miércoles, 27 de marzo de 2013

El Hospital de Santiago

"Osciló breves instantes, como protestando [la torre] contra su caída, y al fin se derrumbó con gran estruendo y polvareda deshecha en escombros."
Derrumbe de la torre de la iglesia del Hospital de Santiago en la voladura del edificio en 1884. Detalle de una xilografía de Masí.

Así narraba en 1923 D. Manuel Castaños y Montijano en la revista Toledo la voladura con dinamita del célebre Hospital de Santiago con la finalidad de edificar en su solar el futuro picadero y otras dependencias militares. El edificio derribado, de grandes dimensiones, poseía una gran historia: establecido por la Orden de Santiago en el año 1175 -en concreto por el Maestre D. Pedro Fernández de Fuente Almejar sobre su propia casa y un solar cedido por el rey Alfonso VIII-, le fue concedido por orden real la mitad de lo recaudado en el portazgo de la Puerta de Bisagra, además de ingresos procedentes de la orden santiaguista. Más tarde, el rey Fernando III confirmó estos ingresos y a su vez donó al hospital en 1219 la famosa dehesa de Yegros, cerca de Mora, con sus 6.500 fanegas de tierra de labor y otras posesiones que conservó hasta la desamortización de 1855. El hospital se destinó desde un principio a la curación de caballeros y sirvientes heridos en la lucha contra las tropas islámicas. Además de estos fines hospitalarios de carácter militar, tenía también la misión de redimir y canjear cautivos -musulmanes apresados que eran intercambiados por cristianos en poder del enemigo- así como albergar a los caballeros de la Orden que llegaban a Toledo. En 1492, con la toma de Granada, desaparecieron las necesidades estrictamente militares por lo que se le destinó desde 1500 a la curación de enfermedades venéreas como la sífilis o mal gálico. Un siglo después encargó el rey Felipe III al Comendador de la Orden D. Gómez Velázquez y a los freires Alonso De Cerceda y Juan Blanco, la formación de unas constituciones o reglamentos para el régimen del Hospital, las cuales fueron aprobadas el 30 de marzo de 1604 y rigieron hasta 1835. En ellas se estipulaba que hubiera 120 camas por temporada para enfermos venéreos y que se diese hospedaje por un día completo a todos los Caballeros Santiaguistas que vinieran a Toledo, con el número de empleados necesario para el cumplimiento de sus funciones y bajo el alto patronato del Consejo de las Órdenes Militares. Más tarde fue asilo de pobres con la advocación de San Sebastián, trasladándose los enfermos del mal gálico a la cercana Casa de Caridad.
En 1847 el hospital fue cedido al Colegio General Militar hasta que en 1884, después de muchos años de casi total ruina, fue demolido en la citada voladura controlada.
A lo largo de su larga vida el hospital poseyó numerosos bienes además de Dehesa de Yegros, como por ejemplo tierras en Bargas, Maqueda, Nambroca y en el término municipal de Toledo. (Fuente: El Hospital de la Misericordia de Toledo en el siglo XIX por Soledad Gómez Rodríguez)
La voladura fue dibujada en una excelsa xilografía por José Masí del Castillo -artista nacido en 1840 y que fue alumno de la Escuela Superior dependiente de la Academia de San Fernando- y publicada aquel año de 1884 en La Ilustración Nacional. En ella se aprecian los detalles de la colocación de los barrenos y del momento narrado por Castaños del derrumbe de la torre principal:
Xilografía de la voladura del Hospital de Santiago en 1884 por José Masí del Castillo publicada en La Ilustración Nacional

El edificio, situado justo encima del talud que asciende por la Puerta de Doce Cantos fue fotografiado en bastantes imágenes desde 1852.
Hospital de Santiago y Restos del Artificio de Juanelo (Toledo), antes de 1868

Esta es una de las que nos permite ver mejor su fachada principal presidida por una imagen de Santiago Matamoros -trasladada tras el derribo a la Calle Armas donde permanece hoy día-, tomada por Jean Laurent hacia 1870:
Hospital de Santiago hacia 1870. Foto Jean Laurent (detalle)

En esta vista en detalle de una fotografía de Jean Laurent podemos ver bien su parte trasera con la torre de su iglesia:
Parte trasera del Hospital de Santiago hacia 1870. Detalle de una fotografía de Jean Laurent

Pocos años antes de su derribo ya aparecía bastante deteriorado y con elementos sustraídos de sus muros como podemos ver en estas imágenes:
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Parte delantera del Hospital de Santiago hacia 1870. Detalle de una fotografía de Jean Laurent
Turbinas de Vargas, Hospital de Santiago y Alcázar de Toledo hacia 1884. Fotografía de Jean Laurent
Hospital de Santiago antes de su demolición total. Fotografía tomada hacia 1882

El edificio había sufrido muchas reformas y al parecer no albergaba obras de gran interés artístico -al menos para la opinión de aquella época- salvo ciertos elementos que fueron trasladados en el derribo, como por ejemplo la famosa escultura yacente de María de Orozco La Malograda:
Revista Siglo Futuro. Sepulcro de "la Malograda" en 1935

Este es el interesantísimo artículo completo publicado por Manuel Castaños Montijano en 1923:
Artículo sobre el Hospital de Santiago por Manuel Castaños Montijano publicado en 1923 en la Revista Toledo
Artículo sobre el Hospital de Santiago por Manuel Castaños Montijano publicado en 1923 en la Revista Toledo
hospital de santiago3

En 1887 fueron finalizadas las obras del fabuloso picadero militar que se construyó en parte del solar dejado por el hospital:
Construcción del picadero militar en los terrenos donde se levantara el Hospital de Santiago. Imagen tomada hacia 1880
Picadero militar sobre la Puerta de Doce Cantos hacia 1895
Picadero Militar en Toledo. Abril de 1889. Fotografía de James Jackson (detalle)
Antiguo picadero militar fotografiado en el siglo XIX por Casiano Alguacil desde Doce Cantos. Ayuntamiento de Toledo. Archivo Municipal
Noticia sobre el picadero militar en la ilustración española y americana
Dibujo del picadero militar de Toledo por Nemesio Lagarde
Alcázar, edificio de Capuchinos y picadero en 1915. Detalle de una vista aérea del Ejército de España

El picadero fue destruido durante el asedio republicano de 1936, sirviendo como improvisado cementerio a los sitiados:
Picadero del Alcázar convertido en cementerio
Cementerio improvisado por los sitiados en el antiguo picadero del Alcázar
Cementerio improvisado por los sitiados para enterrar sus bajas en el picadero del Alcázar
Picadero militar destruido en 1936. © Fondo Rodríguez. Archivo Histórico Provincial. JCCM. Signatura CA-374
Portada del Hospital de Santiago que fue reaprovechada en edificios militares en 1887 pero destruida en la guerra en 1936. © Fondo Rodríguez. Archivo Histórico Provincial. JCCM. Signatura CMD2-167
Guerra Civil en Toledo. Dependencias militares de Capuchinos y picadero

Para finalizar, recordar que con este derribo del Hospital de Santiago en 1884 finalizaba un lamentable proceso de destrucción de patrimonio de antiquísima historia en el flanco este de la ciudad. Este penoso efecto dominó comenzó en 1864 con la demolición de la primitiva Puerta de Alcántara, prosiguió en 1868 con la nefasta voladura del Artificio de Juanelo, continuó en 1871 con el derribo de la Puerta de San Ildefonso y estuvo acompañado en todos aquellos años con el paulatino desmantelamiento y destrucción del célebre Convento del Carmen Calzado. Fueron sin duda 20 años muy desgraciados para el patrimonio de Toledo en este lado de la ciudad.

sábado, 16 de marzo de 2013

Toledo en 1854 fotografiado por Alphonse De Launay: nuevos descubrimientos

Hace unos meses tuve el inmenso placer de poder ofreceros la primera fotografía panorámica que se conoce tomada desde el Valle. Era obra de Alphonse De Launay en 1854, un autor hasta hace muy pocos años desconocido y que desde que sus descendientes se decidieran a dar a conocer su legado se ha convertido en uno de los más cotizados en los mercados de subastas y coleccionismo por la antigüedad, belleza y rareza de sus fotografías. Aquella primera fotografía pude ofrecérosla gracias a la generosidad del coleccionista parisino Serge Kakou:
Vista de Toledo desde la Ermita del Valle en 1854 por Alphonse De Launay. Cortesía de Serge Kakou

Poco después me llevé una de las mayores alegrías desde que creé este blog: se puso en contacto conmigo el coleccionista toledano Jaime Moraleda para ofrecerme poder publicar una copia de una imagen que él había adquirido de Alphonse De Launay. De este modo, la hasta ahora más antigua fotografía conocida del Artificio de Juanelo y el Castillo de San Servando pudo ser publicada en el libro de Toledo Olvidado, concretamente en la página 25. Se trata de una de las fotografías que me consta está siendo más valorada y admirada del libro pues es de gran belleza y rareza. Es una fotografía que posee una fuerza visual muy grande, especialmente cuando es contemplada en papel. Hoy os la muestro en el blog como acto público de agradecimiento a Jaime Moraleda por su generosidad totalmente desinteresada que nos permite a todos admirar esta maravilla 159 años después de ser tomada. Quisiera destacar el bajísimo nivel de las aguas del Tajo en aquel año de 1854, que dejaba a la vista casi por completo el azud situado junto al Artificio. Aunque ya en otras ocasiones lo he comentado, el nivel del río en Toledo antes de la construcción de los grandes embalses tenía esta enorme variabilidad, desde grandes crecidas a episodios de severas sequías en las que el río casi desaparecía. Es destacable también la absoluta ausencia de vegetación:
Artificio de Juanelo y Castillo de San Servando en 1854. Fotografía de Alphonse De Launay © Colección de Jaime Moraleda

Pero hay más buenas noticias relacionadas con las fotografías de este pionero tomadas en Toledo. En las últimas semanas han sido sacadas a subasta -a precios astronómicos- otras dos imágenes suyas. Una de ellas es esta vista del Puente de Alcántara y el Alcázar, muy similar a la que tomase el irlandés Edward King Tenison dos años antes. En esta vista de De Launay, al contrario que en la de Tenison, puede atisbarse a la izquierda el Artificio de Juanelo. Se ven también con claridad los restos del Convento del Carmen Calzado y la Plaza de Armas de Puente de Alcántara, con la Puerta de San Ildefonso y la primitiva puerta de Alcántara aún en pie. Una auténtica gozada de fotografía:
Puente de Alcántara y Alcázar en 1854. Fotografía de Alphonse De Launay

La otra imagen que ha aparecido es esta vista frontal de la fachada del Hospital de Santa Cruz en los años en los que casi acababa de estrenar su uso como escuela militar, germen de la actual Academia de Infantería. Bellísima toma también esta:
Hospital de Santa Cruz en 1854. Fotografía de Alphonse De Launay

Estamos por tanto ante el asombroso descubrimiento con cuentagotas del trabajo de este genio con un retardo de más de siglo y medio. Una espera que sin lugar a dudas ha merecido la pena a la vista de las fotografías. Y lo mejor de todo, una paulatina revelación de su obra que a buen seguro aún nos deparará sorpresas de las que espero informaros en el futuro.
Con el deseo de que estas maravillas os gusten tanto como a mí, reitero de nuevo mi agradecimiento a Jaime Moraleda por su generosidad.

sábado, 2 de marzo de 2013

La Ermita de Santa Ana

Pocos edificios han dejado tan poca huella en la memoria de la ciudad -tanto oral como escrita- como la Ermita de Santa Ana, también citada como Venta de Santa Ana. Era un antiquísimo edificio que se situaba en los terrenos que actualmente ocupa la Academia de Infantería en la zona de La Sisla, junto a la calzada romana o Vía Flaminia.
El origen de la edificación debió ser bastante antiguo, datando como tarde de la época de dominación musulmana a tenor de los restos que pudieron ser fotografiados hacia 1900, entre los que destaca un arco de herradura típicamente islámico y un capitel de esta misma época. Tras la Reconquista castellana, se sabe que la ermita fue edificada -o más probablemente, reformada- por un deán de la Catedral Primada llamado D. Diego Fernández Machuca, quien encomendó su dirección al Cabildo catedralicio, según consta en la escritura de fundación.
En 1612 Francisco de Pisa citó esta ermita señalando que se encontraba “no muy reparada” lo cual seguramente se debería a que su culto era solo ocasional dado lo despoblado del paraje, donde solo había una venta. En esta venta se resguardaban los arrieros y carreteros mientras esperaban a que abrieran las puertas de la ciudad en el Puente de Alcántara. En esta época este camino era el que comunicaba Toledo con el sur, siendo citado como Camino Real de Sevilla o como Camino Viejo de Toledo a La Mancha (en aquella época todo el mundo tenía claro que Toledo no era ciudad manchega, en contraste con la incultura hoy reinante en muchos medios de desinformación, equivocados a buen seguro por el confuso término de nuevo cuño que es Castilla-La Mancha). El edificio seguía siendo ermita en 1625. El propio Pisa ya la cita como abandonada en la segunda parte de su "Descripción de Toledo". Más adelante el Cabildo catedralicio entregó la posesión de la ermita a la Compañía de Jesús, el 1 de junio de 1708, ya transformada en una simple casa de campo con la denominación de "Cigarral de Santa Ana, en el camino de Sevilla". Se incluyó en la entrega el olivar contiguo. El edificio cristiano debía tener una estructura gótica a juzgar por los escasos restos que llegaron al siglo XX. Cuando los jesuitas fueron expulsados en 1767 se puso en venta la ermita y el olivar, siendo ambos adquiridos por D. Luis Quero.
Se sabe que en 1857 estaba ya totalmente desmantelado su interior, conservando sin embargo los muros exteriores y la venta unida a la ermita. También la venta desapareció cuando la nueva carretera fue trazada por la cuesta de Las Nieves. En 1946 visitó el paraje el profesor Guillermo Téllez, el cual destacó que la puerta de la ermita, emplazada en codo tras un saliente protector, era “una de las puertas árabes mejores, con restos de un gran tejaroz”. Quedaban por entonces también restos de un ventanal gótico, con una celosía de piedra, y un escudo real de Castilla inserto en la fachada, datable en el siglo XIV.
Hacia 1900 fue fotografiado el edificio, pudiendo observarse estos detalles: el arco de herradura con restos de tejaroz, el ventanal gótico, el escudo y el capitel islámico. Fueron publicadas al menos en dos libros, uno escrito por Albert Frederick Calvert, titulado "Toledo, an historical and descriptive account of the "City of generations;"", y que fue el causante de mi adicción a la fotografía histórica, pues existía en mi casa un ejemplar comprado por mi abuelo en Londres en 1956. Las fotos también fueron publicadas en la segunda edición de "Monumentos Arquitectónicos de España" de Amador de los Ríos. A día de hoy se desconoce el autor de estas dos joyas fotográficas:
Muro oeste de la Ermita o Venta de Santa Ana en Toledo hacia 1900
Capitel islámico de la Venta de Santa Ana en Toledo hacia 1900

A mediados del siglo XX se encontraba en ruinas y fueron realizados estos croquis de su emplazamiento y estado general:
Croquis de la Ermita o Venta de Santa Ana a mediados del siglo XX
Croquis de la Ermita o Venta de Santa Ana a mediados del siglo XX

Poco después debió demolerse en su totalidad pues desde entonces se pierde su rastro. A día de hoy se desconoce -o al menos yo desconozco- el paradero de sus restos más notables: arco de herradura, capitel y escudo.
Curiosamente en Google Maps figura en su emplazamiento el nombre de Ermita de Santa Ana, si bien en la imagen aérea parece hoy dia solo existir una edificación moderna:

Ver Toledo Olvidado en un mapa más grande

Espero que esta entrada sirva al menos para sacar del olvido a esta legendaria Ermita de Santa Ana, casi por completo desconocida hoy en día para todos los toledanos. Ojala algún día pueda averiguarse qué destino tuvieron sus restos.
© TOLEDO OLVIDADO
Maira Gall