tag:blogger.com,1999:blog-5643603414431025082.post1538374933465361160..comments2024-03-28T13:54:53.575+01:00Comments on TOLEDO OLVIDADO: Laurie Lee y Roy Campbell: Toledo los unió, la guerra los separóEduardo Sánchez Butragueñohttp://www.blogger.com/profile/14264235196848081748noreply@blogger.comBlogger7125tag:blogger.com,1999:blog-5643603414431025082.post-87596570027823458472012-06-20T23:44:06.420+02:002012-06-20T23:44:06.420+02:00Hasta aquí, el encanto de las coincidencias tendrí...Hasta aquí, el encanto de las coincidencias tendría un recorrido relativamente corto. Pero aparece un elemento determinante para ensamblar todas las piezas de este sugestivo puzle. No podía ser otra cosa que una guerra. Pero no una guerra cualquiera. No, no, “nuestra guerra civil”, la del 36, esa que, según va pasando el tiempo, quisiéramos ver cada vez como menos “nuestra”. En ella, Roy Campbell –también poeta, claro– quedó en el bando nacional, en el bando azul, mientras que Laurie Lee, su gran amigo del encuentro toledano en El Español, luchador nada menos que en las Brigadas Internacionales –más rojo, imposible– “quedó” en el otro lado. Es lo que tienen las guerras civiles, que si no caes en un bando te toca caer en otro. O te hacen caer en otro, a ti que no querías caer en ninguno.<br />Y es que fue en esa misma guerra “nuestra” en la que Adelaida Las Santas, además de poetisa y precursora de un difuso feminismo, también falangista joseantoniana, escribió en versos muy emotivos su romance de amor con Guillermo Osorio, que además de contertulio en las noches del Varela, había sido…¡tanquista republicano! <br />Hoy, al revolver mi archivo, junto a mis recuerdos, para escribir este comentario en Toledo Olvidado, me ha aparecido, en un envío casi póstumo de Conchita, además del librito de Adelaida, prologado por Gloria Fuertes y editado por “Aguacantos, colección de poesía”, el “romance para que lo cante un ciego” en el que la propia poetisa de “Versos con Faldas” escribía: “Dos banderas combatían/dos banderas y una Patria/Guillermo tanquista era/bandera republicana/Mi hermano superviviente/del cuartel de la Montaña/Yo perseguida en Madrid/porque era joseantoniana”. Y más adelante, para que no quedara ninguna duda de aquella tragedia colectiva, ni siquiera que algo de ella se podía contar en versos, Adelaida se lamentaba: “¡Ay que familia la mía/que dividida que estaba!/una familia de rojos/otra familia de fachas”.<br />No sé si me ha llevado demasiado lejos esta historia – y su secuencia fotográfica correspondiente– de la amistad fraguada en Toledo entre Roy Campbell y Laurie Lee. Por lo demás, historias como estas con el telón de fondo de la guerra civil deben contarse por millares, con lo que sospecho que mi aportación tiene muy poco de original. Yo, sin embargo, que tenía tan a mano aquella vivencia personal de mi juventud, no he podido resistir la tentación de revisar una vez más aquel diagnóstico, entre ignorante y optimista, que alguien hizo al afirmar que “aquella iba a ser la última guerra romántica”.Ricardo Sánchez Candelashttps://www.blogger.com/profile/17287955757728585842noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5643603414431025082.post-49973405797325768412012-06-20T23:41:45.103+02:002012-06-20T23:41:45.103+02:00Al encontrarme en este nuevo escenario al que nos ...Al encontrarme en este nuevo escenario al que nos lleva esta última entrada de Toledo Olvidado no he podido sustraerme al recuerdo de una vivencia de mis años de juventud que, ya para siempre, quedó muy grabada en ese archivo de los sentimientos. Ese irreductible archivo al que no se le puede –ni tampoco se le quiere– encontrar el icono de “eliminar” y, sin embargo, no tienes conciencia de haberle aplicado nunca el “guardar como”. <br />Ya, pasados muchos años, son hilos vivos de la memoria que, en cualquier momento, empiezan a mover, como en un mágico guiñol, extraños o amables personajes que no han dejado nunca de estar en el recuerdo, y que ahora lo hacen en ese cruce de caminos que son los afectos íntimos y la literatura. ¡Y la guerra!<br />Si este encuentro en el Café Español, de la toledanísima Plaza de Zocodover, entre Roy Campbell y Laurie Lee, tenía de “casual” todo lo que uno quiera renegar de su imaginación, el que debió tener lugar en el madrileño Café Varela entre la poetisa Adelaida Las Santas y su marido Guillermo Osorio, era no menos casual. Yo tuve conocimiento del mismo, y de toda la romántica y alucinante peripecia que le rodeó, en mi corta estancia en una pensión del centro de Madrid, muy próxima a la Gran Vía, en la que recalé en mi etapa estudiantil. Eran sus propietarios y regentes, como modestísimo negocio familiar, un trío de tan singular y entrañable dimensión humana, madre y dos hijos, varón y hembra –él, Antonio, ella, Conchita– ambos solteros, que su sola biografía, el perfil muy peculiar de cada cual, daría lugar, al menos como inevitable complemento de una trama de tono mayor –otra “colmena”–, a muchas páginas de cualquier narración costumbrista. Aunque muy breve allí mi estancia, llegué a fraguar con ellos una imperecedera amistad y, de hecho, están así incorporados a una de mis novelas “okupas”, que es así como yo califico a alguna de las que, desde hace tiempo, sin pagar ningún derecho de inquilinato y sin ejercer todavía por mi parte la acción de desahucio, ocupan no pequeño espacio en estantes y cajones de mi librería.<br />La gran amistad existente entre la familia hostelera y Adelaida, ya metida de lleno en esas andanzas literarias que, en los primeros años de la posguerra tenían como escenario varios centros culturales madrileños, casas regionales y quizá también el propio Café Varela, y la habían convertido en heroína del grupo “Versos con faldas”, me permitió conocer detalles y pormenores de esas coincidencias - ¿casuales? – que ahora vienen a mis recuerdos. Todo ello también propiciado porque Antonio, aunque tuviera otras menos saludables, también compartía con la poetisa aficiones literarias, versistas más en concreto, y como tal era también asiduo de las tertulias del Varela que, como es sabido, tenían en nómina, como uno de sus más insignes participantes, al inefable noctámbulo y fabulador Emilio Carrere, además de otros contertulios no menos notables, entre los que se encontraban Manuel Alcántara, Manolito El Pollero, Eduardo Alonso y Paul Peñacoba, entre otros.<br />Adelaida, por su parte, contaba en su grupo con colegas tan notorias como Gloria Fuertes, Acacia Uceta y María Dolores de Pablos, y debió ser en el ambiente literario de esa famosa tertulia madrileña donde conoció, después de un enamoramiento apasionado, al que, años después, sería su marido Guillermo Osorio.<br />Así pues, El Café Español de Toledo y el Café Varela de Madrid, como primer reclamo que me sale ahora al paso de mis recuerdos. Después, efusiones sentimentales incontroladas, noches de humo fronterizas con amaneceres prematuros, dos afectos muy íntimos –amistad, amor, ¿qué más da?, cosas del corazón– en el sugestivo ambiente de las ensoñaciones literarias: Roy Campbell con Laurie Lee y Adelaida Las Santas con Guillermo Ossorio. Cafés históricos, sentimientos exaltados, magia de las letras. Nada quizá demasiado nuevo. <br />Pero lo que queda de estas dos historias paralelas lo dejo para el siguiente comentario.Ricardo Sánchez Candelashttps://www.blogger.com/profile/17287955757728585842noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5643603414431025082.post-19943046979333505752012-06-19T13:35:47.466+02:002012-06-19T13:35:47.466+02:00Enhorabuena por el artículo. Animo a leer "Un...Enhorabuena por el artículo. Animo a leer "Una mañana de verano de 1934" de Laurie Lee, en la gran tradición de los viajeros ingleses por España, un libro emocionante (está en la biblioteca de El Álcazar). Antonio L.Anonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5643603414431025082.post-28465660579294367322012-06-17T01:33:48.889+02:002012-06-17T01:33:48.889+02:00Cuando vas a dejar de sorprenderme??? hoy por si f...Cuando vas a dejar de sorprenderme??? hoy por si fuera poco la historia visual en fotografía nos deleitas con anécdotas de dos grandes autores, del mundo literario.<br />Una gran entrada sin duda.<br />Lamentablemente no tengo idea de donde podría haberse realizado la fotografía, solo sé que en Toledo y en una Terraza ( a no ser que existiese el fotoshop jejeje) a si que no tengo más remedio que hacerme con el libro al método tradicional o sea comprándolo en la librería o en el punto de venta, cosa que estoy deseando hacer por otra parte.<br />Feliz domingo.Jotahttps://www.blogger.com/profile/09636916944571094641noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5643603414431025082.post-50860134143811968022012-06-16T13:45:38.328+02:002012-06-16T13:45:38.328+02:00Creo que está realizada desde una pequeña terraza ...Creo que está realizada desde una pequeña terraza de una casa que conozco en la calle Sixto Ramón Parro. La perspectiva parece idéntica.Manuel Palenciahttps://www.blogger.com/profile/03266264910631962242noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5643603414431025082.post-80770990962697945982012-06-15T23:28:30.414+02:002012-06-15T23:28:30.414+02:00Eduardo, como siempre otra excelente entrada más. ...Eduardo, como siempre otra excelente entrada más. Pudiera ser que esa fotografía esté realizada desde lo alto del actual inmueble que ocupa la calle Santa Isabel nº 4. Un abrazo (sigo trabajando en ello...)Víctor Girona Hernándeznoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5643603414431025082.post-77299521267581549392012-06-15T21:33:15.363+02:002012-06-15T21:33:15.363+02:00A riesgo de equivocarme, la azotea creo que es est...A riesgo de equivocarme, la azotea creo que es esta: https://plus.google.com/photos/100699567347437636939/albums/5754348720980274097?authkey=CJXf5sCxt83rtwEAnonymoushttps://www.blogger.com/profile/08014905593906908272noreply@blogger.com