valor documental.
ResponderEliminarMuy interesante las fotos antiguas de Toledo, mi linda ciudad!
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