¿Cómo era Toledo hace exactamente un siglo? Puede parecer una pregunta de difícil respuesta por la precisión requerida, pero sin embargo, gracias a la magia de la fotografía, es posible saberlo.
Hace exactamente 100 años, en abril de 1917, el eminente industrial y escritor catalán Francesc Blasi i Vallespinosa realizó un breve pero intenso reportaje fotográfico de la ciudad de Toledo perfectamente datado y catalogado, conservado actualmente por el Centro Excursionista de Cataluña.
Blasi había nacido en Valls (Tarragona) en 1872 y durante su vida destacó no solo en su faceta de exitoso industrial, sino que a través de su gran pasión como excursionista, publicó obras de divulgación del patrimonio catalán, como la Guia de Poblet i Santes Creus (1928) o Santuaris marians de la diòcesi de Tarragona (1933). De sus viajes fuera de España también logró publicar libros sobre el Próximo Oriente, Estados Unidos, la Unión Soviética o Tierra Santa en sugerentes libros como Del país de les coses grans (1927) o Viatge a Rússia passant per Escandinàvia (1929). Fundó la Fundació Blasi i Vallespinosa, que cada dos años, desde 1953, convoca a través del Institut d’Estudis Catalans, un premio de monografias geográficas sobre Cataluña.
Francesc Blasi falleció en Barcelona en 1951.
Su periplo por Toledo en abril de 1917 nos dejó 16 preciosas fotografías estereoscópicas (os ofrezco solo una de las dos partes de cada imagen estereoscópica para un mejor visionado) que hoy tengo el placer de ofreceros.
Comenzaré por esta bellísima vista del Paseo de la Rosa en la que, como puede verse, se situaba una de las estatuas de reyes godos y castellanos que han deambulado por muchos lugares de la ciudad desde 1787 (aquí un buen artículo de Mariano Calvo sobre ellas).
Otra de las estatuas se situaba justo enfrente de la Puerta del Cambrón:
Francesc Blasi tomó estas tres estupendas fotografías del Monasterio de San Juan de los Reyes:
El Museo del Greco presentaba este aspecto hace justamente un siglo:
Mirad qué bella imagen de la Sinagoga de Santa María la Blanca:
La Calle Ancha, o calle Comercio, tenía este aspecto en 1917:
La Catedral estaba aún en obras tras haberse desmontado en los años anteriores el cimborrio y haber sido sustituidos todos los tejados. La Puerta de los Leones aún aparece con un vallado de madera:
Este era el Patio del Alcázar:
Desde la terraza exterior del Alcázar, Blasi obtuvo estas dos bellas imágenes:
Es sencillamente sensacional esta vista de la Puerta del Sol:
Para finalizar, una excelente vista de la Puerta Vieja de Bisagra en la que puede verse un olmo recién plantado junto a otros de mayor porte plantados muchos años antes:
Como veis, se trata de una serie de imágenes que, a poco que nos dejemos llevar, nos trasladan a un Toledo muy diferente en muchos aspectos al actual, pero con multitud de lugares perfectamente identificables. Esa es la magia de Toledo que la convierte en una ciudad completamente especial y diferente a la mayoría: ver pasar el tiempo (un siglo, en este caso) sin perder su esencia y, a la vez, evolucionando. Un difícil equilibrio que debemos seguir luchando por mantener.
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